Evangelio según San Lucas

El Evangelio según San Lucas es el tercero de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento y es una obra fundamental para comprender la vida y el ministerio de Jesucristo, así como el origen de la Iglesia. Atribuido a San Lucas, compañero del apóstol San Pablo, este evangelio se distingue por su enfoque en la misericordia de Dios, la oración, el Espíritu Santo, la preocupación por los pobres y los marginados, y la universalidad de la salvación. Junto con los Hechos de los Apóstoles, también escritos por Lucas, ofrece una narrativa detallada y ordenada que busca instruir a Teófilo y a todos los creyentes sobre la verdad de las enseñanzas de Cristo.
Tabla de contenido
I. Biografía de San Lucas
San Lucas, cuyo nombre es probablemente una abreviatura de Lucanus, no era judío, sino gentil, lo que se infiere de las epístolas de San Pablo, donde se le distingue de aquellos de la circuncisión1. Su estilo literario también sugiere su origen griego1. Se cree que era nativo de Antioquía1. Profesionalmente, Lucas era médico, y San Pablo se refiere a él como «Lucas, el médico amado» (Colosenses 4:14)1. Esta profesión implicaba una educación liberal, y su formación médica se evidencia en su uso de un lenguaje técnico en sus escritos1. Algunos estudiosos sugieren que pudo haber estudiado medicina en Tarsus1.
Lucas fue un compañero constante de San Pablo en sus viajes misioneros1. Aparece por primera vez en los Hechos de los Apóstoles en Troas (Hechos 16:8ss), y estuvo presente cuando se escribieron las Epístolas a los Colosenses, Efesios y Filemón1. En la última carta de San Pablo a Timoteo, el apóstol menciona: «Solo Lucas está conmigo» (2 Timoteo 4:11), lo que subraya su leal compañía hasta el final1. La Iglesia universal dedica un día al recuerdo de este evangelista2.
II. Autenticidad e Integridad del Evangelio
La tradición cristiana, los testimonios de los Padres de la Iglesia y los escritores eclesiásticos, así como las citas en sus escritos, el uso por parte de los primeros herejes, las versiones del Nuevo Testamento en los manuscritos más antiguos y la evidencia interna del texto sagrado, confirman que Lucas, médico, asistente y compañero de Pablo, es el verdadero autor del evangelio que lleva su nombre1.
La inspiración y canonicidad de las narraciones de Lucas sobre la infancia de Cristo (Lucas 1-2), la aparición del Ángel y la agonía en el huerto (Lucas 22:43-44) no deben ser puestas en duda1. Tampoco se puede probar que estas narraciones no pertenezcan al evangelio genuino de Lucas1. En cuanto al Magníficat, aunque existen algunos documentos excepcionales que lo atribuyen a Isabel, la vasta mayoría de los códices griegos originales y las versiones, la interpretación contextual, la mente de la misma Virgen y la tradición constante de la Iglesia, confirman que fue pronunciado por la Santísima Virgen María1.
Según la tradición más antigua y constante, el Evangelio de Lucas fue el tercero en ser escrito, después de Mateo y Marcos1. Se cree que fue compuesto antes del final del encarcelamiento romano de San Pablo, cuando se terminaron los Hechos de los Apóstoles1. Lucas escribió su evangelio basándose en la predicación de San Pablo y en otras fuentes confiables, tanto orales como escritas, mientras que los Hechos de los Apóstoles fueron escritos a partir de lo que él mismo había visto1,3.
III. Propósito y Contenido
El Evangelio de Lucas, al igual que los Hechos de los Apóstoles, está dirigido a un personaje llamado Teófilo, con el propósito de ofrecerle un relato ordenado y veraz de los acontecimientos que se han cumplido entre los creyentes4,5. Lucas declara haber investigado cuidadosamente todo desde el principio para escribir un relato preciso, a fin de que Teófilo conociera la verdad de las cosas en las que había sido instruido4.
El evangelio presenta a Jesús como aquel que ha sido ungido por el Espíritu del Señor para «anunciar a los pobres la buena noticia, para proclamar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor» (Lucas 4:18-19)6,7,8. Este mensaje de alegría es fundamental en la obra de Lucas, destacando la liberación de la prisión, la opresión y la ceguera, y el retorno a la luz de la verdad7.
Temas Distintivos del Evangelio de Lucas
Universalidad de la Salvación: Lucas enfatiza que la salvación de Cristo está destinada a todas las naciones, no solo a Israel1.
Misericordia y Compasión: El evangelio resalta la compasión de Jesús hacia los pecadores, los marginados y los oprimidos, a menudo a través de parábolas como la del hijo pródigo (Lucas 15) o la oveja perdida8.
Importancia de la Oración: Jesús es frecuentemente presentado en oración, y Lucas incluye parábolas que animan a la oración persistente.
El Espíritu Santo: El Espíritu Santo juega un papel prominente en el Evangelio de Lucas, desde la concepción de Jesús hasta el envío de los discípulos9. Jesús promete a sus discípulos que el Espíritu Santo les enseñará qué decir cuando sean llevados ante las autoridades (Lucas 12:11-12)10.
