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Forma Extraordinaria del Rito Romano

Forma Extraordinaria del Rito Romano
Fotografía realizada por mí Lima 24 de septiembre de 2006 a las 14:49 (CEST). Transferida desde fr.wikipedia a Commons. El autor original fue Lima en la Wikipedia en francés. CC BY-SA 2.5 📄

La Forma Extraordinaria del Rito Romano, también conocida como el rito tridentino o la Misa en latín tradicional, se refiere al uso litúrgico de la edición típica del Missale Romanum promulgada por el papa Juan XXIII en 1962. Esta forma representa una expresión venerable y antigua del Rito Romano, permitida durante un período como complemento a la forma ordinaria reformada por el Concilio Vaticano II. Introducida formalmente como «extraordinaria» por el motu proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI en 2007, su regulación ha evolucionado con el tiempo, especialmente tras Traditionis custodes de Francisco en 2021, que busca reafirmar la unidad litúrgica en la Iglesia. Este artículo explora su historia, características, normativas y el contexto eclesial actual, destacando su rol en la tradición católica.

Tabla de contenido

Historia

Orígenes en el Concilio de Trento

La Forma Extraordinaria tiene sus raíces en las reformas litúrgicas impulsadas por el Concilio de Trento (1545-1563), que buscó uniformar el culto en la Iglesia latina frente a las divisiones protestantes. El papa Pío V, mediante la constitución apostólica Quo Primum de 1570, promulgó una edición revisada del Missale Romanum, obligatoria para toda la Iglesia latina, salvo ritos con al menos dos siglos de antigüedad.1 Este misal, basado en la tradición romana y en códices antiguos, se convirtió en la base del rito que perduraría durante cuatro siglos, enfatizando la preservación de la lex orandi (regla de oración) en armonía con la lex credendi (regla de fe).2

El Concilio de Trento no solo estandarizó el misal, sino que también encomendó la revisión de otros libros litúrgicos, como el catecismo y el breviario, para combatir errores doctrinales y promover la unidad.3 Esta labor, ejecutada con rigor por eruditos vaticanos, eliminó adiciones medievales y restauró la pureza patrística, consolidando el Rito Romano como expresión universal del catolicismo.

Reformas posteriores hasta el siglo XX

Durante los siglos siguientes, varios pontífices introdujeron ajustes menores al misal tridentino para adaptarlo a las necesidades pastorales, sin alterar su esencia. Por ejemplo, Clemente VIII y Urbano VIII refinaron textos y rubrics en los siglos XVI y XVII, mientras que Pío X, en 1911, reformó el salterio con Divino afflatu para una distribución más equilibrada de los salmos en el Oficio Divino.4 Estas modificaciones mantuvieron la continuidad histórica, incorporando elementos de la tradición romana y de ritos locales en una síntesis armónica.5

En el siglo XX, Pío XII impulsó renovaciones en Mediator Dei (1947), promoviendo la participación activa de los fieles y la sacralidad de la liturgia, con énfasis en la nobleza, sacralidad y universalidad.6,7 Esta encíclica preparó el terreno para el Vaticano II, al tiempo que preservaba el misal de 1570, editado en 1962 por Juan XXIII con leves actualizaciones, como la inclusión de San José en el Canon Romano. Así, el misal de 1962 se erigió como la culminación de una tradición milenaria, enriquecida por la piedad de santos y pueblos.2

Concilio Vaticano II y la forma ordinaria

El Concilio Vaticano II (1962-1965), en su constitución Sacrosanctum Concilium, llamó a una renovación litúrgica para fomentar la participación plena y consciente de los fieles, adaptando los ritos a las circunstancias modernas sin romper con la tradición.8 Pablo VI promulgó en 1969-1970 el nuevo Missale Romanum, que se convirtió en la forma ordinaria del Rito Romano, incorporando lenguas vernáculas, lecturas ampliadas y mayor énfasis en la comunidad.8,9

Aunque el misal de 1962 no fue abrogado explícitamente, su uso se limitó inicialmente por indults como Quattuor Abhinc Annos (1984) y Ecclesia Dei (1988) de Juan Pablo II, respondiendo a fieles apegados a la forma antigua.2,10 Esta dualidad preparó el escenario para la liberalización posterior.

