Laico
El término laico en la Iglesia Católica se refiere a todos los fieles cristianos que no son miembros del clero (ordenados) ni de un estado religioso aprobado por la Iglesia. Los laicos, por su Bautismo y Confirmación, participan de manera particular en las funciones sacerdotal, profética y real de Cristo, y tienen un papel fundamental en la misión de toda la Iglesia en el mundo. Su vocación específica es buscar el Reino de Dios ocupándose de los asuntos temporales y ordenándolos según la voluntad divina, actuando como levadura en el mundo.
Tabla de contenido
Definición y Distinción
El término «laico» proviene del griego laos, que significa «el pueblo»1,2. En el contexto eclesial, se refiere a aquellos que pertenecen al Pueblo de Dios2. La Constitución Dogmática Lumen Gentium del Concilio Vaticano II define a los laicos como «todos los fieles cristianos a excepción de los miembros del orden sagrado y de los que pertenecen a un estado religioso aprobado por la Iglesia»3,4,5. Estos fieles, incorporados a Cristo por el Bautismo y constituidos en el Pueblo de Dios, participan a su manera del oficio sacerdotal, profético y real de Cristo, y desempeñan su parte en la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo3,6,4,5.
La principal característica que distingue a los laicos es su índole secular4,7. Aunque los clérigos pueden ocasionalmente dedicarse a actividades seculares, y los religiosos dan testimonio de que el mundo no puede ser transformado sin el espíritu de las bienaventuranzas, los laicos por su vocación buscan el Reino de Dios al involucrarse en los asuntos temporales y ordenarlos según el plan divino8,4. Viven en el mundo, en medio de las profesiones y ocupaciones seculares, y en las circunstancias ordinarias de la vida familiar y social8,4.
Es importante destacar que el término «laico» no debe entenderse en oposición a Cristo o a la Iglesia, ni como indicativo de separación, independencia o indiferencia. Por el contrario, en el lenguaje cristiano, el laico es un miembro del Pueblo de Dios que vive inserto en el mundo7.
La Vocación del Laico
La vocación cristiana es, por su propia naturaleza, una vocación al apostolado6,9,10. Todos los fieles, por su Bautismo y Confirmación, son comisionados por el Señor para el apostolado y para compartir la misión salvífica de la Iglesia11,9,12,13. Esta participación en la misión de Cristo se manifiesta a través de las funciones sacerdotal, profética y real14,6,9,15,5.
Oficio Sacerdotal
Los laicos participan del oficio sacerdotal de Cristo ofreciendo sus vidas, trabajos y preocupaciones como sacrificios espirituales agradables a Dios3. A través de los sacramentos, especialmente la Eucaristía, se nutre y comunica la caridad hacia Dios y el prójimo, que es el alma del apostolado11.
Oficio Profético
Cristo, el gran Profeta, cumple su oficio profético no solo a través de la jerarquía, sino también a través de los laicos, a quienes hizo sus testigos y les dio un sentido de la fe (sensus fidei) y atractivo en la palabra16. Los laicos están llamados a anunciar a Cristo con el testimonio de su vida y con la palabra hablada, especialmente en sus ambientes sociales y familiares ordinarios16. Deben esforzarse por adquirir una comprensión más profunda de la verdad revelada y pedir a Dios el don de la sabiduría16.
Oficio Real
Cristo ha comunicado su poder real a sus discípulos para que, viviendo en libertad real y venciendo el reino del pecado en sí mismos mediante la penitencia y una vida santa, puedan conducir a sus hermanos al Rey para quien servir es reinar17. Los laicos tienen un papel principal en impregnar el mundo con el espíritu de Cristo, trabajando para que los bienes creados sean perfeccionados por el trabajo humano, la habilidad técnica y la cultura cívica para el beneficio de todos, según el designio del Creador17. Deben esforzarse por remediar las costumbres y condiciones del mundo que inducen al pecado, para que todo se conforme a las normas de justicia y favorezca la práctica de la virtud17.
