Exorcismo

El exorcismo en la Iglesia Católica es un rito sagrado mediante el cual, en nombre de Jesucristo y con la autoridad de la Iglesia, se busca liberar a una persona, lugar o cosa de la influencia o posesión demoníaca. No debe confundirse con la oración de liberación general que los fieles pueden realizar por sí mismos para ser librados del mal. Este ministerio, arraigado en la misión de Cristo y continuado por los Apóstoles, se reserva a sacerdotes específicos designados por el obispo, quienes deben poseer piedad, conocimiento, prudencia e integridad de vida. La práctica distingue entre exorcismos mayores o solemnes, que son actos litúrgicos para la posesión diabólica, y exorcismos menores, que forman parte del camino de iniciación cristiana.
Tabla de contenido
Origen y Fundamento Bíblico
La creencia en la existencia del diablo y los demonios, y su capacidad para influir negativamente en los seres humanos, es una constante en la tradición bíblica y la enseñanza católica1. La Sagrada Escritura se refiere al diablo con diversos nombres, como Satanás, la serpiente antigua, el dragón, el adversario, el homicida desde el principio, el tentador, el mentiroso y padre de la mentira, y el príncipe de este mundo1. Los demonios son ángeles caídos que no guardaron su principado y se convirtieron en espíritus de maldad1.
Jesús mismo ejerció un poder directo y autoritario sobre los demonios, considerándolo una señal del Reino de Dios2,3,4. En los Evangelios sinópticos, se relatan numerosos milagros de Jesús expulsando demonios, como el hombre con un espíritu inmundo en la sinagoga de Cafarnaúm (Mc 1,21-27)5, o la legión de demonios expulsada en la región de los gerasenos (Mc 5,1-13)6. Jesús no solo expulsaba demonios con su palabra, sino que también otorgó a sus Apóstoles y discípulos la autoridad para hacerlo en su nombre2,7. Por ejemplo, en Mateo 10:1 y 8, Marcos 6:7, y Lucas 9:1, se describe cómo Jesús los envió a predicar el Reino y a expulsar espíritus inmundos2,7.
Aunque el Antiguo Testamento no registra instancias de hombres expulsando demonios, el libro de Tobías menciona al ángel Rafael atando al demonio Asmodeo2,8. Sin embargo, la expulsión de demonios por adjuración en nombre de Dios se encuentra en la literatura judía extracanónica y en tiempos de Jesús2.
Definición y Tipos de Exorcismo
El exorcismo se define como la acción pública y autoritativa de la Iglesia, en nombre de Jesucristo, para proteger a una persona o cosa de la influencia del Maligno y sustraerla de su dominio9. Esta práctica se considera un sacramental, es decir, un signo sagrado que significa efectos, especialmente espirituales, y que se obtienen por la impetración de la Iglesia10.
La Iglesia Católica distingue principalmente dos tipos de exorcismos:
Exorcismo Mayor o Solemne
El exorcismo mayor es una celebración litúrgica cuyo propósito es expulsar demonios o liberar del influjo demoníaco a una persona que se encuentra en un estado de posesión diabólica10. La posesión es la forma más grave de dominación diabólica sobre una persona11. En estos casos, la Iglesia implora a Cristo, el Señor y Salvador, y, confiando en su poder, ofrece diversas ayudas al fiel vexado para que sea liberado10. Este exorcismo se realiza con la autoridad espiritual que Jesús confió a su Iglesia10.
Exorcismos Menores
Los exorcismos menores son oraciones que la Iglesia realiza durante el catecumenado, como parte del itinerario de iniciación cristiana9. Estas oraciones buscan que los catecúmenos, instruidos en el misterio de Cristo que libera del pecado, sean desatados de las consecuencias del pecado y de la influencia del diablo, fortalecidos en su camino espiritual y abiertos a recibir los dones del Salvador9. También se incluyen oraciones de exorcismo sobre los niños en el Bautismo, para que sean protegidos de las seducciones del mundo y de las insidias del diablo9. La renuncia a Satanás y a sus obras, que se realiza en el Bautismo, es una forma de exorcismo menor9.
El Ministro del Exorcismo
El Código de Derecho Canónico establece que nadie puede realizar exorcismos legítimamente sobre los poseídos a menos que haya obtenido un permiso especial y expreso del Ordinario del lugar12,13. Este permiso debe ser concedido únicamente a un presbítero que esté dotado de piedad, conocimiento, prudencia e integridad de vida12,13,14. En la Iglesia Católica Ucraniana, solo un exorcista designado por la bendición del obispo puede realizar este rito11.
El sacerdote al que se le ha encomendado el ministerio de exorcista, ya sea de forma estable o para un caso particular, debe ejercer esta obra de caridad con confianza y humildad, bajo la dirección del obispo diocesano14. Es crucial que el exorcista actúe con la máxima circunspección y prudencia, discerniendo si se trata realmente de una posesión diabólica o de una enfermedad, especialmente de tipo psíquico14. La Iglesia aconseja no creer fácilmente que alguien está poseído si sufre de alguna enfermedad mental, ni tampoco si la persona simplemente afirma ser tentada o vexada por el diablo, ya que la imaginación puede engañar14.
