Levítico
El Libro del Levítico es el tercer libro del Pentateuco, que trata principalmente de las funciones, ministerios, ritos y ceremonias de los sacerdotes y levitas en el antiguo Israel. Se centra en las leyes que el pueblo de Israel debía observar para ser digno de la constante presencia de Dios en medio de ellos, enfatizando la santidad como una cualidad divina que Israel debía reflejar en su vida comunitaria. Aunque a menudo percibido como un libro de rituales y sacrificios, subyace en él una compleja red de valores que modelan la relación con Dios y con los demás, y que los Padres de la Iglesia y el Magisterio han interpretado a la luz de Cristo y la vida cristiana.
Naturaleza y Contenido del Levítico
El Levítico, conocido en la tradición rabínica como «Ley de los Sacerdotes» o «Ley de los Sacrificios», es una recopilación de leyes relativas al ministerio levítico1. Estas regulaciones no están codificadas en un orden estrictamente lógico, pero se pueden identificar grupos temáticos de normas1. Mientras que el Libro del Éxodo narra lo que Dios hizo y sigue haciendo por su pueblo, el Levítico prescribe lo que el pueblo debe hacer por Dios y cómo debe hacerse digno de Su presencia continua1.
El libro se puede dividir en varias partes principales:
Primera Parte (Capítulos 1-10): Deberes de Israel hacia Dios1
Enumera los diferentes tipos de sacrificios y sus ritos1.
Detalla los deberes y derechos de los sacerdotes, quienes eran los oferentes oficiales de los sacrificios1.
Describe la consagración e introducción de los primeros sacerdotes en su oficio1.
Ejemplos de sacrificios incluyen la ofrenda de holocausto (Lev 1:3-9), la ofrenda de cereal (Lev 2:1-10) y el sacrificio de comunión o bienestar (Lev 3:1-17)2,3,4. Estos sacrificios implicaban la presentación de animales sin defecto o productos agrícolas, con ritos específicos como la imposición de manos, el degüello, el rociado de la sangre en el altar, y la quema de ciertas partes como «ofrenda de fuego de aroma agradable al Señor»2,3. Se prohibía comer la grasa y la sangre, ya que toda la grasa pertenece al Señor y la sangre es la vida3,5,6.
Segunda Parte (Capítulos 11-15): Leyes de Pureza
- Estas leyes abordan la pureza ritual y la santidad del pueblo de Dios, incluyendo regulaciones sobre animales limpios e impuros, la purificación después del parto, la lepra y otras impurezas corporales. La pureza ritual se entendía en relación con la necesidad de preservar el dominio sagrado de la profanación, y la sangre se consideraba la fuerza vital que pertenece solo a Dios7.
Tercera Parte (Capítulo 16): El Día de la Expiación (Yom Kipur)
Cuarta Parte (Capítulos 17-27): Leyes de Santidad y Conducta Moral
- Esta sección contiene mandatos para que Israel sea santo, porque el Señor su Dios es santo (Lev 19:2)9. Aborda aspectos de la vida comunitaria, la moralidad, la justicia social y las festividades religiosas. Las leyes de pureza son «subordinadas» a mandamientos más importantes que conciernen al amor a Dios y al prójimo7.
El Levítico en la Tradición Católica
Desde los primeros días de la Iglesia, la lectura de las Escrituras ha sido una parte integral de la liturgia cristiana, heredando en cierta medida la práctica de la sinagoga10. La liturgia, especialmente la Eucaristía, es el principal medio por el cual los cristianos entran en contacto con la Escritura, ya que Cristo está presente en su palabra cuando se lee en la Iglesia10.
Interpretación Patrística
Los Padres de la Iglesia, como Orígenes, demostraron un gran amor por la predicación del Levítico, buscando desvelar los misterios contenidos en este libro para sus oyentes11. Orígenes no adoptó un enfoque «histórico» moderno, sino que aceptó la letra del texto como conteniendo un significado más profundo que no se ve inicialmente11. Para él, la letra del Levítico es «como la carne de la Palabra de Dios y la vestimenta de su divinidad»12.
Orígenes interpretó los sacrificios y ofrendas del Levítico como figuras de Cristo y de la vida de los fieles en Cristo, quienes son un pueblo sacerdotal12. Por ejemplo, la separación del holocausto «miembro por miembro» por los sacerdotes (Lev 1) se interpretaba como la capacidad del predicador para explicar y distinguir ordenadamente el Evangelio, tratando las causas de las cosas para aquellos que están comenzando, progresando y perfeccionándose en la fe13. La adición de la leña significaba que el predicador debía tratar no solo las virtudes corporales de Cristo, sino también su divinidad, mostrando cómo el holocausto de la carne de Cristo a través de la cruz une el cielo y la tierra, lo humano y lo divino13.
El tema central de las Homilías sobre el Levítico de Orígenes y de la reflexión de Papas como Benedicto XVI es la santidad14. La santidad no es primordialmente una categoría moral o ética, sino una cualidad divina que Israel debía aprender y de la cual derivar la suya propia9,14.