Misión y Responsabilidades
La misión de los laicos es de vital importancia para la Iglesia18. Su actividad en las comunidades eclesiales es tan necesaria que el apostolado de los pastores no puede ser plenamente efectivo sin ella18.
Santificación del Mundo desde Dentro
La vocación específica de los laicos es buscar el Reino de Dios al dedicarse a los asuntos temporales y ordenarlos según la voluntad de Dios8,4. Viven en el mundo y están llamados por Dios a trabajar para la santificación del mundo desde dentro, como levadura, cumpliendo sus propios deberes particulares8,6,4,19. De este modo, manifiestan a Cristo a los demás, especialmente con el testimonio de una vida resplandeciente en fe, esperanza y caridad8,4.
El «mundo» en el que los laicos están llamados a encontrar la santidad y evangelizar incluye la política, la sociedad, la economía, la cultura, las ciencias, las artes, la vida internacional, los medios de comunicación, el amor humano, la familia, la educación y el trabajo profesional19. En estos ámbitos, la responsabilidad principal de los fieles laicos es «testificar cómo la fe cristiana constituye la única respuesta plenamente válida… a los problemas y esperanzas que la vida plantea a cada persona y sociedad»19.
Colaboración con la Jerarquía
Aunque el apostolado laico se ejerce por iniciativa propia, también existe la posibilidad de una cooperación más directa con el apostolado de la jerarquía11. Los laicos pueden asumir ciertas funciones eclesiásticas que tienen un propósito espiritual, como la enseñanza de la doctrina cristiana, ciertas acciones litúrgicas y el cuidado de almas20,11. En estas funciones, están plenamente sujetos al control eclesiástico superior20.
Los pastores deben reconocer y promover la dignidad y responsabilidad de los laicos en la Iglesia, haciendo uso de su prudente consejo y asignándoles tareas en el servicio de la Iglesia con libertad y espacio para la acción14,21. También deben animar a los laicos a emprender tareas por iniciativa propia14,21.
Derecho y Deber de Expresar Opinión
Los laicos tienen el derecho y el deber de expresar sus necesidades y deseos a sus pastores espirituales con la libertad y confianza propias de hijos de Dios y hermanos en Cristo14,21. Por razón de su conocimiento, competencia o habilidad destacada, se les permite y a veces incluso se les obliga a expresar su opinión sobre asuntos que conciernen al bien de la Iglesia14,21. Esto debe hacerse con verdad, valentía y prudencia, con reverencia y caridad hacia aquellos que representan la persona de Cristo por su oficio sagrado14,21.
Formación del Laicado
Para que los laicos puedan cumplir eficazmente su misión, es indispensable una formación seria en las verdades de la fe y en la aplicación de la enseñanza moral de la Iglesia a las realidades de la vida22,23,24,25. Esta formación debe permitirles adquirir una verdadera competencia en todo lo que concierne a la vida social, económica y política25. El desarrollo de un apostolado laico cada vez más eficaz requiere que sacerdotes y religiosos trabajen estrechamente con los laicos, animándolos y ayudándolos a asumir plenamente su tarea específica de renovar el orden temporal con el espíritu del Evangelio26.
La Iglesia reconoce la cualidad secular de gran parte de las actividades de los laicos y valora su contribución específica a la renovación del orden temporal13. Es tarea de los laicos cultivar una conciencia bien formada e imprimir la ley divina en los asuntos de la ciudad terrena24.
Conclusión
Los laicos son una parte esencial y activa del Cuerpo de Cristo, la Iglesia27. Su vocación, arraigada en el Bautismo y la Confirmación, los llama a ser testigos de Cristo en el mundo, santificando las realidades temporales desde dentro y colaborando activamente en la misión salvífica de la Iglesia11,6,4. La Lumen Gentium y Apostolicam Actuositatem del Concilio Vaticano II han subrayado la dignidad y responsabilidad de los laicos, exhortándolos a una participación plena, consciente y activa en la vida y misión de la Iglesia14,15,28. Su compromiso es indispensable para que el Evangelio sea la luz, la sal y la levadura de una nueva humanidad15.
