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Lamentaciones

Lamentaciones
Libro de las Lamentaciones en el códice babilónico Kethuvim. File: Babylonian-kethuvim-codex.pdf p.131, Autor desconocido, CC0

El Libro de las Lamentaciones es una colección poética del Antiguo Testamento, tradicionalmente atribuida al profeta Jeremías, que expresa el dolor y la desolación tras la destrucción de Jerusalén y su Templo en el año 587 a.C. por los babilonios. A través de cinco poemas elegíacos, el libro aborda el sufrimiento del pueblo, la ira divina como consecuencia de sus pecados, y una eventual súplica por la misericordia y restauración de Dios. Su profunda expresión de duelo y penitencia ha resonado a lo largo de la historia de la Iglesia, especialmente en la liturgia de la Semana Santa.

Tabla de contenido

Autoría y Contexto Histórico

La tradición, tanto en la Septuaginta como en el Tárgum y el Talmud, atribuye el Libro de las Lamentaciones al profeta Jeremías1. Esta atribución se basa en la idea de que Jeremías, más que ningún otro, estaba llamado a lamentar la ciudad en ruinas, como lo había hecho previamente por la muerte del rey Josías (2 Crónicas 35:25) y en sus propias profecías1. La inscripción en la Septuaginta que precede al libro dice: «Y sucedió que, después de que Israel fue llevado al cautiverio, y Jerusalén quedó desolada, Jeremías el profeta se sentó a llorar, y lamentó con esta lamentación sobre Jerusalén, y con una mente afligida, suspirando y gimiendo, dijo»1. Aunque esta inscripción no es parte del texto original, refleja una antigua tradición1.

Las descripciones vívidas del sufrimiento en Lamentaciones 1:13-15 y 4:10 sugieren un testigo ocular de la catástrofe1. El tono elegíaco, las quejas contra los falsos profetas, la búsqueda de favor en naciones extranjeras, las similitudes verbales con el Libro de Jeremías, y la tendencia a concluir pensamientos con una oración sincera, refuerzan la conexión con el profeta1. Para Jeremías, la caída de Jerusalén no fue solo una desgracia nacional, sino una aniquilación religiosa, ya que la ciudad era el «escabel de Yahvé» y el lugar de la revelación de Dios1. Su dolor era personal, pues había trabajado para evitar el desastre1.

Algunos críticos modernos han cuestionado la autoría completa de Jeremías, señalando variaciones en las formas de las palabras y la construcción de las oraciones en comparación con su libro de profecías1. Sin embargo, esto puede explicarse como una peculiaridad poética del libro1. La inclusión de Lamentaciones entre los Ketuvim (Hagiographa) en la Biblia hebrea, en lugar de los libros proféticos, no es un argumento decisivo contra su origen jeremiano, dado que la Septuaginta, una autoridad importante, a menudo corrige las decisiones de la Masora en otros casos1.

El profeta Jeremías es también conocido por sus confesiones o lamentos dentro de su propio libro profético, donde expresa su angustia personal y su papel como intercesor2,3. Estos lamentos proféticos no solo protestan contra el mal y el sufrimiento, sino que también dan testimonio de la compasión y justicia de Dios, y se niegan a separar la misericordia de la justicia divina2. La fe de Jeremías en el cuidado de Dios por su pueblo lo impulsó a una gran vehemencia en su intercesión2.

Estructura y Características Poéticas

El Libro de las Lamentaciones consta de cinco poemas o elegías, cada uno formando un capítulo1. Las elegías son conocidas en hebreo como Kinôth (lamentos) o 'Ekhah (¡Cómo!), por la primera palabra de las elegías primera, segunda y cuarta1. En griego se llaman Threnoi y en latín Lamentationes1.

Las características técnicas de la poesía de Lamentaciones incluyen:

Temas Principales

El Libro de las Lamentaciones es una profunda meditación sobre el sufrimiento y la justicia divina.

