Errores de limitar la razón humana solo a fenómenos
La doctrina católica rechaza firmemente la idea de confinar la razón humana exclusivamente a los fenómenos perceptibles por los sentidos, como propone el agnosticismo modernista. Esta limitación, condenada por la Iglesia desde el Concilio Vaticano I hasta encíclicas como Pascendi Dominici Gregis de Pío X, niega la capacidad de la inteligencia para elevarse a Dios mediante las realidades creadas, socavando la teología natural, los motivos de credibilidad y la revelación externa. Aunque la razón tiene límites inherentes —no puede comprender la esencia divina ni los misterios sobrenaturales—, puede conocer con certeza la existencia de Dios y verdades morales básicas. Este error lleva a un ateísmo práctico en ciencia e historia, y contradice la armonía entre fe y razón defendida por santos como santo Tomás de Aquino y el Magisterio contemporáneo.
Tabla de contenido
Contexto histórico y filosófico
El error de restringir la razón humana únicamente a los fenómenos —es decir, a lo que se percibe por los sentidos— surge en el modernismo del siglo XIX y principios del XX, influido por corrientes agnosticistas como el positivismo de Auguste Comte o el empirismo radical de David Hume. Estas filosofías postulan que el conocimiento válido se limita a lo observable y medible, excluyendo lo metafísico, lo trascendente y lo divino.1
La Iglesia Católica, desde sus primeros concilios, ha afirmado que esta visión es insuficiente y errónea. El Concilio Vaticano I (1869-1870) definió que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede conocerse con certeza por la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas (Romanos 1,20).2 Negar esto equivale a anatema.1
En el siglo XX, el modernismo lo elevó a sistema filosófico-religioso, haciendo del agnosticismo la base de su «filosofía religiosa». Los modernistas argumentaban que la razón no puede trascender los fenómenos, por lo que Dios no es objeto directo de la ciencia ni sujeto histórico.3 Pío X lo denunció como un camino hacia el ateísmo científico e histórico.
Influencias del agnosticismo en el modernismo
El agnosticismo modernista no es mera ignorancia (agnosticismo en sentido estricto), sino una transición deliberada al ateísmo positivista. Según esta doctrina:
La razón se confina a fenómenos perceptibles.
No puede elevarse a Dios ni reconocerlo en las criaturas visibles.
La teología natural y los motivos de credibilidad se desechan como «intelectualismo ridículo».
Esto ignora las definiciones conciliares y lleva a excluir a Dios de la explicación de la historia y la ciencia.1,3
Enseñanza magisterial sobre los límites y alcances de la razón
La Iglesia distingue dos órdenes de conocimiento: el de la razón natural y el de la revelación divina. La razón puede conocer a Dios con certeza, pero no abarca los misterios de la fe.2
Definiciones del Concilio Vaticano I
El Concilio Vaticano I, en Dei Filius, establece:
Si alguien dice que el Dios uno y verdadero, Creador y Señor nuestro, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana mediante las cosas que han sido hechas, sea anatema.1
Esto refuta directamente el agnosticismo fenomenista. La razón, aunque limitada por su dependencia de los sentidos en esta vida, accede a verdades supra-fenomenales mediante la causalidad y la analogía.4
Condena en Pascendi Dominici Gregis (1907)
Pío X dedica el apartado inicial de esta encíclica a desmontar el agnosticismo como fundamento modernista:
Los modernistas colocan el fundamento de la filosofía religiosa en la doctrina llamada agnosticismo. Según ella, la razón humana está circunscrita enteramente al ámbito de los fenómenos.1
Consecuencias lógicas:
Dios no es objeto de ciencia.
En historia, se ignora su intervención.
Se suprime la revelación externa y la teología natural.
El Papa cita el Vaticano I para mostrar la continuidad magisterial.3
Catecismo de la Iglesia Católica
El Catecismo sintetiza esta doctrina:
Por su razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus obras. Pero existe otro orden de conocimiento al que el hombre no puede acceder por sus propias fuerzas: el de la Revelación divina.2
Además:
El hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios no sólo en lo que excede su inteligencia, sino también en aquellas verdades religiosas y morales que de por sí no están fuera del alcance de la razón humana.5
La razón conoce lo accesible «con facilidad, certeza firme y sin mezcla de error», pero la revelación perfecciona y eleva.6
Perspectiva tomista: razón, sentidos y trascendencia
Santo Tomás de Aquino ofrece el marco filosófico clave. En la Summa Contra Gentiles, distingue:
Conocimiento natural: Ascenso por las criaturas a Dios (existencia, unidad).7
Conocimiento revelado: Verdades supra-racionales (Trinidad, Encarnación).
Conocimiento perfecto: Intuición beatífica en la patria.
La razón depende de los sentidos (modus sciendi in praesenti vita), pero trasciende fenómenos por abstracción y causalidad. Los efectos sensibles (criaturas) manifiestan la causa primera, aunque «efectos que no alcanzan el poder de su causa».4
El intelecto humano no puede comprender la sustancia divina por su poder natural.4
En su Comentario a las Sentencias, Aquino argumenta que la filosofía es insuficiente para la fe, necesitando revelación para defectos de la razón.8
Esta síntesis evita racionalismo (razón todo lo abarca) y fideísmo (razón inútil).