Citas
Laicado, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Laicado. ↩
Corresponsabilidad del laicado en la misión de la Iglesia - Referencias explícitas, Papa Pablo VI. Audiencia General del 11 de agosto de 1971 (1971). ↩ ↩2
Párrafo 4. Los fieles de Cristo - Jerarquía, laicos, vida consagrada, Catecismo de la Iglesia Católica, § 897 (1992). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo IV - Los laicos, Concilio Vaticano II. Lumen Gentium, § 31 (1964). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Papa Juan Pablo II. A los Cardenales, Obispos, sacerdotes y laicos de la Curia Romana, la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y el Vicariato de Roma (28 de junio de 1982) - Discurso (1982). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo I: La vocación de los laicos al apostolado, Concilio Vaticano II. Apostolicam Actuositatem, § 2 (1965). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 10 de noviembre de 1993, § 1 (1993). ↩ ↩2
VII. El sacerdocio común de los fieles en su relación con el sacerdocio ministerial - VII.4. La vocación de los laicos, Comisión Teológica Internacional. Temas Selectos de Eclesiología con Ocasión del Vigésimo Aniversario de la Clausura del Concilio Vaticano II, § VII.4 (1984). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. 13 de septiembre de 1984, Celebración de la Palabra con sacerdotes, religiosos y laicos, § 4 (1984). ↩ ↩2 ↩3
Encuentro con el laicado católico de Roma, Papa Juan Pablo II. 26 de noviembre de 1978, Encuentro con el laicado católico de Roma, § 3 (1978). ↩
Capítulo IV - Los laicos, Concilio Vaticano II. Lumen Gentium, § 33 (1964). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. A los representantes del laicado católico de América (18 de septiembre de 1987) - Discurso (1987). ↩
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de Australia en su visita ad Limina (11 de noviembre de 1983) - Discurso, § 3 (1983). ↩ ↩2
documentación, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Procedimientos de la USCCB para la Resolución de Conflictos, § II. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Papa Juan Pablo II. 26 de noviembre de 2000: Jubileo del Apostolado de los Laicos - Homilía, § 3 (2000). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo IV - Los laicos, Concilio Vaticano II. Lumen Gentium, § 35 (1964). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo IV - Los laicos, Concilio Vaticano II. Lumen Gentium, § 36 (1964). ↩ ↩2 ↩3
Párrafo 4. Los fieles de Cristo - Jerarquía, laicos, vida consagrada, Catecismo de la Iglesia Católica, § 900 (1992). ↩ ↩2
William E. May. La 'Nueva' Evangelización, la Vida Moral Católica a la Luz de Veritatis Splendor, y la Familia, § 8. ↩ ↩2 ↩3
Capítulo V: Las relaciones externas, Concilio Vaticano II. Apostolicam Actuositatem, § 24 (1965). ↩ ↩2
Capítulo IV - Los laicos, Concilio Vaticano II. Lumen Gentium, § 37 (1964). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de Suiza en su visita «ad Limina» (4 de septiembre de 1997) - Discurso, § 2 (1997). ↩
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de los Países Bajos en su visita «ad Limina» (18 de junio de 1998) - Discurso, § 6 (1998). ↩
Papa Juan Pablo II. A los Obispos coreanos en su visita ad Limina (16 de octubre de 1990) - Discurso (1990). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A los Obispos latinos de las Regiones Árabes (C.E.L.R.A.) en su visita ad Limina (17 de marzo de 2001) - Discurso, § 3 (2001). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico a Sri Lanka: Encuentro con los Obispos de la Conferencia Episcopal de Sri Lanka (21 de enero de 1995) - Discurso, § 6 (1995). ↩
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de Australia en su visita ad Limina (11 de noviembre de 1983) - Discurso, § 2 (1983). ↩
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia en su visita ad Limina (11 de mayo de 1996) - Discurso, § 5 (1996). ↩