Atención a los Pobres y Desfavorecidos: Lucas subraya la predilección de Jesús por los pobres, las viudas y los pecadores, y la necesidad de desapego de las riquezas materiales7,11.
El Papel de la Mujer: El evangelio de Lucas incluye relatos significativos sobre mujeres, como María, Isabel, Ana la profetisa (Lucas 2:36-38), y las mujeres que siguen a Jesús.
IV. Fuentes del Evangelio y el Problema Sinóptico
El Evangelio de Lucas, junto con los de Mateo y Marcos, forma parte de los evangelios sinópticos debido a sus similitudes en contenido, orden y redacción. La tradición y la evidencia interna sugieren que Lucas tuvo acceso a otras fuentes confiables, tanto orales como escritas1. Se cree que Lucas estuvo familiarizado con el Evangelio de Marcos1.
Además, Lucas presenta material único que no se encuentra en los otros evangelios, como los relatos de la infancia de Jesús (Lucas 1-2)1 y la misión de los setenta y dos discípulos (Lucas 10:1-12)12. El Papa Juan Pablo II sugiere que Lucas pudo haber sido uno de esos setenta y dos discípulos enviados por Jesús2.
V. Exactitud de San Lucas
La precisión de San Lucas como historiador es un aspecto notable de su evangelio. Proporciona detalles específicos sobre eventos y figuras históricas. Por ejemplo, en el capítulo 3, Lucas menciona a Lisanias como tetrarca de Abilene durante el decimoquinto año del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato era gobernador de Judea y Herodes era gobernante de Galilea13. Aunque algunos críticos han cuestionado la historicidad de Lisanias, las inscripciones han confirmado la existencia de un Lisanias como tetrarca en esa región1.
Otros ejemplos de su exactitud incluyen:
El Censo de Quirino: Lucas menciona un censo realizado cuando Quirino era gobernador de Siria (Lucas 2:1-2)14. Este censo ha sido objeto de debate, pero se ha demostrado que Quirino pudo haber ocupado un puesto similar entre los años 7 y 4 a.C.1.
La presentación de Jesús en el Templo: Lucas relata el encuentro de Simeón y Ana con el niño Jesús en el Templo, un evento que subraya la observancia de las leyes judías por parte de la Sagrada Familia15,14.
VI. El Mensaje Misionero en Lucas
El Evangelio de Lucas es profundamente misionero. Jesús envía a setenta (o setenta y dos) discípulos de dos en dos a cada ciudad y lugar donde él mismo tenía la intención de ir12,2. Les instruye a llevar un mensaje de paz y a proclamar que «el reino de Dios ha llegado»12. Se les indica que no lleven consigo provisiones excesivas, confiando en la providencia y en la hospitalidad de aquellos que los reciban12. En caso de rechazo, deben sacudirse el polvo de sus pies como protesta, afirmando que, a pesar de todo, el reino de Dios se ha acercado12. Esta misión se extiende más allá de los doce apóstoles, mostrando la participación de un grupo más amplio en la evangelización12,16.
Este mandato misionero resuena a lo largo de la historia de la Iglesia, invitando a los creyentes a compartir la buena nueva de Cristo con audacia creativa, tanto en sus propios territorios como en la cooperación misionera con otras Iglesias17,8. La celebración de la fiesta de San Lucas Evangelista es un recordatorio apremiante para hacer nuestra la ansiedad misionera de todos aquellos que han permitido que la palabra de Cristo resuene en el mundo17.
Citas
Evangelio de San Lucas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Evangelio de San Lucas. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22
Papa Juan Pablo II. 18 de octubre de 1985: Concelebración Eucarística en Oristano - Homilía (1985). ↩ ↩2 ↩3
Los primeros sucesores de los apóstoles, Eusebio de Cesarea. Historia Eclesiástica (Eusebio de Cesarea), §Libro III. Capítulo 4. 7 (325). ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 1. ↩ ↩2
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Hechos 1. ↩
Papa Juan Pablo II. 13 de abril de 1995: Misa Crismal - Homilía, § 2 (1995). ↩
Papa Juan Pablo II. 18 de octubre de 1986: Concelebración Eucarística en Fiesole (Florencia) - Homilía, § 1 (1986). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Mensaje con ocasión de la Fiesta de San Lucas (17 de octubre de 2000) - Discurso, § 7 (2000). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 31 de mayo de 1989, § 1 (1989). ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 12. ↩
La vita deve essere santa, Papa Juan XXIII. A los participantes en la Primera Sesión del Sínodo Diocesano de Roma (25 de enero de 1960) (1960). ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 10. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 3. ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 2. ↩ ↩2
Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Benedictionibus (Libro de Bendiciones), § 97. ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 10. ↩
Papa Juan Pablo II. 18 de octubre de 1986: Concelebración Eucarística en Fiesole (Florencia) - Homilía, § 5 (1986). ↩ ↩2