Además, los obispos deben vigilar para que, incluso en casos que no sean de verdadera posesión demoníaca, aquellos que no tienen la facultad debida no realicen reuniones donde se interroguen directamente a los demonios o se busquen conocer su identidad12.
La Práctica del Exorcismo en la Historia de la Iglesia
Desde la época apostólica, la Iglesia ha ejercido la potestad recibida de Cristo de expulsar demonios y repeler su influencia9. Los primeros escritores cristianos, como Justino Mártir, Minucio Félix, Orígenes y Tertuliano, atestiguan que tanto el clero como los laicos podían liberar a los endemoniados por el poder de Cristo2. En esos primeros siglos, la forma usual de exorcismo era una adjuración sencilla y autoritativa dirigida al demonio en nombre de Dios, y más especialmente en el nombre de Cristo crucificado2. A veces se empleaban acciones simbólicas como el soplo (insufflatio), la imposición de manos o la señal de la cruz2.
Con el tiempo, el oficio de exorcista evolucionó. El Concilio de Cartago (398) prescribió el rito de ordenación para el exorcista, donde el obispo le entregaba el libro con las fórmulas de exorcismo15. Sin embargo, con el cese del catecumenado extenso y la generalización del bautismo de infantes, el oficio de exorcista como cargo independiente disminuyó, y sus funciones fueron asumidas por clérigos con órdenes mayores15.
En la actualidad, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha emitido normas para el ejercicio del ministerio del exorcismo, enfatizando la estricta dependencia del obispo diocesano y la observancia del Canon 1172 y el Rituale Romanum12,16. Se prohíbe insertar oraciones de exorcismo en la celebración de la Misa, los sacramentos o la Liturgia de las Horas16.
La Oración de Liberación y la Lucha Espiritual
Aunque el exorcismo solemne está reservado a sacerdotes autorizados, la fe católica enseña que los fieles, aun renacidos en Cristo, experimentan tentaciones y deben vigilar en la oración y la sobriedad de vida, pues el diablo «ronda como león rugiente, buscando a quién devorar» (1 Pe 5,8)10. La Iglesia, por medio de la gracia de los sacramentos y especialmente la penitencia, fortalece a sus hijos para que alcancen la plena libertad de los hijos de Dios10.
Los pastores deben recordar la enseñanza de la Tradición de la Iglesia sobre el papel de los sacramentos y la intercesión de la Santísima Virgen María, los Ángeles y los Santos en la batalla espiritual del cristiano contra los espíritus malignos12. La oración para ser librados del mal, como la que Jesús enseñó en el Padrenuestro («líbranos del mal» - Mt 6,13), es una práctica fundamental para todos los fieles y no debe ser desincentivada por las normas sobre el exorcismo12,9.
Discernimiento y Precaución
La Iglesia subraya la importancia del discernimiento prudente en los casos de supuesta influencia demoníaca14. No se debe confundir la posesión diabólica con enfermedades mentales o psicológicas, y es fundamental que el exorcista actúe con gran cautela14. El diablo puede usar astucias y engaños para persuadir a la persona de que su enfermedad es natural o médica, para evitar el exorcismo14. También es importante distinguir los ataques diabólicos de la credulidad de algunos fieles que piensan ser objeto de maleficios, mala suerte o maldiciones14. En estos últimos casos, aunque no se deba aplicar un exorcismo, se puede ofrecer ayuda espiritual y oraciones adecuadas14.
Conclusión
El exorcismo es un ministerio de caridad de la Iglesia Católica, arraigado en la autoridad de Cristo para vencer el mal. Se trata de un rito solemne y regulado, reservado a sacerdotes con permiso episcopal, que busca la liberación de la posesión demoníaca. Sin embargo, la lucha espiritual contra el mal es una realidad constante para todos los fieles, quienes son llamados a la oración, la vida sacramental y la intercesión de los santos para fortalecerse contra las tentaciones y las insidias del diablo. La Iglesia, con prudencia y discernimiento, acompaña a sus miembros en esta batalla, siempre confiando en la victoria de Cristo sobre el Maligno.
Citas
Proœmium, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 5. ↩ ↩2 ↩3
Exorcismo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Exorcismo. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 12. ↩
Endemoniados, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Endemoniados. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Marcos 1. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Marcos 5. ↩
Preguntas sobre el exorcismo - ¿Se refieren los Padres de la Iglesia a los exorcismos en sus escritos? , Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Exorcismo (2023). ↩ ↩2
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Tobías 8. ↩
II, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 9. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 10. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Parte segunda - La oración de la iglesia - II. La oración de la comunidad eclesial - D. Oraciones, bendiciones y consagraciones especiales ocasionales - 3. Exorcismo, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 522 (2016). ↩ ↩2
Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta a los Ordinarios sobre las normas del Exorcismo (1985). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Título I. Sacramentales, . Código de Derecho Canónico, § 1172 (1983). ↩ ↩2
III, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 11. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Exorcista, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Exorcista. ↩ ↩2
II. Normas disciplinarias, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre las oraciones para la sanación, § 2000 (2000). ↩ ↩2