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Cruz

Escatología

Escatología
Grabado en xilografía de Albrecht Dürer de C.E. 1497-1498, que representa a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis mencionados en la Biblia. En la imagen, los cuatro jinetes aparecen de derecha a izquierda: La Plaga, con un arco en la mano (en algunas interpretaciones, la conquista del mundo por parte de Jesús); la Guerra, con una espada en la mano; el Hambre, con una balanza en la mano; y la Muerte, que es representada como un cuerpo en descomposición. La xilografía de 39×28 cm se encuentra en la Staatliche. Dominio Público.

La escatología católica se refiere a la doctrina de las últimas cosas (eschata en griego, novissima en latín), que abarca el destino final del ser humano, tanto individual como colectivo, y el destino del universo. Esta rama de la teología sistemática explora temas como la muerte, el juicio particular, el cielo, el purgatorio, el infierno, la segunda venida de Cristo, la resurrección de los cuerpos, el juicio universal y la consumación final de todas las cosas. En el corazón de la escatología se encuentra la figura de Jesucristo, cuya muerte y resurrección son el fundamento de la salvación y la esperanza de la plenitud del Reino de Dios.

Tabla de contenido

Definición y Objeto de la Escatología

La escatología es la rama de la teología que se ocupa de las postrimerías o últimas cosas1. Aunque el término griego es de introducción relativamente reciente en el uso moderno, ha reemplazado en gran medida a su equivalente latino, De Novissimis1. La verdadera temática de la escatología es Jesucristo, quien murió y resucitó para nuestra salvación, para que Dios sea «todo en todos» (1 Cor 15,28)2. En el bautismo, el cristiano revive simbólicamente la experiencia de la muerte y resurrección de Cristo, y en la Eucaristía, la Iglesia anticipa la consumación de la salvación en el mundo venidero2.

La escatología se divide en dos aspectos principales:

La enseñanza católica sobre la escatología ofrece una visión clara y coherente de lo que es necesario saber sobre el destino eterno de cada persona y la consumación final del cosmos1.

Escatología Individual

La escatología individual se refiere al destino del alma de cada persona después de la muerte.

La Muerte

La muerte, entendida como la separación del alma y el cuerpo, es presentada en la enseñanza católica principalmente como consecuencia y pena del pecado de Adán (Génesis 2,17; Romanos 5,12)1. Es el final del período de prueba del hombre, el evento que decide su destino eterno (2 Corintios 5,10; Juan 9,4; Lucas 12,40)1. Aunque la muerte es universal, existe cierta discusión sobre su absoluta universalidad para aquellos que estén vivos al final del mundo (1 Tesalonicenses 4,14ss; 1 Corintios 15,51; 2 Timoteo 4,1)1.

El Juicio Particular

La enseñanza católica sostiene que cada alma es sometida a un juicio particular inmediatamente después de la muerte1. Este juicio está implícito en varios pasajes del Nuevo Testamento (Lucas 16,22ss; 23,43; Hechos 1,25) y en las enseñanzas del Concilio de Florencia1. Este juicio determina si el alma va al cielo, al purgatorio o al infierno1.

El Cielo

El cielo es la morada de los bienaventurados, donde, después de la resurrección con cuerpos glorificados, disfrutan de la visión inmediata de Dios «cara a cara», elevados sobrenaturalmente por la luz de la gloria1. Existen infinitos grados de gloria que corresponden a los grados de mérito, pero todos son inefablemente felices en la posesión eterna de Dios1. Solo los perfectamente puros y santos pueden entrar al cielo; la entrada no se pospone hasta después del Juicio General para aquellos que han alcanzado ese estado, ya sea en la muerte o después de la purificación en el purgatorio1.

El Purgatorio

El purgatorio es un estado intermedio de duración desconocida en el que aquellos que mueren imperfectos, pero no en pecado mortal no arrepentido, experimentan un proceso de purificación penal para calificarse para la admisión al cielo1. Las almas en el purgatorio participan en la comunión de los santos y se benefician de las oraciones y buenas obras de los fieles en la tierra1. La negación del purgatorio por parte de los Reformadores dejó un vacío en su escatología1.

El Infierno

El infierno, en la enseñanza católica, designa el lugar o estado de hombres (y ángeles) que, a causa del pecado, son excluidos para siempre de la Visión Beatífica1. En un sentido amplio, se aplica al estado de aquellos que mueren solo con el pecado original en sus almas, lo cual no es un estado de miseria o castigo subjetivo, sino la privación objetiva de la bienaventuranza sobrenatural, compatible con una condición de felicidad natural perfecta1. El nombre Gehenna se utiliza para referirse al lugar final de castigo de los impíos después del juicio final o incluso inmediatamente después de la muerte1.

Escatología Universal y Cósmica

La escatología universal y cósmica se refiere a los eventos que afectan a toda la humanidad y al universo.

La Segunda Venida de Cristo (Parusía)

La Iglesia primitiva vivía su fe en Cristo con una ferviente expectativa de la Segunda Venida (Apocalipsis 22,20), y la liturgia, la predicación y los escritos dan amplio testimonio de ello2. El Símbolo Niceno-Constantinopolitano afirma que Cristo «vendrá de nuevo con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin»2. Esta venida será inesperada y tomará por sorpresa a los vivos1. La Eucaristía, en particular, tiene una dimensión escatológica, expresando una espera confiada «en la gozosa esperanza de la venida de nuestro Salvador, Jesucristo»3.

