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Iglesia greco-católica rumana

La Iglesia greco‑católica rumana, sui iuris y de rito bizantino, constituye una de las Iglesias Orientales Católicas de plena comunión con la Santa Sede. Con una historia que se remonta a finales del siglo XVII, ha vivido momentos de florecimiento cultural, persecución bajo el régimen comunista y un resurgimiento vigoroso tras la caída del totalitarismo. Hoy está organizada como Iglesia mayorarquiépiscopal, encabezada por el Arzobispo Mayor Lucian Mureșan, y cuenta con una estructura jerárquica, educativa y pastoral que mantiene viva la tradición litúrgica y espiritual rumana dentro de la unidad con Roma1.

Tabla de contenido

Historia

Orígenes y unión con Roma

La unión de parte del clero y laicos ortodoxos de Transilvania con la Iglesia de Roma se formalizó en el Synodo de Alba Iulia de 1700, donde se declaró la entrada «libre y espontánea» en comunión con el See de Pedro, preservando el rito, el calendario y la lengua litúrgica rumana2. Esta decisión fue ratificada por el Papa en 1701 y marcó el inicio de la Iglesia greco‑católica rumana como comunidad distinta dentro del catolicismo3.

Desarrollo en los siglos XVIII‑XIX

Durante el siglo XVIII la Iglesia recibió el apoyo del Imperio Habsburgo, que favoreció la conversión de los ortodoxos rumanos al rito greco‑católico. En 1853 el Papa Pío IX, mediante la bula Ecclesiam Christi, estableció la Arquidiócesis metropolitana de Făgăraș y Alba‑Iulia con tres diócesis sufragáneas, consolidando una jerarquía propia1. Los sínodos provinciales de 1872, 1882 y 1900 definieron el ius particular de la Iglesia, regulando la unión con Roma, la liturgia y la publicación de la Sagrada Escritura4.

Persecución comunista

Tras la instauración del régimen comunista en 1948, el Estado disolvió la Iglesia greco‑católica, arrestó a sus jerarcas y confiscó la mayor parte de sus bienes, entregándolos a la Iglesia Ortodoxa rumana1. Muchos obispos murieron en prisión y la comunidad quedó clandestina durante 41 años1. La supresión oficial se anuló el 2 enero de 1990, permitiendo la reapertura de las parroquias y la revelación de los obispos que habían permanecido en la sombra1.

Renacimiento post‑1989

Con la caída del comunismo, la Iglesia experimentó una rápida recuperación. En 1990 el Papa Juan Pablo II restableció la jerarquía nombrando obispos para las cinco diócesis existentes1. En 2005, el Papa Benedicto XVI elevó la Iglesia al rango de Iglesia mayorarquiépiscopal, nombrando a Lucian Mureșan como Arzobispo Mayor y, posteriormente, cardenal en 20121. Desde entonces se han creado institutos teológicos en Blaj, Oradea, Cluj‑Napoca y Baia‑Mare, y una facultad de Teología greco‑católica en la Universidad Babeș‑Bolyai de Cluj‑Napoca1.

Estructura eclesiástica

Iglesia mayorarquiépiscopal

Como Iglesia mayorarquiépiscopal, la Iglesia greco‑católica rumana goza de una autonomía casi equiparable a la de una Iglesia patriarcal, aunque su arzobispo mayor debe ser confirmado por el Papa5. Esta categoría está contemplada en el Código de Derecho Canónico de las Iglesias Orientales (CCEO) y la define como «casi equivalente a la de un patriarca»5.

Jurisdicciones y eparquías

La Arquidiócesis metropolitana de Făgăraș y Alba‑Iulia es la sede principal, con tres eparquías sufragáneas que cubren gran parte de Transilvania. Además, existen seminarios menores y facultades teológicas que forman al clero y laicos, asegurando la continuidad de la tradición litúrgica y pastoral1.

