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Hagiografía

La hagiografía es la rama del conocimiento que se ocupa de los santos y su culto, abarcando tanto la producción de textos sobre sus vidas (hagiografía práctica) como el estudio crítico de estos documentos (hagiografía científica). A lo largo de la historia de la Iglesia, la veneración de los santos ha generado una vasta cantidad de escritos, desde listas de mártires y biografías contemporáneas hasta colecciones más elaboradas como los martirologios y legendarios. Con el tiempo, la hagiografía ha evolucionado hacia un enfoque más riguroso y crítico, destacando la importancia de la verdad histórica y el beneficio espiritual en la presentación de las vidas de los santos, un esfuerzo ejemplificado por el trabajo de los bolandistas y otros eruditos.

Tabla de contenido

Orígenes y Desarrollo de la Hagiografía

La hagiografía, como disciplina, se centra en los santos y su veneración1. Los escritos relacionados con el culto a los santos se pueden clasificar en dos categorías principales: aquellos que surgen de manera espontánea o por necesidades religiosas (hagiografía práctica), y aquellos dedicados al estudio científico de los primeros (hagiografía crítica)1.

Desde los primeros tiempos, tanto en Oriente como en Occidente, el culto a los santos ha producido una gran cantidad de documentos con diversas formas y propósitos1.

Primeros Documentos Hagiográficos

En las épocas primitivas, estos documentos incluían:

Inicialmente, estas obras hagiográficas existían como monografías individuales. Sin embargo, pronto surgió la necesidad de agrupar piezas de la misma naturaleza en colecciones1. La colección hagiográfica más antigua mencionada es la compilación de Eusebio, ton archaion martyrion synagoge, que contenía las Pasiones de los mártires anteriores a la persecución de Diocleciano1. Eusebio también escribió el libro de los mártires de Palestina de la última persecución, y Teodoreto compiló su philotheos Historia a partir de treinta biografías de su autoría1.

Así, surgieron dos tipos de colecciones: aquellas que agrupaban piezas diversas bajo un solo título, y aquellas que consistían en una serie de narraciones de la misma pluma1.

Colecciones Hagiográficas Medievales

Entre las colecciones más famosas de la Edad Media se encuentran:

Estas colecciones solían seguir un orden histórico de los sujetos (vidas o pasiones de santos). Más tarde, aparecieron colecciones de carácter más artificial, donde las Pasiones y biografías de los santos se organizaban según las fechas del calendario1. En Occidente, estas colecciones se conocían como Pasionarios o Legendarios1. Cada región desarrolló sus propios legendarios, con el Legendario Romano sirviendo como base común y las partes especiales determinadas por el culto local1. Los legendarios generalmente contenían biografías y Pasiones de extensión considerable1.

A partir del siglo XIII, comenzaron a aparecer colecciones de tamaño más conveniente, que condensaban el contenido de los legendarios1. La más famosa de estas es, sin duda, la Legenda Aurea del dominico Jacobus de Voragine, que fue ampliamente distribuida en manuscritos y luego multiplicada por la imprenta1. Esta obra fue traducida a varias lenguas modernas durante la Edad Media, y muchas vidas de santos y colecciones hagiográficas en lenguas vernáculas tienen su origen en originales latinos1.

Otras compilaciones importantes de este período incluyen:

Después de mediados del siglo XVI, las vidas de los santos iniciadas por Aloysius Lipomano (Sanctorum priscorum patrum vitæ, Venecia, 1551-60) y continuadas por Surius (De probatis sanctorum historiis, Colonia, 1570-75) gozaron de gran reputación1. Estas obras se ofrecían tanto como lectura edificante como arsenal polémico contra los protestantes1. El Flos Sanctorum del Padre Ribadeneyra (primera edición, Madrid, 1599) tuvo un éxito popular aún mayor y fue traducido a varios idiomas, dando lugar a numerosas vidas de santos para cada día del año1. Entre las más destacadas se encuentran The Lives of the Fathers, Martyrs and Other Principal Saints de Alban Butler, publicada por primera vez en 1756, y Les petits Bollandistes de Mgr Guérin1.

La Hagiografía Crítica y los Bolandistas

La hagiografía moderna ha evolucionado hacia un estudio más riguroso y crítico de las vidas de los santos.

