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Las ocho bienaventuranzas

Las ocho bienaventuranzas
El Sermón de las Bienaventuranzas (1886-96) de James Tissot de la serie La Vida de Cristo, Museo de Brooklyn. Dominio Público.

Las bienaventuranzas son las ocho declaraciones de felicidad que Jesús pronunció al iniciar el Sermón del Monte, en el Evangelio de San Mateo (5, 3‑12). Constituyen el corazón doctrinal del Reino de Dios, describen las disposiciones interiores que la Iglesia reconoce como virtudes cristianas y anuncian la recompensa eterna que aguarda a quienes las encarnan. El presente artículo examina su texto bíblico, su desarrollo histórico‑teológico, la interpretación de los Padres de la Iglesia y de la tradición magisterial, y su aplicación moral y litúrgica en la vida cristiana contemporánea.

Tabla de contenido

Contexto histórico y literario

El Sermón del Monte

El discurso se sitúa al comienzo del Evangelio de Mateo, donde Jesús, al ver a la multitud, sube al monte y enseña a sus discípulos1. Las bienaventuranzas marcan la apertura de este sermón y establecen el tono de la enseñanza sobre el Reino de los cielos.

Orígenes y paralelismos

En la literatura bíblica, la forma de «bienaventuranza» (del latín beatitudo) es un género poético que aparece también en el Antiguo Testamento y en el Evangelio de Lucas (6, 20‑23)2. La versión de Mateo contiene ocho declaraciones, mientras que la de Lucas las resume en cuatro, resaltando la continuidad de la tradición profética.

Texto bíblico de las ocho bienaventuranzas

BienaventuranzaTexto (Mateo 5, 3‑12)
1. Pobres de espíritu«Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.»3
2. Los que lloran«Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.»3
3. Los mansos«Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.»3
4. Los que tienen hambre y sed de justicia«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.»3
5. Los misericordiosos«Bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán misericordia3
6. Los puros de corazón«Bienaventurados los puros de corazón, porque verán a Dios3
7. Los pacificadores«Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios3
8. Los perseguidos por causa de la justicia«Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.»3

Interpretación teológica

La dimensión espiritual y la del Reino

Según la Enciclopedia Católica, las bienaventuranzas revelan la «característica espiritual del Reino mesiánico» y contraponen la visión del mundo material con la del Reino de Dios4. El «pobre en espíritu» reconoce su total dependencia de Dios, mientras que el «perseguido» anticipa la plenitud del Reino.

Comentario de los Padres de la Iglesia

San Agustín describe cada bienaventuranza como una etapa del crecimiento del alma: la pobreza interior, el lamento por el pecado, la mansedumbre, el deseo de justicia, la misericordia, la pureza de corazón, la paz interior y, finalmente, la persecución que confirma la fe5,6.

San Juan Pablo II enfatiza que la segunda parte de cada bienaventuranza indica la razón de la felicidad prometida, subrayando la consolación eterna y la herencia escatológica7.

Exégesis patrística y escolástica

Tomás de Aquino vincula la «hambre y sed de justicia» con la virtud de la fortaleza y la «pureza de corazón» con la visión beatífica8. Aquinio también señala que la misericordia combina justicia y compasión, y que la paz interior es condición indispensable para la visión de Dios8.

Perspectiva del Magisterio contemporáneo

El Pontificio Comité Bíblico resume que las bienaventuranzas forman una síntesis de virtudes fundamentales: pobreza, aflicción, mansedumbre, deseo de justicia, misericordia, pureza, paz y perseverancia bajo persecución2. Cada disposición se relaciona con una promesa futura que apunta al Reino de los cielos.

Aplicación moral y espiritual

Virtudes y disposiciones

Estas virtudes se reflejan en la Doctrina Social de la Iglesia y en la vida sacramental, invitando a los fieles a vivir la caridad, la justicia y la paz.

Influencia en la vida litúrgica

Las bienaventuranzas aparecen en la Liturgia de las Horas (Hora del Día) y en la Misa del Domingo de Ramos, recordando a los fieles la llamada al Reino.

Relación con otros pasajes bíblicos

Conclusión

Las ocho bienaventuranzas constituyen el núcleo doctrinal del Evangelio de Mateo, ofreciendo una guía integral para la vida cristiana. Su riqueza teológica, sustentada por la tradición patrística y el magisterio actual, invita a los creyentes a adoptar una actitud interior de humildad, justicia y paz, con la certeza de la recompensa eterna en el Reino de los cielos.

Citas

  1. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 5.

  2. B3. La nueva alianza en Jesucristo como último don de Dios, y sus implicaciones morales - 3.1. La venida del Reino de Dios y sus implicaciones morales - 3.1.2. La proclamación del Reino de Dios y sus implicaciones morales - B. Las bienaventuranzas (disposiciones especialmente destacadas), Comisión Bíblica Pontificia. La Biblia y la Moral: Raíces Bíblicas de la Conducta Cristiana, § 47 (2008). 2

  3. La Santa Biblia, La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Mateo 5:1-12 (1993). 2 3 4 5 6 7 8

  4. Las ocho bienaventuranzas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Las Ocho Bienaventuranzas.

  5. Acerca de la primera parte del sermón de la montaña (Mateo 5), Agustín de Hipona. Sobre el Sermón de la Montaña, Libro I, §Capítulo 3. 10 (393).

  6. Acerca de la primera parte del sermón de la montaña (Mateo 5), Agustín de Hipona. Sobre el Sermón de la Montaña, Libro I, §Capítulo 4. 12 (393).

  7. Papa Juan Pablo II. A los agentes de pastoral y jóvenes reunidos en la Plaza «Gerardo Barrios» ante la Catedral de San Salvador (8 de febrero de 1996) - Discurso, § 2 (1996).

  8. Capítulo 5, Tomás de Aquino. Comentario sobre Mateo, § 5. 2