Infancia de Jesús
La infancia de Jesús, tal como se relata en los Evangelios de Mateo y Lucas, abarca los eventos desde su concepción virginal hasta su crecimiento en Nazaret, culminando con el episodio de su hallazgo en el Templo a los doce años. Estos relatos, conocidos como los «Evangelios de la infancia», presentan a Jesús como el Hijo de Dios y el Salvador de la humanidad, enraizado en la historia de Israel y del mundo. Aunque existen diferencias en los detalles narrativos entre Mateo y Lucas, ambos convergen en los puntos fundamentales de la concepción por obra del Espíritu Santo, el nacimiento en Belén, y su desarrollo en sabiduría, edad y gracia. Esta etapa de la vida de Jesús, aunque con pocos detalles explícitos en las Escrituras, es crucial para comprender su identidad divina y humana, y su misión redentora.
Tabla de contenido
Fuentes de los Relatos de la Infancia
Los principales relatos sobre la infancia de Jesús se encuentran en los dos primeros capítulos de los Evangelios de Mateo (Mt 1-2) y Lucas (Lc 1,5-2,52)1. Estos textos son fundamentales para conocer los orígenes y los primeros años de vida de Jesús1. San Lucas sugiere que María misma fue una de las fuentes de información para su «Evangelio de la infancia», ya que él menciona que María «guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2,19; Lc 2,51)2. Esta afirmación, repetida dos veces, indica que María pudo haber testificado sobre su persona y función como Madre después de la muerte y resurrección de Cristo, en el período apostólico en que surgieron los textos del Nuevo Testamento y la tradición cristiana primitiva2.
Aunque existen diferencias entre los relatos de Mateo y Lucas, ambos son complementarios al aclarar las circunstancias extraordinarias del nacimiento de Jesús: Lucas se enfoca en María, mientras que Mateo lo hace en José2. La Pontificia Comisión Bíblica afirma que, a pesar de las diferencias que pueden ser armonizadas en elementos secundarios, la revelación salvífica reside en todo lo que se dice de la persona de Jesús y su relación con la historia de Israel y del mundo3.
Narrativas en los Evangelios Canónicos
Los «Evangelios de la infancia» de Mateo y Lucas, aunque distintos en sus detalles, presentan convergencias significativas sobre la identidad y misión de Jesús1,4.
En el Evangelio de Mateo
Mateo comienza su Evangelio con una genealogía de Jesús (Mt 1,1-17), que difiere de la presentada por Lucas1. La anunciación de la concepción de Jesús por obra del Espíritu Santo se le hace a José (Mt 1,18-25)1. Jesús nace en Belén de Judea (Mt 2,1)1. Los Magos, guiados por una estrella, visitan al niño Jesús, sin conocer la amenaza del rey Herodes (Mt 2,1-11)1,5. Advertidos en sueños, los Magos regresan a su país por otro camino (Mt 2,12)1. Un ángel del Señor advierte a José en sueños, y este huye a Egipto con el niño y su madre para protegerlo de la masacre de los inocentes ordenada por Herodes (Mt 2,13-18)6,1. Después de la muerte de Herodes, José, María y el niño regresan a su país y se establecen en Nazaret, donde Jesús crece (Mt 2,19-23)1,6.
Mateo presenta a Jesús como el Hijo de Dios (Mt 2,15), en quien Dios está presente, y a quien corresponde el nombre de «Emmanuel» (Dios-con-nosotros) (Mt 1,23)5. El nombre de Jesús, comunicado por un ángel, expresa el programa de su misión salvífica: «él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21)5,4. Jesús es el ungido de la casa de David (el Cristo) (Mt 1,1.16.17.18; 2,4), quien será el pastor de su pueblo Israel (Mt 2,6)5.
