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Errores al armonizar dogmas con ciencia e historia moderna

Los errores al armonizar dogmas con ciencia e historia moderna representan intentos fallidos de reconciliar la fe católica con los avances científicos y las interpretaciones históricas contemporáneas, que terminan distorsionando la verdad revelada. Estos equívocos, condenados por el Magisterio, incluyen el modernismo, que ve los dogmas como evolutivos y relativos; el evolucionismo dogmático, que impone teorías científicas como certezas absolutas sin respeto a la Revelación; y la confusión entre métodos científicos y teológicos. La Iglesia promueve un diálogo fructífero entre fe y razón, pero exige fidelidad inquebrantable a los dogmas, como se expone en documentos clave como Humani Generis de Pío XII y las intervenciones de Juan Pablo II.1,2,3

Tabla de contenido

Introducción

La armonización entre los dogmas católicos y la ciencia moderna o la historia contemporánea es un tema central en la teología católica, impulsado por el principio de que fe y razón provienen del mismo Dios y no se contradicen.4,5 Sin embargo, históricamente han surgido errores graves que buscan «actualizar» los dogmas adaptándolos a paradigmas científicos o históricos, socavando su permanencia e inmutabilidad. Estos errores no solo contradicen la doctrina, sino que generan confusión entre los fieles y debilitan la credibilidad de la Iglesia.

El Magisterio ha advertido repetidamente contra tales desviaciones, recordando que los dogmas expresan verdades eternas reveladas por Dios, no meras opiniones evolutivas sujetas a la cultura o la ciencia del momento.6,7 Este artículo examina los principales errores, su contexto histórico, las condenas magisteriales y las pautas para un diálogo auténtico.

Contexto histórico

El modernismo y sus raíces

El modernismo, condenado por san Pío X en Pascendi Dominici Gregis (1907), surgió a finales del siglo XIX como un intento de reconciliar el catolicismo con el positivismo histórico y científico. Los modernistas postulaban que los dogmas no son verdades objetivas, sino expresiones simbólicas de un «sentimiento religioso» que evoluciona con la historia y la cultura.2

Esta visión implicaba que fórmulas dogmáticas antiguas debían ser reemplazadas por nuevas, adaptadas a la «conciencia moderna». Por ejemplo, se negaba la historicidad literal de ciertos relatos bíblicos para armonizarlos con la crítica histórica racionalista, reduciendo la Revelación a un proceso subjetivo.8 El Magisterio rechazó esta «evolución de los dogmas», afirmando que la verdad revelada es inmutable, aunque su comprensión pueda profundizarse.7

Influencia de la ciencia del siglo XX

En el siglo XX, el auge de teorías como la evolución darwiniana intensificó los debates. Encíclicas como Humani Generis (1950) de Pío XII permitieron discusiones sobre el origen del cuerpo humano desde materia preexistente, pero con cautela extrema, exigiendo sumisión al juicio de la Iglesia.3,9 Errores surgieron cuando se presentó la evolución como «hecho probado» que obliga a reinterpretar dogmas como la creación ex nihilo o la unidad original del género humano.

Asimismo, avances en cosmología y física cuántica tentaron a algunos teólogos a «teologizar» hipótesis científicas, confundiendo lo provisional de la ciencia con verdades dogmáticas.1

Principales errores identificados

Subjetivización y relativización de los dogmas

Un error fundamental es tratar los dogmas como símbolos arbitrarios que responden a necesidades momentáneas del «sentimiento religioso», no como conformidad objetiva con la realidad divina.2 Los modernistas argumentaban que la historia de los dogmas muestra «formas sucesivas» de la verdad revelada, adaptadas a épocas distintas, lo que implica su caducidad.7

Esto viola el principio de que los dogmas son irrevocables, aunque expresados en lenguaje humano interpretable según el contexto cultural antiguo.4 Por ejemplo, interpretar Génesis 1 no como cosmología hebrea literaria, sino como mito evolutivo, ignora su sentido teológico perenne: Dios como Creador trascendente.1

Imposición de certezas científicas sobre la Revelación

Otro error es afirmar como dogma científico incuestionable teorías no demostradas plenamente, como la evolución del cuerpo humano, sin moderación.3 Pío XII advirtió contra quienes «transgreden esta libertad de discusión, actuando como si el origen del cuerpo humano de materia preexistente estuviera ya completamente cierto y probado».9

Esto lleva a subordinar la fe a la ciencia, negando que almas son creadas inmediatamente por Dios o que la creación refleja un orden inteligente.5 La Iglesia permite investigación, pero exige que se someta al Magisterio, evitando racionalismos que excluyen lo sobrenatural.10

Confusión metodológica entre fe y ciencia

La ciencia emplea métodos empíricos y provisionales; la teología, la Revelación y la razón iluminada por la fe. Confundirlos genera «cortocircuitos» dañinos: la ciencia invade lo metafísico, y la fe se reduce a hipótesis verificables.5,11

Por instancia, ante el Big Bang, algunos ven confirmación directa del Fiat divino, mientras la Iglesia enfatiza que la inteligibilidad del universo apunta a la Sabiduría de Dios, sin equiparar hipótesis científicas a dogma.1,12

