Investigación moral
La investigación moral católica es el estudio sistemático de los actos humanos a la luz de la Revelación divina y la razón natural, buscando dirigir a las personas hacia una visión amorosa de Dios, considerada como la verdadera y completa felicidad y el fin último de la humanidad. Este campo de estudio se nutre de la gracia, las virtudes y los dones del Espíritu Santo, y se ilumina por la Escritura, la Tradición, el Magisterio de la Iglesia y la reflexión teológica. A lo largo de la historia, la investigación moral católica ha evolucionado, adaptándose a los desafíos de cada época y profundizando en la comprensión de la dignidad de la persona humana y su vocación a la bienaventuranza.
Tabla de contenido
Orígenes y Desarrollo Histórico de la Teología Moral
La teología moral católica tiene sus raíces más profundas en las escrituras del Nuevo Testamento, que proporcionan el trasfondo fundamental para toda la enseñanza moral católica, centrándose en el evento de Cristo, su mensaje y cómo dar testimonio de él1. Desde los primeros siglos de la Iglesia, se consideró la dimensión social del discipulado, los desafíos relacionados con la apostasía y el pecado, y el impacto de figuras como San Agustín en la ética cristiana1.
Durante el período medieval, la teología moral experimentó un desarrollo significativo con figuras clave como Abelardo, Eloísa, Pedro Lombardo, Santo Tomás de Aquino, Juan Duns Scoto y Guillermo de Ockham. En esta época, hubo un creciente desarrollo científico y sistematización de la teología a partir de sus fuentes, en un ambiente de debate robusto1.
En el siglo XVI, la casuística surgió como un método para enmarcar la teología moral en torno a los Diez Mandamientos1. Sin embargo, la tradición manualista que dominó la teología moral después del Concilio de Trento, se centró principalmente en resolver casos de conciencia en términos jurídicos de deber y obligación, y su método era fundamentalmente filosófico, con citas bíblicas ocasionales2. Esta aproximación fue criticada por su enfoque en la «patología moral» y por no presentar un ideal elevado de perfección cristiana2.
Renovación de la Teología Moral Post-Vaticano II
El Concilio Vaticano II hizo un llamado explícito a la renovación de la teología moral, instando a que esta «iluminara la grandeza de la vocación de los fieles en Cristo» y se «nutriera más de la Sagrada Escritura»2,3. Esta renovación implicaba dos reorientaciones principales:
Enfoque positivo de la vida moral: Pasar de una moralidad centrada en la evitación del pecado a la búsqueda de la bienaventuranza a través del crecimiento en la santidad3.
Carácter teológico de la moral: Recuperar la integración de la teología moral con la Escritura, la dogmática, la liturgia y la espiritualidad3.
Un componente crucial de esta renovación ha sido el resurgimiento de la ética de la virtud, especialmente la de Santo Tomás de Aquino, enfatizando el carácter teleológico de la vida moral y la llamada a la bienaventuranza sobrenatural como fundamento de la teología moral4,3. La encíclica Veritatis Splendor (1993) del Papa Juan Pablo II fue fundamental en este retorno a una moral basada en la virtud y la verdad4,3.
Elementos Clave de la Investigación Moral Católica
La investigación moral católica se basa en varios pilares fundamentales:
1. La Dignidad de la Persona Humana
La dignidad de la persona humana, arraigada en su creación a imagen y semejanza de Dios, se realiza en su vocación a la bienaventuranza divina5. Es esencial que el ser humano se dirija libremente hacia esta plenitud mediante acciones deliberadas que se conformen al bien prometido por Dios y atestiguado por la conciencia moral5. La teología moral busca entender al hombre como imagen de Dios, con una dignidad y una luz inteligible alcanzable por la razón humana, aunque difícil de mantener en momentos de prueba para la salud6.
2. La Ley Moral
La ley moral es obra de la Sabiduría divina, definida bíblicamente como la instrucción paterna de Dios. Prescribe los caminos y reglas de conducta que conducen a la bienaventuranza prometida y proscribe los caminos del mal que alejan al hombre de Dios y de su amor7. El Decálogo, o los Diez Mandamientos, ha sido tradicionalmente la base de la catequesis moral, estableciendo principios de vida moral válidos para todos los hombres8,9. La gravedad de los pecados se evalúa según los Diez Mandamientos, como se refleja en la respuesta de Jesús al joven rico10,11.
