La persecución de Juliano

Juliano, emperador romano entre 361 y 363, intentó revertir el auge del cristianismo restaurando el paganismo y limitando la influencia de la Iglesia. Su gobierno se caracterizó por la revocación de privilegios eclesiásticos, la prohibición de la enseñanza cristiana, la destrucción de tumbas de mártires y la tolerancia a la violencia pagana contra los fieles. Aunque no llegó a instaurar una persecución sistemática como en épocas anteriores, sus políticas provocaron sufrimientos y martirios que marcaron un episodio singular de la historia de la Iglesia.
Tabla de contenido
Contexto histórico
Ascenso al trono y motivaciones
Juliano, criado con educación cristiana en Capadocia, accedió al poder tras la muerte de Constantino II y se proclamó Pontifex Maximus para revitalizar el paganismo tradicional1. Su objetivo era impedir la «triunfalidad del imperio cristiano» y restablecer los ritos paganos, inspirándose en la organización eclesiástica cristiana para dar disciplina a la religión antigua2.
Políticas contra la Iglesia
Revocación de privilegios eclesiásticos y confiscación de bienes
Al asumir el poder, Juliano anuló los derechos y exenciones concedidos a los cristianos desde Constantino, obligando a devolver los fondos públicos que la Iglesia había recibido y a pagar multas por la posesión de propiedades eclesiásticas1. Los clérigos perdieron las inmunidades y los subsidios a viudas y vírgenes fueron suspendidos, lo que provocó la devolución forzosa de recursos a la hacienda imperial3.
Restricciones a la enseñanza y al culto
Juliano prohibió que personas no paganas impartieran rhetórica y gramática, excluyendo a los cristianos de la enseñanza clásica y limitando su influencia intelectual4. Asimismo, ordenó la reapertura de los templos paganos y la realización pública de sacrificios, mientras que los cristianos fueron obligados a abstenerse de ofrecer ofrenda alguna bajo pena de persecución local5.
Destrucción de tumbas y símbolos cristianos
El emperador mandó destruir las tumbas de los mártires, intentando borrar la memoria de los santos y debilitar la devoción popular cristiana4. Esta medida formó parte de su estrategia de «limpieza» de símbolos que recordaran la fe cristiana en el imperio4.
Manifestaciones de persecución
Hostilidad oficial y tolerancia a la violencia pagana
Aunque Juliano evitó una persecución directa, fomentó la discordia entre cristianos y toleró los ataques de comunidades paganas, especialmente en ciudades como Alejandría, Gaza y Capadocia4. Los gobernadores locales, alentados por la falta de protección estatal, perpetraron abusos y matanzas contra los fieles, a veces bajo pretextos legales falsos4.
Casos de martirio y represión local
Los relatos de la época describen martirios de cristianos como Juan y Pablo en Roma y los soldados Juventino y Maximiano, quienes fueron ejecutados bajo pretextos fabricados por el imperio4. En otras regiones, los cristianos fueron sometidos a torturas y encarcelamientos por negarse a participar en sacrificios paganos3.
Respuesta de la Iglesia y de los cristianos
Defensa legal y apelaciones
Juliano, pese a su aversión, restauró a algunos cristianos exiliados y les devolvió sus propiedades, pero bajo la condición de no ofender a los dioses paganos, lo que dejó a la Iglesia en una posición de vulnerabilidad jurídica3. Los obispos intentaron apelar a la autoridad imperial, pero sus peticiones fueron frecuentemente ignoradas o manipuladas para servir a los intereses paganos6.
Testimonios y relatos de los mártires
Los cronistas cristianos, como Socrates Scholasticus y Theodoret, documentaron los abusos, describiendo ataques violentos, destrucción de altares y persecuciones locales que, aunque no coordinadas a nivel imperial, reflejaron la atmósfera hostil instaurada por Juliano7,8.
Evaluación histórica y legado
Interpretaciones de los historiadores cristianos
Los autores de la Historia Eclesiástica y la Enciclopedia Católica coinciden en que Juliano no llevó a cabo una persecución sistemática, pero sus políticas generaron sufrimiento y martirio entre los cristianos, marcando un periodo de «persecución indirecta» que contrastó con la relativa tolerancia de sus predecesores9,4.
Impacto en la legislación posterior
Tras la muerte de Juliano, el Concilio de Constantinopla (381) reafirmó los privilegios eclesiásticos y condenó las medidas anti‑cristianas, asegurando que las reformas de Juliano no quedaran en la práctica jurídica del imperio1. El episodio sirvió como recordatorio de la necesidad de defender la libertad religiosa y de la importancia de la protección estatal a la Iglesia, principios que perduran en la doctrina católica sobre la dignidad humana y la libertad de culto.
En síntesis, la persecución bajo Juliano representa un capítulo singular en la historia del cristianismo, donde la hostilidad imperial y la tolerancia a la violencia pagana provocaron sufrimientos significativos, aunque sin alcanzar la escala de persecuciones anteriores. Su legado persiste como advertencia sobre los peligros de la interferencia estatal en la fe y la importancia de la resistencia pacífica y la fidelidad de los cristianos ante la adversidad.
Citas
Juliano el apóstata, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Juliano el Apóstata. ↩ ↩2 ↩3
Capítulo 16. Esfuerzos de Juliano para establecer el paganismo y abolir nuestras costumbres. La epístola que envió a los sumos sacerdotes paganos, Salamanes Hermias Sozomenos (Sozomen). Historia Eclesiástica - Rufino de Aquileya, §Libro V - Capítulo 16 (402). ↩
Capítulo 5. Juliano devuelve la libertad a los cristianos, para ejecutar más problemas en la iglesia. El mal trato que ideó para los cristianos, Salamanes Hermias Sozomenos (Sozomen). Historia Eclesiástica - Rufino de Aquileya, §Libro V - Capítulo 5 (402). ↩ ↩2 ↩3
Persecución, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Persecución. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Capítulo 3. Juliano, al establecerse en el imperio, comenzó a despertar discretamente la oposición al cristianismo y a introducir el paganismo astutamente, Salamanes Hermias Sozomenos (Sozomen). Historia Eclesiástica - Rufino de Aquileya, §Libro V - Capítulo 3 (402). ↩
Libro III - Capítulo 1. De Juliano; su linaje y educación; su elevación al trono; su apostasía al paganismo, Sócrates Escolástico. Historia Eclesiástica - Sócrates Escolástico, §Libro III, Capítulo 1 (439). ↩
Libro III - Capítulo 11. El emperador Juliano extrae dinero de los cristianos, Sócrates Escolástico. Historia Eclesiástica - Sócrates Escolástico, §Libro III, Capítulo 11 (439). ↩
Capítulo 3. Del número y carácter de las acciones realizadas por los paganos contra los cristianos cuando obtuvieron el poder de Juliano, Teodoreto de Ciro. Historia Eclesiástica, §Libro III, Capítulo 3 (440). ↩
Juliano el apóstata, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Juliano el Apóstata (2015). ↩
