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La ley de la atracción

La ley de la atracción es una corriente de pensamiento que sostiene que los pensamientos y deseos de una persona pueden influir directamente en la realidad material, atrayendo experiencias positivas o negativas según la vibración mental que se emita. En el contexto católico, esta propuesta se confronta con la doctrina de la Providencia divina, la naturaleza del deseo humano y la acción de la gracia, que orientan al creyente a confiar en la voluntad de Dios y a buscar su bien último, no a manipular el mundo mediante la mera fuerza del pensamiento. El artículo examina los principios de la ley de la atracción, su popularidad contemporánea y la respuesta de la enseñanza católica, apoyándose en la Sagrada Escritura, el Catecismo y la reflexión teológica.

Tabla de contenido

Orígenes y fundamentos de la ley de la atracción

Influencias filosóficas y culturales

La ley de la atracción se popularizó a través de obras de autoayuda y movimientos de la Nueva Era, que combinan ideas del positivismo, el pensamiento metafísico y la psicología popular. Se basa en la premisa de que «lo semejante atrae a lo semejante» y que la mente humana actúa como un imán que determina el curso de los acontecimientos externos.

Principios básicos

  1. Pensamiento positivo: los pensamientos optimistas generan resultados favorables.

  2. Visualización: imaginar con detalle los deseos hace que el universo los materialice.

  3. Ley de la resonancia: la energía emitida por la mente sintoniza con frecuencias que atraen experiencias congruentes.

Evaluación católica de la ley de la atracción

La Providencia divina y la cooperación humana

El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que «Dios protege y gobierna todas las cosas por su Providencia, y a los seres humanos les concede la capacidad de cooperar libremente con sus planes»1. Esta doctrina subraya que la acción del mundo no depende de la mera voluntad humana, sino de la acción providencial de Dios, quien dirige los acontecimientos a través de causas secundarias. Por lo tanto, la idea de que el individuo pueda «crear» su realidad sin la mediación divina contradice la enseñanza católica sobre la soberanía de Dios.

El deseo humano como anhelo de Dios

El Papa Francisco, en su audiencia general del 12 de octubre de 2022, señala que el deseo profundo del corazón humano es «una evidencia de nuestro anhelo innato por Dios y la paz que sólo Él puede dar»2. La ley de la atracción, al enfocarse en deseos egoístas o materiales, desvía este anhelo hacia metas finitas, mientras que la fe católica orienta el deseo hacia la unión con Dios y la realización del bien supremo.

Gracia, ley y abnegación

Thomas Aquinas explica que la «ley y la gracia» son los medios por los cuales Dios capacita al ser humano para dirigir su vida al bien verdadero3. La abnegación, según Jean Grou, consiste en «dejar que la Providencia divina dirija nuestras acciones, evitando intentar imponer nuestras propias metas sobre el plan de Dios»4. La práctica de la ley de la atracción, que promueve la auto‑suficiencia mental, se opone a este llamado a la entrega y a la confianza en la providencia.

Esperanza y fe auténticas

La virtud de la esperanza, como explica Santo Tomás, «presupone deseo, pero ese deseo debe estar orientado a lo que es posible mediante la ayuda divina»5. La esperanza cristiana no es un simple optimismo, sino la confianza en que Dios concede lo que es verdaderamente bueno. La ley de la atracción reduce la esperanza a una expectativa personal de resultados, sin reconocer la dependencia de la gracia.

El riesgo de la superstición y el utilitarismo religioso

El Catecismo de la Iglesia (n.º 2541) advierte contra la «seducción de lo que parece bueno para los sentidos, pero que aleja del bien supremo»6. La ley de la atracción, al prometer que el pensamiento puede controlar la realidad, puede convertirse en una forma de «magia» o superstición que sustituye la oración auténtica y la confianza en la voluntad divina.

Respuestas pastorales y teológicas

Enseñanza oficial de la Iglesia

Aunque no existe una declaración magisterial específica sobre la ley de la atracción, la Iglesia ha reiterado en múltiples documentos que la verdadera confianza en Dios se expresa mediante la oración, la entrega y la acción conforme a la moral cristiana. La Eficacia del Presencia Sacramental señala que los actos de fe, esperanza y caridad son «supernaturales y dependen de la gracia de Dios»7, contrastando con la autosuficiencia propuesta por la ley de la atracción.

Orientaciones pastorales

Los pastores católicos aconsejan:

Testimonios y ejemplos de vida cristiana

Voces como la de San Juan de la Cruz y la espiritualidad de la Divina Misericordia enfatizan que la confianza en Dios no se basa en la manipulación del mundo, sino en la entrega total a su amor. Estas tradiciones ilustran cómo la fe auténtica transforma el deseo humano en una participación en el plan divino, no en una herramienta de auto‑realización.

Conclusión

La ley de la atracción, aunque atractiva para muchos por su promesa de control personal, se encuentra en conflicto con la doctrina católica que enseña la Providencia divina, el deseo orientado a Dios, la gracia y la abnegación. La fe cristiana invita a los fieles a confiar en la voluntad de Dios, a orar con humildad y a vivir según los valores del Evangelio, más que a intentar moldear la realidad mediante la mera fuerza del pensamiento.

Citas

  1. Sección dos, I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 323.

  2. Papa Francisco. Audiencia general del 12 de octubre de 2022 - Catequesis sobre el discernimiento: 5. Los elementos del discernimiento. El deseo (2022).

  3. Rudi A. Te Velde. «Alianza con Dios»: Tomás de Aquino sobre el deseo humano y la gracia de Dios, § 12.

  4. David W. Fagerberg. La abnegación como clave de la Providencia: Seis teólogos espirituales sobre la Providencia, § 7. 2

  5. Sobre la esperanza - De los objetos y la razón de la esperanza, Tomás de Aquino. Compendio de Teología (Compendium Theologiae), §Parte II - Capítulo 7 (1273).

  6. Sección dos, los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2541.

  7. Steven A. Long. La eficacia de la Presencia Sacramental de Dios, § 7.

  8. David W. Fagerberg. La abnegación como clave de la Providencia: Seis teólogos espirituales sobre la Providencia, § 8.