Summorum Pontificum (2007)

El papa Benedicto XVI, con el motu proprio Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007, liberalizó el acceso a la Forma Extraordinaria, declarando que el Missale Romanum de 1962 «nunca fue abrogado» y lo designó como «forma extraordinaria» del único Rito Romano.2 Esta medida respondía a las «insistentes peticiones» de fieles y buscaba reconciliar con grupos tradicionalistas, reconociendo el valor espiritual de la liturgia antigua para generaciones jóvenes.11

Las normas permitían a cualquier sacerdote celebrar la Misa privada en esta forma sin permiso, y en parroquias, el párroco debía atender peticiones estables de grupos fieles, promoviendo la armonía con la forma ordinaria.2 Benedicto XVI enfatizó que ambas formas enriquecen la lex orandi sin dividir la lex credendi, y que «lo que generaciones anteriores consideraron sagrado sigue siéndolo para nosotros».11 Además, se autorizó lecturas en vernáculo y se fomentó su uso en comunidades religiosas.2

Esta disposición generó un renacimiento del rito tridentino, con nuevas comunidades y seminarios formados en él, aunque también críticas por supuesta división eclesial.8

Traditionis Custodes (2021) y regulaciones posteriores

En 2021, el papa Francisco emitió Traditionis custodes, abrogando las normas previas de Summorum Pontificum y reafirmando que los libros litúrgicos de Pablo VI y Juan Pablo II son la «única expresión» de la lex orandi del Rito Romano.12 Basado en una consulta a obispos que reveló riesgos de rechazo al Vaticano II, el motu proprio restringe la Forma Extraordinaria para promover la unidad.8,12

Ahora, solo el obispo diocesano puede autorizar su uso, verificando que los grupos no nieguen la validez de la reforma conciliar.12 Se prohíben nuevas parroquias personales para este rito, y las celebraciones deben ser en lugares designados, con lecturas en vernáculo. Sacerdotes ordenados después de 2021 necesitan aprobación de la Sede Apostólica.12 La carta adjunta a los obispos subraya el deseo de que los fieles «regresen en su momento» a la forma ordinaria, donde hallan todos los elementos del Rito Romano, incluido el Canon Romano.8

Posteriormente, la Congregación para el Culto Divino emitió Responsa ad dubia (2022), aclarando prohibiciones como su uso en Misas parroquiales ordinarias o para ordenaciones, salvo excepciones.9 En 2020, se aprobaron prefacios adicionales para enriquecer el misal de 1962, completando el mandato de Benedicto XVI.13

Características litúrgicas

La Forma Extraordinaria se distingue por su estructura fija y su lenguaje sacro en latín, centrado en el sacrificio eucarístico. El Canon Romano (o Primera Plegaria Eucarística) es invariable, pronunciado en voz baja por el sacerdote ad orientem (hacia el este), simbolizando la orientación hacia Dios.2 Las lecturas se limitan a profeta, epístola y evangelio, con el salmo gradual; no hay oración de los fieles ni abrazos de paz generalizados.