Consecuencias teológicas y prácticas del error
Limitar la razón a fenómenos genera graves errores:
Subjetivismo religioso: Fe como experiencia interna, no revelación externa.1
Pérdida de moral objetiva: Verdades morales accesibles por razón se relativizan.5
Conflicto fe-razón: Se opone la armonía magisterial (cf. Fides et Ratio de Juan Pablo II).9
En la práctica, fomenta scientismo, donde solo lo empírico vale, ignorando el orden metafísico.
| Error | Consecuencia | Refutación católica |
|---|---|---|
| Agnosticismo fenomenista | Dios incognoscible | Vaticano I: Conocimiento natural posible2 |
| Ateísmo histórico | Historia sin providencia | Revelación como historia sagrada7 |
| Rechazo teología natural | No motivos de credibilidad | Aquino: Pruebas racionales de Dios4 |
| Subjetivismo | Fe como inspiración privada | Motivos externos y gracia1 |
Relación entre fe, razón y revelación
La Iglesia enseña unidad de verdad: «El mismo Dios que revela los misterios y concede la fe ha puesto en el espíritu humano la luz de la razón».9 Documentos como Humani Generis (Pío XII) y Aeterni Patris (León XIII) exaltan la razón bien formada, pero subordinada a la fe.10,11
Juan Pablo II en Fides et Ratio afirma dos órdenes de conocimiento distintos en origen y objeto, pero complementarios.12 La razón prepara la fe; la fe purifica la razón.
Intervenciones del Magisterio
Contra racionalismo y fideísmo: Dei Filius.13
Filosofía cristiana: Tomás como modelo.11
Críticas contemporáneas y aplicaciones
En la era científica, este error persiste en naturalismo metodológico, que abstrae el universo de Dios.14 La antropología católica integra cuerpo-alma, libertad-naturaleza, rechazando reduccionismos.15,16
La ley natural —conocible por razón— orienta al fin humano, trascendiendo fenómenos biológicos.15
Conclusión
Limitar la razón a fenómenos es un error grave que empobrece el conocimiento humano y aleja de Dios. La doctrina católica, fiel a Escritura, Tradición y Magisterio, afirma su capacidad trascendente, limitada pero fecunda, llamada a la luz de la fe. Esta síntesis ilumina la búsqueda moderna de verdad, invitando a una filosofía al servicio de la sabiduría divina.
Citas
Análisis de la enseñanza modernista – El agnosticismo su fundamento filosófico, Papa Pío X. Pascendi Dominici Gregis, § 6 (1907). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Sección uno «Yo creo» – «Nosotros creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 50 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Las falsas doctrinas de los modernistas – De la encíclica, «Pascendi Dominici Gregis», 8 de septiembre de 1907, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § 3475 (1854). ↩ ↩2 ↩3
John Haldane. ¿Qué tiene la metafísica que ver con la sabiduría? , § 12 (2022). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Sección uno «Yo creo» – «Nosotros creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 38 (1992). ↩ ↩2
Capítulo I – La propia revelación, Concilio Vaticano II. Dei Verbum, § 6 (1965). ↩
Libro IV: De Dios en su revelación – Capítulo I – Prefacio, Tomás de Aquino. Summa Contra Gentiles, § Libro III. Cap. I (1265). ↩ ↩2
Artículo 1 – si alguna doctrina distinta a las disciplinas naturales es necesaria para el hombre, Tomás de Aquino. Comentario a las Sentencias, §P.Q1.A1 (1252). ↩
Capítulo V – Las intervenciones del magisterio en cuestiones filosóficas – El discernimiento del magisterio como diakonia de la verdad, Papa Juan Pablo II. Fides et Ratio, § 53 (1998). ↩ ↩2
Papa Pío XII. Humani Generis, § 29 (1950). ↩
Aeterni Patris – Encíclica del Papa León XIII – Sobre la restitución de la filosofía cristiana, Papa León XIII. Aeterni Patris, § 8 (1879). ↩ ↩2
Capítulo I – La revelación de la sabiduría de Dios – Jesús, revelador del Padre, Papa Juan Pablo II. Fides et Ratio, § 9 (1998). ↩
Capítulo V – Las intervenciones del magisterio en cuestiones filosóficas – El discernimiento del magisterio como diakonia de la verdad, Papa Juan Pablo II. Fides et Ratio, § 52 (1998). ↩
Adrian J. Walker. Instrumentos divinos: Notas hacia la regeneración de la ciencia, § 48 (2021). ↩
Michele M. Schumacher. ¿Una mujer en piedra o en el corazón del hombre? Navegando entre el naturalismo y el idealismo en el espíritu de Veritatis Splendor, § 18 (2013). ↩ ↩2
John M. McDermott, S.J. Sobre la naturaleza, la libertad y la persona en Aquino y más allá, § 34 (2011). ↩
