Eliseo (profeta)

Eliseo, cuyo nombre significa «Mi Dios es salvación,» fue el profeta sucesor de Elías en el Reino del Norte de Israel durante el siglo IX a.C. Su ministerio, que abarcó aproximadamente cincuenta años, se caracterizó por una doble porción del espíritu de Elías, manifestada en un gran número de milagros que tocaron la vida cotidiana del pueblo, desde reyes hasta gente humilde. La tradición católica lo honra como uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento, destacando su papel en la defensa de la fe en Yahvé contra el culto a Baal y su profunda conexión con Elías, a quien asistió en su ascensión al cielo.
Tabla de contenido
La Vocación de Eliseo y su Relación con Elías
Eliseo, hijo de Safat, era oriundo de Abel-Mejolá, y su vida antes de su llamado profético se centraba en la agricultura, como lo indica el relato de su arado con doce yuntas de bueyes1.
El Llamamiento Profético
La vocación de Eliseo está intrínsecamente ligada al profeta Elías. Dios instruyó a Elías para que ungiera a Eliseo como profeta en su lugar1.
Elías encontró a Eliseo arando y, al pasar junto a él, le arrojó su manto1. Este acto simbólico de poner el manto sobre Eliseo significaba la transferencia de la autoridad y el espíritu profético1. Eliseo comprendió inmediatamente el significado del gesto, y después de despedirse de sus padres y sacrificar los bueyes, se levantó y siguió a Elías, convirtiéndose en su siervo1.
El Discípulo y el Sucesor
Durante un tiempo, Eliseo sirvió a Elías, acompañándolo en sus viajes1. Su relación culminó en el momento de la ascensión de Elías. Cuando el Señor estaba a punto de llevarse a Elías al cielo en un torbellino, Eliseo se negó rotundamente a separarse de su maestro, incluso cuando Elías le sugirió quedarse en Betel o Jericó2.
Al llegar al Jordán, Elías golpeó el agua con su manto, y las aguas se dividieron, permitiéndoles cruzar en tierra seca2. En ese momento final, Eliseo hizo una petición trascendental: «Te ruego que me permitas heredar una doble porción de tu espíritu»2. Elías le respondió que había pedido algo difícil, pero que se le concedería si lo veía ser llevado2.
Mientras caminaban y conversaban, un carro de fuego y caballos de fuego separó a los dos, y Elías ascendió en un torbellino al cielo3. Eliseo, al presenciarlo, gritó: «¡Padre mío, padre mío! ¡Los carros de Israel y sus jinetes!»3. Recogió el manto de Elías que había caído y, al golpear el agua del Jordán con él, las aguas se dividieron de nuevo, confirmando que el espíritu de Elías reposaba sobre él2.
El Ministerio de Eliseo y sus Milagros
El ministerio de Eliseo se caracterizó por una serie de milagros que demostraron el poder de Yahvé y lo establecieron como el sucesor de Elías1. Su ministerio fue notable por su enfoque en las necesidades prácticas del pueblo, en contraste con el ministerio de Elías, que fue más de confrontación directa contra la idolatría4.
Milagros de Provisión y Sanación
Eliseo realizó numerosos prodigios, a menudo relacionados con el sustento y la vida:
Sanación de las aguas de Jericó: Al llegar a Jericó, la gente se quejó de que el agua de la ciudad era mala y la tierra infructuosa. Eliseo tomó una vasija nueva con sal y la arrojó al manantial, declarando que el Señor había sanado el agua, y esta se volvió potable3.
Provisión a la viuda: Al igual que Elías, Eliseo asistió a una viuda. Cuando los acreedores amenazaron con llevarse a sus hijos como esclavos, Eliseo multiplicó el poco aceite que tenía, permitiéndole pagar sus deudas1.
Resurrección del hijo de la sunamita: Una mujer rica de Sunem, que había mostrado gran hospitalidad a Eliseo, fue recompensada con el nacimiento de un hijo. Cuando el niño murió, Eliseo, mediante la oración y la acción directa, lo devolvió a la vida1. Este milagro, junto con el de la viuda de Sarepta realizado por Elías, subraya el poder profético sobre la muerte5,6.