Enseñanza magisterial sobre el diálogo auténtico

Intervenciones de Pío XII y sus predecesores

En Humani Generis, Pío XII equilibró apertura y firmeza: la Iglesia no prohíbe debatir evolución, pero exige seriedad, moderación y sumisión eclesial.3 Anteriormente, Pío X rechazó el «evolucionismo» modernista que ve dogmas como productos históricos mutables.8

Doctrina de Juan Pablo II y Benedicto XVI

Juan Pablo II promovió diálogo: «La investigación metódica en todas las ramas del saber, llevada a cabo de modo verdaderamente científico y conforme a las normas morales, no solo nunca entrará en conflicto con la fe».4,12 Insistió en que fe y ciencia son «dos alas» para contemplar la verdad, rechazando oposiciones históricas por errores metodológicos.11,13

Benedicto XVI subrayó que la ciencia descubre verdades sobre el cosmos, pero la fe ofrece criterios éticos para su uso, evitando explotaciones contrarias al plan divino.10

Posición de Francisco

Francisco reafirma la distinción metodológica, citando a Lemaître: fe y ciencia son competencias distintas, integrables en la vida personal sin fusión.5

Ejemplos concretos de errores

Error comúnDescripciónCondena magisterial
Evolución como dogmaCerteza absoluta sobre origen corporalHumani Generis (Pío XII)3
Dogmas evolutivosReemplazo por nuevas fórmulasPascendi (Pío X)2
Fideísmo racionalistaSubordinación fe a cienciaFides et Ratio (Juan Pablo II)13

Consecuencias de estos errores

Estos equívocos fomentan relativismo doctrinal, crisis de fe y pérdida de identidad católica. Generan fideísmo (fe irracional) o scientismo (fe en ciencia como salvación), ambos rechazados por la Iglesia.14 En la cultura actual, contribuyen a secularismo, donde dogmas se ven como «mitos obsoletos».

Pautas para una armonización correcta

Conclusión

Los errores al armonizar dogmas con ciencia e historia moderna surgen de olvidar que la Revelación es viva y permanente, no maleable a modas culturales.6 La Iglesia invita a un diálogo enriquecedor, donde ciencia ilumina creación divina sin usurpar la fe. Fidelidad a los dogmas asegura coherencia, mientras la razón creyente eleva la ciencia al misterio de Dios. Así, fe y razón cooperan para el bien humano, como enseña el Magisterio constante.10,15

Citas

  1. Michael A. Hoonhout. Tomás de Aquino y la necesidad de una cosmología teológica contemporánea, § 3 (2005). 2 3 4 5

  2. Modernismo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Modernismo (1913). 2 3 4

  3. Papa Pío XII. Humani Generis, § 36 (1950). 2 3 4 5 6 7

  4. Alyssa Lyra Pitstick, Bernhard Blankenhorn, OP, et al. Reseñas de libros (Nova et Vetera, vol. 6, n.º 4), § 24 (2008). 2 3 4

  5. Papa Francisco. Saludo a los participantes en la Conferencia organizada por el Observatorio Vaticano (12 de mayo de 2017) (2017). 2 3 4 5 6

  6. Anónimo. Tratado 10: Revelación, Dogma y Espiritualidad católica, § 2 (2023). 2

  7. Algunas opiniones falsas que amenazan con socavar los fundamentos de la doctrina católica – De la encíclica «Humani Generis», 12 de agosto de 1950, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § 3882 (1854). 2 3

  8. Matthew J. Ramage. La hermenéutica de la reforma de Benedicto XVI: Hacia un acercamiento del magisterio y la crítica bíblica moderna, § 33 (2016). 2

  9. Algunas opiniones falsas que amenazan con socavar los fundamentos de la doctrina católica – De la encíclica «Humani Generis», 12 de agosto de 1950, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § 3896 (1854). 2

  10. Audiencia general del 21 de noviembre de 2012, Papa Benedicto XVI. Audiencia general del 21 de noviembre de 2012 (2012). 2 3

  11. Papa Juan Pablo II. A un grupo de premiados con el Nobel (22 de diciembre de 1980) – Discurso, § 4 (1980). 2 3

  12. Discurso de Su Santidad Juan Pablo II a los participantes de una conferencia patrocinada por el Observatorio Vaticano, Papa Juan Pablo II. A los participantes de una conferencia patrocinada por el Observatorio Vaticano (27 de septiembre de 1991) (1991). 2

  13. Papa Juan Pablo II. Viaje apostólico a Polonia: A los participantes del encuentro en la Universidad de Torún (7 de junio de 1999) – Discurso (1999). 2

  14. Al cuarto grupo de obispos de los Estados Unidos de América en su visita «ad limina», Papa Juan Pablo II. Al cuarto grupo de obispos de los Estados Unidos de América en su visita «ad limina» (24 de octubre de 1998), § 5 (1998).

  15. Papa Juan Pablo II. Para la celebración anual del Día de la Universidad Católica del Sagrado Corazón (5 de mayo de 2000) – Discurso, § 2 (2000).