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Libro del Deuteronomio

Libro del Deuteronomio
Parashá Zajor -- que aparece al final de la Parashá Ki Tetzé -- tal como aparece en un Rollo de la Torá. Este párrafo ordena a los judíos recordar a Amalek durante el viaje de sus ancestros por el desierto después del Éxodo de Egipto. Tomé esta foto yo mismo, Hashem, creador del mundo, CC BY 4.0 📄

El Libro del Deuteronomio es el quinto y último volumen del Pentateuco, la Torá judía y la primera parte del Antiguo Testamento en la Biblia católica. Atribuido tradicionalmente a Moisés, este texto sagrado recopila discursos y leyes que preparan al pueblo de Israel para la entrada en la Tierra Prometida, enfatizando la alianza con Dios, el monoteísmo y la obediencia a los mandamientos divinos. En la tradición católica, el Deuteronomio se considera un pilar de la revelación divina, que anticipa la nueva alianza en Cristo, y resalta temas como el amor a Dios y al prójimo, la justicia social y la fidelidad a la Ley. Este artículo explora su estructura, contexto histórico, temas teológicos principales y su relevancia en la doctrina y liturgia de la Iglesia Católica.

Tabla de contenido

Contexto histórico y autoría

El Deuteronomio se sitúa en el marco de la historia de la salvación, específicamente en las llanuras de Moab, justo antes de la muerte de Moisés y la conquista de Canaán por los israelitas. Según la tradición bíblica, Moisés pronuncia tres grandes discursos dirigidos al pueblo, recordando la historia de la liberación de Egipto, renovando la alianza del Sinaí y exhortando a la fidelidad futura.1 Este libro forma parte del Pentateuco, conocido como la «Ley» o «Torá», que la Iglesia Católica interpreta como inspirado por Dios y escrito bajo la guía del Espíritu Santo.

En cuanto a su autoría, la tradición patrística y la enseñanza católica atribuyen el texto principal a Moisés, aunque estudios exegéticos modernos, aprobados por la Iglesia, sugieren una composición gradual durante los siglos VIII y VII a. C., posiblemente ligada a la reforma de Josías en el 622 a. C. El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 105-108) subraya que, independientemente de las circunstancias humanas, el Deuteronomio es palabra de Dios, transmitida a través de autores inspirados. No se trata de un mero documento histórico, sino de una catequesis viva que educa al pueblo en la fe.2

El contexto histórico refleja la transición de un pueblo nómada a una sociedad sedentaria, con influencias de las culturas mesopotámicas y cananeas, pero siempre centrado en la unicidad de Yahvé. La Iglesia ve en este libro un eco de la providencia divina, que guía a Israel hacia la plenitud mesiánica.

Estructura del libro

El Deuteronomio se organiza en torno a tres discursos principales de Moisés, enmarcados por introducciones y conclusiones narrativas. Su título, derivado del griego Deuteronomion («segunda ley»), alude a la renovación de la Ley mosaica, aunque en hebreo se llama Debarim («palabras»).

Primer discurso: Repaso histórico y exhortación (capítulos 1-4)

Este sección inicial recapitula la historia de Israel desde Horeb hasta Moab, destacando las rebeliones del pueblo y la fidelidad de Dios. Moisés insta a obedecer los estatutos para poseer la tierra, recordando milagros como el paso del Mar Rojo.3 Temas clave incluyen la grandeza de Dios y la necesidad de temor reverencial, que en la tradición católica se interpreta como amor filial hacia el Padre.4

Segundo discurso: La Ley y la alianza (capítulos 5-28)

Aquí se presenta el núcleo legal del libro. Comienza con los Diez Mandamientos (Dt 5), una reiteración del Decálogo del Éxodo, adaptada al contexto de la nueva generación.5 Sigue con el Shema (Dt 6:4-5), la profesión de fe monoteísta: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón». Este pasaje es central en la liturgia judía y católica, citado por Jesús como el mayor mandamiento (Mc 12,29-31).6,1

Las leyes abarcan aspectos éticos, cultuales y sociales: prohibiciones contra la idolatría (Dt 13),7 promesas de bendición por obediencia (Dt 28) y maldiciones por infidelidad. Incluye normas sobre justicia para los débiles, como huérfanos y viudas (Dt 10:18),4 y regulaciones para autoridades públicas, enfatizando la honestidad y el desinterés.8

Tercer discurso: Nombramiento de Josué y cántico de Moisés (capítulos 29-34)

Moisés renueva la alianza, advierte contra la apostasía y nombra a Josué como sucesor. Culmina con el cántico de Moisés (Dt 32), un himno poético de alabanza y advertencia, y la bendición final (Dt 33). El libro concluye con la muerte de Moisés en el monte Nebo, desde donde contempla la Tierra Prometida (Dt 34). Esta sección subraya la transitoriedad de Moisés y la permanencia de la Palabra de Dios.

Temas teológicos principales

El Deuteronomio es un tratado de teología covenantal, que desarrolla la relación entre Dios y su pueblo como una alianza familiar, no contractual. En la perspectiva católica, prefigura la nueva alianza del Nuevo Testamento, donde la Ley se interioriza por el Espíritu (cf. Jr 31,31-34).