El Proyecto de los Bolandistas

El proyecto de formar una colección de los Acta Sanctorum fue concebido por primera vez por Heribert Rosweyde (fallecido en 1629)1,2. Rosweyde, un jesuita, dedicó su tiempo libre a explorar bibliotecas monásticas, copiando numerosos documentos históricos y hagiográficos. Notó que los textos antiguos tenían un sabor diferente a las revisiones de editores contemporáneos como Lippomano y Surius, y propuso publicar los textos en su forma original2.

Desde 1643, este proyecto fue llevado a cabo por Jean Bolland y sus colaboradores, conocidos como los Bolandistas1,2. Su objetivo esencial era la criba crítica y la publicación de todos los textos hagiográficos existentes relacionados con los santos «quotquot toto orbe coluntur» (tantos como son venerados en todo el mundo)1. Desde los primeros volúmenes, Bolland y sus colegas sometieron sus documentos a una crítica tan severa como lo permitían los medios de información y el estado de la ciencia histórica de la época1.

Con los avances científicos del siglo pasado, los descubrimientos arqueológicos, el progreso de la filología y la paleografía, y la mejora en la comunicación, la hagiografía tomó una nueva orientación1. Los bolandistas se vieron impulsados a emprender, junto con la compilación de los Acta Sanctorum, una serie de trabajos que, sin modificar el espíritu de su obra, aseguraron una base más amplia y firme y una aplicación más rigurosa de los principios de la crítica histórica1.

Otros eruditos también contribuyeron significativamente a la ciencia de la hagiografía, como Mabillon con sus Acta SS. O.S.B., Ruinart con Acta martyrum sincera, y los Assemani con Acta martyrum Orientalium1. Jean Mabillon, un monje benedictino, fue un miembro destacado de un grupo de sabios y se encargó de editar las obras de San Bernardo antes de publicar el primer volumen de los Acta Sanctorum, O.S.B. en 16683. Su metodología crítica y su escrupulosa erudición fueron inicialmente motivo de controversia entre algunos de sus compañeros monjes3.

Avances en la Hagiografía Científica

Desde mediados del siglo XIX, han aparecido numerosas obras sólidas que han impulsado notablemente la ciencia hagiográfica1. Se pueden mencionar las ediciones de vidas de santos alemanes en la colección Monumenta Germaniæ historica1,4, los textos griegos publicados por M. Papadopoulos-Kerameus, y las publicaciones recientes de escritores orientales1. También destacan las investigaciones de R. A. Lipsius sobre los Hechos apócrifos de los Apóstoles y los estudios de M. P. Franchi de' Cavalieri sobre una selección de Hechos de los mártires1. El Bulletin des publications hagiographiques de los Analecta Bollandiana es una fuente importante para mantenerse al día con los avances1.

En cuanto a la crítica hagiográfica aplicada a los martirologios, son relevantes las investigaciones de J. B. De Rossi y L. Duchesne sobre el Martyrologium Hieronymianum y la edición crítica resultante1. Las investigaciones críticas sobre martirologios históricos, iniciadas por Sollerius (Martyrologium Usuardi), fueron ampliadas y actualizadas por D. Quentin (Les martyrologes historiques, París, 1908)1.

La distinción entre hagiografía práctica y científica no siempre está claramente definida. Se han realizado esfuerzos para conciliar la ciencia con la piedad y ofrecer a esta última un alimento que ha pasado por el tamiz de la crítica1. Un ejemplo es la colección de A. Baillet, Les Vies des saints composées sur ce qui nous est resté de plus authentique et de plus assuré dans leurs histoires (París, 1701), aunque sus primeros volúmenes fueron incluidos en el Índice1. La serie de vidas de santos editada en Francia bajo el título Les Saints también fue inspirada por la idea de edificar al lector con biografías históricamente irreprochables1.

Hagiografía y Verdad Histórica

La Iglesia, especialmente en la liturgia, enfatiza la importancia de la verdad histórica en las lecturas hagiográficas5. Se deben evitar los escritos que solo buscan impresionar, y se deben resaltar las cualidades espirituales particulares de los santos, considerando las condiciones actuales y su relevancia en la vida y espiritualidad de la Iglesia5.

En el pasado, la devoción a la santidad a veces permitía adornar las vidas de los santos con milagros imaginarios y leyendas asombrosas, no con la intención de ofender la verdad histórica, sino como un homenaje poético y edificante para las almas piadosas6,7. Sin embargo, esta práctica ya no es aceptable6,7. El milagro sigue siendo una prueba y un signo de santidad, pero no constituye su esencia6,7.

