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Hermanas de la caridad

Las Hermanas de la Caridad son una congregación de mujeres con votos sencillos, fundada en 1633 por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, dedicada a las obras de misericordia corporales y espirituales. Su labor se centra en el servicio a los pobres y enfermos, reconociendo en ellos el rostro de Cristo. A lo largo de los siglos, esta congregación se ha expandido globalmente, dando origen a diversas ramas autónomas que, aunque con algunas modificaciones en sus reglas o hábitos, mantienen el espíritu original de caridad y servicio incondicional. Su apostolado abarca desde la atención hospitalaria y orfanatos hasta la educación y el cuidado de los ancianos, siempre con un profundo arraigo en la oración y la Eucaristía como fuente de su dinamismo caritativo.

Tabla de contenido

Orígenes y Fundación

La congregación de las Hermanas de la Caridad, también conocidas como Hijas de la Caridad, Siervas de los Pobres Enfermos, fue establecida en 1633 por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac1. San Vicente de Paúl concibió la idea de organizar una confraternidad de caridad entre la gente de su parroquia, la cual tuvo tanto éxito que se extendió de las zonas rurales a París1,2. Las damas nobles de París a menudo encontraban difícil brindar atención personal a las necesidades de los pobres, lo que llevó a la necesidad de una organización más estructurada1.

Santa Luisa de Marillac, nacida en París en 1591, se unió a San Vicente de Paúl en su trabajo con los pobres, especialmente en la expansión de la Confrérie de la Charité2. Fue su labor en esta asociación lo que la llevó a fundar las Hermanas de la Caridad2. La aprobación del Arzobispo de París para la comunidad se solicitó en 1646 y se concedió en 16551. A pesar de los numerosos privilegios otorgados por varios papas, nunca se solicitó la aprobación de la Santa Sede, ya que el fundador deseaba que esta comunidad fuera laica con votos privados1. Por lo tanto, el derecho canónico relativo a las comunidades religiosas no se les aplica1.

Carisma y Espiritualidad

El carisma central de las Hermanas de la Caridad es el amor preferencial por los que sufren en el cuerpo o en el espíritu3,4,5. Este amor se alimenta de la oración y adquiere un dinamismo adicional en la Eucaristía, llevando a las hermanas a ver en los ancianos, los enfermos y los más necesitados una mística prolongación de Cristo6. Su misión es descubrir el rostro de Cristo en aquellos que están solos y enfermos, aliviándolos con el «ungüento del amor fraterno»3,4,5.

La frase de Cristo «Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40) es el principio animador de su regla y constitución1,7,8. Este lema las impulsa a dedicarse totalmente a los pobres y necesitados, contemplando en sus rostros el del Redentor7. La caridad operativa que Santa Teresa Jornet e Ibars intuyó como tan necesaria en su tiempo sigue siendo una necesidad y urgencia constantes hoy en día6.

El servicio de las hermanas no se basa en cálculos de eficiencia o comodidad humana, sino en el espíritu del Evangelio, reiterando la dimensión sagrada de la vida y la dignidad intrínseca de cada persona como Hija de Dios, predestinada a un destino eterno6. Su entrega incondicional, la compañía comprensiva, el servicio desinteresado y la solidaridad que busca ayuda para los más necesitados son expresiones concretas de su carisma6.

San Vicente de Paúl les enseñaba que al dejar la oración para atender a los pobres, estaban dejando a Dios por Dios1. Este celo evangélico sigue siendo un atractivo para los jóvenes que desean trabajar generosamente al servicio de los más desfavorecidos9.

Estructura y Votos

Las Hermanas de la Caridad son una congregación de mujeres con votos sencillos1. Después de tres meses de aprobación, la candidata es enviada al «seminario» para seis meses de formación, tras lo cual es admitida al hábito sin ceremonia alguna1. Después de un período de prueba de cinco años, se les permite hacer los cuatro votos anuales de pobreza, castidad, obediencia y servicio a los pobres1.

La congregación está dividida en varias provincias, gobernadas por una visitadora y un director, un sacerdote de la Congregación de la Misión (Lazaristas), quienes son nombrados por el gobierno central1. No hay distinción entre las hermanas; todas, desde los estratos sociales más altos hasta los más humildes, se asocian como siervas de los pobres1.

La regla y constitución han permanecido sin cambios desde los días de San Vicente1. Al sucesor de San Vicente, como Superior General de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad, las hermanas le prometen obediencia1. Él ratifica la elección de la madre general1.

Obras de Caridad y Apostolado

Las Hermanas de la Caridad se dedican a una amplia gama de obras de misericordia corporales y espirituales1. Sus principales obras incluyen:

Su apostolado busca responder a las necesidades profundas de la juventud actual, ofreciéndoles valores humanos, morales y espirituales para su desarrollo integral17. Las comunidades de las Hermanas de la Caridad son concebidas como lugares de acogida y casas de misericordia para todos los afligidos por las innumerables formas de marginación8.

