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Letanías

Las letanías son una forma de oración responsorial en la tradición católica, caracterizadas por una serie de peticiones o súplicas dirigidas a Dios, a la Santísima Trinidad, a la Virgen María o a los santos, con una respuesta uniforme por parte de los fieles. Utilizadas tanto en el culto litúrgico público como en devociones privadas, las letanías son una expresión de humildad, una búsqueda de la asistencia divina y un medio para unir a los fieles en súplica comunitaria. A lo largo de la historia de la Iglesia, han evolucionado diversas formas de letanías, siendo las más destacadas la Letanía de los Santos y la Letanía de Loreto, entre otras aprobadas para su recitación pública.

Tabla de contenido

Naturaleza y Estructura

Una letanía se define por su estructura de peticiones o súplicas que se recitan o cantan de forma responsorial1,2. Esta forma de oración tiene sus raíces en modelos bíblicos, como el Salmo 135, donde cada verso concluye con la frase «porque su misericordia es eterna», y el cántico de los jóvenes en el horno de fuego (Daniel 3:57-87)2.

Generalmente, las letanías católicas comienzan con invocaciones a la Santísima Trinidad: «Kyrie, eléison» (Señor, ten piedad), «Christe, eléison» (Cristo, ten piedad), «Kyrie, eléison»3,4,5,6,7,8,9,10,11. Estas invocaciones iniciales solicitan la misericordia de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo12.

Después de las invocaciones trinitarias, la letanía procede con una serie de peticiones o alabanzas, a menudo seguidas de una respuesta estándar como «ora pro nobis» (ruega por nosotros) o «líbera nos, Dómine» (líbranos, Señor)13,8,14. En las letanías marianas, por ejemplo, las invocaciones suelen tener dos partes: una de alabanza y otra de súplica13.

Historia y Desarrollo

La práctica de las letanías tiene una gran antigüedad en la Iglesia12. Se cree que la primera letanía cristiana fue el Kyrie Eleison1. En la Iglesia Oriental, las letanías con invocaciones de los santos ya se utilizaban en tiempos de San Basilio (fallecido en 379) y San Gregorio Taumaturgo (fallecido alrededor de 270)12.

En la Iglesia Occidental, la Letanía de los Santos es considerada el modelo de todas las demás letanías y es de gran antigüedad12. Fue empleada por San Gregorio Magno en su «Litania Septiformis» y en la procesión de San Mamerto12. La antigüedad de esta letanía se evidencia en el orden de los Apóstoles, que corresponde al del Canon de la Misa12.

A lo largo de la Edad Media, la popularidad de las letanías, especialmente a través de su uso en procesiones, llevó a la creación de numerosas variedades2. Surgieron letanías en honor a Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, la Preciosa Sangre, la Santísima Virgen, la Inmaculada Concepción, y a diversos santos, así como por las almas del Purgatorio2. Para el año 1601, se estimaba que había unas ochenta formas de letanías en circulación2.

Para prevenir abusos y asegurar la uniformidad, el Papa Clemente VIII, mediante un decreto de la Inquisición en 1601, prohibió la publicación de cualquier letanía, excepto la de los santos tal como se encuentra en los libros litúrgicos y la Letanía de Loreto12,2. Desde entonces, las letanías aprobadas para la recitación pública incluyen la de Todos los Santos, la de Loreto, la del Santísimo Nombre de Jesús, la del Sagrado Corazón y la de San José2.

Letanías Litúrgicas y Devocionales

Las letanías se utilizan tanto en contextos litúrgicos formales como en devociones privadas1,2.

Letanía de los Santos

La Letanía de los Santos es la letanía por excelencia en la liturgia católica y la más antigua12. Se invoca a la Virgen María, a los ángeles y a una larga lista de santos, pidiéndoles su intercesión3,4,5,6,7,8,9,10,11,14,15,16,17,18.