En el Evangelio de Lucas
Lucas inicia su relato con la anunciación a Zacarías sobre el nacimiento de Juan el Bautista, seguida de la anunciación a María (Lc 1,5-38)2,1. María y José residen en Nazaret (Lc 1,26), y debido al censo de Quirino, se dirigen a Belén (Lc 2,1-5), donde Jesús nace (Lc 2,6-7)1. Los pastores son visitados por un ángel del Señor que les anuncia el nacimiento de Jesús (Lc 2,8-20)1.
A los ocho días de su nacimiento, Jesús fue circuncidado y se le dio el nombre de Jesús, tal como había sido indicado por el ángel7,4. Cuarenta días después de su nacimiento, Jesús es presentado en el Templo de Jerusalén, conforme a las prescripciones de la Ley (Lc 2,22-35)6,8,9. Allí es acogido por Simeón y Ana, quienes profetizan sobre su futuro mesiánico10,11,1. Simeón lo bendice y profetiza que Jesús será «luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel» (Lc 2,29-32)12.
El Evangelio de Lucas concluye la infancia de Jesús con el episodio de su hallazgo en el Templo a los doce años (Lc 2,41-50)7,13,14. Sus padres, María y José, acudían anualmente a Jerusalén para la fiesta de la Pascua7,14. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron de nuevo a Jerusalén. Al regresar, el niño Jesús se quedó en el Templo sin que sus padres lo supieran. Después de tres días de búsqueda, lo encontraron «sentado en medio de los doctores, escuchándolos y preguntándoles»7,14. Todos los que le oían se asombraban de su inteligencia y de sus respuestas14. A la preocupación de María y José, Jesús respondió: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» (Lc 2,49)7,14. Sus padres no comprendieron estas palabras14.
Después de este evento, Jesús regresó con ellos a Nazaret y les estaba sujeto (Lc 2,51)7. Lucas resume este período de «vida oculta» afirmando que Jesús «crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lc 2,52)7,13,15. Este crecimiento real y humano de Jesús ocurrió bajo la acción del Espíritu Santo, en el misterio silencioso de Nazaret13.
Convergencias y Diferencias de los Relatos Canónicos
Aunque los relatos de Mateo y Lucas difieren en muchos detalles, existen datos fundamentales que son comunes a ambos evangelistas4:
María, la madre de Jesús, está desposada con José (Mt 1,18; Lc 1,27)4.
José pertenece a la casa de David (Mt 1,20; Lc 1,27)4.
No cohabitaron antes de la concepción de Jesús, que fue por obra del Espíritu Santo (Mt 1,18.20; Lc 1,35)4.
José no es el padre natural de Jesús (Mt 1,16.18.25; Lc 1,34)4.
El nombre de Jesús es comunicado por un ángel (Mt 1,21; Lc 1,31), al igual que su significado salvífico (Mt 1,21; Lc 2,11)4.
Jesús nace en Belén durante el tiempo del rey Herodes (Mt 2,1; Lc 1,5; 2,4-7)4.
Crece en Nazaret (Mt 2,22-23; Lc 2,39.51)4.
La convergencia en la concepción virginal de Jesús por el Espíritu Santo, excluyendo a José como padre natural, es un punto capital4. Las diferencias en los detalles revelan la independencia de los relatos de ambos evangelistas1. Sin embargo, la figura central de Jesús como Hijo de Dios y Salvador de los hombres es común a ambos3.
La Vida Oculta en Nazaret
Después del episodio en el Templo, Jesús regresó a Nazaret con María y José y les fue obediente7,14. Este período, que abarca la mayor parte de su infancia y juventud, es conocido como la «vida oculta» de Jesús7. Lucas lo resume en dos frases: Jesús «partió con ellos y volvió a Nazaret, y les estaba sujeto» (Lc 2,51), y «crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lc 2,52)7,15.
Durante estos años, Jesús vivió en el seno de una familia, en la casa de José, quien actuó como padre, asistiéndolo, protegiéndolo y enseñándole su oficio de carpintero7. A los ojos de los habitantes, Jesús era conocido como «el hijo del carpintero» (Mt 13,55)7. Este crecimiento en sabiduría, edad y gracia fue un desarrollo humano real, comprendido bajo la acción del Espíritu Santo13. La Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia, que conmemora este santo núcleo familiar en el que Jesús creció11,16.
