Justicia social
La justicia social, en la enseñanza católica, es una virtud moral que impulsa a individuos y grupos a trabajar por el bien común, asegurando que todos los miembros de la sociedad, especialmente los más vulnerables, tengan lo necesario para vivir dignamente y participar plenamente en la vida social, económica y política. Este concepto se ha desarrollado a lo largo de la historia de la Iglesia, desde las primeras encíclicas sociales hasta documentos más recientes, enfatizando la dignidad inherente de cada persona creada a imagen y semejanza de Dios y la necesidad de estructuras sociales que reflejen la equidad y la solidaridad.
Tabla de contenido
Orígenes y Desarrollo del Concepto
El término «justicia social» es relativamente reciente en la historia de la teología y la filosofía política, apareciendo por primera vez en el siglo XIX1. Fue introducido por el filósofo jesuita Luigi Taparelli D’Azeglio y formalmente incorporado a la doctrina social papal con la encíclica Quadragesimo Anno de Pío XI en 1931, aunque Pío XI ya había equiparado la justicia legal tomista con la justicia social en 19231.
Antes de la formalización del término, la Iglesia ya abordaba las cuestiones subyacentes a la justicia social. El Papa León XIII, en su encíclica Rerum Novarum (1891), sentó las bases de la doctrina social moderna al abordar la «cuestión obrera» y la miseria de la clase trabajadora2,3,4. En este documento, León XIII condenó la explotación y la codicia, defendió el derecho a la propiedad privada, pero también enfatizó la necesidad de una distribución justa de los bienes y la protección de los derechos de los trabajadores5,6,7,8. Subrayó que el Estado tiene el deber de velar por el bien común y proteger a los más necesitados, especialmente a los asalariados, quienes carecen de recursos propios y dependen en gran medida de la asistencia estatal9,10.
La Justicia Legal Tomista como Precursora
Para comprender la justicia social en el pensamiento católico, es útil considerar la noción de justicia legal de Santo Tomás de Aquino. La justicia legal es la virtud que «dirige los actos de todas las virtudes al bien común»1. Inclina a la persona a realizar acciones útiles para la comunidad1. En este sentido, la justicia social puede entenderse como una actualización de la justicia legal tomista, inclinando a personas y grupos a trabajar por el bien común en diversos ámbitos como la familia, las profesiones, las asociaciones voluntarias, las escuelas y la comunidad política a nivel local, nacional e internacional11.
Definición y Elementos Clave
La justicia social se define como la necesidad de la sociedad de proporcionar a cada componente económico lo que necesita para el ejercicio de sus funciones propias12. Implica dar a cada uno lo que le corresponde (suum cuique) para satisfacer la dignidad inherente a toda persona creada a imagen y semejanza de Dios12. No se limita a cuestiones fiscales, sino que regula las relaciones sociales y considera la dimensión estructural de los problemas y sus soluciones13,14.
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia destaca que la justicia social representa un desarrollo real de la justicia general, que regula las relaciones sociales según el criterio de la observancia de la ley13,14. Esta justicia se relaciona con la cuestión social de alcance mundial y concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos13,14.
Dignidad Humana y Bien Común
En el corazón de la justicia social católica se encuentra la dignidad de la persona humana12,15,16. La Iglesia enseña que cada persona es significativa para la comunidad, y el bienestar de todos está ligado al bienestar de cada uno12. Las desigualdades económicas y sociales excesivas son un escándalo y van en contra de la dignidad humana y la paz social12,13. Por lo tanto, la justicia social busca garantizar que se respeten los derechos fundamentales de cada individuo y que se promuevan las condiciones para que todos puedan desarrollarse plenamente17.
El bien común es el objetivo final de la justicia social11. Esto implica que todos los miembros de la sociedad deben contribuir a él, y la sociedad debe asegurar que todos tengan los bienes materiales necesarios, así como la educación y formación adecuadas para hacer su contribución11,10.