Esta letanía se divide en dos partes principales:

  1. Invocaciones a la Santísima Trinidad y a los Santos: Comienza con el Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison, pidiendo misericordia a las tres Personas divinas. Luego, se invoca a la Santísima Virgen María, a San Miguel y a los Santos Ángeles de Dios, seguidos por una serie de santos individuales y categorías de santos (Apóstoles, Mártires, Obispos y Confesores, Fundadores de órdenes religiosas, Vírgenes y Viudas, y «Todos los Santos y Santas de Dios»)3,4,5,6,7,8,9,10,11,14,15,16,17,12,18. La respuesta común es «ora pro nobis» (ruega por nosotros) o «oráte pro nobis» (rogad por nosotros)3,4,5,6,7,8,9,10,11,14,15,16,17,18.

  2. Peticiones de Súplica: La segunda parte incluye súplicas dirigidas a Cristo, pidiéndole que nos libre de diversos males y peligros, como «de todo mal», «del pecado», «de la muerte perpetua», y «por tu encarnación», «por tu muerte y resurrección», «por la efusión del Espíritu Santo»14,15,16,17,12,18. Las respuestas suelen ser «líbera nos, Dómine» (líbranos, Señor) o «te rogámus, audi nos» (te rogamos, óyenos)14,15,16,17.

La Letanía de los Santos se prescribe en el Ritual Romano para ocasiones como la colocación de la primera piedra de una iglesia, la bendición o reconciliación de una iglesia o cementerio, las Rogativas mayores y menores, procesiones para pedir lluvia o buen tiempo, para evitar tormentas, en tiempos de hambruna o guerra, para escapar de la mortalidad o en tiempo de pestilencia, en cualquier tribulación, durante el traslado de reliquias, en exorcismos solemnes y en la Devoción de las Cuarenta Horas12. El Pontifical Romano también ordena su recitación en la ordenación de diáconos, presbíteros y obispos, la bendición de un abad o abadesa, la consagración de vírgenes, la coronación de un rey o reina, la dedicación de una iglesia, y en la readmisión de penitentes públicos3,4,5,6,7,9,10,14,15,16,17,12,18.

Existen tres formas litúrgicas de la Letanía de los Santos: la forma extendida para las ocasiones mencionadas, una forma abreviada para el Sábado Santo y la Vigilia de Pentecostés, y una tercera forma en la Commendatio del Ritual Romano, con invocaciones y súplicas específicas para el alma de los difuntos12.

Letanías Marianas

Entre las letanías marianas, la Letanía de Loreto es la más conocida y ha sido repetidamente recomendada por los Romanos Pontífices13,2. Consiste en una larga serie de invocaciones a la Virgen María, que siguen un ritmo uniforme de alabanza y súplica13. Generalmente, las invocaciones son muy cortas, con una parte de alabanza (ej. Virgo clemens) y otra de súplica (Ora pro nobis)13.

La Letanía de Loreto abre con el Kyrie Eleison y las invocaciones a la Trinidad, seguidas de una larga serie de alabanzas a la Virgen María, como «Santa María, raíz de los patriarcas, vaticinio de los profetas, consuelo de los apóstoles, rosa de los mártires, predicación de los confesores, lirio de las vírgenes»19. A estas alabanzas se añade la invocación «ora pro nobis»19.

Aunque la Letanía de Loreto ha sido objeto de muchos elogios, su origen exacto es incierto, pero la crítica histórica sugiere que se compuso a finales del siglo XV o principios del XVI19. Su popularidad se debe en gran parte a su adopción en el famoso santuario de Loreto, lo que la hizo conocida por los numerosos peregrinos19.

Además de la Letanía de Loreto, los libros litúrgicos contienen la Letanía para la Coronación de Imágenes de la Santísima Virgen María, que puede ser un sustituto apropiado en ciertas ocasiones13. El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia recomienda tener en cuenta otras fórmulas antiguas y nuevas de letanías marianas utilizadas en las Iglesias locales o comunidades religiosas, siempre que destaquen por su rigor estructural y la belleza de sus invocaciones13.

