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Cruz

Eucaristía como sacrificio

Eucaristía como sacrificio
Fruto de la vid y pan. Original, John Snyder, CC BY-SA 3.0 📄

La Eucaristía es el centro de la fe y la vida católica, reconocida no solo como un sacramento que nutre espiritualmente a los fieles, sino también, y fundamentalmente, como el sacrificio de la Nueva Alianza. En ella se hace presente el único y perfecto sacrificio de Jesucristo en la cruz, ofrecido una vez para siempre por la redención de la humanidad. Este sacrificio se perpetúa de manera incruenta en cada celebración eucarística, uniendo a la Iglesia con la ofrenda de su Cabeza y permitiendo a los fieles participar en los frutos de la Pasión de Cristo.

Tabla de contenido

La Naturaleza Sacrificial de la Eucaristía

La Iglesia Católica enseña que la Eucaristía es, ante todo, un sacrificio1. Esta verdad se manifiesta en las palabras de institución de Jesús en la Última Cena: «Este es mi cuerpo que es entregado por ustedes» y «Esta copa que es derramada por ustedes es la Nueva Alianza en mi sangre»2. Con estas palabras, Jesús no solo entregó su cuerpo y sangre como alimento y bebida, sino que también expresó el significado sacrificial de su inminente Pasión y la hizo sacramentalmente presente3.

El sacrificio de la Eucaristía no es una repetición del sacrificio de Cristo en el Calvario, sino su re-presentación o actualización4,5. Es el mismo Cristo quien se ofrece, solo que la manera de ofrecer es diferente: en la cruz fue de forma cruenta, y en la Eucaristía es de forma incruenta6. San Juan Pablo II enfatizó que «el sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son un solo y único sacrificio»7,6. La Eucaristía, al ser un verdadero sacrificio, realiza la restauración de la humanidad a Dios a través de la novedad pascual de la Redención1.

La Eucaristía como Memorial

La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo2,8. No es simplemente un recuerdo histórico de un evento pasado, sino que, por la acción misteriosa del Espíritu Santo, el Misterio Pascual del Señor se hace presente y contemporáneo para la Iglesia4. En este sentido, es «conmemorativa de la Pasión de nuestro Señor, que fue un verdadero sacrificio»9. Esta celebración es una «imagen representativa de la Pasión de Cristo», que es su verdadero sacrificio10,11.

La Eucaristía como Ofrenda a Dios

El aspecto sacrificial de la Eucaristía implica una oblación a Dios12,11. San Juan Pablo II subraya que el sacrificio de Cristo en la cruz es, ante todo, un don al Padre: «un sacrificio que el Padre aceptó, dando, a cambio de esta total auto-entrega de su Hijo, que 'se hizo obediente hasta la muerte' (Flp 2,8), su propio don paternal»3.

En la Eucaristía, la Iglesia, como Cuerpo y Esposa de Cristo, participa en la ofrenda sacrificial de su Cabeza y Esposo4. Los fieles, unidos a Cristo, se ofrecen a sí mismos como sacrificio al Padre4. Así, la Iglesia entera ejerce el papel de sacerdote y víctima junto con Cristo, ofreciendo la Misa y ofreciéndose a sí misma completamente en ella4,13.

El Sacerdocio Ministerial y el Sacrificio Eucarístico

El sacerdote ordenado, al celebrar la Eucaristía, actúa in persona Christi, es decir, en una identificación sacramental específica con Cristo, el «sumo y eterno Sacerdote»14,15. Nadie más puede ocupar su lugar en este sacrificio14. Es a través del ministerio de los sacerdotes que el sacrificio espiritual de los fieles se completa en unión con el sacrificio de Cristo, el único Mediador16.

El sacerdote, como ministro del sacrificio, realiza un verdadero acto sacrificial que devuelve la creación a Dios1. Al mismo tiempo, todos los bautizados, como miembros del Cuerpo de Cristo, comparten su sacerdocio y ofrecen con Él sus propios sacrificios espirituales, representados por el pan y el vino presentados en el altar4,1.

La Eucaristía: Sacrificio y Banquete

La Eucaristía es inseparablemente el memorial sacrificial en el que se perpetúa el sacrificio de la cruz y el banquete sagrado de comunión con el cuerpo y la sangre del Señor17,18. La celebración del sacrificio eucarístico está enteramente orientada a la unión íntima de los fieles con Cristo a través de la comunión17. Recibir la comunión es recibir a Cristo mismo, quien se ha ofrecido por nosotros17.

