Fiesta de Navidad
La Fiesta de Navidad es una de las celebraciones más importantes del calendario litúrgico católico, conmemorando el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Aunque la Pascua es la fiesta más antigua y fundamental de la fe cristiana, la Navidad ha desarrollado una profunda riqueza espiritual, destacando el amor indefenso de Dios manifestado en la encarnación del Verbo. Esta solemnidad, que se celebra el 25 de diciembre, marca el inicio del Tiempo de Navidad, un periodo litúrgico que se extiende hasta el domingo después de la Epifanía, e incluye varias otras festividades significativas.
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Origen y Desarrollo Histórico
La celebración de la Navidad no fue una de las festividades más tempranas de la Iglesia, y los primeros registros de su observancia datan de Egipto alrededor del año 200 d.C.1. Inicialmente, el Año Litúrgico de la Iglesia se desarrolló principalmente a partir de la fe en la Resurrección de Cristo, haciendo de la Pascua la fiesta cristiana más antigua2.
Fue Hipólito de Roma quien, alrededor del año 204 d.C., mencionó por primera vez el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús en su comentario sobre el Libro del Profeta Daniel2. Algunos exegetas sugieren una conexión con la Fiesta de la Dedicación del Templo de Jerusalén, celebrada en esa misma fecha en el 164 a.C., lo que implicaría que con Jesús, la «Luz de Dios» en la oscuridad, se cumplía la consagración del Templo2.
La forma definitiva de la Navidad en el cristianismo se estableció en el siglo IV, cuando reemplazó la fiesta romana del Sol Invictus (el sol invencible). Esta sustitución enfatizó que el nacimiento de Cristo representaba la victoria de la verdadera Luz sobre la oscuridad del mal y el pecado2.
La Influencia de San Francisco de Asís
La atmósfera espiritual intensa que rodea la Navidad se desarrolló particularmente en la Edad Media, gracias a San Francisco de Asís2,3. Profundamente enamorado del Jesús hombre, el «Dios-con-nosotros», San Francisco llamó a la Navidad la «Fiesta de las Fiestas» y la celebraba con una ternura inefable2,3.
Su biógrafo, Tomás de Celano, relata que San Francisco besaba las imágenes del Niño Jesús con gran devoción y balbuceaba palabras tiernas3. Esta devoción al misterio de la Encarnación dio origen a la famosa celebración del pesebre en Greccio en 12232,3. La intención de San Francisco era experimentar la humilde grandeza del nacimiento de Jesús de manera real y viva, y comunicar esa alegría a todos2. La tradición del pesebre, difundida por Tomás de Celano, restituyó a la cristiandad la belleza de la Navidad, enseñando al Pueblo de Dios a percibir su mensaje más auténtico y a amar la humanidad de Cristo2. Mientras la Pascua se centra en el poder de Dios que triunfa sobre la muerte, el pesebre de San Francisco destacó el amor indefenso de Dios, su humanidad y su bondad2.
El Misterio de la Encarnación
La Navidad celebra el misterio de la Encarnación, el hecho de que Dios mismo vino a habitar entre nosotros, haciéndose uno de nosotros4. Este evento, que ocurrió en la noche de Belén, es «actualizado» y se hace presente cada año en la liturgia de la Iglesia5,4. El adverbio de tiempo «hoy», que se repite en las celebraciones navideñas, subraya que el nacimiento de Jesús y la salvación que trae la Encarnación trascienden el tiempo y el espacio, permaneciendo accesibles a través de la liturgia4.
El Martirologio Romano sitúa el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en Belén de Judá, concebido del Espíritu Santo y nacido de la Virgen María, en el año 42 del imperio de Octaviano Augusto, cuando toda la tierra estaba en paz6.
El Tiempo de Navidad en el Calendario Litúrgico
El Tiempo de Navidad se extiende desde las Primeras Vísperas (Oración de la Tarde I) de la Natividad del Señor hasta el domingo después de la Epifanía o después del 6 de enero, inclusive7. La Iglesia, después de la celebración anual del Misterio Pascual, no tiene una costumbre más antigua que la de conmemorar la Natividad del Señor y sus primeras manifestaciones en este tiempo8.
El calendario litúrgico está organizado para dar prominencia a la obra de salvación, distribuyendo a lo largo del año todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta la expectativa de su retorno en gloria9.
