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Eutanasia

La eutanasia, entendida como la acción deliberada de provocar la muerte de una persona con el fin de eliminar su sufrimiento, constituye un tema central en la ética médica y moral de la Iglesia Católica. El magisterio, a través de la Sagrada Escritura, la Tradición y los documentos magisteriales, ha definido la eutanasia como un acto intrínsecamente evil que viola la dignidad del ser humano y el mandato divino de respetar la vida desde su concepción hasta su fin natural. El presente artículo expone la enseñanza católica sobre la eutanasia, sus fundamentos teológicos, la distinción entre cuidados paliativos y el acto de matar, y la aplicación pastoral de estos principios.

Tabla de contenido

Doctrina de la Iglesia

Definición y condena

La eutanasia se describe en el Catecismo de la Iglesia Católica como «un asesinato» que contraviene gravemente la dignidad de la persona y el respeto debido a Dios, Creador del ser humano1. La Iglesia la califica de «violación grave de la ley de Dios» y la equipara a un acto de homicidio deliberado2.

Base bíblica y patrística

El mandato bíblico «No matarás» (Éxodo 20, 13) constituye la base normativa que la Iglesia interpreta como prohibición absoluta de cualquier forma de eliminación intencional de la vida humana. Los Padres de la Iglesia y los primeros concilios reforzaron esta enseñanza, subrayando que la vida es un don sagrado que pertenece exclusivamente a Dios.

Enseñanzas magisteriales

Juan Pablo II

En la encíclica Evangelium Vitae el Papa Juan Pablo II afirma que la eutanasia es «una grave violación de la ley de Dios, ya que consiste en la muerte deliberada e inmoral de una persona humana»3. Además, señala que «ninguno puede elegir arbitrariamente vivir o morir; el Creador es el único que posee ese poder»3.

Benedicto XVI

El Papa Benedicto XVI reiteró la condena en varios discursos, describiendo la eutanasia como «un síntoma alarmante de la ‘cultura de la muerte’ que avanza en las sociedades prósperas»4 y subrayó la necesidad de «defender la dignidad inviolable de la vida humana desde la concepción hasta su fin natural»5.

Francisco

El Pontífice Francisco, en su carta a la Congregación de los Hermanos de la Caridad (2020), denunció la erosión del valor intrínseco de la vida y recordó que «la dignidad humana no puede perderse bajo ninguna circunstancia»6, reafirmando la obligación de «no abandonar a nadie, aun en presencia de enfermedades incurables»6.

Principio de doble efecto y cuidados paliativos

Principio de doble efecto

El principio de doble efecto permite la realización de una acción buena que produce, como efecto secundario previsible pero no intencional, un daño grave (por ejemplo, la muerte). La Iglesia exige que se cumplan cuatro condiciones: la acción en sí sea moralmente buena o neutra, la intención sea el bien principal, el daño sea un efecto no intencional y haya una razón proporcional que justifique el riesgo7.

Uso de opioides y sedantes

Los documentos de la CDF y la literatura teológica explican que el uso de opioides y sedantes para aliviar el dolor del moribundo es moralmente lícito, aun cuando pueda acortar la vida, siempre que la intención sea exclusivamente aliviar el sufrimiento y no provocar la muerte8. El principio de doble efecto justifica esta práctica, describiéndola como «una forma de caridad desinteresada»8.

Diferencia entre eutanasia y tratamientos extraordinarios

La Iglesia distingue claramente entre la eutanasia y la renuncia a tratamientos médicos extraordinarios cuando éstos son desproporcionados o no aportan una mejora real al paciente. Según Evangelium Vitae, es lícito «rechazar formas de tratamiento que sólo prolonguen una vida precaria y gravosa» siempre que se mantenga la atención ordinaria al enfermo3. Esta decisión se basa en la proporcionalidad y no constituye un acto de muerte intencional.

Legislación y documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Carta Samaritanus bonus

En el apartado III de Samaritanus bonus (2020) la CDF afirma que «la vida humana es un regalo sagrado e inviolable» y que «no se puede elegir directamente la muerte de otro, aun a petición del paciente»9. El documento subraya que «el acto de eutanasia es un delito contra la vida y la dignidad humana»2.

Declaración Dignitas Infinita

La declaración Dignitas Infinita (2024) recalca que «cada vida tiene el mismo valor y dignidad» y que «ayudar a alguien a suicidarse constituye una ofensa objetiva contra su dignidad»10. Asimismo, destaca la necesidad de acompañar a los enfermos sin provocar su muerte.

Otros documentos

El documento de la Pontificia Academia para la Vida (1999) proclama que «la vida humana es sagrada e inviolable en todas sus fases» y que «todo moribundo merece el respeto incondicional»11. La carta a la Asamblea General de la Academia Pontificia para la Vida (1999) también condena la eutanasia como «un crimen contra la humanidad»12.

