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Cruz

Imposición litúrgica

La imposición litúrgica de manos es un gesto simbólico profundamente arraigado en la tradición católica, mediante el cual se busca comunicar una gracia, cualidad o excelencia espiritual, o bien designar a alguien para un oficio específico1. Este rito, de origen muy antiguo y presente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, es fundamental en la administración de varios sacramentos y en diversas bendiciones dentro de la Iglesia1,2. Simboliza la transmisión del Espíritu Santo, la bendición divina, la curación, la consagración y la delegación de autoridad2.

Tabla de contenido

Orígenes y Significado Bíblico

La imposición de manos es una práctica que se remonta a los tiempos patriarcales. En el Antiguo Testamento, se observa a Jacob bendiciendo y legando una herencia a sus hijos Efraín y Manasés mediante este gesto1. Moisés, de manera similar, confirió a Josué la hegemonía sobre el pueblo hebreo1.

El aspecto religioso de esta ceremonia se manifestó por primera vez en la consagración de Aarón y sus hijos al sacerdocio1. También era costumbre en el ritual mosaico que los sacerdotes impusieran las manos sobre las cabezas de las víctimas antes de inmolarlas en sacrificio. Un ejemplo notable es el del chivo expiatorio, donde el oficiante ponía sus manos sobre la cabeza del animal, orando para que los pecados del pueblo descendieran sobre él y fueran expiados en el desierto1.

En el Nuevo Testamento, Jesús utilizó este rito para restaurar la vida a la hija de Jairo y para sanar a los enfermos1,2. Los Apóstoles, siguiendo su ejemplo, impusieron las manos sobre los recién bautizados para que recibieran los dones del Espíritu Santo en la Confirmación, sobre aquellos que serían promovidos a las órdenes sagradas, y para otorgar dones sobrenaturales o beneficios corporales1,2. La Carta a los Hebreos incluso enumera la imposición de manos entre los «elementos fundamentales» de su enseñanza2.

La Imposición de Manos en los Sacramentos

La imposición de manos es un elemento crucial en la administración de varios sacramentos en la Iglesia Católica, donde adquiere un significado sacramental o teológico específico1.

Sacramento del Orden Sagrado

En el Sacramento del Orden Sagrado, la imposición de manos es esencial para la validez y la sustancia del rito mediante el cual se confieren la mayoría de los grados superiores1.

Ordenación de Diáconos

En el rito latino, la imposición de manos es al menos materia parcial del sacramento1. El elegido se arrodilla ante el obispo, quien le impone las manos sobre la cabeza sin decir nada3,4. Después de las letanías y una oración, el obispo, sin mitra y con las manos extendidas, pronuncia la Plegaria de Ordenación3,4.

Ordenación de Presbíteros

En la ordenación sacerdotal, hay una triple imposición de manos:

  1. El obispo ordenante, seguido por los presbíteros presentes, impone las manos sobre la cabeza del candidato sin decir nada5,6,1,7. Esta acción es parte integral del rito.

  2. El obispo y los presbíteros extienden las manos durante la oración de ordenación1.

  3. El obispo impone las manos al conferir el poder de perdonar los pecados, diciendo «Accipe Spiritum Sanctum» (Recibe el Espíritu Santo)1.

Las dos primeras imposiciones, combinadas, constituyen la materia parcial del sacramento en la Iglesia Latina, siendo la traditio instrumentorum (entrega de los instrumentos) necesaria para la materia adecuada o completa1. Sin embargo, las Iglesias Orientales consideran la imposición de manos como la única sustancia del rito sacramental1. La Constitución Apostólica «Sacramentum Ordinis» de 1947 enfatiza que en cualquier conferimiento de órdenes, la imposición de manos debe hacerse tocando físicamente la cabeza del ordenando, aunque un toque moral sea suficiente para la validez8.

Consagración de Obispos

En la consagración de obispos, la imposición de manos por sí sola pertenece a la esencia del sacramento1.