Festividades Dentro del Octava de Navidad
La Natividad del Señor tiene su propia Octava, que incluye varias festividades importantes10:
El domingo dentro de la Octava, o el 30 de diciembre si no hay domingo, es la Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José10. Esta fiesta se centra en el nacimiento del Niño en Belén, que dio origen a la Familia Santa5.
El 26 de diciembre es la Fiesta de San Esteban, el Primer Mártir10.
El 27 de diciembre es la Fiesta de San Juan, Apóstol y Evangelista10.
El 28 de diciembre es la Fiesta de los Santos Inocentes10.
Los días 29, 30 y 31 de diciembre son días dentro de la Octava10.
El 1 de enero, el Día de la Octava de la Natividad del Señor, es la Solemnidad de María, Madre de Dios, y también la conmemoración de la imposición del Santísimo Nombre de Jesús10.
Las Tres Misas de Navidad
La liturgia romana tradicionalmente celebra tres Misas para la Natividad1:
La Misa de Medianoche, que subraya el asombroso contraste entre la Majestad de Dios y la humildad de su entrada en el mundo11.
La Misa de la Aurora.
La Misa del Día.
Estas Misas se han conectado místicamente con las dispensaciones aborígenes, judías y cristianas, o, como sugirió Santo Tomás de Aquino, con el triple «nacimiento» de Cristo: en la Eternidad, en el Tiempo y en el Alma1.
Significado Teológico y Espiritual
La Navidad es una epifanía, la aparición de Dios y su gran luz en un niño que nace para nosotros3. Dios se manifiesta en la forma de un niño, presentándose contra toda violencia y trayendo un mensaje de paz3. En este misterio, la Iglesia invita a los fieles a vivir intensamente y profundamente la preparación para el nacimiento del Salvador, buscando una alegría serena y profunda que haga sentir tangiblemente la bondad del Señor e infunda nuevo coraje2.
La celebración de la Navidad no es solo un aniversario, sino la conmemoración de un misterio que ha marcado y sigue marcando la historia humana4. Dios se hizo hombre para enseñarnos una nueva forma de vivir y amar, revelando su amor indefenso, su humanidad y su bondad2. La revisión del año litúrgico y sus normas buscan permitir que los fieles se comuniquen de manera más intensa, a través de la fe, la esperanza y el amor, con «todo el misterio de Cristo que la Iglesia despliega en el ciclo de un año»12.
Costumbres y Tradiciones Populares
A lo largo de los siglos, la Navidad ha incorporado diversas costumbres, algunas con raíces en festividades paganas de invierno, pero que han sido cristianizadas1. La prohibición de juegos de circo el 25 de diciembre en el año 425, y la posterior imposición de cese de trabajo en el 529, muestran cómo la Iglesia buscaba santificar la fecha1.
Tradiciones como el uso de verdor para decoraciones se desarrollaron, aunque fueron prohibidas por algunos obispos en el siglo VI, y el árbol de Navidad fue mencionado por primera vez en Estrasburgo en 16051. Estas costumbres, aunque no centrales a la liturgia, contribuyen a la atmósfera especial y la alegría de la temporada navideña.
Citas
Navidad, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Navidad. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Navidad, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 23 de diciembre de 2009 (2009). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
Papa Benedicto XVI. 24 de diciembre de 2011: Misa de Gallo, § 24 de diciembre de 2011: Misa de Gallo (2011). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Santa Navidad, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 21 de diciembre de 2011 (2011). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 3 de enero de 1979 (1979). ↩ ↩2
B25 de diciembre - Navidad, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 25 de diciembre (1749). ↩
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - IV. Tiempo de Navidad, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 33 (1969). ↩
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - IV. Tiempo de Navidad, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 32 (1969). ↩
Parte Uno - Sección Uno - La Santísima Virgen en la liturgia romana revisada, Papa Pablo VI. Marialis Cultus, § 2 (1974). ↩
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - IV. Tiempo de Navidad, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 35 (1969). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Papa Juan XXIII. A los Miembros del Cuerpo Diplomático tras la Misa de Gallo (25 de diciembre de 1960) - Discurso (1960). ↩
Papa Pablo VI. Mysterii Paschalis (14 de febrero de 1969) - Sobre el Año Litúrgico y el nuevo Calendario Romano Universal, § I (1969). ↩