El altar es adornado con crucifijo y velas, y el sacerdote usa ornamentos góticos o romanos tradicionales. La comunión se recibe de rodillas y en la lengua, enfatizando la reverencia.14 Aunque el rito es mayoritariamente en latín, permite adaptaciones como himnos en vernáculo en ciertas Misas.2 Su estética, influida por la tradición gregoriana y polifonía, fomenta la contemplación mística, como destacaba Benedicto XVI al compararla con un «tesoro» de la fe.11

Comparada con la forma ordinaria, carece de opciones múltiples en oraciones y lecturas, pero conserva la esencia tridentina, adaptada por Pío XII para una participación más activa.6

Uso actual en la Iglesia

Hoy, la Forma Extraordinaria se celebra principalmente en comunidades específicas, como la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (aunque en irregularidad canónica) o institutos como el Instituto Cristo Rey. En diócesis, depende de la autorización episcopal; por ejemplo, en España, obispos como el de Madrid permiten su celebración limitada en capillas dedicadas.12

Formación en seminarios incluye estudio del latín y rubrics antiguas, alineado con Mediator Dei.6 Eventos como peregrinaciones a Chartres o el Summorum Pontificum Pilgrimage en Roma atraen a miles, mostrando su vitalidad.11 Sin embargo, Traditionis custodes ha reducido su expansión, priorizando la comunión eclesial.8

Controversias y debates

La Forma Extraordinaria ha generado debates sobre su compatibilidad con el Vaticano II. Críticos argumentan que fomenta divisiones o rechazos a la reforma, como indicó Francisco al temer «ideologizaciones».9 Defensores, como el cardenal Sarah, la ven como puente a la tradición, enriqueciendo la liturgia actual sin rupturas.11

En foros eclesiales, se discute su rol en la nova evangelizatio, con énfasis en la formación pastoral para evitar abusos.8 El papa Benedicto XVI abogó por su integración mutua, mientras Francisco insiste en la unidad bajo la forma ordinaria.2,12 Estas tensiones reflejan el equilibrio entre tradición y adaptación en la Iglesia contemporánea.

En resumen, la Forma Extraordinaria encarna la perennidad del Rito Romano, regulada para servir a la fe católica en un contexto de renovación postconciliar. Su futuro depende de la implementación episcopal y el diálogo eclesial.

Citas

  1. Quo primum, Papa Pío V. Quo Primum (1570).

  2. Carta apostólica dada motu proprio Summorum Pontificum sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1979, Papa Benedicto XVI. Summorum Pontificum (2007). 2 3 4 5 6 7 8 9

  3. El Concilio de Trento - La Sesión Vigésimoquinta - Sobre el índice de libros; sobre el catecismo, el breviario y el misal, Documento del Concilio. Concilio de Trento, §La Sesión Vigésimoquinta (1563).

  4. Introducción, Papa Pío X. Divino afflatu, § Introducción (1911).

  5. Capítulo IX adaptaciones dentro de la competencia de los obispos y de las conferencias episcopales, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 397 (2003).

  6. Papa Pío XII. Mediator Dei, § 188 (1947). 2 3

  7. Papa Pío XII. Mediator Dei, § 6 (1947).

  8. Papa Francisco. Carta del Santo Padre a los Obispos de todo el mundo, que acompaña a la Carta Apostólica Motu Proprio dada «Traditionis custodes» (2021). 2 3 4 5 6 7

  9. Ars celebrandi, Papa Francisco. Desiderio Desideravi, § 61 (2022). 2 3

  10. Papa Benedicto XVI. Ecclesiae Unitatem, § 3 (2009).

  11. Un papa de la sagrada liturgia, Robert Sarah. La Realidad Inagotable: Joseph Ratzinger y la Sagrada Liturgia, §Communio: International Catholic Review, vol. 49, n.º 4 (Invierno 2022) (2022). 2 3 4 5

  12. Carta apostólica emitida «motu proprio» por el sumo pontífice - Sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1983 - Traducción oficial, Congregación para la Doctrina de la Fe. Traditionis Custodes (2021). 2 3 4 5 6

  13. Congregación para la Doctrina de la Fe. Nota para la presentación del Decreto Quo magis por el que se aprueban siete Prefacios Eucarísticos para la forma extraordinaria del Rito Romano (2020).

  14. Rituale Romanum, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici Extra Missam (Sagrada Comunión y Culto del Misterio Eucarístico fuera de la Misa), § 1.