La secularización neopagana
La secularización neopagana representa un fenómeno cultural y espiritual contemporáneo caracterizado por el abandono progresivo de la fe cristiana en favor de una cosmovisión materialista y relativista que evoca formas antiguas de paganismo. Este proceso, denunciado repetidamente por el Magisterio de la Iglesia Católica, combina la indiferencia religiosa con la idolatría de bienes terrenales, el consumismo y nuevas espiritualidades subjetivas, erosionando los fundamentos de la vida cristiana en sociedades tradicionalmente católicas. A lo largo de la historia reciente, papas como Pío XI, Pío XII, Juan Pablo II y Benedicto XVI han alertado sobre sus raíces en el secularismo moderno, sus manifestaciones en la cultura occidental y sus consecuencias para la fe y la moral, proponiendo respuestas evangélicas basadas en la renovación espiritual y el testimonio cristiano.1,2,3
Tabla de contenido
Definición y características principales
La secularización neopagana se distingue del simple laicismo por su dimensión espiritual perversa: no solo separa lo temporal de lo eterno, sino que sustituye a Dios por ídolos modernos. Según el Magisterio, implica una práctica ateísmo que vive como si Dios no existiera, fomentando un neo-paganismo donde el hombre se erige en centro absoluto.2,4
Entre sus rasgos esenciales destacan:
Indiferencia religiosa: Mayor que el ateísmo militante, permea culturas secularizadas, llevando a poblaciones enteras a distanciarse de la práctica religiosa sin negarla explícitamente.2
Idolatría material: Adoración de la técnica, el poder, el placer y el consumo, reminiscentes de los «poderes ambiguos» paganos.5
Relativismo moral: Laxismo en la sexualidad, aceptación de aborto y eutanasia, y rechazo de dogmas fundamentales como la resurrección.4
Nueva religiosidad subjetiva: Búsqueda de experiencias emotivas sin referencia a un Dios personal, similar al gnosticismo antiguo.2,5
Este fenómeno no es mera secularización legítima —autonomía del orden temporal—, sino secularismo, que hace superfluo a Dios en la explicación del mundo.4,6
Orígenes históricos
Raíces en la modernidad
La secularización neopagana hunde sus raíces en la Revolución Francesa y el liberalismo del siglo XIX, que promovieron un humanismo ateo centrado en el progreso material. Pío IX ya advertía de una sociedad egoísta que amasa riquezas sin ley divina.7 El proceso se acelera en el siglo XX con el positivismo, que reduce la realidad a lo verificable empíricamente, marginando la trascendencia.5
Evolución en el siglo XX
Tras las guerras mundiales, emerge un «nuevo paganismo» en el corazón de Europa cristiana. Pío XI en Mit brennender Sorge (1937) denuncia el abuso del nombre de Dios y el rechazo de su señorío único.8,9 Pío XII en Mediator Dei (1947) critica excesos litúrgicos que podrían pervertir la renovación.10 La posguerra ve el auge del consumismo y la permisividad sexual, preparando el terreno para la crisis postconciliar.3
Enseñanza del Magisterio católico
El Magisterio ha respondido con magisterios proféticos, desde encíclicas hasta discursos.