Multiplicación de panes: Alimentó a cien hombres con veinte panes de cebada y grano nuevo, sobrando alimento, un acto que prefigura la multiplicación de los panes realizada por Jesús en el Nuevo Testamento5.
Sanación de Naamán: El general sirio Naamán, leproso, acudió a Eliseo por recomendación de una esclava israelita. Eliseo le ordenó sumergirse siete veces en el río Jordán, y Naamán fue sanado1. Este episodio destaca la universalidad del poder de Dios, que actúa incluso en beneficio de los enemigos de Israel.
Juicio y Visión Espiritual
Eliseo también ejerció un poder de juicio y una aguda visión espiritual:
Castigo a los muchachos burlones: Un grupo de muchachos se burló de Eliseo mientras subía a Betel, gritándole «¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!»3. Eliseo los maldijo en el nombre del Señor, y dos osas salieron del bosque y destrozaron a cuarenta y dos de ellos3.
Visión de los carros de fuego: Durante la guerra contra Siria, cuando el siervo de Eliseo se asustó al ver al ejército enemigo que los rodeaba en Dotán, Eliseo oró para que el siervo pudiera ver. El Señor abrió los ojos del siervo, y vio la montaña llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo, una manifestación del poder divino que protegía al profeta1.
Eliseo en la Tradición Católica
La Iglesia Católica honra a Eliseo como uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento7.
Conexión con Elías y el Nuevo Testamento
Eliseo es visto como la culminación y continuación del ministerio de Elías1. La ascensión de Elías y la recepción de su manto por Eliseo es un poderoso símbolo de la sucesión profética2.
En el Nuevo Testamento, el profeta Elías es la personificación del siervo de Dios y aparece junto a Moisés en la Transfiguración de Jesús1. Aunque Eliseo no aparece en la Transfiguración, su ministerio es a menudo comparado con el de Jesús por los Padres de la Iglesia, como lo ilustra Afraates (Aphraates), quien compara los milagros de Eliseo (recibir el espíritu de Elías) con los de Jesús (resucitar al hijo de la viuda, multiplicar el pan)5.
Legado y Veneración
El libro de Sirácida (Eclesiástico) elogia a Eliseo, afirmando que cuando Elías fue envuelto en el torbellino, Eliseo fue llenado con su espíritu, realizando el doble de señales y maravillas8. La Escritura destaca que Eliseo fue un profeta que no tembló ante ningún gobernante y que, incluso después de su muerte, su cuerpo profetizó8.
La tradición registra que el cuerpo de Eliseo realizó un milagro póstumo: un hombre muerto, arrojado a la tumba de Eliseo, revivió al tocar los huesos del profeta8. Este milagro final subraya la santidad perdurable del profeta y el poder de Dios que actúa a través de él, incluso en la muerte.
Eliseo es un modelo de oración ferviente y de vida activa al servicio de los demás, en contraste con la vida más solitaria de Elías9. Él es recordado como un defensor del primado de Dios, aunque también tuvo que lidiar con sus propias debilidades, demostrando que el sentido de la propia fragilidad es a menudo más valioso que los momentos de éxito9.
Muerte y Fin de su Profecía
Eliseo murió de una enfermedad durante el reinado del rey Joás de Israel1. Incluso en su lecho de muerte, continuó ejerciendo su función profética, dando instrucciones al rey Joás para que golpeara la tierra con flechas, simbolizando las victorias que Dios le daría sobre los sirios1.
Su vida es un testimonio del poder de Dios que actúa a través de instrumentos humanos, y su legado se centra en la fidelidad a Yahvé y la misericordia demostrada a través de sus numerosos milagros.
Citas
Elias, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Elias. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 2 Reyes 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
La Santa Biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 2 Reyes 2:11 (1993). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Profecía, profeta y profetisa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Profecía, Profeta y Profetisa. ↩
Afraates/Afraates. Demostración 21 (Sobre la Persecución), § 14 (344). ↩ ↩2 ↩3
Sección uno la oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2583. ↩
Sección uno «Creo» - «Creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 61. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Sirac 48. ↩ ↩2 ↩3
Catequesis: 9. La oración de Elías, Papa Francisco. Audiencia General del 7 de octubre de 2020 - Catequesis: 9. La oración de Elías (2020). ↩ ↩2