El Levítico en la Liturgia Romana
El Leccionario Romano, resultado de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, busca proporcionar una lectura de la Sagrada Escritura «más abundante, más variada y más adecuada»10. Sin embargo, el Levítico tiene una presencia limitada en el ciclo de lecturas dominicales. En el ciclo de tres años de lecturas dominicales, solo hay dos lecturas truncadas del Levítico, que aparecen en momentos del Tiempo Ordinario que a menudo se pasan por alto11.
A pesar de su escasa aparición dominical, el Levítico se lee más extensamente en la Liturgia de las Horas. En el Año II del Ciclo Bienal de la Oficina de Lecturas, durante la Cuaresma, se presta atención a la historia de la salvación tal como se encuentra en los libros del Éxodo, Levítico y Números15. La Carta a los Hebreos, que interpreta la Antigua Alianza a la luz del misterio pascual de Cristo, ayuda a comprender el Levítico15.
Significado Teológico para los Cristianos
El Levítico, con sus leyes y rituales, apunta a la identidad del pueblo de Dios y al estilo de vida específico que esta identidad implica16. El objetivo último de la ley bíblica para los cristianos es el compromiso de la alianza que forma la identidad con Jesucristo, encarnado en la llamada a la santidad16.
La teología del perdón desarrollada en los círculos sacerdotales, particularmente en el Levítico, se centra en la idea de «cubrir (kapper) los pecados»8. Los ritos de expiación no son medios para obtener la misericordia de Dios, sino que representan un signo objetivo del perdón divino, con la sangre como signo de vida8.
El Papa Juan Pablo II, en una homilía, destacó cómo las leyes del Levítico sobre los leprosos, que los consideraban impuros y los obligaban a vivir al margen de la sociedad, contrastan con la misión de Jesús, quien los acoge, toca y sana17. Esto subraya cómo la Nueva Alianza en Cristo cumple y transforma la Antigua Ley, llevando la santidad a un plano superior a través de la Encarnación9.
Conclusión
El Libro del Levítico, lejos de ser una mera colección de rituales antiguos, es una fuente rica de teología sobre la santidad, el sacrificio y la relación de la humanidad con Dios. A través de la interpretación cristiana, especialmente la patrística y la del Magisterio, sus leyes y símbolos son vistos como prefiguraciones de Cristo y de la vida de santidad a la que todos los cristianos están llamados. Aunque su presencia en la liturgia dominical es limitada, su estudio es fundamental para comprender la continuidad y el cumplimiento de la Antigua Alianza en la Nueva, y para profundizar en la vocación universal a la santidad.
Citas
Pentateuco, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Pentateuco. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Levítico 1. ↩ ↩2
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Levítico 3. ↩ ↩2 ↩3
La Santa Biblia, undefined. La Santa Biblia, §Levítico (1993). ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Levítico 7. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Levítico 17. ↩
Justin Schembri, O.P. Sobre la Unidad de los Dos Testamentos: ¿En Qué Sentido es la Torá una Ley para los Cristianos? , § 8. ↩ ↩2
B4. Del don al perdón - 4.1 El perdón de Dios en el Antiguo Testamento, Comisión Bíblica Pontificia. La Biblia y la Moral: Raíces Bíblicas de la Conducta Cristiana, § 81 (2008). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Santidad en el Nuevo Testamento, Francis Martin. La Santidad de la Iglesia: Communio Sanctorum y el Esplendor de la Verdad, § 6. ↩ ↩2 ↩3
C. Uso de la Biblia - 1. En la liturgia, Comisión Bíblica Pontificia. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993). ↩ ↩2 ↩3
Andrew Hofer, O.P. Orígenes sobre el Ministerio de la Palabra de Dios en las Homilías sobre el Levítico, § 6. ↩ ↩2 ↩3
Sacrificios y ofrendas, Andrew Hofer, O.P. Orígenes sobre el Ministerio de la Palabra de Dios en las Homilías sobre el Levítico, § 10. ↩ ↩2
Andrew Hofer, O.P. Orígenes sobre el Ministerio de la Palabra de Dios en las Homilías sobre el Levítico, § 12. ↩ ↩2
La conclusión de dar fruto, Andrew Hofer, O.P. Orígenes sobre el Ministerio de la Palabra de Dios en las Homilías sobre el Levítico, § 20. ↩ ↩2
Capítulo Tres. Las diversas partes de la Liturgia de las Horas - VI. La lectura de la Sagrada Escritura - B. La disposición de la lectura de la Sagrada Escritura en el Oficio de Lecturas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 150 (1971). ↩ ↩2
Justin Schembri, O.P. Sobre la Unidad de los Dos Testamentos: ¿En Qué Sentido es la Torá una Ley para los Cristianos? , § 3. ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. 17 de febrero de 1985: Visita a la parroquia romana de la Santísima Virgen de la Perseverancia - Homilía, § 2 (1985). ↩