Monoteísmo y amor a Dios

El libro proclama la unicidad de Dios con fuerza profética: «Fuera de mí no hay salvador» (inspirado en Isaías, pero arraigado en Dt 4:39).2 El amor a Dios debe ser total: corazón, alma y fuerzas (Dt 6:5; 10:12; 11:1; 30:6).9,1,3,4 La Iglesia Católica enseña que este amor es la esencia de la fe, integrando obediencia y devoción, como en la oración del Shema durante la Vigilia Pascual.

Contra la idolatría, Dt 13 exige rechazar profetas falsos que inciten a otros dioses, incluso familiares, para probar la lealtad al Señor.7 Esto resuena en la doctrina católica sobre la primacía de Dios sobre todo lazo humano.

Justicia social y ética

El Deuteronomio integra la fe con la vida cotidiana, mandando amar al prójimo como a uno mismo (Dt 6:5, implícito en el amor total a Dios). Normas específicas protegen a los vulnerables: extranjeros, viudas y huérfanos (Dt 10:18-19),4 y regulan el trabajo honesto en oficios públicos, como jueces y reyes, promoviendo humildad y justicia (Dt 16-18).8

En ética católica, estos principios inspiran la doctrina social, como en Rerum Novarum, donde la dignidad del trabajo y la caridad hacia los pobres derivan de la Ley mosaica.

Alianza y elección divina

Dios elige a Israel no por méritos, sino por amor y fidelidad a la promesa abrahámica (Dt 7:7-8; 10:15).10,4 La circuncisión del corazón (Dt 10:16; 30:6)9 simboliza la conversión interior, que la Iglesia ve cumplida en el bautismo y la gracia santificante. La obediencia trae bendiciones (Dt 30:1-10),9 pero la infidelidad, exilio; sin embargo, Dios promete restauración si hay arrepentimiento.

Tierra Prometida y eschatología

La «tierra que mana leche y miel» (Dt 11:9)3 representa no solo Canaán, sino la herencia espiritual. En la exégesis católica, tipifica el Reino de Dios y la vida eterna, como enseña el Concilio Vaticano II en Dei Verbum (n. 15).

Importancia en la tradición católica

El Deuteronomio ocupa un lugar central en la liturgia y la teología católica. Sus textos se leen en el Leccionario Romano, como el Shema en Cuaresma o los Mandamientos en Adviento. Papas como Juan Pablo II han destacado su mensaje de amor y monoteísmo en audiencias y homilías, vinculándolo al Evangelio.2,6

En la doctrina, influye en el magisterio sobre la familia (Dt 6:7, educación en la fe), la paz (rechazo a la idolatría bélica) y la misericordia (retorno del exiliado, Dt 30). La Pontificia Comisión Bíblica lo presenta como itinerario de antropología bíblica, donde el ser humano se realiza en el servicio a Dios y al prójimo.8

El libro también alerta contra el legalismo: la Ley es don, no carga, y se perfecciona en Cristo (Mt 5:17). En la espiritualidad católica, inspira la devoción al Sagrado Corazón, eco del amor total exigido en Dt 6.

Influencia en el Nuevo Testamento y la liturgia

Jesús cita frecuentemente el Deuteronomio: el Shema como mandamiento supremo (Mt 22:37), la tentación en el desierto (Mt 4:4, citando Dt 8), y la oración en Getsemaní (implícita en la obediencia filial). Los Padres de la Iglesia, como San Agustín, lo ven como preparación para la gracia evangélica.

En la Misa, pasajes deuteronómicos se usan en responsorios y lecturas, reforzando la continuidad entre Antiguo y Nuevo Testamento. La Iglesia lo integra en el catecismo, enseñando que la moral cristiana se enraíza en la Ley de Moisés, elevada por Cristo.

Conclusión

El Libro del Deuteronomio no es solo un código antiguo, sino un llamado eterno a la fidelidad amorosa hacia Dios, que la Iglesia Católica interpreta como fundamento de la vida cristiana. Su mensaje de alianza, justicia y monoteísmo sigue iluminando la fe contemporánea, invitando a los creyentes a «amar al Señor con todo el corazón» en un mundo de tentaciones idólatras. Para profundizar, se recomienda la lectura en ediciones católicas como la Biblia de Jerusalén.

Citas

  1. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 6. 2 3

  2. Papa Juan Pablo II. Audiencia general del 25 de septiembre de 1985 (1985). 2 3

  3. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 11. 2 3

  4. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 10. 2 3 4 5

  5. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 5.

  6. Papa Juan Pablo II. 4 de noviembre de 1979: Visita a la parroquia de San Lucas Evangelista en Roma - Homilía, § 2 (1979). 2

  7. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 13. 2

  8. Capitolo secondo - L’essere umano nel giardino - Il lavoro e le sue leggi - (3) la normativa riguardante gli uffici di pubblica utilità, Comisión Bíblica Pontificia. «¿Qué es el hombre?» (Sal 8,5). Un itinerario de antropología bíblica, § 119 (2019). 2 3

  9. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 30. 2 3

  10. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 7.