Jesucristo Rey del Universo

Jesucristo, como Rey del Universo, es una verdad central de la fe católica que se expresa en la Sagrada Escritura, la tradición magisterial y la liturgia. El título subraya la soberanía absoluta de Cristo sobre toda la creación, su autoridad judicial y su amor redentor que se manifiestan tanto en la historia de la salvación como en la vida cotidiana de los fieles. Este artículo examina el origen histórico del título, su fundamento teológico, su desarrollo en la enseñanza magisterial (especialmente en la encíclica Quas Primas), su celebración litúrgica y sus implicaciones para la vida cristiana.
Tabla de contenido
Origen histórico del título
Primeros indicios bíblicos
El Evangelio muestra a Jesús respondiendo a Pilato: «Tú dices que yo soy rey» (Jn 18,37)1, y el profeta Daniel anuncia el dominio eterno del Hijo del Hombre (Dn 7,14)1. Estos pasajes anticipan la dignidad real de Cristo que la Iglesia celebra en la solemne fiesta del Rey del Universo.
Desarrollo litúrgico
El Papa Pío XI instituyó la fiesta del Rey de Cristo en 1925 mediante la encíclica Quas Primas, eligiendo el último domingo del tiempo ordinario para que la liturgia cerrara el año con la proclamación de la realeza de Cristo sobre todos los santos y la humanidad2. La fecha subraya que la realeza de Cristo corona los misterios del año litúrgico y precede la solemnidad de todos los santos.
Fundamentación teológica
La perfección de Cristo como base del reino
Según la enseñanza magisterial, la realeza de Cristo se funda en su perfección intelectual y volitiva: su conocimiento como Verdad misma y su amor como caridad que excede todo conocimiento hacen que los corazones humanos le deban obediencia3.
La unión hipostática
El poder real de Cristo se deriva de la hipóstasis: como hombre recibe el reino del Padre, y como divino comparte la autoridad del Creador, de modo que su realeza es «no violenta ni usurpada, sino por esencia y naturaleza»3.
Tres poderes esenciales del señorío
Pío XI identifica en Cristo poder judicial, poder de recompensa y castigo, y poder de gobierno universal. El juicio final y la justicia divina son la culminación de estos poderes, manifestándose plenamente al fin de los tiempos3.
La encíclica Quas Primas (1925)
Propósito y contexto
Quas Primas surge como respuesta al secularismo posterior a la Primera Guerra Mundial, buscando reforzar la soberanía de Cristo sobre la vida pública y privada3. El Papa explica que la fiesta sirve para que tanto clero como laicos, libres de sus tareas cotidianas, den testimonio de obediencia al Rey divino2.
Pasajes clave
§ 12: La Iglesia, como «reino de Cristo en la tierra», saluda a su Fundador como Rey de Reyes y Señor de Señores4.
§ 27: El Jubileo de 1925 preparó el terreno para la nueva fiesta, resaltando la expansión del Reino a través de la misión y la santidad de los fieles5.
§ 29: La celebración del último domingo del tiempo ordinario permite que la «coroña de gloria» de Cristo se posicione sobre los misterios del año litúrgico2.
El Credo y la liturgia
El Credo niceno‑constantinopolitano
El Credo afirma que Cristo es «Señor, único Hijo de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos» y que «todo lo ha creado», confirmando su dominio universal sobre la creación4.
La Solemnidad del Rey del Universo
En el Misal Romano, la Prefacio de la solemnidad proclama a Jesús como «Rey del Universo» y describe su sacrificio en la cruz como la causa de la paz y la justicia universal6. El texto litúrgico enfatiza que, aunque su trono sea la cruz, su reino es «de verdad, vida, santidad, gracia, justicia, amor y paz»7.
El Reino de Dios y la realeza de Cristo
El Reino presente y futuro
El Catecismo señala que el Reino de Dios ya está presente «en la Eucaristía y en la vida de la Iglesia», pero será consumado «con poder y gran gloria» al regreso del Rey8. La realeza de Cristo, por tanto, es ya y por venir, llamando a los fieles a participar activamente en su misión redentora.
Amor y justicia como marcas del reino
San Pablo describe el reino como «una comunidad de amor que supera todo conocimiento» (cf. Col 1,13‑14) y el Papa Francisco subraya que el amor de Cristo «perdona, espera y sostiene», venciendo al pecado y a la muerte7.
Implicaciones para la vida de los fieles
Obediencia y submisión
Los fieles están llamados a ser «obedientes y sumisos sujetos del Rey Divino» (cf. Quas Primas, § 29)2, viviendo según la ley de la fe que dirige la adoración4.
Acción social y política
El reconocimiento de Cristo como Rey del Universo implica que toda autoridad humana debe estar al servicio del bien común y la paz, evitando la idolatría del poder terrenal. La Iglesia invita a los laicos a renovar su compromiso con la justicia y la caridad, reflejo del reino de Cristo en la sociedad.
Oración y esperanza escatológica
Los cristianos rezan «Venga tu Reino» (Padrenuestro) y claman «Maranatha, Señor, ven» como expresión de la expectativa del cumplimiento total del reino de Cristo8.
Celebración litúrgica actual
La fiesta en el calendario litúrgico
Desde el Concilio Vaticano II, la Solemnidad de Cristo Rey se celebra el último domingo del tiempo ordinario, marcando el cierre del año litúrgico y preparando al pueblo para la celebración de Todos los Santos. La liturgia incluye lecturas que resaltan la realeza universal, el juicio final y la esperanza escatológica.
Elementos distintivos
Himno de la Gloria que invoca a los ángeles y a los poderes celestiales para alabar al Rey de reyes6.
Oración eucarística que menciona a Cristo como «Señor y Rey de toda la creación» y su sacrificio como fundamento de la paz universal6.
Bendición final que envía a los fieles a vivir como sujetos fieles del Reino de Cristo.
Conclusión
Jesucristo, Rey del Universo, encarna la autoridad suprema, el amor redentor y la justicia perfecta que la Iglesia celebra y proclama. Su realeza, fundada en la perfección de su persona y en la unión hipostática, se manifiesta en la liturgia, la doctrina y la vida cotidiana de los creyentes. Al reconocer a Cristo como Señor de todo, los fieles son llamados a vivir en obediencia, a trabajar por la paz y la justicia, y a esperar con esperanza la plenitud del Reino al final de los tiempos.
Citas
Papa Juan Pablo II. 26 de noviembre de 2000: Jubileo del apostolado de los laicos - homilía, § 1 (2000). ↩ ↩2
Papa Pío XI. Quas Primas, § 29 (1925). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Nathaniel Mayne, O.P. El carácter trinitario de la realeza de Cristo en Aquino, § 3. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Pío XI. Quas Primas, § 12 (1925). ↩ ↩2 ↩3
Papa Pío XI. Quas Primas, § 27 (1925). ↩
Las solemnidades del Señor durante el tiempo ordinario - Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo solemnidad - Último domingo del tiempo ordinario - Prefacio: Cristo, Rey del Universo, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción al inglés según la Tercera Edición Típica), §Las Solemnidades del Señor durante el Tiempo Ordinario (2011). ↩ ↩2 ↩3
Papa Francisco. Santa Misa para la clausura del Jubileo de la Misericordia (20 de noviembre de 2016), §Santa Misa para la clausura del Jubileo de la Misericordia (20 de noviembre de 2016) (2016). ↩ ↩2
Sección dos i. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 671. ↩ ↩2