Virtud y Educación Ética
La justicia social no es solo un principio de derechos contra la sociedad, sino una virtud que inclina a la persona a cumplir sus deberes hacia la sociedad18. Asume que cada persona, haciendo uso de su libre albedrío moral, debe ejercer un papel para lograr el bien común12. Para que esto sea posible, la educación ética de los ciudadanos es de suma importancia, ya que la agencia moral solo se disciplina por la virtud12,13. Si la justicia social no se integra en un rango más amplio de virtudes, pierde su significado12.
Principios Fundamentales
La doctrina social de la Iglesia, que incluye la justicia social, se basa en varios principios interconectados:
Opción Preferencial por los Pobres
Un principio evangélico fundamental es la opción preferencial por los pobres19,20,21,22. No se refiere solo a una clase social o a la necesidad material, sino a la esfera completa de la miseria e indigencia humana19. La Iglesia, desde sus orígenes, ha mostrado un amor preferencial por los oprimidos por la pobreza, trabajando por su alivio, defensa y liberación20. Esta opción incluye a todos los marginados: niños no nacidos, personas con discapacidad, ancianos, enfermos terminales, víctimas de injusticia y opresión, e inmigrantes20. La injusticia social que más clama a la conciencia cristiana es el ataque deliberado y masivo contra los miembros más vulnerables de la sociedad, como los no nacidos19.
La Ley y el Estado
La doctrina social católica reafirma el respeto y la obediencia a la ley civil19. Sin embargo, insiste en que para ser legítima, la ley humana debe ser justa19. El estado tiene un papel crucial en la promoción de la justicia social, especialmente en la protección de los derechos de los individuos y en la provisión de lo necesario para el ejercicio de las funciones sociales de cada miembro12,9,23. Las decisiones sobre el uso de la fuerza deben guiarse por criterios morales tradicionales y emprenderse solo como último recurso, ya que «si quieres la paz, trabaja por la justicia»20.
Sin embargo, la Iglesia también subraya los límites de la intervención estatal. El individuo, la familia y la sociedad son anteriores al Estado, y este existe para proteger sus derechos, no para sofocarlos22.
Caridad y Justicia
La justicia por sí sola es insuficiente para establecer relaciones verdaderamente humanas y fraternas en la sociedad24. La caridad no solo permite que la justicia sea más inventiva y enfrente nuevos desafíos, sino que también inspira y purifica los esfuerzos de la humanidad para lograr una justicia auténtica y construir una sociedad digna del hombre24. Como enseñó San Pablo, la caridad es «paciente y amable», poseyendo las características del amor misericordioso24.
Justicia Social y Cuestiones Contemporáneas
La justicia social abarca aspectos sociales, políticos y económicos, y se ocupa de la dimensión estructural de los problemas13,14. Esto implica la necesidad de adaptar las funciones del mercado y la economía para incluir la justicia distributiva y la justicia social25. La justicia distributiva no es caridad, sino que requiere dar precedencia a los desfavorecidos mediante la redistribución, para que todos sean tratados con dignidad y sean incluidos25.
La Cuestión Social y el Trabajo
La cuestión social, intrínsecamente ligada a la realidad del trabajo humano, ocupa un lugar central en el magisterio eclesiástico26. La Iglesia defiende la dignidad del trabajador y del trabajo mismo, que es personal y social8. El trabajo permite a la persona expresarse y realizarse, y es fundamental para el bien común, ya que «solo por el trabajo de los obreros los Estados se enriquecen»8.
La doctrina social de la Iglesia ha reconocido siempre el derecho del individuo a la propiedad privada de los medios de producción, viéndola como una salvaguardia de la libertad contra toda opresión27,8. Sin embargo, también insiste en la necesidad de una distribución más justa de la propiedad y denuncia lo antinatural de una situación social donde una pequeña élite privilegiada coexiste con una masa empobrecida21.
La «Opción por la Vida» y la Justicia Social
La Iglesia mantiene un fuerte vínculo entre la ética de la vida y la ética social15. Una sociedad carece de fundamentos sólidos cuando, por un lado, afirma valores como la dignidad de la persona, la justicia y la paz, pero por otro, actúa radicalmente en contra al permitir o tolerar la devaluación y violación de la vida humana, especialmente cuando es débil o marginada15. La protección de los bebés no nacidos del aborto es una cuestión de justicia, que requiere dar a cada persona lo que le corresponde15.