Pío X y el modernismo
Pío X en Communium rerum (1909) compara las ilusiones modernistas con herejías maniqueas que desvían a la juventud.11
Pío XI contra el indiferentismo
En Mortalium Animos (1928), condena convenciones interreligiosas basadas en la idea de que todas las religiones son buenas, camino al naturalismo y ateísmo.1
Pío XII y el diálogo con culturas
En Summi Pontificatus (1939), defiende inculturar el Evangelio respetando valores culturales no contrarios a la fe.12
Juan Pablo II y el nuevo paganismo
Juan Pablo II describe en Ferrara (1990) un paganismo que margina el cristianismo mediante secularismo consumista, empobreciendo valores humanos y familiares.3
Benedicto XVI y la dictadura del relativismo
Benedicto XVI alerta del «nuevo paganismo» occidental: adoración de ciencia y poderes ambiguos, llevando a nihilismo y totalitarismos blandos.5
Otros documentos, como el del Pontificio Consejo para la Cultura (2004), hablan de «enfermedad del alma» que induce a vivir sin Dios.2
Manifestaciones en la sociedad contemporánea
En Europa y América, la secularización neopagana se evidencia en:
Declive de la práctica religiosa: Caída en asistencia dominical, vocaciones y matrimonios estables.13
Cultura de la muerte: Normalización de aborto, eutanasia y disolución familiar.4
Espiritualidades alternativas: Auge de new age, reencarnación y terapias emotivas sin Dios personal.2,5
Política utilitaria: Estados que priorizan utilities (sanidad, economía) sobre el bien común moral.14
En países católicos como España o Italia, coexiste con bautizados que viven incoherentes con la fe profesada.4
Impacto en la Iglesia y los fieles
Dentro de la Iglesia, genera «paganos en el corazón» que simulan piedad sin poder (2 Tim 3,5).15 Produce crisis de fe: rechazo de dogmas, antropologismo rahneriano y mediocridad sacramental.15,13 Estadísticas muestran cierres de parroquias y pérdida de influencia cultural.13
Respuestas de la Iglesia Católica
La Iglesia propone:
Renovación doctrinal: Retorno a la Tradición vía ressourcement (Congar, De Lubac).16
Evangelización nueva: Testimonio de caridad perfecta, como monacato antiguo.17
Formación cristiana: Contra laxismo, enfatizar oración, sacramentos y moral.4
Diálogo crítico: Respetar autonomías sin ceder derechos esenciales.18
Pío XI urge a obispos vigilar errores y promover obediencia a mandamientos.9
Consecuencias y perspectivas futuras
La secularización neopagana amenaza la democracia con relativismo y manipulación.5 Sin embargo, ofrece oportunidad para purificación eclesial. La Iglesia, fiel a su misión, confía en el Espíritu para una nueva primavera evangélica.
En resumen, la secularización neopagana es un desafío espiritual que exige conversión personal y cultural, guiada por el Magisterio, para restaurar la primacía de Dios en la historia humana.
Citas
Papa Pío XI. Mortalium Animos, § 2 (1928). ↩ ↩2
¿Dónde está tu Dios? Respondiendo al desafío del incrédulo y la indiferencia religiosa hoy - Introducción, Consejo Pontificio para la Cultura. ¿Dónde está tu Dios? Respondiendo al desafío del incrédulo y la indiferencia religiosa hoy, § INTRODUCCIÓN. 2 (2004). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Juan Pablo II. A los sacerdotes, religiosos y laicos reunidos en la Catedral de Ferrara (23 de septiembre de 1990) - Discurso, § 3 (1990). ↩ ↩2 ↩3
¿Dónde está tu Dios? Respondiendo al desafío del incrédulo y la indiferencia religiosa hoy - I. Nuevas formas de incrédulidad y religiosidad - 3. Secularización de la creencia, Consejo Pontificio para la Cultura. ¿Dónde está tu Dios? Respondiendo al desafío del incrédulo y la indiferencia religiosa hoy, § I.3 (2004). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
James Lee. El Papa Benedicto XVI y la Modernidad: Perspectiva de un teólogo patrístico, § 7 (2017). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Discurso de Su Santidad Benedicto XVI a los participantes de la 20.º conferencia internacional organizada por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud sobre el tema del genoma humano, Papa Benedicto XVI. A los participantes del 20.º Congreso Internacional organizado por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud bajo el tema: «El genoma humano» (19 de noviembre de 2005) (2005). ↩
Bruce D. Marshall. La Iglesia, el Mundo Moderno y el Espíritu del Vaticano II, § 9 (2017). ↩
Papa Pío XI. Mit Brennender Sorge, § 9 (1937). ↩
Papa Pío XI. Mit Brennender Sorge, § 12 (1937). ↩ ↩2
Papa Pío XII. Mediator Dei, § 7 (1947). ↩
Papa Pío X. Communium Rerum, § 43 (1909). ↩
Papa Pío XII. Summi Pontificatus, § 46 (1939). ↩
Ralph Martin. La crisis sacramental postcristiana: La sabiduría de Tomás de Aquino, § 2 (2013). ↩ ↩2 ↩3
Thomas Joseph White, O.P. El catolicismo y sus descontentos: Revelación en un contexto ecuménico e interreligioso, § 5 (2018). ↩
Ralph Weimann. La crisis de la fe y la crisis de la Iglesia, § 2 (2021). ↩ ↩2
Thomas Pfau. Sobre las respuestas católicas a nuestro Saeculum devastado, § 12 (2020). ↩
Ralph Del Colle. David Bentley Hart y el Papa Benedicto: Ilusiones ateas, la conferencia de Regensburg y más allá, § 3 (2011). ↩
Laicización, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Laicización (1913). ↩
