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Libro de Judit

Libro de Judit
Este par de hojas sobrevive con al menos 13 hojas hermanas de la misma Biblia que ahora se encuentran en otras colecciones. Sus miniaturas han sido asignadas de diversas maneras al Grupo Dominico, al Pintor Dominico y al Taller de Leber. Esta falta de precisión sugiere la dificultad que a menudo se encuentra al aislar estilos individuales en el ambiente altamente formalizado del París del siglo XIII. El ornamento, el estilo de las figuras y los detalles faciales de las iniciales guardan la más estrecha comparación con manuscritos producidos en un taller activo en París conocido como el Grupo Leber. Con su preciso vocabulario ornamental, el estilo del Grupo Leber puede identificarse por los elaborados crecimientos que se extienden hacia los márgenes desde las iniciales (conocidos como ascendentes y descendentes). Estos se caracterizan por bordes lobulados y terminales en espiral, pétalos de loto y formas animales hibridadas serpenteantes, estas últimas a menudo terminando en criaturas aladas, similares a dragones. Las iniciales compartimentadas, que presentan múltiples escenas, también se encuentran comúnmente en los manuscritos del Grupo Leber. https://clevelandart.org/art/2005.207, Grupo Leber, CC0

El Libro de Judit es uno de los textos deuterocanónicos del Antiguo Testamento en la tradición católica, que narra la historia heroica de una viuda judía que salva a su pueblo de la invasión asiria mediante astucia, fe y valor. Este relato, ambientado en un contexto de amenaza bélica, resalta temas como la providencia divina, el poder de la oración y el rol de la mujer en el plan de salvación. En la Iglesia Católica, se considera inspirado y parte del canon bíblico, con una rica interpretación teológica que lo vincula a figuras como María, y ha influido en la liturgia, el arte y la espiritualidad cristiana. A lo largo de este artículo, se explora su contenido, canonicidad, historicidad y significado en la fe católica.

Tabla de contenido

Contexto histórico y literario

Autoría y fecha de composición

El Libro de Judit no indica explícitamente su autor, lo que es común en muchos textos bíblicos del período postexílico. Los estudiosos católicos, basados en la tradición eclesial, lo sitúan en el ámbito de la literatura sapiencial judía, posiblemente compuesto entre los siglos II y I a. C., durante la época macabea. Esta datación se infiere de elementos como la mención de Nabucodonosor como rey de Nínive, un anacronismo que sugiere una ambientación ficticia o alegórica para resaltar conflictos contemporáneos de los judíos helenizados, como la opresión seléucida.1 La obra parece haber sido escrita en un contexto de resistencia cultural y religiosa, donde se enfatiza la fidelidad a la Ley mosaica frente a amenazas externas.

Aunque no se conoce el autor preciso, la tradición lo asocia con círculos piadosos judíos que buscaban edificar a su pueblo mediante narrativas edificantes. En la Iglesia primitiva, se le atribuyó valor histórico y moral, aunque debates posteriores cuestionaron su literalidad. Su estilo literario combina elementos épicos, históricos y poéticos, similar a otros libros deuterocanónicos como Tobías o Ester.

Idioma original y versiones

El texto original del Libro de Judit se cree que fue redactado en hebreo o arameo, aunque no sobrevive en forma hebrea canónica. La versión más antigua conservada es la griega de la Septuaginta, que incluye variantes entre códices como el Vaticano y el Alejandrino.1 San Jerónimo lo tradujo al latín para la Vulgata a partir de un texto caldeo, admitiendo dificultades en la interpretación y optando por una traducción de sentido más que literal.1 Existen también versiones hebreas medievales, una larga similar a la griega y otra corta y divergente, que posiblemente reflejan adaptaciones posteriores.

En la tradición católica, la Vulgata es la referencia principal, y el libro se incluye íntegro en las Biblias católicas modernas, como la Nueva Vulgata. Estas versiones destacan por su fidelidad al mensaje teológico, priorizando la inspiración divina sobre precisiones históricas.

Contenido del libro

El Libro de Judit consta de dieciséis capítulos y se divide en dos partes principales: la preparación para la crisis (capítulos 1-7) y la intervención heroica de Judit (capítulos 8-16). Su narrativa es dinámica, con un enfoque en la tensión dramática y la exaltación de la fe.

Primera parte: La amenaza asiria

La historia comienza con Nabucodonosor, rey de Asiria en Nínive, quien envía a su general Holofernes a conquistar naciones rebeldes, incluyendo a los judíos.1 Holofernes asedia la ciudad ficticia de Betulia, en la llanura de Esdrelón, cortando el agua y provocando el hambre entre los habitantes. En este contexto, Aquior, un amonita, defiende a los judíos ante Holofernes, argumentando que solo Dios puede protegerlos, lo que le vale ser arrojado a la ciudad.1 Los líderes de Betulia, desesperados, planean rendirse, ilustrando la fragilidad humana ante la adversidad.

Esta sección subraya la arrogancia del enemigo y la debilidad inicial del pueblo elegido, preparando el terreno para la intervención divina a través de medios inesperados.

