Inquisición romana
La Inquisición romana fue la institución eclesiástica creada por el Papa Pablo III en 1542 mediante la bula Licet ab initio para proteger la fe católica frente a la expansión de doctrinas protestantes y otras herejías. Desde su fundación, el tribunal evolucionó en estructura y competencias, pasando de ser una comisión de seis cardenales a convertirse en la Congregación del Santo Oficio, y posteriormente en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Su historia abarca reformas importantes bajo los pontificados de Pablo IV, Sixto V, Pío V, Pío X y Pablo VI, y su legado sigue siendo objeto de estudio y reflexión dentro de la Iglesia.
Tabla de contenido
Origen y fundación
Contexto del siglo XVI
En la primera mitad del siglo XVI la Reforma protestante se extendía rápidamente por Europa, lo que motivó al papado a reforzar la defensa de la ortodoxia. El 21 de julio de 1542, Pablo III promulgó la bula Licet ab initio, estableciendo la Sacra Congregatio Romanae et Universalis Inquisitionis compuesta inicialmente por seis cardenales, con la misión de perseguir la herejía y proteger la fe1.
Primeros estatutos
El documento fundacional concedía a los cardenales la facultad de juzgar casos de fe y, en caso necesario, recurrir al brazo secular para ejecutar sentencias, una práctica típica de los tribunales judiciales de la época1.
Organización y funciones
Estructura inicial
A finales de la década de 1540, el Maestro del Palacio Sagrado se incorporó como miembro ex officio, y en 1551 se creó el cargo de Comisionado (secretario) y, en 1553, el de Asesor. Esta organización permitía al tribunal actuar tanto como corte de primera instancia como de última apelación en asuntos de fe1.
Ámbito de competencia
Originalmente la Inquisición romana se limitaba a casos de herejía y cismas, pero bajo el pontificado de Pablo IV (1555‑1559) se ampliaron sus atribuciones a delitos morales como la prostitución, la sodomía y el simoniacismo herético, que incluía la venta de sacramentos y la ordenación de menores1.
Desarrollo histórico
Papado de Pablo III y la bula Licet ab initio
La fundación formal de la Inquisición romana marcó el comienzo de una autoridad centralizada en Roma para juzgar cuestiones doctrinales en todo el mundo católico2.
Pablo IV y la consolidación del tribunal
Pablo IV confirmó la Inquisición al inicio de 1550 y, mediante la constitución Licet a diversis (1551), condenó la interferencia de autoridades civiles en los procesos inquisitoriales, reforzando la independencia eclesiástica1.
Sixto V y la expansión de competencias
Con la constitución Immensa aeterni Dei (1588), Sixto V otorgó al tribunal autoridad universal sobre todo lo relacionado directa o indirectamente con la fe y la moral, extendiendo su alcance a territorios como Malta, Avignon y diversas ciudades del Sacro Imperio Romano Germánico1.
Pío V y la institucionalización
Pío V (1566‑1572) reorganizó la sede del tribunal, creando archivos para preservar los actos procesales y estableciendo normas de confidencialidad estrictas1.
Pío X y la reforma del siglo XX
En 1908, mediante la constitución Sapienti consilio, Pío X cambió el nombre a Congregación del Santo Oficio, adaptando la institución a las nuevas circunstancias históricas3.
Pablo VI y la orientación pastoral
El motu propio Integrae servandae (1965) transformó la Congregación del Santo Oficio en la Congregación para la Doctrina de la Fe, desplazando el énfasis de la mera condena hacia la corrección caritativa y la promoción de la verdad doctrinal3.
Cambios de nombre y reformas posteriores
De la Inquisición al Santo Oficio
Tras la reforma de Sixto V, el tribunal pasó a llamarse Congregación del Santo Oficio, reflejando su carácter de autoridad doctrinal más amplio4.
De Santo Oficio a la Doctrina de la Fe
Pablo VI, con Integrae servandae, estableció la Congregación para la Doctrina de la Fe, definiendo su misión como la salvaguardia de la doctrina en todo el mundo católico y adoptando métodos más pastorales que punitivos3.
Legado y percepción actual
Contribuciones a la defensa de la fe
A lo largo de los siglos, la Inquisición romana jugó un papel central en la defensa de la ortodoxia, actuando como la primera instancia de apelación en casos de fe y como autoridad final en la censura de libros y doctrinas consideradas erróneas5.
Críticas y reinterpretaciones
Aunque su labor fue fundamental para la preservación de la fe, la Inquisición ha sido objeto de críticas por los métodos empleados, como el uso de la tortura y la pena de muerte, prácticas que la Iglesia ha repudiado y reformado en la época contemporánea. La transformación de la institución en la Congregación para la Doctrina de la Fe refleja este proceso de actualización y de mayor énfasis en la caridad pastoral.
Relevancia en la Iglesia actual
Hoy la Congregación para la Doctrina de la Fe continúa la misión originaria de la Inquisición romana, pero con un enfoque centrado en la enseñanza, la corrección fraterna y la promoción de la verdad, siguiendo el espíritu del magisterio del Papa León XIV y de los Concilios recientes4.
Citas
Para promover y salvaguardar la fe: - Del Santo Oficio a la Congregación para la Doctrina de la Fe - Origen y desarrollo del Santo Oficio, Congregación para la Doctrina de la Fe. Para promover y salvaguardar la fe (2015). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Las Congregaciones Romanas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Las Congregaciones Romanas. ↩
Papa Pablo VI. Integrae servandae (7 de diciembre de 1965) (1965). ↩ ↩2 ↩3
Notas históricas, Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Visión general del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (1997). ↩ ↩2
Inquisición, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Inquisición. ↩