Conclusión
La justicia social es un pilar fundamental de la enseñanza social católica, que ha evolucionado a lo largo de los siglos para responder a los desafíos de cada época. Desde la preocupación por la «cuestión obrera» en el siglo XIX hasta las complejidades de la globalización y las nuevas formas de pobreza en la actualidad, la Iglesia ha insistido constantemente en la dignidad inalienable de cada persona y en la necesidad de estructuras sociales que promuevan la equidad, la solidaridad y el bien común28. La justicia social, entendida como una virtud que impulsa a la acción y como un objetivo para la organización de la sociedad, sigue siendo una llamada urgente a los creyentes y a todas las personas de buena voluntad para construir un mundo más justo y fraterno, donde nadie sea excluido y todos tengan la oportunidad de vivir una vida plena y digna12,11,20,24.
Citas
La justicia social debe entenderse como justicia legal tomista, J. Brian Benestad. Tres temas en la Caritas in Veritate del Papa Benedicto XVI, § 4. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 3 (1891). ↩
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 2 (1891). ↩
Introducción, Papa Juan Pablo II. Centesimus Annus, § 1 (1991). ↩
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 20 (1891). ↩
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 45 (1891). ↩
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 15 (1891). ↩
I. Características de «Rerum Novarum», Papa Juan Pablo II. Centesimus Annus, § 6 (1991). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 37 (1891). ↩ ↩2
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 34 (1891). ↩ ↩2
Justicia social y la ética de la vida coherente, J. Brian Benestad. Tres temas en la Caritas in Veritate del Papa Benedicto XVI, § 6. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Robert John Araujo, S.J. Sobre la Justicia Social, el «Discurso de Ratisbona» y Spe Salvi, § 3. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Robert John Araujo, S.J. Sobre la Justicia Social, el «Discurso de Ratisbona» y Spe Salvi, § 4. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
D. Justicia, Pontificio Consejo Justicia y Paz. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, § 201 (2004). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
J. Brian Benestad. Tres temas en la Caritas in Veritate del Papa Benedicto XVI, § 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. Encuentro con el mundo del trabajo en el Parque El Tunal de Bogotá (3 de julio de 1986) - Discurso, § 5 (1986). ↩
Papa Juan Pablo II. Discurso al Episcopado Peruano en la Nunciatura Apostólica de La Paz en Bolivia (9 de mayo de 1988) - Discurso (1988). ↩
J. Brian Benestad. Tres temas en la Caritas in Veritate del Papa Benedicto XVI, § 3. ↩
La opción preferencial por los pobres, Thomas D. Williams, L.C. El aborto y la Doctrina Social Católica, § 14. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Introducción, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Formando las conciencias para una ciudadanía fiel, §PARTE I. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Pío XII. Radiomensaje a los trabajadores españoles (11 de marzo de 1951), § 2 (1951). ↩ ↩2
I. Características de «Rerum Novarum», Papa Juan Pablo II. Centesimus Annus, § 11 (1991). ↩ ↩2
Papa León XIII. Rerum Novarum, § 36 (1891). ↩
Papa Benedicto XVI. Carta al Presidente de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales con motivo de la decimotercera Sesión Plenaria (28 de abril de 2007) (2007). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo I. Los principios para mensuram bonam - Doctrina social católica (DSC). Buenas medidas para la orientación y la práctica del inversor. - Justicia social, La Academia Pontificia de Ciencias Sociales. «Mensuram Bonam». Medidas basadas en la fe para inversores católicos: Un punto de partida y una llamada a la acción, § 23 (2022). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. 16 de noviembre de 1980: Viaje apostólico a Alemania Occidental, Misa en Maguncia - Homilía, § 1 (1980). ↩
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 1 de mayo de 1991 (1991). ↩
VI. El hombre es el camino de la Iglesia, Papa Juan Pablo II. Centesimus Annus, § 61 (1991). ↩