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Levitas

Los levitas constituyen una tribu especial en la tradición del Antiguo Testamento, descendientes de Leví, hijo de Jacob, elegidos por Dios para el servicio del santuario en lugar de los primogénitos de Israel. Dedicados al cuidado del Tabernáculo y más tarde del Templo, se distinguían de los sacerdotes aarónicos por sus funciones auxiliares, como el transporte de las sagradas vasijas, la guardia del santuario y la música litúrgica. Sin herencia territorial fija, recibían el diezmo y ofrendas como sustento, simbolizando su total consagración al Señor. Su rol evolucionó desde el desierto hasta el período postexílico, destacando en la organización davídica y en la reconstrucción del Templo, y su significado perdura en la teología católica como modelo de dedicación espiritual.1,2

Tabla de contenido

Origen y etimología

La tribu de los levitas deriva de Leví, el tercer hijo de Jacob y Lea, cuyo nombre se interpreta como «unido» o «adjunto», evocando su apego especial al servicio divino.1 Según el relato bíblico, los levitas se distinguen tempranamente por su celo religioso, particularmente durante el episodio del bezerro de oro, donde se alinearon con Moisés contra la idolatría, ganándose así su vocación sagrada.1

Moisés, perteneciente a esta tribu, actuó bajo mandato divino para apartarlos del resto de Israel, sustituyéndolos por los primogénitos en el servicio del Tabernáculo.3 Esta elección no solo compensaba la falta de violencia inicial en la masacre de Siquem —donde Leví y Simeón fueron reprochados por Jacob—, sino que elevaba su estatus como mediadores entre Dios y el pueblo.1

Elección divina y consagración

La consagración de los levitas se describe con detalle en el Libro de los Números. Dios los toma «de entre los hijos de Israel» en sustitución de los primogénitos, declarando: «Los levitas serán míos».3 Su rito de purificación incluía aspersiones con agua lustral, rapado de cabello, lavado de vestiduras y ofrendas sacrificiales, culminando con la imposición de manos por los ancianos.2

No entraban en servicio antes de los treinta años, edad que requería plena madurez física para tareas como el porte del Tabernáculo.1,2 Cualquier extraño que se acercara al santuario era condenado a muerte, subrayando su exclusividad.3 Esta separación total los configuraba como «primicias» consagradas al Señor, libres de deseos terrenales según la tradición patrística.3

Distinción entre sacerdotes y levitas

Aunque inicialmente todos los descendientes de Leví ejercían funciones sacerdotales, pronto se demarcó una clara jerarquía: los sacerdotes provenían exclusivamente de la casa de Aarón, hermano de Moisés, mientras los levitas restantes actuaban como auxiliares.1,2 Los sacerdotes realizaban el sacrificio principal, como la aspersión de sangre, privilegio vedado a los levitas simples.2

El Código Deuteronómico unifica el culto en un solo santuario y denomina «sacerdotes levitas» a la clase entera, permitiendo que cualquier levita se una al servicio en Jerusalén con igual ración.1 Sin embargo, en la legislación posterior, la distinción se acentúa: los levitas no penetran en el santuario propiamente dicho.2

Funciones y deberes

Los levitas asumían múltiples roles esenciales en el culto:

En el Templo de Salomón, custodiaban sus puertas y participaban en banquetes sacrificiales.2

Organización en familias y cursos

La tribu se dividía en tres grandes familias, nombradas por los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merarí.2,4 David introdujo un sistema de cursos semanales, dirigidos por lotes, con 38.000 levitas mayores de treinta años: 24.000 para servicio, 6.000 como oficiales y jueces, 4.000 porteros y 4.000 músicos.1,2

Las genealogías detalladas en 1 Crónicas 6, 9 y Nehemías 11-12 registran líderes como Semaías, Matanías o Hashabías, destacando su rol en la música —con Asaf, Jedutún y Heman como cantores principales— y en la guardia de puertas.5,6,7,4 En la dedicación de las murallas de Jerusalén bajo Nehemías, los levitas celebraron con cánticos, címbalos, arpas y liras.5

Familia levíticaResponsabilidades principalesLíderes destacados
GersonitasCustodia de cortinas y velos-
CaatitasArca y objetos santísimosHeman (cantor)4
MeraritasEstructura y postesEtán (músico)4

Sustento y herencia territorial

Al repartir la Tierra Prometida, Josué excluyó a los levitas de posesiones fijas: «El Señor, Dios de Israel, es su herencia».1,2 En compensación, recibían:

Esta provisión material reflejaba su dependencia espiritual de Dios, eximiéndolos de impuestos y servicio militar.2

Rol en el período postexílico

Tras el exilio babilónico, los levitas resurgieron en la reconstrucción del Templo bajo Esdras y Nehemías. Listas genealógicas en Nehemías 12 nombran cabezas de casas como Hashabías, Serebías y porteros como Matanías o Akkub.5,7 En 1 Crónicas 9, se detallan gatekeepers como Salum y Finees, supervisor ancestral.6

Servían en la «obra exterior» del Templo, liderando alabanzas y thanksgiving.5,7 Su número en la ciudad santa era modesto: 284 levitas.7

Mención en el Nuevo Testamento

Los levitas aparecen escasamente: un levita ignora al herido en la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:32), se indaga por sacerdotes y levitas en Juan 1:19, y Bernabé es un levita cipriota (Hechos 4:36). Estas referencias no profundizan su estatus en tiempos de Cristo, cuando el sacerdocio judío agonizaba con la destrucción del Templo en el año 70 d.C.1

Perspectiva en la tradición católica

San Ambrosio de Milán exalta a los levitas como modelo de pureza y desapego: «Deben estar libres de todo deseo terrenal», citando su sustitución por primogénitos como signo de santidad superior.3 Su dignidad exige virtudes cardinales, ordenadas correctamente frente a los filósofos paganos. En la teología católica, prefiguran el clero ministerial, dedicado al servicio altarno sin ataduras mundanas, aunque el sacerdocio neotestamentario se realiza en Cristo, único Sumo Sacerdote.3

Legado teológico

Los levitas simbolizan la consagración total al culto divino, su dispersión entre las tribus evoca la universalidad del ministerio eclesial. En la Liturgia católica, su rol musical inspira el canto gregoriano y polifónico. Su historia subraya la jerarquía sagrada: servicio subordinado pero indispensable, recordando que todo ministerio fluye de la gracia divina.

Citas

  1. Levitas, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Levitas. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

  2. Sacerdocio, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Sacerdocio. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  3. Capítulo L. Los levitas deben estar totalmente libres de todos los deseos terrenales. Cuáles deben ser sus virtudes según la propia exposición del apóstol, y cuán grande debe ser su pureza. También cuál es su dignidad y deber, para la realización de los cuales son necesarias las virtudes principales. Afirma que estos no eran desconocidos para los filósofos, pero que erraron en su orden. Algunos son por su naturaleza conforme al deber, que sin embargo, a causa de lo que los acompaña, se vuelven contrarios al deber. De lo cual deduce los dones que la oficina de los levitas exige. Para concluir, añade una exposición de las palabras de Moisés al bendecir a la tribu de Leví, Ambrosio de Milán. Sobre los Deberes del Clero, §Libro I. Capítulo L. 259 (391). 2 3 4 5 6 7

  4. La Nueva Versión Revisada Estándar, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Crónicas 6. 2 3 4

  5. La Nueva Versión Revisada Estándar, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Nehemías 12. 2 3 4

  6. La Nueva Versión Revisada Estándar, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Crónicas 9. 2

  7. La Nueva Versión Revisada Estándar, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Nehemías 11. 2 3 4