3. La Conciencia Moral
La conciencia, entendida como «juicio moral» e «imperativo moral», constituye la evaluación final de un acto como bueno o malo ante Dios12. Solo Dios conoce el valor moral de cada acto humano, aunque la Iglesia puede y debe clasificar, juzgar y a veces condenar ciertos tipos de acción12. La investigación moral busca purificar el juicio y sanar la razón humana herida por el pecado, con la ayuda de la gracia13.
4. Las Virtudes
La vida moral no se reduce a evitar el pecado, sino que es un camino de crecimiento en la santidad a través de las virtudes3,5. Las virtudes unen lo universal y lo concreto en la acción, regulando y formando la conducta14. La teología moral contemporánea, especialmente después de Veritatis Splendor, ha visto un resurgimiento de la ética de la virtud, que enfatiza la llamada a la bienaventuranza sobrenatural como fundamento3.
5. El Papel del Magisterio
El Magisterio de los Pastores de la Iglesia ejerce su autoridad en materia moral, ordinariamente a través de la catequesis y la predicación8,9. Esta autoridad se extiende a todos los elementos de la doctrina, incluida la moral, sin la cual las verdades salvíficas de la fe no pueden ser preservadas, expuestas u observadas15. El Magisterio tiene el poder de definir in moribus lo que está contenido en la Revelación, y la cuestión de si este poder se extiende a la ley natural y a las normas concretas de conducta moral derivadas de ella ha sido objeto de debate14.
Bioética y Investigación Moral
La bioética, como rama de la teología moral especial, explora la moralidad de la actividad humana relacionada con el inicio y el fin de la vida, así como la actividad médica y biológica destinada a la preservación y mejora de la salud humana16. Esta área tiene una dimensión social importante, ya que las cuestiones bioéticas se convierten en preguntas sociales cuando se abordan en un contexto legal o jurídico y afectan el bien común y la justicia social16.
La Iglesia Católica valora y fomenta la investigación biomédica cuando tiene como objetivo la curación y prevención de enfermedades, el alivio del sufrimiento y el bienestar de los seres humanos17,18. Reconoce que la investigación científica, si se lleva a cabo de manera verdaderamente científica y no transgrede las leyes morales, nunca puede entrar en conflicto con la fe17,18.
Principios Fundamentales en Bioética Católica
La Iglesia, al presentar principios y evaluaciones morales sobre la investigación biomédica en la vida humana, se basa en la luz de la razón y de la fe, buscando una visión integral del hombre y su vocación19. Algunos principios esenciales incluyen:
Respeto a la persona: Exigir respeto por la persona cuando es sujeto de investigación, especialmente en experimentación no directamente terapéutica20.
Unidad de ciencia, sociedad e individuo: Enfatizar el vínculo estrecho entre la ciencia, la sociedad y el individuo en todo el proceso de investigación20.
Método integrador: Utilizar una metodología que integre las diferentes disciplinas para converger en la elaboración de un itinerario de investigación biomédica que respete el verdadero bien de la persona humana, considerando la compleja unidad constitutiva del ser humano21. Este «método triangular» implica la exposición de datos biomédicos, el examen de las consecuencias para la persona y el discernimiento de valores, y la elaboración de normas éticas21.
Independencia profesional: Es éticamente necesario que los investigadores mantengan una total independencia personal y profesional de posibles intereses (financieros, ideológicos, políticos, etc.) ajenos al objetivo de la investigación, por el bien de los sujetos involucrados y el progreso genuino de la humanidad22.
La bioética es un campo dinámico debido a los rápidos avances en las ciencias afiliadas, lo que requiere una adaptación continua de los hallazgos morales para incorporar nuevos descubrimientos y conocimientos23. Esto es un trabajo tanto de razón especulativa como práctica, buscando alcanzar la certeza moral en los juicios prudenciales, ya que el contexto médico y tecnológico puede cambiar24.
Desafíos Contemporáneos en la Investigación Moral
La teología moral católica ha enfrentado diversos desafíos a lo largo de su historia y en la actualidad. Uno de ellos es la tendencia a la especialización excesiva en el conocimiento, que puede fragmentar el significado y la unidad interior16. El Papa Juan Pablo II, en Fides et Ratio, advirtió contra esta sobrespecialización que amenaza la unidad del conocimiento16.
Otro desafío ha sido la crítica a las teorías teleológicas y proporcionalistas, que sostienen que es imposible calificar como moralmente malo un determinado tipo de comportamiento o acto específico según su «objeto» o especie, sin considerar la intención o la totalidad de las consecuencias previsibles25,26. El Magisterio de la Iglesia ha rechazado esta tesis, afirmando que la moralidad de un acto humano depende primordialmente del «objeto» racionalmente elegido por la voluntad deliberada26.