La Resurrección de los Cuerpos

La venida visible (parusía) de Cristo en poder y gloria será la señal para la resurrección de los muertos1. La enseñanza católica sostiene que todos los muertos que serán juzgados resucitarán, tanto los impíos como los justos, y lo harán con los cuerpos que tuvieron en esta vida1. Aunque no está formalmente definido, es cierto que habrá una única resurrección general, simultánea para buenos y malos1. Para los justos, los cuerpos resucitados tendrán cualidades gloriosas, como describe San Pablo en 1 Corintios 15 (cf. Mateo 13,43; Filipenses 3,21)1. En el caso de los condenados, sus cuerpos serán incorruptibles1.

El Juicio General

Después de la resurrección de los cuerpos, tendrá lugar el Juicio General1. Cristo mismo será el Juez, como se describe en Mateo 251. La perspectiva del juicio ha influido en la vida diaria de los cristianos desde los primeros tiempos, sirviendo como un criterio para ordenar la vida presente y como una llamada a la conciencia, así como una esperanza en la justicia de Dios4. La catequesis sobre las últimas cosas debe enseñar la verdad completa, sin minimizar la grave responsabilidad que cada uno tiene respecto a su destino futuro, incluyendo el juicio después de la muerte, las penas expiatorias del Purgatorio, la realidad de la muerte eterna y el juicio final5. En ese día, cada persona llegará plenamente a su destino, ya que todos seremos revelados «ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba la recompensa, buena o mala, según su vida en el cuerpo» (2 Corintios 5,10)5.

La Consumación de Todas las Cosas

La enseñanza católica también menciona que el universo físico compartirá la consumación general (2 Pedro 3,13; Romanos 8,19ss; Apocalipsis 21,1ss)1. El cielo y la tierra actuales serán destruidos, y un nuevo cielo y una nueva tierra tomarán su lugar1,6. Este proceso implicará una transformación del universo material, que se convertirá en parte del glorioso Reino de Cristo, del cual «no habrá fin»1,6. En la consumación escatológica, el amor vencerá las raíces más profundas del mal, dando como fruto el reino de la vida, la santidad y la inmortalidad gloriosa7. La creación se volverá transparente, mostrando la sabiduría, el poder y la belleza de Dios6. En este fin de los tiempos, el Reino de Dios vendrá en su plenitud, y los justos reinarán con Cristo para siempre, glorificados en cuerpo y alma, y el universo material mismo será transformado. Dios será entonces «todo en todos» (1 Corintios 15,28), en la vida eterna8,5,9.

La Iglesia y la Escatología

La Iglesia, como Cuerpo de Cristo y Esposa, tiene una dimensión escatológica intrínseca. Los fieles ya en esta vida esperan con esperanza la transformación de su cuerpo mortal según el modelo del cuerpo glorificado de Cristo (Filipenses 3,21; cf. 1 Corintios 15)5. Hasta que el Señor venga en su majestad, algunos de sus discípulos son peregrinos en la tierra, otros se purifican después de esta vida, y otros ya están en la gloria, contemplando a Dios5. En el día de la venida del Señor, toda la Iglesia alcanzará su perfección y entrará en la plenitud de Dios, lo cual es el fundamento de la esperanza y la oración de los cristianos («Venga tu Reino»)5.

Conclusión

La escatología católica, al abordar las últimas cosas, ofrece una visión integral del destino humano y cósmico, centrada en la figura de Jesucristo. Desde la muerte individual y el juicio particular hasta la resurrección de los cuerpos, el juicio universal y la transformación del universo, la doctrina católica proporciona un marco de esperanza y responsabilidad. Nos invita a vivir el presente en preparación para la plenitud del Reino de Dios, donde Dios será «todo en todos» y la creación entera será reconciliada y glorificada en Cristo.

Citas

  1. Escatología, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Escatología. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31

  2. Escatología, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Escatología (2015). 2 3 4

  3. Capítulo primero - El misterio de la fe, Papa Juan Pablo II. Ecclesia de Eucharistia, § 18 (2003).

  4. «ámbitos» para aprender y practicar la esperanza - III. El juicio como ámbito para aprender y practicar la esperanza, Papa Benedicto XVI. Spe Salvi, § 41 (2007).

  5. Tercera parte: El mensaje cristiano - Significado y propósito de esta parte - Capítulo II: Los elementos más destacados del mensaje cristiano - Comunión final con Dios, Sagrada Congregación para el Clero. Directorio Catequético General, § 69 (1971). 2 3 4 5 6

  6. B5 - La Iglesia escatológica y el mundo material, Roch Kereszty. El Cuerpo y la Esposa de Cristo: La Iglesia como un único Sujeto trascendente, §Communio: Revista Católica Internacional, vol. 46, núm. 2 (Verano 2019) (2019). 2 3

  7. B8. Amor más poderoso que la muerte, más poderoso que el pecado, Papa Juan Pablo II. Dives in Misericordia, § 8 (1980).

  8. Ezra Sullivan, O.P. Buscad primero el Reino: Una respuesta a la explicación de Germain Grisez sobre el fin último del hombre, § 27.

  9. Capítulo segundo - VII. La mirada de Jesús, Papa Francisco. Laudato Si, § 100.