Confirmación

En la Confirmación, la imposición de manos constituye la materia esencial del sacramento. No se refiere a la que precede a la unción, sino a la que tiene lugar durante la aplicación del crisma1. El Catecismo de la Iglesia Católica señala que la imposición de manos de los Apóstoles es el medio por el cual se da el Espíritu Santo, y la Iglesia ha mantenido este signo del «derramamiento todopoderoso del Espíritu Santo» en sus epíclesis sacramentales2.

Bautismo

En el Bautismo, el sacerdote hace la señal de la cruz en la frente y el pecho, impone las manos sobre la cabeza durante la oración «preces nostras» y nuevamente después del exorcismo, suplicando a Dios que envíe la luz de la verdad al alma purificada1. Tertuliano ya mencionaba el uso de la imposición de manos en la administración del Bautismo en su época1.

Penitencia

En el sacramento de la Penitencia, el ministro simplemente levanta su mano al dar la absolución1.

Unción de los Enfermos

Aunque las rúbricas no prescriben explícitamente la imposición de manos en la Unción de los Enfermos, las palabras «per impositionem manuum nostrarum» (por la imposición de nuestras manos) aparecen en la oración inmediatamente anterior a la unción. Es posible que la imposición esté contenida en las unciones, de manera similar a la administración de la Confirmación1.

Uso Ceremonial y Litúrgico Extensivo

Además de su uso sacramental, la imposición de manos se emplea de manera mucho más extensa en la liturgia católica en diversas bendiciones y ritos1.

Bendiciones

El rito se utiliza en casi todas las bendiciones de personas y cosas. Por ejemplo, los abades y las vírgenes son bendecidos de esta manera, según lo establecido en el Pontifical Romano y el Ritual Romano1.

Reconciliación

En la reconciliación de penitentes públicos y en la recepción de cismáticos, herejes y apóstatas en la Iglesia, la imposición de manos era y sigue siendo utilizada1.

Exorcismos

Aquellos que están poseídos por espíritus malignos son exorcizados de manera similar, mediante la imposición de manos1.

La Misa

Las rúbricas del misal instruyen al celebrante a mantener las manos extendidas durante la mayoría de las oraciones. En la oración previa a la consagración, «Hanc igitur oblationem», el sacerdote también extiende sus manos sobre las ofrendas (el pan y el vino)1. Esta acción parece tomada de la antigua práctica levítica de imponer las manos sobre las víctimas a sacrificar. Su significado simboliza la imposición del pecado sobre los elementos de pan y vino que, al transformarse en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, se convierten en nuestra ofrenda o chivo expiatorio, y finalmente en la «víctima de nuestra paz» con Dios1.

Consagración del Crisma

Durante la consagración del Santo Crisma, todos los concelebrantes extienden su mano derecha hacia el crisma hasta el final de la oración, sin decir nada9.

Conclusión

La imposición litúrgica de manos es un gesto de profunda significación en la Iglesia Católica, que abarca desde la transmisión de la autoridad y la gracia sacramental hasta la bendición y la curación. Su presencia constante a lo largo de la historia de la salvación y en la vida litúrgica de la Iglesia subraya su papel como un signo visible y eficaz de la acción de Dios y de la comunicación del Espíritu Santo. Como San Agustín expresó, «¿Qué otra cosa es la imposición de manos sino una oración sobre el hombre?»1.

Citas

  1. Imposición de manos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Imposición de Manos. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

  2. II. El nombre, los títulos y los símbolos del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 699 (1992). 2 3 4 5 6

  3. Impositio manuum et prex ordinationis, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 148. 2

  4. Impositio manuum et prex ordinationis, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 127. 2

  5. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 79.

  6. Impositio manuum et prex ordinationis, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 78.

  7. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 177.

  8. La materia y la forma del sacramento del orden - Constitución apostólica, «sacramentum ordinis,» 30 de noviembre de 1947, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3861 (1854).

  9. El Pontifical Romano. La Bendición de los Óleos y la Consagración del Crisma: Extractos, § 2 (2016).