Errores sobre el orden sobrenatural
Los errores sobre el orden sobrenatural constituyen un conjunto de herejías y tesis teológicas que cuestionan la elevación gratuita del ser humano por parte de Dios hacia una vida y un destino divinos, negando o atenuando su carácter estrictamente sobrenatural. Estos errores, clasificados históricamente en tres grupos principales según su enfoque —la condición actual del hombre, su estado original y la posibilidad misma del orden sobrenatural—, han sido condenados repetidamente por el Magisterio de la Iglesia Católica desde los primeros concilios hasta encíclicas del siglo XX. La doctrina católica afirma que el orden sobrenatural, centrado en la gracia y la gloria, excede las capacidades de la naturaleza creada y solo se conoce por revelación divina, preservando así la absoluta gratuidad del don de Dios.1,2,3
Tabla de contenido
Definición del orden sobrenatural
El orden sobrenatural se entiende como el conjunto de efectos producidos gratuitamente por Dios que elevan a la criatura racional por encima de su esfera natural hacia una vida y un destino semejantes a los divinos. Este orden se distingue del orden natural, que abarca todas las entidades y potencias creadas, incluidas las más elevadas de las que es capaz el ser humano sin ayuda divina. La Iglesia enseña que la gracia santificante y la visión beatífica son elementos centrales de este orden, los cuales no destruyen la naturaleza, sino que la perfeccionan y subordinan.1
Teólogos católicos clasifican lo sobrenatural en categorías precisas:
Sobrenatural absoluto o substancial: Efectos que trascienden toda la creación, como la unión con Dios por gracia y gloria.
Sobrenatural accidental: Modos milagrosos de producir efectos naturales.
Preternatural: Dones relativos, como la inmortalidad original de Adán, que elevan dentro del ámbito creado.1
Esta distinción subraya que el orden sobrenatural no es una mera superioridad relativa, sino una intervención divina excepcional que solo se capta por fe y revelación.4
Clasificación de los errores
La tradición teológica católica agrupa los errores sobre el orden sobrenatural en tres categorías, según su perspectiva histórica y lógica: la condición actual del hombre, su estado primitivo y la viabilidad misma del sobrenatural.1
Errores sobre la condición actual del hombre
En este primer grupo se encuentran el pelagianismo y el semipelagianismo, que exageran las capacidades naturales del ser humano. Los pelagianos del siglo V, influenciados por el ideal estoico, afirmaban que la visión beatífica y los actos para merecerla eran naturales al hombre, negando así la necesidad de la gracia sobrenatural. Fueron condenados por los Concilios de Milevo y Cartago (418).1
Menos radicales, los semipelagianos, censurados en el Concilio de Orange (529), admitían la gracia para la fe inicial y la perseverancia final, pero consideraban sobrenatural solo ciertas fases de la vida espiritual. También se incluyen aquí los beguinos y beghardos del siglo XIV, condenados en el Concilio de Vienne (1312), que atribuían la beatitud al ser racional sin el lumen gloriae, y Eckhart, reprobado por Juan XXII (1329) por confundir Creador y criatura en la contemplación.1
Estos errores naturalizan lo sobrenatural, equiparando la gracia a un poder intrínseco humano.
Errores sobre el estado original del hombre
El segundo grupo incluye a los Reformadores protestantes y la escuela jansenista. Los primeros, malinterpretando a los Padres de la Iglesia, negaban el carácter sobrenatural de la elevación original de Adán, considerándola parte de la naturaleza humana básica. Esta tesis fue rechazada por el Concilio de Trento (Sesión V, canon 1 sobre el pecado original).1,5
Miguel Bayo (Baius) refinó el error al llamar «sobrenatural» al estado primitivo, pero lo vació de sentido al declararlo debido a la condición normal de la humanidad. Condenado por Pío V (1567), influyó en Pasquier Quesnel (reprendido por Clemente XI) y el sínodo pistoyense (condenado por Pío VI).1
Algunos teólogos alemanes del siglo XIX, como Stattler o Hermes, confundieron lo moral con lo sobrenatural, admitiendo dones preternaturales pero negando la sobrenaturalidad de la adopción filial y la participación en la naturaleza divina, por considerarlos moralmente necesarios. Esta resurrección de errores antiguos fue combatida por teólogos como Kleutgen.1
Errores sobre la posibilidad y evidencias del orden sobrenatural
El tercer grupo abarca el racionalismo, desde Socino hasta los modernistas, que rechazan el sobrenatural por imposible filosóficamente o inexistente históricamente. El Syllabus de Pío IX y la Constitución Dei Filius del Vaticano I frenaron este naturalismo radical.1
Los modernistas, condenados por Pío X en Pascendi dominici gregis (1907), preservan fórmulas dogmáticas pero las vacían: el agnosticismo lo hace incognoscible, el inmanentismo lo deriva de la vitalidad humana, el simbolismo lo reduce a experiencia subjetiva y la crítica niega los documentos reveladores.1,6
Otras tesis erróneas incluyen la de Antonio Rosmini (1887), que define el sobrenatural como manifestación del ser en plenitud, produciendo un «sentido deiforme» natural.7 Pío XII en Humani generis (1950) reprende a quienes destruyen la gratuidad al afirmar que Dios no puede crear intelectuales sin ordenarlos a la visión beatífica.8
Condenas magisteriales principales
El Magisterio ha intervenido sistemáticamente para preservar la gratuidad del orden sobrenatural.