Ramas y Expansión Global

La comunidad de San Vicente de Paúl ha experimentado un crecimiento gradual1. La lentitud del fundador en darles una regla escrita permitió que esta tuviera una practicidad que la hizo adecuada tanto para las nociones democráticas de la época actual como para las ideas aristocráticas del antiguo régimen1.

En Estados Unidos, la primera comunidad fue iniciada por la Madre Elizabeth Ann Seton en 18091,18. Aunque inicialmente se intentó afiliar su joven comunidad en Emmitsburg, Maryland, con la casa madre de París, Napoleón prohibió la salida de las hermanas hacia América1. Sin embargo, la Madre Seton recibió las reglas de las Hermanas de la Caridad y las puso en práctica con algunas modificaciones1.

Posteriormente, la comunidad de Emmitsburg fue recibida bajo la jurisdicción del Superior General de las Hermanas de la Caridad en Francia y adoptó el hábito francés y la regla de San Vicente en su totalidad1. Otras comunidades diocesanas en Estados Unidos siguen una forma modificada de la regla y usan un hábito negro, a menudo llamadas las «Hermanas de Gorro Negro», mientras que las «Hermanas de Gorro Blanco» o «Cornetas» son aquellas que siguen la regla original y forman parte de la comunidad mundial bajo la dirección del Superior General de la Congregación de la Misión en París1,10.

Otras congregaciones, como las Siervas de Jesús de la Caridad, fundadas por la Beata María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, también comparten el carisma de descubrir el rostro de Cristo en los enfermos y solos, ofreciendo el «amor preferencial de la Iglesia por los que sufren»3,4,5. Las Hermanas de Santa Isabel, fundadas a mediados del siglo XIX por Clara Wolff y sus compañeras en Nysa, Polonia, también se dedican a servir a los «miembros sufrientes del Cuerpo de Cristo», inspiradas en Santa Isabel de Hungría7,19.

Actualmente, las Hermanas de la Caridad están presentes en numerosos países de Europa, América y África, llevando a cabo su misión evangelizadora y de servicio a la humanidad14,15.

Citas

  1. Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

  2. Ven. Luisa de Marillac Le Gras, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Ven. Luisa de Marillac Le Gras. 2 3

  3. Papa Juan Pablo II. Rafael Arnáiz Barón (1911-1938) - Homilía de beatificación, § 4 (2009). 2 3

  4. Papa Juan Pablo II. María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra (1842-1912) - Homilía de beatificación, § 4 (2000). 2 3

  5. Papa Juan Pablo II. Léonie Françoise de Sales Aviat (1844-1914) - Homilía de beatificación, § 4 (2001). 2 3

  6. Papa Pablo VI. Teresa Jornet e Ibars (1843-1897) - Homilía (1974). 2 3 4 5

  7. Papa Juan Pablo II. A los participantes en el Capítulo General de las Hermanas de Santa Isabel (15 de noviembre de 2004) - Discurso (2004). 2 3

  8. Papa Juan Pablo II. Al Capítulo General de las Hermanas de Santa Isabel (14 de noviembre de 1998) - Discurso, § 3 (1998). 2

  9. Papa Juan Pablo II. Carta a la Sociedad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, § 5 (1997).

  10. Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl (Nueva York), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl (Nueva York). 2 3 4 5

  11. Papa Juan Pablo II. Mensaje a la Congregación de las Siervas de la Visitación (3 de octubre de 2002) - Discurso, § 2 (2002). 2 3

  12. Papa Juan Pablo II. A los participantes en la Asamblea General de la Sociedad de las Hijas de la Caridad de San Vicente (20 de junio de 1985) - Discurso (1985).

  13. Papa Juan Pablo II. A las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret (6 de julio de 2001) - Discurso, § 4 (2001).

  14. Papa Juan Pablo II. A las Hermanas de la Caridad de la Santísima Virgen María de la Merced (28 de junio de 1996) - Discurso, § 1 (1996). 2

  15. Papa Juan Pablo II. Carta a la Sociedad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, § 2 (1997). 2

  16. Papa Juan Pablo II. Carta a la Sociedad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, § 3 (1997).

  17. Papa Juan Pablo II. Mensaje a la Congregación de San Vicente de Paúl (17 de mayo de 2002) - Discurso, § 2 (2002). 2

  18. Papa Pablo VI. Isabel Ann Bayley Seton (1774-1821) - Homilía (1975).

  19. Papa Juan Pablo II. Al Capítulo General de las Hermanas de Santa Isabel (14 de noviembre de 1998) - Discurso, § 1 (1998).