La hagiografía es hoy en día el ámbito del historiador, quien debe examinar cuidadosamente el valor de las fuentes8. Esto es crucial para abordar la cuestión fundamental de los milagros en la historia8. El historiador debe reunir las autoridades originales y determinar lo que realmente sucedió, según lo que la ciencia histórica puede establecer8. Los informes de milagros de carácter vago y general deben ser excluidos de esta categoría8.

Es importante reconocer que muchas colecciones de vidas de santos, especialmente en lenguas modernas, han sido inspiradas por la idea de edificar e interesar al lector, sin una gran preocupación por la verdad histórica1. De hecho, algunos nombres incluidos en el Martirologio Romano corresponden a «santos fantasma», debido a errores de copistas medievales o a sagas prehistóricas embellecidas con un tinte cristiano9. Aunque estas historias pueden haber sido queridas por generaciones anteriores, la extravagancia de la ficción es a menudo evidente9.

Para los santos modernos y beatos, la fuente más segura de información sobre el aspecto espiritual es el summarium de virtutibus con las críticas del Promotor fidei impresas en el proceso de beatificación10. Para todos los santos nombrados en el Martirologio Romano, la referencia estándar es el Acta Sanctorum, Decembris Propylaeum: Martyrologium Romanum ad formam editionis typicae scholiis historicis instructum (1940), que proporciona un comentario continuo y corrige conclusiones anteriores10.

El Papel del Milagro en la Canonización

La Iglesia Católica requiere pruebas rigurosas para la canonización de los santos. El proceso de las Causas de los Santos incluye una evaluación científica del Consejo Médico o de expertos técnicos, seguida de un examen teológico por parte de los consultores, y luego por los cardenales y obispos11. La práctica ininterrumpida de la Iglesia establece la necesidad de un milagro físico, ya que un milagro moral no es suficiente como prueba de intercesión11.

En el caso del martirio, se requiere una prueba irrefutable de la disposición al martirio, como el derramamiento de sangre y su aceptación por parte de la víctima11. También es necesario verificar, directa o indirectamente pero siempre de manera moralmente cierta, el «odium Fidei» (odio a la fe) del perseguidor11. Si este elemento falta, no habría un verdadero martirio según la doctrina teológica y jurídica perenne de la Iglesia11. El concepto de martirio se entiende como «voluntaria mortis perpessio sive tolerantia propter Fidem Christi, vel alium virtutis actum in Deum relatum» (sufrimiento o tolerancia voluntaria de la muerte por la fe de Cristo, o por otro acto de virtud relacionado con Dios)11. Los hechos presentados en los procesos deben ser probados, no simplemente alegados, de acuerdo con las prescripciones del derecho canónico, ya sea a través de documentos o del testimonio de testigos creíbles12.

Conclusión

La hagiografía es una disciplina dinámica que ha evolucionado desde la simple recopilación de relatos edificantes hasta un estudio crítico y riguroso de las vidas de los santos. El trabajo de los bolandistas ha sido fundamental para establecer los estándares de la hagiografía científica, enfatizando la verdad histórica y el beneficio espiritual. La Iglesia continúa valorando la hagiografía como una fuente de inspiración, siempre que se base en hechos verificables y se presente con fidelidad a la tradición y la ciencia histórica.

Citas

  1. Hagiografía, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Hagiografía. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46

  2. Los bolandistas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Los Bolandistas. 2 3

  3. Jean Mabillon, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Jean Mabillon. 2

  4. Abreviaturas bibliográficas, Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 14.

  5. Capítulo tres. Las diversas partes de la liturgia de las horas - VIII. La lectura hagiográfica, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 167 (1971). 2

  6. Papa Pablo VI. 22 de junio de 1969: Canonización de la Beata Julia Billiart, Fundadora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Namur (1969). 2 3

  7. Papa Pablo VI. Giulia Billiart (1751-1816) - Homilía (1969). 2 3

  8. Leyendas de los santos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Leyendas de los Santos. 2 3 4

  9. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 10. 2

  10. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 15. 2

  11. Papa Benedicto XVI. Carta a los participantes de la Sesión Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos (24 de abril de 2006) (2006). 2 3 4 5 6

  12. Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Normas para el procedimiento de disolución del matrimonio en favor de la fe, § 2 (1973).