Otras Letanías Aprobadas

Además de las letanías de los Santos y las marianas, la Iglesia ha aprobado para la recitación pública otras letanías, como la del Santísimo Nombre de Jesús, la del Sagrado Corazón y la de San José2. Estas letanías, aunque no se detallan en los recursos proporcionados, siguen la misma estructura responsorial de invocaciones y súplicas.

También existen letanías específicas para situaciones particulares, como la «Supplicatio litanica» en el rito de exorcismos, donde se invoca a la Santísima Trinidad, a la Virgen María, a los arcángeles y a diversos santos, pidiendo por la liberación de la persona afligida8,20,11,21.

Postura y Adaptaciones

Durante la recitación de las letanías, la postura de los fieles puede variar según el día litúrgico o la ocasión. En la dedicación de una iglesia, por ejemplo, en domingos y tiempo pascual, todos permanecen de pie; en otros días, se arrodillan5. De manera similar, en las ordenaciones, los elegidos se postran, mientras los demás se arrodillan, excepto en domingos y tiempo pascual, cuando permanecen de pie6,7,10. En las profesiones religiosas, los profesandos pueden postrarse, mientras los demás se arrodillan, salvo en tiempo pascual y domingos9.

Las letanías permiten cierta adaptación local. Es posible añadir, en los lugares apropiados, nombres de santos que sean patronos del lugar, de la iglesia titular, del fundador, o del que recibe la bendición u ordenación3,4,5,6,7,8,9,10. También se pueden añadir invocaciones más adecuadas a las circunstancias particulares o peticiones que se refieran a la naturaleza específica del rito y la condición de los fieles5,8,9. Sin embargo, los apellidos de los santos, puestos entre paréntesis, se omiten oportunamente cuando las letanías se cantan en latín4,5,6,7,10.

Conclusión

Las letanías son una forma de oración profundamente arraigada en la tradición católica, que permite a los fieles unirse en una súplica rítmica y persistente. Desde la antigua Letanía de los Santos, utilizada en los ritos más solemnes de la Iglesia, hasta las letanías marianas como la de Loreto, estas oraciones ofrecen un medio para expresar alabanza, pedir misericordia e implorar la intercesión de la comunión de los santos. Su adaptabilidad para incluir santos locales y peticiones específicas, dentro de un marco aprobado, demuestra su vitalidad y relevancia continua en la vida de oración de la Iglesia.

Citas

  1. Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales. Oraciones Católicas para la Protección Contra el Mal (2024). 2 3

  2. Letanía, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Letanía. 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  3. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Benedictionis Abbatis et Abbatissae (El Ritual de la Bendición de un Abad y una Abadesa), § 11. 2 3 4 5 6

  4. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 28. 2 3 4 5 6 7

  5. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Ritual de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 39. 2 3 4 5 6 7 8 9

  6. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 75. 2 3 4 5 6 7 8

  7. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 169. 2 3 4 5 6 7 8

  8. Supplicatio litanica, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 21. 2 3 4 5 6 7 8

  9. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Professionis Religiosae (El Ritual de la Profesión Religiosa), § 65. 2 3 4 5 6 7 8

  10. Supplicatio litanica, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 54. 2 3 4 5 6 7 8

  11. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 81. 2 3 4 5

  12. Letanía de los santos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Letanía de los Santos. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  13. Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo quinto: La veneración de la santísima virgen maría - Ejercicios piadosos recomendados por el magisterio - Letanías de la bienaventurada virgen maría, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 203 (2001). 2 3 4 5 6 7

  14. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 124. 2 3 4 5 6 7

  15. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Ritual de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 65. 2 3 4 5 6

  16. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Ritual de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 95. 2 3 4 5 6

  17. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (La Ordenación de Obispos, Presbíteros y Diáconos), § 76. 2 3 4 5 6

  18. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Benedictionis Abbatis et Abbatissae (El Ritual de la Bendición de un Abad y una Abadesa), § 22. 2 3 4 5

  19. Letanía de loreto, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Letanía de Loreto. 2 3 4

  20. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 78.

  21. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas), § 80.