Concilios ecuménicos
Milevo y Cartago (418): Contra pelagianismo.1
Orange (529): Contra semipelagianismo.1
Vienne (1311-1312): Contra beguinos y beghardos.1
Trento (1545-1563): Rechazo de la naturalidad de la elevación original (Sesión V).1
Vaticano I (1870): Defensa de la revelación sobrenatural.1
Bulas y decretos papales
Pío V (1567): Condena de Baius (Ex omnibus afflictionibus.5
Clemente XI y Pío VI: Contra Quesnel y Pistoia.1
Juan XXII (1329): Contra Eckhart.1
Santo Oficio (1907): Lamentabili sane exitu contra modernistas.6
Documentos del siglo XX
Humani generis (Pío XII, 1950) denuncia la negación de la gratuidad sobrenatural y la perversión del pecado original.8 El Catecismo de la Iglesia Católica (1992) reitera que la vocación a la vida eterna es sobrenatural, gratuita y superior a las potencias humanas.2,3,9
Doctrina católica ortodoxa
Frente a estos errores, la Iglesia enseña:
Hecho de la elevación: Aludida en Génesis (1,26; 3,22) y explícita en el Nuevo Testamento (Jn 14-17; 1 Cor 13,12; 1 Jn 3,1-2; Rm 5,5). Los Padres enfatizan la deificación.1
Carácter sobrenatural: Gracia y gloria exceden la potentia obedientialis natural; no son debidas ni emanadas de la naturaleza.1,4
Posibilidad y certeza: Apologética cristiana prueba su viabilidad por milagros, profecía y frutos espirituales. La gracia perfecciona la naturaleza sin confundirla.1
El Concilio Vaticano I y el Catecismo confirman que el hombre es elevado a un fin sobrenatural por iniciativa gratuita de Dios.4,10
Influencia en debates teológicos contemporáneos
En el siglo XX, la hipótesis de la natura pura (estado hipotético sin orden sobrenatural) surgió para salvaguardar la gratuidad, pero fue criticada por algunos como concesión excesiva a la autonomía natural, evocando riesgos de secularización o baianismo implícito.11,12,13 Autores como Henri de Lubac cuestionaron interpretaciones tomistas posteriores, defendiendo un deseo natural profundo por Dios sin menoscabar la gratuidad.11 No obstante, el Magisterio prioriza la distinción ontológica entre órdenes natural y sobrenatural, rechazando síntesis que la diluyan.8,14
El orden sobrenatural permanece como pilar de la fe católica, invitando a la humildad ante el don inmerecido de la gracia.
Citas
Orden sobrenatural, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Orden sobrenatural (1913). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21
Sección uno, vocación del hombre, vida en el espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § MCMXCVIII (1992). ↩ ↩2
Sección uno, vocación del hombre, vida en el espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § MDCCXXVII (1992). ↩ ↩2
Cielo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Cielo (1913). ↩ ↩2 ↩3
Errores de Miguel du Bay (Bai) – Condenados en la bula Ex omnibus afflictionibus, 1 de octubre de 1567, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § MCMXXIII (1854). ↩ ↩2
Los errores de los modernistas, sobre la Iglesia, la revelación, Cristo, los sacramentos – Decretado por la Santa Oficina, Lamentabili, 3 de julio de 1907, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § MMMCDXXXVI (1854). ↩ ↩2
Errores de Antonii de Rosmini‑Serbati – Condenados en un decreto de la Santa Oficina, 14 de diciembre de 1887, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § MMMCCXXXVI (1854). ↩ ↩2
Algunas falsas opiniones que amenazan con minar los cimientos de la doctrina católica – De la encíclica Humani Generis, 12 de agosto de 1950, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § MMMDCCCXCI (1854). ↩ ↩2 ↩3
Sección uno, vocación del hombre, vida en el espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § MDCCXXII (1992). ↩
Sección uno «Yo creo» – «Nosotros creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § L (1992). ↩
Thomas M. Osborne, Jr. Natura Pura: Dos obras recientes, § II (2013). ↩ ↩2
David L. Augustine. ¿Extrinsicismo? : Revisando la teología preconciliar de la naturaleza y la gracia, § IV (2020). ↩
Christopher J. Malloy. De Lubac sobre el deseo natural: dificultades y antítesis, § IV (2011). ↩
Steven A. Long. Sobre la pérdida y la recuperación de la naturaleza como principio teonómico: reflexiones sobre la controversia naturaleza/gracia, § XXI (2007). ↩