La Desolación de Jerusalén

El libro describe vívidamente la devastación de Jerusalén, personificada como una mujer abandonada y afligida, una viuda que una vez fue grande entre las naciones5. La ciudad, antes llena de gente, ahora está solitaria5. Sus caminos están de luto, sus puertas desoladas, sus sacerdotes gimen y sus jóvenes sufren5. Los enemigos se han convertido en sus amos, y la nación ha sido llevada al exilio con sufrimiento y dura servidumbre5.

El Pecado como Causa del Sufrimiento

Lamentaciones atribuye directamente la calamidad a la multitud de las transgresiones del pueblo5. Jerusalén pecó gravemente, lo que la convirtió en objeto de burla y desprecio5. El Señor mismo infligió el sufrimiento «en el día de su ira feroz»5. Esta es una afirmación de la justicia divina, donde el castigo es una consecuencia directa de la iniquidad del pueblo5. La falta de previsión para el futuro debido a su impureza condujo a una caída espantosa5.

La Ira de Dios y la Esperanza en su Misericordia

Aunque el libro enfatiza la ira de Dios y el cumplimiento de sus amenazas debido al pecado6, también contiene un elemento de esperanza en la misericordia divina. El lamento, aunque una protesta contra el mal, también da testimonio de la compasión oculta de Dios2. Jeremías, en sus lamentos, se arraiga en Dios y sus caminos, reflejando el pathos del Señor y su profunda confianza en Él2. La oración en Lamentaciones 2:19 exhorta al pueblo a clamar al Señor día y noche, derramando sus corazones como agua ante su presencia6. Este acto de lamentación y penitencia es visto como un remedio, con la esperanza del perdón7.

El Papel Profético del Lamento

El lamento en Lamentaciones no es meramente una expresión de dolor personal, sino que tiene una dimensión profética y comunitaria2,3. El profeta, al identificarse con el pueblo y con el Señor, intercede audazmente2. Fallar en lamentar implicaría la aquiescencia al mal y el cierre del plan de salvación del Señor, lo que sería una falla en la esperanza2. El lamento de Jeremías es una protesta contra el mal, un testimonio de la justicia y compasión de Dios, y una reafirmación de que la misericordia y la justicia del Señor son una sola2. Al lamentar, el profeta se convierte en un «intercesor audaz» por el pueblo, siguiendo el linaje de Moisés3.

Uso Litúrgico en la Iglesia Católica

Las Lamentaciones han recibido una distinción particular en la Liturgia de la Iglesia, especialmente en el Oficio de Semana Santa1. La Iglesia las utiliza para expresar su dolor por la muerte de Cristo, quien designó su muerte como la destrucción de un templo, refiriéndose al templo de su cuerpo (Juan 2:19-21)1.

Oficio de Tinieblas (Tenebræ)

Tradicionalmente, las lecturas del primer nocturno del Oficio de Tinieblas (Tenebræ) durante la Semana Santa provienen de las Lamentaciones de Jeremías8. Este oficio, que se caracteriza por la extinción gradual de las luces, simboliza la desolación de la Iglesia ante la Pasión de Cristo8. El tono del Oficio es notablemente lúgubre, con la omisión del Gloria Patri, del Te Deum, y de las bendiciones, lo que lo asemeja a las Vigiliæ Mortuorum (Vigilias de los Difuntos)8.

Liturgia de las Horas

En la Liturgia de las Horas, durante la Cuaresma, las Lamentaciones se leen en el Año I, mientras que en el Año II se lee al profeta Jeremías, «tipo del Cristo sufriente»9. La Iglesia anima a quien canta un salmo a abrir su corazón a las emociones que inspiraron el salmo, ya sea de lamento, confianza o acción de gracias10. Al rezar los salmos en la Liturgia de las Horas, no se hace en nombre propio, sino en nombre de todo el Cuerpo de Cristo, incluso en la persona de Cristo mismo11. Esto permite que el corazón del orante sintonice con la voz de la Iglesia, incluso si sus sentimientos personales difieren de los expresados en el salmo11.