La pobreza también se presenta como un contexto no reconocido en muchas cuestiones bioéticas actuales, un aspecto que los bioeticistas católicos deben abordar24. Además, la tentación de «mejorar» la naturaleza humana a través de tecnologías emergentes plantea preguntas complejas sobre los límites entre tratamiento y mejora, y entre mejora y potenciación24.
En resumen, la investigación moral católica se esfuerza por proporcionar una guía integral para la vida humana, arraigada en la fe y la razón, y en constante diálogo con los avances científicos y los desafíos sociales, siempre con la mira puesta en la dignidad de la persona y su vocación a la bienaventuranza divina.
Citas
Una historia de la ética teológica católica por James F. Keenan, S.J. (Mahwah, NJ: Paulist Press, 2022), xi + 434 págs, Margaret M. Turek, Matthew Levering, et al. Reseñas de libros (Nova et Vetera, Vol. 22, No. 4), § 11. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
La vida de virtud como un acto de adoración: Sobre la orientación eucarística de la vida moral, Michael A. Wahl. La vida de virtud como un acto de adoración: Sobre la orientación eucarística de la vida moral, § 1. ↩ ↩2 ↩3
Michael A. Wahl. La vida de virtud como un acto de adoración: Sobre la orientación eucarística de la vida moral, § 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Virtud, Ryan Connors. Solo la verdad tiene gracia: Un tributo al Padre Romanus Cessario, O.P., § 3. ↩ ↩2
Capítulo uno la dignidad de la persona humana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1700 (1992). ↩ ↩2 ↩3
La bioética católica se ocupa también de la intimidad con Dios, Basil Cole, O.P. Fundamentos teológicos, el trasfondo a veces oculto de la bioética católica, § 9. ↩
Artículo 1 la ley moral, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1950 (1992). ↩
I. La vida moral y el magisterio de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2033 (1992). ↩ ↩2
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2049 (1992). ↩ ↩2
IV. La gravedad del pecado: Pecado mortal y venial, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1854 (1992). ↩
IV. La gravedad del pecado: Pecado mortal y venial, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1858 (1992). ↩
B5. Discernimiento ético - 5.1. Algunos criterios éticos, Comisión Teológica Internacional. Memoria y reconciliación: la Iglesia y las culpas del pasado, § 5.1 (2000). ↩ ↩2
I. La vida moral y el magisterio de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2037 (1992). ↩
El papel del magisterio en la doctrina moral, Servais Pinckaers. Un simposio inadvertido sobre teoría moral, § 14. ↩ ↩2
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2051 (1992). ↩
Thomas D. Williams, L.C. El aborto y la enseñanza social católica, § 8. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. Mensaje al Presidente de las Semanas Sociales de Francia (15 de noviembre de 2001) - Discurso, § 2 (2001). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Mensaje al Presidente de las Semanas Sociales de Francia (15 de noviembre de 2001), § 2 (2001). ↩ ↩2
Introducción, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre algunas cuestiones bioéticas, § 3 (2008). ↩
Pontificia Academia para la Vida. IX Asamblea General - Comunicado final sobre la «Ética de la investigación biomédica. Para una visión cristiana» (26 de febrero de 2003), § 5 (2003). ↩ ↩2
Pontificia Academia para la Vida. IX Asamblea General - Comunicado final sobre la «Ética de la investigación biomédica. Para una visión cristiana» (26 de febrero de 2003), § 6 (2003). ↩ ↩2
Pontificia Academia para la Vida. IX Asamblea General - Comunicado final sobre la «Ética de la investigación biomédica. Para una visión cristiana» (26 de febrero de 2003), § 7 (2003). ↩
Nicanor Pier Giorgio Austriaco, O.P. Bioética católica después de la bienaventuranza y la biomedicina: una respuesta a mis colegas, § 4. ↩
Nicanor Pier Giorgio Austriaco, O.P. Bioética católica después de la bienaventuranza y la biomedicina: una respuesta a mis colegas, § 5. ↩ ↩2 ↩3
Capítulo II - «no os conforméis a este mundo» (Rom 12, 2) - La Iglesia y el discernimiento de algunas tendencias en la teología moral actual - Teleología y teleologismo, Papa Juan Pablo II. Veritatis Splendor, § 74 (1993). ↩
Algunas glosas, Stephen L. Brock. Veritatis Splendor § 78, Santo Tomás, y (No meramente) objetos físicos de los actos morales, § 7. ↩ ↩2