Perspectiva pastoral y acompañamiento

Rol de los profesionales de salud

Los profesionales de la salud son llamados a ser «ministros de vida» y a proporcionar cuidados que respeten la dignidad del paciente, evitando tanto la agresión médica innecesaria como la eutanasia13. La CDF insiste en que los protocolos como «no reanimar» deben usarse para evitar tratamientos desproporcionados, no para facilitar la muerte deliberada2.

Acompañamiento espiritual

El acompañamiento espiritual es esencial. La Iglesia promueve la presencia de la comunidad cristiana, la oración y los sacramentos para que el enfermo encuentre consuelo y prepare su muerte con serenidad, como señala el Papa Benedicto XVI en su exhortación a los enfermos y sus familias5.

Controversias y debates contemporáneos

A pesar de la claridad magisterial, algunos países han legalizado la eutanasia y el suicidio asistido, generando tensiones entre la legislación civil y la enseñanza de la Iglesia. La CDF advierte que la legalización «contribuye a la distorsión de la conciencia» y constituye «escándalo» para los fieles2. Los debates actuales giran en torno a la «cultura de la muerte» y a la necesidad de reforzar la educación moral y la atención pastoral para contrarrestar esta tendencia6.

Conclusión

La enseñanza católica sobre la eutanasia se sustenta en la dignidad inviolable del ser humano, la autoridad de la Sagrada Escritura y la Tradición, y el magisterio permanente de la Iglesia. La eutanasia es considerada un acto intrínsecamente evil, mientras que el alivio del sufrimiento mediante cuidados paliativos, siempre que se respeten los criterios del principio de doble efecto, es moralmente aceptable. La Iglesia llama a los fieles, profesionales de la salud y legisladores a proteger la vida en todas sus etapas, a acompañar a los enfermos con compasión y a rechazar cualquier forma de «cultura de la muerte» que pretenda sustituir la dignidad humana por la utilidad o la comodidad.

Citas

  1. Sección segunda, los Diez Mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2324.

  2. V. La enseñanza del Magisterio - 1. La prohibición de la eutanasia y el suicidio asistido, Congregación para la Doctrina de la Fe. Samaritanus bonus, § V.1. (2020). 2 3 4

  3. Capítulo III - No matarás - La santa ley de Dios - «soy yo quien da la muerte y la vida» (Dt 32,39): La tragedia de la eutanasia, Papa Juan Pablo II. Evangelium Vitae, § 65 (1995). 2 3

  4. A los participantes en la Conferencia sobre el tema «al lado del enfermo incurable y del moribundo: aspectos científicos y éticos», promovida por la Pontificia Academia para la Vida con ocasión de la 14ª Asamblea General, Papa Benedicto XVI. A los participantes en la Conferencia sobre el tema «Al lado del Enfermo Incurable y del Moribundo: Aspectos Científicos y Éticos», promovida por la Pontificia Academia para la Vida con ocasión de la 14ª Asamblea General (25 de febrero de 2008) (2008).

  5. A los participantes en la 22.ª Conferencia Internacional organizada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud sobre el tema: «la pastoral de los enfermos ancianos», Papa Benedicto XVI. A los participantes en la 22.ª Conferencia Internacional organizada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud sobre el tema: «La Pastoral de los Enfermos Ancianos» (17 de noviembre de 2007) (2007). 2

  6. Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta al Superior General de la Congregación de los Hermanos de la Caridad, sobre el acompañamiento de pacientes en los hospitales psiquiátricos de la rama belga de la Congregación (30 de marzo de 2020) (2020). 2 3

  7. Capítulo III, a imagen de Dios: Administradores de la creación visible - 3. Responsabilidad por la integridad biológica de los seres humanos, Comisión Teológica Internacional. Comunión y Mayordomía: Personas humanas creadas a imagen de Dios, § 92 (2004).

  8. Cuidados paliativos al final de la vida, Benedict M. Guevin, O.S.B. El uso de opioides y sedantes al final de la vida, § 2. 2

  9. III. El «corazón que ve» del samaritano: La vida humana es un don sagrado e inviolable, Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida (14 de julio de 2020), § III. (2020).

  10. B4. Algunas violaciones graves de la dignidad humana - Eutanasia y suicidio asistido, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la Dignidad Humana, § 52 (2024).

  11. Pontificia Academia para la Vida. V Asamblea Plenaria 1999, Documento Conclusivo, § 1 (1999).

  12. A la Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida, Papa Juan Pablo II. A la Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida (27 de febrero de 1999), § 4 (1999).

  13. Papa Juan Pablo II. Discurso a los científicos de la Pontificia Academia de las Ciencias, 21 de octubre de 1985 - Discurso (1985).