Órdenes y vida religiosa

La Iglesia cuenta con varios monasterios y congregaciones religiosas que siguen la regla oriental, contribuyendo a la vida espiritual y a la obra caritativa en la sociedad rumana1.

Liturgia y espiritualidad

La Iglesia celebra la Divina Liturgia según el rito bizantino, pero en rumano y con la preservación de los ritos, ayunos y el calendario propios de la tradición local, tal como se afirmó en la Cláusula Unionis del siglo XVII6. Esta combinación de «dos pulmones» del cristianismo — Oriente y Occidente— es vista como una riqueza que fortalece la unidad universal de la Iglesia6.

Relaciones ecuménicas

Con la Iglesia Ortodoxa rumana

Desde la visita papal de 1999, el Papa Juan Pablo II destacó la necesidad de fraternidad y diálogo entre las dos tradiciones cristianas en Rumanía, subrayando que los ritos no son rivales sino complementarios en la «cuerpo de Cristo»7. En 1998 se creó una comisión bilateral para abordar la restitución de bienes eclesiásticos, aunque el proceso ha sido lento y complejo1.

Diálogo con otras Iglesias Orientales

La Iglesia greco‑católica rumana forma parte de los diálogos católico‑ortodoxos internacionales, participando en la Comisión Conjunta Católica‑Ortodoxa y en la Declaración de Balamand (2003), que reconoce el derecho de las Iglesias greco‑católicas a existir y a servir a sus fieles dentro de la comunión con Roma8.

Patrimonio y desafíos actuales

Restitución de bienes

Tras la caída del comunismo, la restitución de los 2 600 bienes confiscados ha sido un proceso prolongado; para 2006 menos de 200 habían sido devueltos, aunque la Iglesia ha reducido sus reclamaciones a 300 propiedades1.

Educación y formación

Los institutos teológicos de Blaj, Oradea, Cluj‑Napoca y Baia‑Mare forman a los futuros sacerdotes, mientras que la Facultad de Teología greco‑católica de la Universidad Babeș‑Bolyai ofrece estudios superiores a laicos y religiosos1.

Número de fieles y presencia pastoral

Antes de la persecución comunista la Iglesia contaba con aproximadamente 1,5 millones de fieles; hoy mantiene una comunidad activa que sigue creciendo, apoyada por la labor pastoral de sus obispos y laicos comprometidos1.

Liderazgo actual

El Arzobispo Mayor Lucian Mureșan (nacido en 1931, nombrado en 1994) dirige la Iglesia desde la Arquidiócesis de Făgăraș y Alba‑Iulia y fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI en 20121. Su pontificado se caracteriza por la promoción del diálogo ecuménico, la defensa de los derechos de la Iglesia y la revitalización de la vida litúrgica y pastoral.

Este artículo está redactado con base en fuentes autorizadas de la Santa Sede y de estudios académicos sobre la Iglesia greco‑católica rumana, garantizando la fidelidad a la tradición católica y la exactitud histórica.

Citas

  1. Rumanía, Iglesia greco-católica de, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Rumanía, Iglesia Greco-Católica de (2015). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  2. Católicos griegos en América, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Católicos Griegos en América.

  3. Historia y unidad, Papa Juan Pablo II. 300º Aniversario de la unión de la Iglesia Greco-Católica de Rumanía con la Iglesia de Roma, § 5 (2000).

  4. Alba-Iulia y Făgăraș, sínodos provinciales de, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Alba-Iulia y Făgăraș, Sínodos Provinciales de (2015).

  5. Arzobispo mayor, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Arzobispo Mayor (2015). 2

  6. Papa Juan Pablo II. 8 de mayo de 1999: Viaje Apostólico a Rumanía: Misa en la Catedral de rito latino de San José en Bucarest - Homilía (1999). 2

  7. Reflexión sobre la visita a Rumanía: los rumanos tienen antiguas raíces cristianas, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 12 de mayo de 1999, § 3 (1999).

  8. Iglesias católicas orientales, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, § Iglesias Católicas Orientales (2015).