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Encíclica

Una encíclica es una carta circular papal, una forma significativa de comunicación del Santo Padre, dirigida principalmente a los obispos de la Iglesia universal, aunque a veces puede extenderse a un grupo específico de obispos, a todos los fieles, o incluso a todas las personas de buena voluntad. Estos documentos abordan cuestiones que afectan el bienestar de la Iglesia en general, condenan errores, señalan peligros para la fe o la moral, exhortan a la constancia en la fe o prescriben remedios para males existentes o previstos. Las encíclicas pueden ser de carácter doctrinal, dogmático o exhortatorio, y constituyen una parte importante del magisterio ordinario del Papa, requiriendo asentimiento por parte de los fieles.

Tabla de contenido

Origen y Evolución del Término

El término encíclica proviene del griego egkyklios, que significa «circular»1. En sus inicios, el término no se limitaba exclusivamente a los documentos papales, sino que también se aplicaba a cartas circulares de obispos o arzobispos dirigidas a sus propias diócesis o a otros obispos1. Estas cartas, cuando eran dirigidas por un obispo a todos sus súbditos en general, se conocen hoy comúnmente como cartas pastorales1,2.

Con el tiempo, el uso del término se ha restringido casi exclusivamente a ciertos documentos papales que se distinguen en su forma técnica de las Bulas o Breves ordinarios1. En la actualidad, las encíclicas se dirigen explícitamente a los patriarcas, primados, arzobispos y obispos de la Iglesia universal en comunión con la Sede Apostólica1. Sin embargo, existen excepciones donde las encíclicas se han dirigido a los obispos de un país en particular, como la carta de Pío X a los obispos de Francia en 19071.

La forma de esta carta apostólica ha estado en uso ocasional durante mucho tiempo, pero ha sido en los últimos pontificados cuando las comunicaciones más importantes de la Santa Sede han adoptado la forma de encíclicas1. Por ejemplo, Benedicto XIV publicó una Epistola encyclica et commonitoria sobre los deberes del oficio episcopal poco después de su elección en 17401. Pío IX también emitió importantes pronunciamientos en este formato, como la famosa Quanta cura de 1864, acompañada por el Syllabus de errores1.

Propósito y Contenido

Las encíclicas abordan una amplia variedad de temas que son de vital importancia para la Iglesia y el mundo. Generalmente, se centran en asuntos que afectan el bienestar de la Iglesia en su conjunto1.

Temas Comunes

Ejemplos de Temas

Diversos Papas han utilizado las encíclicas para abordar cuestiones cruciales de su tiempo:

Estructura y Formato

Aunque la estructura puede variar ligeramente entre pontificados y propósitos, las encíclicas generalmente siguen un formato reconocible.

Título y Dedicatoria

Una encíclica moderna típicamente comienza con una invocación y una dedicatoria1. Por ejemplo, la encíclica Pascendi sobre el Modernismo comienza con: «Sanctissimi Domini Nostri Pii Divinâ Providentiâ Papæ X Litteræ Encyclicæ ad Patriarchas, Primates, Archiepiscopos, Episcopos aliosque locorum Ordinarios pacem et communionem cum Apostolicâ Sede habentes de Modernistarum Doctrinis. Ad Patriarchas, Primates, Archiepiscopos, Episcopos aliosque locorum Ordinarios, pacem et communionem cum Apostolicâ Sede habentes, Pius PP. X., Venerabiles Fratres, salutem et apostolicam benedictionem. Pascendi dominici gregis mandatum», etc.1.

El título de una encíclica suele derivarse de las primeras palabras del texto en latín.

Cuerpo del Documento

El cuerpo de la encíclica desarrolla el tema principal, presentando argumentos, enseñanzas y exhortaciones. Puede incluir referencias a escrituras, enseñanzas de Papas anteriores o concilios3. Por ejemplo, Quadragesimo Anno de Pío XI conmemora el cuadragésimo aniversario de la encíclica Rerum Novarum de León XIII3. Las encíclicas pueden ser:

Conclusión

La encíclica concluye con una fórmula de bendición apostólica y la fecha de emisión. Un ejemplo de conclusión es: «Nos vero, pignus caritatis Nostræ divinique in adversis solatii, Apostolicam Benedictionem vobis, cleris, populisque vestris amantissime impertimus. Datum Romæ, apud Sanctum Petrum, die VIII Septembris MCMVII, Pontificatus Nostri anno quinto. Pius PP. X.»1.

Algunas encíclicas coinciden con festividades importantes, como la Summi Pontificatus de Pío XII, que fue emitida en la Fiesta de Cristo Rey8.

Autoridad y Obligatoriedad

Las encíclicas son documentos del magisterio ordinario de la Iglesia. No deben confundirse con pronunciamientos ex cathedra, que son infalibles por su propia naturaleza9,1.

Magisterio Ordinario

Lo que se expone en las encíclicas no necesariamente constituye un pronunciamiento ex cathedra ni inviste al documento de autoridad infalible por el mero hecho de ser una encíclica9,1. Sin embargo, estos asuntos se enseñan con la autoridad de enseñanza ordinaria, sobre la cual se dice: «El que a vosotros oye, a mí me oye»9. Generalmente, lo que se expone e inculca en las encíclicas ya pertenece a la doctrina católica por otras razones9.

Asentimiento Requerido

Si los Sumos Pontífices, en sus documentos oficiales, juzgan deliberadamente una cuestión que hasta ese momento estaba en disputa, es evidente que esa cuestión, según la mente y voluntad de los Pontífices, ya no puede considerarse una cuestión abierta a discusión entre los teólogos9. Por lo tanto, las encíclicas exigen el asentimiento de los fieles, aunque el grado en que el magisterio infalible de la Santa Sede está comprometido debe juzgarse por las circunstancias y el lenguaje utilizado en cada caso particular1.

Preparación de las Encíclicas

La redacción de las encíclicas es una tarea importante que involucra al Santo Padre y, en ocasiones, a otros funcionarios de la Curia Romana1. Antiguamente, dos oficiales presidían oficinas separadas para asistir al Papa en la redacción de sus cartas encíclicas: el «Segretario dei brevi ai Principi» y el «Segretario delle lettere Latine»1. No obstante, Papas como León XIII tenían la costumbre de escribir sus propias encíclicas, y el Sumo Pontífice tiene la competencia para prescindir de los servicios de cualquier subordinado1.

Conclusión

Las encíclicas, como cartas circulares papales, son instrumentos vitales para la enseñanza y guía de la Iglesia Católica. A lo largo de la historia, han servido para abordar desafíos teológicos, morales y sociales, proporcionando dirección a los fieles y al mundo en general. Aunque no siempre son pronunciamientos infalibles ex cathedra, forman parte del magisterio ordinario del Papa y requieren el asentimiento de los católicos, guiando su fe y acción en conformidad con la tradición y la doctrina de la Iglesia.

Citas

  1. Encíclica, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Encíclica. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

  2. Cartas eclesiásticas, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Cartas Eclesiásticas.

  3. Papa Pío XI. Quadragesimo Anno, § 1 (1931). 2 3

  4. Papa León XIII. Quod Auctoritate (1885).

  5. Pío XI. Caritate Christi Compulsi (1932).

  6. nada en este mundo nos es indiferente, Papa Francisco. Laudato Si, § 3.

  7. Papa Pablo VI. Audiencia General del 5 de agosto de 1964 (1964). 2

  8. Papa Pío XII. Summi Pontificatus, § 9 (1939).

  9. Papa Pío XII. Humani Generis, § 20 (1950). 2 3 4 5