Evangelización de América
La evangelización de América constituye una de las grandes epopeyas de la Iglesia Católica, iniciada con la llegada de Cristóbal Colón en 1492 y desarrollada a lo largo de cinco siglos por misioneros, religiosos, religiosos laicos y obispos. Desde la primera Misa celebrada en la isla de Santo Domingo y los primeros bautismos de los pueblos originarios, la Iglesia ha sembrado la Buena Nueva en todo el continente, integrando la fe con las culturas locales, promoviendo la justicia social y fundando instituciones educativas y de asistencia que siguen vigentes hoy. Este artículo recorre los hitos históricos, los agentes evangelizadores, los documentos eclesiales fundamentales y el impacto cultural y social de esta misión, resaltando su continuidad en la actualidad.
Tabla de contenido
Contexto histórico y descubrimiento
El 12 de octubre de 1492, la expedición de Cristóbal Colón arribó a las costas del Nuevo Mundo, marcando el inicio de la apertura del continente a la fe cristiana. Según el Papa Juan Pablo II, «las naves españolas que descubrieron el ‘Nuevo Mundo’ en 1492 llevaron el Evangelio a la ‘otra orilla’ del océano»1. En la isla de Santo Domingo se celebró la primera Misa del Nuevo Mundo y, poco después, los primeros bautismos de los indígenas, hechos que el mismo pontífice describió como el nacimiento de la Iglesia en América2.
Poco después, el Papa Julio II estableció la primera estructura eclesiástica del continente, creando la Metropolitano de Yaguate y, en 1511, las diócesis permanentes de Santo Domingo, Concepción de la Vega y San Juan, como sede dependiente de Sevilla2. Este establecimiento jerárquico sentó las bases para la expansión pastoral en toda la América latina.
Primeras misiones y órdenes religiosas
Las órdenes fundacionales
Desde el siglo XVI, diversas órdenes religiosas jugaron un papel crucial en la evangelización. El Papa Juan Pablo II resaltó la labor de los dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios y jesuitas, quienes «hacían crecer la tierna planta hasta convertirla en árbol que se extendía»3. Estas congregaciones fundaron misiones, reducciones y centros de enseñanza, adaptando el mensaje cristiano a las realidades locales.
Figuras destacadas
Entre los pioneros se encuentran Bartolomé de las Casas, defensor de la dignidad indígena, y Antonio Montesinos, quien denunció los abusos contra los pueblos originarios3. Otros como Toribio de Mogrovejo, Juan de Zumárraga, Vasco de Quiroga y José de Anchieta también dejaron un legado de inculturación y defensa de los derechos humanos3. El Papa Juan Pablo II recordó que «la obra evangelizadora no destruye, sino que se encarna en los valores de los pueblos, los consolida y los fortalece»4.
Inculturación y respeto
Los primeros misioneros comprendieron la necesidad de inculturar el Evangelio, reconociendo que «las culturas indígenas son riquezas de los pueblos, medios eficaces para transmitir la fe»4. Así, se tradujeron catecismos y se elaboraron gramáticas en lenguas nativas, facilitando la acogida del mensaje cristiano sin anular las tradiciones locales5.
Desarrollo institucional y educativo
Educación superior y básica
La Iglesia estableció una red de instituciones educativas que ha sido esencial para la evangelización. Como señala el Papa Juan Pablo II, «las numerosas universidades católicas y los colegios primarios y secundarios permiten una amplia labor evangelizadora, siempre que haya una voluntad clara de impartir una educación verdaderamente cristiana»6. En el siglo XVIII, ciudades americanas contaban con centros universitarios fundados bajo el auspicio eclesiástico, admirados incluso por el naturalista Alejandro de Humboldt7.
Acción social y caridad
Paralelamente, la Iglesia desarrolló obras de caridad: hospitales, asilos, comedores y centros de atención a los más necesitados. Estas iniciativas reflejan la «preferencia por los pobres» que el Evangelio impone, según el Papa Juan Pablo II6. El trabajo social ha sido un testimonio vivo de la solidaridad cristiana y una forma eficaz de anunciar la Buena Nueva6.
Documentos y concilios clave
Conferencia de Puebla (1979)
La Conferencia de Puebla subrayó que «nuestra conducta social es parte integrante del seguir a Cristo» y destacó la necesidad de una evangelización que responda a las realidades locales8. Este documento sigue orientando la pastoral latinoamericana.
Sínodo de los Obispos para América (1997)
En el Sínodo de 1997, el Papa Juan Pablo II enfatizó la nueva evangelización, la colaboración entre vocaciones y la defensa de la vida y la familia como pilares de la misión evangelizadora9. El Papa recordó que el quincentenario de la evangelización era una oportunidad para renovar el compromiso con los pueblos del continente10.
Declaraciones sobre la Doctrina del Descubrimiento
Los dicasterios de Cultura y Educación y de Desarrollo Humano Integral, en 2023, reconocieron que la «Doctrina del Descubrimiento» fue utilizada para justificar la apropiación de tierras indígenas, pero también señalaron que la Iglesia ha defendido los derechos de los pueblos originarios, citando la bula Sublimis Deus de 1537, que proclamó la libertad y la propiedad de los indígenas11,12.