Esta unión con Cristo en la Eucaristía no es solo un acto de agradecimiento y alabanza, sino una participación real en el carácter sacrificial de la cruz de Cristo3. Al comulgar en su cuerpo y sangre sacrificiales, se logra la «eficacia salvífica» de su sacrificio en nosotros19. La Eucaristía nos conforma a Cristo externamente a través de la representación sacramental e internamente a través de la caridad activa y auto-entregada18.

Frutos del Sacrificio Eucarístico

El sacrificio eucarístico aplica los frutos del sacrificio de la cruz para el perdón de los pecados que cometemos diariamente5. A través de este sacramento, se nos otorga la gracia y la virtud, y se nos impulsa a actuar por caridad18. La Eucaristía es también un sacrificio de alabanza y acción de gracias al Padre por toda su obra de creación, redención y santificación20,21.

La Importancia de la Eucaristía como Sacrificio en la Vida de la Iglesia

La comprensión de la Eucaristía como sacrificio es fundamental para la vida de la Iglesia. Sin esta dimensión sacrificial, se pondría en cuestión el valor sacrificial de la Misa y la excelencia del sacrificio de la Redención1. La Iglesia extrae constantemente su vida del sacrificio redentor, no solo a través de un recuerdo lleno de fe, sino también a través de un contacto real, ya que este sacrificio se hace presente de nuevo y se perpetúa sacramentalmente en cada comunidad que lo ofrece por manos del ministro consagrado18.

La Eucaristía, como el sacrificio de la Nueva Ley, hace presente lo que ocurrió en el pasado7. Esta verdad ha sido reafirmada por el Magisterio, destacando que el banquete eucarístico tiene un significado profundamente y primariamente sacrificial7.

Conclusión

La Eucaristía es el sacramento de nuestra salvación, realizado por Cristo en la cruz21. Es el sacrificio de la Redención y de la Nueva Alianza, que se hace presente de forma incruenta en cada Misa1. En ella, Cristo, el Sumo Sacerdote, se ofrece a sí mismo al Padre, y la Iglesia se une a esta ofrenda, recibiendo los frutos de su Pasión y Resurrección. Este misterio central de la fe católica es una fuente inagotable de gracia, que nos une íntimamente a Cristo y nos impulsa a vivir en caridad y acción de gracias.

Citas

  1. A todos los obispos de la Iglesia sobre el misterio y el culto de la Eucaristía - II. El carácter sagrado de la Eucaristía y el sacrificio - Sacrificio, Papa Juan Pablo II. Dominicae Cenae, § 9 (1980). 2 3 4 5 6

  2. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1365 (1992). 2

  3. Matthew Levering. Juan Pablo II y Aquino sobre la Eucaristía, § 13. 2 3

  4. ¿Por qué la eucaristía no es solo una comida sino también un sacrificio? , Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. La Presencia Real de Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía, § 2 (2001). 2 3 4 5 6

  5. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1366 (1992). 2

  6. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1367 (1992). 2

  7. Romanus Cessario, OP. Circa res. . . aliquid fit (Summa Theologiae II–II, q. 85, a. 3, ad 3): Aquino sobre el Sacrificio de la Nueva Ley, § 4. 2 3

  8. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1362 (1992).

  9. Štěpán Martin Filip, O.P. Imago Repræsentativa Passionis Christi: Santo Tomás de Aquino sobre la Esencia del Sacrificio de la Misa, § 10.

  10. Romanus Cessario, OP. Circa res. . . aliquid fit (Summa Theologiae II–II, q. 85, a. 3, ad 3): Aquino sobre el Sacrificio de la Nueva Ley, § 14.

  11. La eucaristía es ofrecida en la medida en que representa la pasión de Cristo, Štěpán Martin Filip, O.P. Imago Repræsentativa Passionis Christi: Santo Tomás de Aquino sobre la Esencia del Sacrificio de la Misa, § 14. 2

  12. La celebración eucarística representa la pasión de Cristo, Štěpán Martin Filip, O.P. Imago Repræsentativa Passionis Christi: Santo Tomás de Aquino sobre la Esencia del Sacrificio de la Misa, § 12.

  13. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1372 (1992).

  14. A todos los obispos de la Iglesia sobre el misterio y el culto de la Eucaristía - II. El carácter sagrado de la Eucaristía y el sacrificio - Carácter sagrado, Papa Juan Pablo II. Dominicae Cenae, § 8 (1980). 2

  15. En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1410 (1992).

  16. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1369 (1992).

  17. VI. El banquete pascual, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1382 (1992). 2 3

  18. Matthew Levering. Juan Pablo II y Aquino sobre la Eucaristía, § 17. 2 3 4

  19. Matthew Levering. Juan Pablo II y Aquino sobre la Eucaristía, § 20.

  20. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1360 (1992).

  21. V. El sacrificio sacramental acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1359 (1992). 2