Evangelios Apócrifos y la Infancia de Jesús
Además de los Evangelios canónicos, existen textos apócrifos que también narran episodios de la infancia de Jesús. Estos escritos, aunque no forman parte del canon bíblico y carecen de la autoridad doctrinal de los Evangelios canónicos, ofrecen una visión más detallada y a menudo milagrosa de la niñez de Jesús.
El Evangelio Árabe de la Infancia del Salvador
Este evangelio apócrifo contiene varios relatos sobre la infancia de Jesús. Por ejemplo, narra un episodio en el que Jesús, a los siete años, juega con otros niños haciendo figuras de arcilla de animales. Jesús hace que sus figuras caminen y vuelen, asombrando a los otros niños y sus padres, quienes lo consideran un «mago»17.
Otro pasaje relata cuando Jesús, a una edad temprana, es llevado a un maestro llamado Zaqueo para aprender las letras. Jesús no solo recita el alfabeto, sino que también explica el significado profundo de cada letra, dejando al maestro asombrado. Zaqueo le dice a José que Jesús es más sabio que todos los maestros y que no necesita instrucción18.
También se describe el episodio del hallazgo en el Templo, similar al relato de Lucas, pero con más detalles sobre el diálogo de Jesús con los maestros. Jesús les pregunta: «¿De quién es hijo el Mesías?» y les explica las Escrituras de una manera que supera la comprensión de los eruditos, quienes se preguntan quién podría ser ese niño19.
Estos relatos apócrifos, aunque no son reconocidos como inspirados, ilustran el deseo de las primeras comunidades cristianas de conocer más sobre la vida oculta de Jesús y su sabiduría desde temprana edad.
Significado Teológico de la Infancia de Jesús
La infancia de Jesús es fundamental para la teología cristiana, ya que introduce y fundamenta su obra salvífica3,5.
La Encarnación y la Humanidad de Cristo
Los relatos de la infancia subrayan la realidad de la Encarnación: el Hijo de Dios se hizo verdaderamente humano, experimentando el crecimiento y desarrollo propios de un niño13. Este «crecimiento en sabiduría, en estatura y en gracia» (Lc 2,52) demuestra su plena humanidad, sin menoscabo de su divinidad7,15.
La Misión Salvífica
Desde su concepción, el nombre de Jesús («Dios salva») y las profecías de Simeón y Ana en el Templo, anuncian su misión como Salvador8,10,5,4. La presentación en el Templo, por ejemplo, es un signo de las experiencias y sufrimientos a los que se sometería para ayudar a la humanidad8.
La Figura de María y José
María, al «guardar todas estas cosas en su corazón», es una figura clave en la transmisión de los misterios de la infancia de Jesús2. José, como custodio de los inicios de la redención, protegió y educó a Jesús, mostrando un amor y dedicación ejemplares6,15.
El Espíritu Santo
Aunque no siempre explícitamente nombrado en los relatos de la infancia, el Espíritu Santo es el protagonista invisible de los eventos, desde la concepción virginal hasta el crecimiento de Jesús en Nazaret13,2. La teología de la gracia y los dones del Espíritu Santo ayuda a profundizar en el misterio de la humanidad de Jesús13.
Universalidad de la Salvación
La visita de los Magos en el Evangelio de Mateo indica que la misión de Jesús trasciende Israel y se extiende a todos los pueblos5. Jesús es la «luz para iluminar a las naciones» (Lc 2,32)12.
Celebraciones Litúrgicas
La Iglesia celebra varios eventos relacionados con la infancia de Jesús durante el tiempo de Navidad y más allá20,21,22,23.
Navidad (25 de diciembre): Conmemora el nacimiento de Jesús en Belén21,23.