Impacto social y cultural
Defensa de los derechos humanos
Desde los primeros siglos, la Iglesia latinoamericana ha sido una voz defensora de la dignidad humana. El Papa Juan Pablo II recordó que «la Iglesia en la isla fue la primera en demandar justicia y promover la defensa de los derechos humanos en las tierras que se abrían a la evangelización»3. Este legado incluye la contribución al desarrollo del derecho internacional, como la obra de Francisco de Vitoria, considerado el precursor del derecho internacional moderno3.
Legado cultural
Los misioneros dejaron un patrimonio artístico, literario y lingüístico: monumentos, gramáticas, catecismos y leyes que forman parte del patrimonio nacional de los países americanos5. La evangelización, según el Papa Juan Pablo II, «fue siempre un factor de armonía y tutela de los derechos de los más débiles»5.
Evangelización contemporánea y nuevos retos
La nueva evangelización
En los años 1990, el Papa Juan Pablo II llamó a «intensificar la tarea religiosa y humana» mediante la nueva evangelización, que combina la proclamación del Evangelio con la acción social y la defensa de la dignidad humana8. Se enfatizó la colaboración entre sacerdotes, religiosos, laicos y movimientos nuevos para llevar el mensaje a todos los rincones del continente9.
Papel de los laicos y movimientos
El Papa destacó que la evangelización no es solo tarea clerical, sino que «el trabajo apostólico de sacerdotes y religiosas debe verse junto a la acción missionaria de toda la Iglesia»8. Los laicos, los movimientos de jóvenes y las nuevas asociaciones de fieles son esenciales para responder a los desafíos de la globalización, la pobreza y la cultura del relativismo9.
Perspectiva actual
Bajo el pontificado de Leo XIV, la Iglesia continúa celebrando el quincentenario de la evangelización, promoviendo la inculturación, la justicia social y la defensa de los pueblos indígenas, en línea con los documentos anteriores y con la constante llamada a «llevar la Buena Nueva a todas las naciones»10.
Conclusión
La evangelización de América es una historia de fe, valentía y solidaridad que ha transformado tanto a los pueblos evangelizados como a la propia Iglesia. Desde la primera Misa en Santo Domingo hasta los actuales proyectos de nueva evangelización, la misión católica ha sabido integrar la proclamación del Evangelio con la defensa de la dignidad humana, la educación y la cultura, manteniéndose fiel al mandato de Cristo de «ir y predicar el Evangelio a toda criatura»13. Este legado sigue inspirando a la Iglesia latinoamericana a ser luz y esperanza en el mundo contemporáneo.
Citas
Papa Juan Pablo II. 12 de mayo de 1988: Misa en el 450º aniversario de la evangelización de Bolivia en Sucre - Homilía, § 4 (1988). ↩
Papa Juan Pablo II. Al nuevo Embajador de la República Dominicana acreditado ante la Santa Sede (15 de diciembre de 2003) - Discurso (2003). ↩ ↩2
Plaza de la Independencia, Santo Domingo, Papa Juan Pablo II. 25 de enero de 1979: Plaza de la Independencia, Santo Domingo, § 2 (1979). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. Encuentro con los pueblos indígenas en Quetzaltenango (7 de marzo de 1983) - Discurso (1983). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. 9 de mayo de 1988: Santa Misa en el Parque «Mattos Neto» de Salto (Uruguay) - Homilía, § 2 (1988). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo II - La Iglesia en el campo de la educación y la acción social, Papa Juan Pablo II. Ecclesia in America, § 18 (1999). ↩ ↩2 ↩3
Papa Pío XII. Mensaje radiofónico con motivo del V Congreso Interamericano de Educación Católica (12 de enero de 1954) - Discurso (1954). ↩
Papa Juan Pablo II. 7 de mayo de 1990: Liturgia de la Palabra en Veracruz (México) - Homilía, § 3 (1990). ↩ ↩2 ↩3
Conclusión de la asamblea especial para América del Sínodo de los Obispos, Papa Juan Pablo II. 12 de diciembre de 1997, Conclusión de la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, § 3 (1997). ↩ ↩2 ↩3
Apertura de la asamblea especial para América del Sínodo de los Obispos, Papa Juan Pablo II. 16 de noviembre de 1997, Apertura de la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, § 2 (1997). ↩ ↩2
El Dicasterio para la Cultura y la Educación. Declaración Conjunta de los Dicasterios para la Cultura y la Educación y para el Servicio del Desarrollo Humano Integral sobre la «Doctrina del Descubrimiento», 30.03.2023, § 5 (2023). ↩
El Dicasterio para la Cultura y la Educación. Declaración Conjunta de los Dicasterios para la Cultura y la Educación y para el Servicio del Desarrollo Humano Integral sobre la «Doctrina del Descubrimiento», 30.03.2023, § 8 (2023). ↩
Papa Benedicto XVI. Mensaje con motivo del encuentro organizado por el 100º aniversario de la encíclica Lacrimabili statu indorum [Bogotá, 18-20 de septiembre de 2012] (15 de junio de 2012) (2012). ↩