Viernes Santo

En la solemne Liturgia del Viernes Santo, la comunidad eclesial medita el misterio de la muerte de Cristo y adora la Cruz12. Se recuerda el origen de la Iglesia del costado traspasado del Señor (Juan 19:34) y se intercede por la salvación universal del mundo13,12. Aunque no se celebra la Eucaristía, los creyentes anuncian el don que el Hijo hizo de sí mismo, revelando el amor infinito del Padre12.

Las Improperios o Reproches de Cristo, que se cantan durante la Adoración de la Cruz el Viernes Santo, incluyen versículos que evocan el lamento y la ingratitud del pueblo, con referencias a pasajes como Miqueas 6:3 y Jeremías 2:2114.

Nuestra Señora de los Dolores

La piedad popular también enfatiza la asociación de María con la Pasión salvadora de su Hijo (Juan 19:25-27; Lucas 2:34s)15. Ejercicios piadosos como el Planctus Mariae (Lamento de María) expresan un intenso dolor, donde la Virgen llora no solo por la muerte de su Hijo, sino también por los errores de su pueblo y los pecados de la humanidad15. La Ora della Desolata (Hora de la Desolada) invita a los fieles a velar con la Madre de Nuestro Señor en su abandono y profundo dolor, contemplándola mientras recibe el cuerpo muerto de Cristo (la Pietà)15. Estas prácticas, arraigadas en el lamento, deben, sin embargo, conducir a la fe en la resurrección y a la comprensión del amor redentor de Cristo y la participación de su Madre en él15.

Conclusión

El Libro de las Lamentaciones es una obra poética de profunda tristeza y arrepentimiento, que refleja el sufrimiento de un pueblo ante la destrucción de su ciudad santa y la ira divina causada por sus pecados. Atribuido tradicionalmente a Jeremías, este libro no solo expresa el duelo, sino que también subraya la justicia de Dios y la persistente esperanza en su misericordia. Su inclusión en la liturgia católica, especialmente durante la Semana Santa, permite a los fieles unirse al lamento de Jerusalén y, por extensión, al dolor de la Pasión de Cristo, recordándonos la seriedad del pecado y la inagotable compasión de Dios.

Citas

  1. Jeremías, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Jeremías. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

  2. Paul Clarke, O.P. Audemus Lugere: La esperanza profética del luto cristiano, § 22. 2 3 4 5 6 7 8 9

  3. Paul Clarke, O.P. Audemus Lugere: La esperanza profética del luto cristiano, § 20. 2 3

  4. Poesía hebrea del Antiguo Testamento, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Poesía Hebrea del Antiguo Testamento. 2

  5. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lamentaciones 1. 2 3 4 5 6 7 8 9

  6. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lamentaciones 2. 2

  7. Sobre la penitencia (libro II), Ambrosio de Milán. Sobre la Penitencia (Libro II), §Capítulo 6. 45 (384).

  8. Tenebræ, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Tenebræ. 2 3

  9. Capítulo III. Las diversas partes de la liturgia de las horas - VI. La lectura de la Sagrada Escritura - B. Disposición de la lectura de la Sagrada Escritura en el Oficio de lectura, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 150 (1971).

  10. Capítulo III. Las diversas partes de la liturgia de las horas - I. Los salmos y su estrecha relación con la oración cristiana, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 106 (1971).

  11. Capítulo III. Las diversas partes de la liturgia de las horas - I. Los salmos y su estrecha relación con la oración cristiana, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 108 (1971). 2

  12. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 3 de abril de 1996 (1996). 2 3

  13. Parte II: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo IV: El año litúrgico y la piedad popular - Viernes Santo - Procesión del Viernes Santo, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 142 (2001).

  14. Improperia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Improperia.

  15. Parte II: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo IV: El año litúrgico y la piedad popular - Viernes Santo - Nuestra Señora de los Dolores, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 145 (2001). 2 3 4