Segunda parte: La acción de Judit y la victoria

Judit, una viuda piadosa y hermosa de Betulia, regaña a los ancianos por su falta de confianza en Dios y se ofrece a actuar.1 Vestida con elegancia, entra en el campamento asirio, gana la confianza de Holofernes con su belleza y sabiduría, y durante un banquete, lo decapita mientras duerme ebrio (Jdt 13). Regresa triunfante con la cabeza del general, lo que desmoraliza al ejército enemigo y permite la victoria judía.2

El libro culmina con un cántico de victoria (Jdt 16), donde Judit alaba a Dios por usar la mano de una mujer para humillar al poderoso: «El Señor todopoderoso los ha frustrado por mano de una mujer».3 Judit vive honrada hasta los 105 años, rechazando nuevos matrimonios y distribuyendo su herencia.4

La oración de Judit en el capítulo 9 es un momento clave, invocando a Dios con referencias a figuras como Simeón y enfatizando la pureza y la venganza divina contra los opresores.5

Canonicidad en la Iglesia Católica

Inclusión en el canon bíblico

El Libro de Judit forma parte del canon deuterocanónico del Antiguo Testamento, aceptado por la Iglesia Católica desde los primeros siglos. No figura en el canon hebreo judío, por lo que las Biblias protestantes lo excluyen, considerándolo apócrifo.6 Sin embargo, concilios como el de Roma (382), Hipona (393), Cartago (397) y Trento (1546) lo declararon inspirado explícitamente.7,8,9

En el Concilio de Trento, se lista entre los libros del Antiguo Testamento, junto a Tobías, Baruc y los Macabeos, afirmando su igualdad de autoridad con los protocanónicos.7 San Jerónimo, aunque dudó inicialmente por su ausencia en el hebreo, lo incluyó en la Vulgata por tradición eclesial, citando el uso en el Sínodo de Nicea.1 Padres como Clemente de Roma, Orígenes y Tertuliano lo citaron como Escritura.1

Posición en la tradición patrística y magisterial

La tradición católica ve en Judit un testimonio de la providencia divina. San Pablo parece aludirlo en 1 Corintios (2:10 y 10:10).1 En el Magisterio moderno, Juan Pablo II destacó su rol en audiencias de 2001, presentándolo como ejemplo de cómo Dios usa lo débil para manifestar su poder.3,10,11 El libro ilustra el principio de que la salvación llega en momentos de desesperación, similar al Éxodo.10

Temas teológicos y simbólicos

La figura de Judit como heroína de la fe

Judit encarna la mujer fuerte en la tradición bíblica, comparable a Débora o Jael.3 Su fe inquebrantable, ayuno, oración y castidad la convierten en modelo de virtud.12 Al decapitar a Holofernes, simboliza la victoria de la humildad sobre la soberbia, y de la pureza sobre la impureza.2 El cántico final invita a alabar a Dios como creador invencible, que muestra misericordia a los fieles.11

En la ética católica, Judit enseña la confianza en Dios ante crisis, y el uso legítimo de la astucia en defensa de la fe, sin comprometer la moral.

Prefiguración de María y rol de la mujer

La Iglesia interpreta a Judit como prefiguración de la Virgen María, quien, como ella, coopera en la redención mediante su fiat humilde.3 Expresiones del cántico de Judit se aplican litúrgicamente a María: «Tú eres la gloria de Jerusalén, el gran honor de Israel» (Jdt 15:9), eco en el Magnificat (Lc 1:52).3 Juan Pablo II enfatizó cómo Judit muestra la vocación femenina como igual al varón en el plan divino, destacando la preferencia de Dios por lo frágil.3

Este simbolismo enriquece la mariología católica, vinculando el Antiguo y Nuevo Testamento.

Historicidad y debates exegéticos

Aunque la tradición católica mayoritariamente acepta el libro como narración de hechos, con excepciones mínimas,1 presenta dificultades históricas: Nabucodonosor fue rey de Babilonia, no de Nínive; Betulia no es un topónimo real; y hay anacronismos como la referencia a los medos.1 Padres como San Jerónimo lo trataron como histórico, pese a sus reservas canónicas.1

En la exégesis católica moderna, se ve como una novela histórica o parábola teológica, inspirada para enseñar verdades de fe, no como crónica literal. El Concilio Vaticano II (Dei Verbum) permite esta interpretación, priorizando el sentido espiritual.6 Versiones divergentes, como una hebrea medieval con Seleuco como enemigo, sugieren adaptaciones macabeas enfocadas en la oración.1

Influencia en la liturgia, arte y espiritualidad católica

El Libro de Judit permea la liturgia católica, con lecturas en la Navidad (Jdt 13:18-20) y en fiestas marianas.3 En el arte, inspira obras como pinturas de Artemisia Gentileschi o esculturas renacentistas, representando a Judit como símbolo de triunfo femenino.

En la espiritualidad, figuras como Santa Hildegarda de Bingen y San Ambrosio lo usaron para exaltar la viudez casta y el coraje.13,14 Hoy, se cita en catequesis sobre providencia y rol de la mujer, fomentando la oración en adversidades.

En resumen, el Libro de Judit no solo enriquece el canon católico con su mensaje de esperanza, sino que ilustra la acción de Dios a través de instrumentos humanos inesperados, invitando a los fieles a confiar en su poder misericordioso.

Citas

  1. Libro de Judith, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Libro de Judith. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  2. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Judith 13. 2

  3. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 29 de agosto de 2001, § 4 (2001). 2 3 4 5 6 7

  4. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Judith 16.

  5. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Judith 9.

  6. Canon del Antiguo Testamento, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Canon del Antiguo Testamento. 2

  7. Concilio de Trento 1545-1563 - Ecuménico XIX (contra novatores 16 cent.) - Sesión IV (8 de abril de 1546) los libros sagrados y las tradiciones de los apóstoles son aceptados, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 1502. 2

  8. Concilio de Cartago (III) 397 - El canon de la Sagrada Escritura, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 186.

  9. El canon de la Sagrada Escritura * - Del mismo decreto y las actas del mismo sínodo romano, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 179.

  10. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 29 de agosto de 2001, § 3 (2001). 2

  11. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 29 de agosto de 2001, § 5 (2001). 2

  12. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 27 de marzo de 1996 (1996).

  13. Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 119.

  14. Ambrosio de Milán. Sobre las viudas, §Capítulo 7 (397).