Fiesta de la Sagrada Familia (domingo dentro de la octava de Navidad): Celebra el santo hogar de Nazaret donde Jesús creció en sabiduría, edad y gracia11,16.
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (1 de enero): Conmemora la maternidad divina de María y la imposición del Santísimo Nombre de Jesús, ocho días después de su nacimiento11,16.
Fiesta de los Santos Inocentes (28 de diciembre): Recuerda el martirio de los niños asesinados por Herodes en su intento de eliminar a Jesús11,16.
Fiesta de la Presentación del Señor (2 de febrero): Cuarenta días después de Navidad, conmemora la presentación de Jesús en el Templo, el encuentro del Mesías con su pueblo representado por Simeón y Ana, y la profecía mesiánica de Simeón11,9,12. Esta fiesta anticipa la Pascua, revelando el destino de Jesús8.
Estas celebraciones permiten a los fieles profundizar en el misterio de la Encarnación y en los «inicios de la redención» que se manifestaron en la infancia de Jesús15.
Conclusión
La infancia de Jesús, narrada por Mateo y Lucas, es una etapa crucial que revela su doble naturaleza divina y humana, su misión salvífica y su arraigo en la historia de Israel. Aunque los Evangelios canónicos ofrecen pocos detalles sobre la vida oculta en Nazaret, estos relatos son complementados por la tradición y las celebraciones litúrgicas que nos invitan a contemplar el misterio de la Encarnación. La figura de Jesús creciendo en sabiduría, edad y gracia, bajo la custodia de María y José, es un modelo de vida familiar y de obediencia a la voluntad de Dios, que sigue resonando profundamente en la fe católica.
Citas
Tercera parte la interpretación de la palabra de Dios y sus desafíos, Pontificia Comisión Bíblica. La Inspiración y la Verdad de la Sagrada Escritura, § 111 (2014). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 28 de enero de 1987 (1987). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Tercera parte la interpretación de la palabra de Dios y sus desafíos, Pontificia Comisión Bíblica. La Inspiración y la Verdad de la Sagrada Escritura, § 114 (2014). ↩ ↩2 ↩3
Tercera parte la interpretación de la palabra de Dios y sus desafíos, Pontificia Comisión Bíblica. La Inspiración y la Verdad de la Sagrada Escritura, § 112 (2014). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Tercera parte la interpretación de la palabra de Dios y sus desafíos, Pontificia Comisión Bíblica. La Inspiración y la Verdad de la Sagrada Escritura, § 113 (2014). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Papa Francisco. Patris Corde (2020). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 4 de febrero de 1987 (1987). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Papa Juan Pablo II. 2 de febrero de 1994: Fiesta de la Presentación del Señor - Homilía (1994). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. 2 de febrero de 1992: Misa para religiosos y religiosas en la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo - Homilía (1992). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 17 de agosto de 1994, § 2 (1994). ↩ ↩2
Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo IV: Año litúrgico y piedad popular - En tiempo de Navidad, Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (9 de abril de 2002), § 107 (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (9 de abril de 2002) (2002). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 27 de junio de 1990 (1990). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Papa Juan Pablo II. 18 de marzo de 1989: 120 aniversario de la fundación del Hospital Pediátrico «Bambino Gesù» - Homilía, § 3 (1989). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - IV. Tiempo de Navidad, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 35 (1969). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Autor desconocido. El Evangelio árabe de la infancia del Salvador, § 36 (600). ↩
Autor desconocido. El Evangelio árabe de la infancia del Salvador, § 48 (600). ↩
Autor desconocido. El Evangelio árabe de la infancia del Salvador, § 50 (600). ↩
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 17 (1969). ↩
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - IV. Tiempo de Navidad, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 32 (1969). ↩ ↩2
Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título I – los días litúrgicos - III. Solemnidades, fiestas y memorias, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 8 (1969). ↩
Aprobación de las normas universales sobre el año litúrgico y el nuevo calendario romano general, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § I (1969). ↩ ↩2