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Libro del Éxodo

Libro del Éxodo
Biblia de Cervera, Éxodo (fl 37v). Dominio Público.

El Libro del Éxodo, segundo volumen del Pentateuco y de la Biblia cristiana, relata la liberación milagrosa del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, su travesía por el desierto bajo el liderazgo de Moisés y la promulgación de la Ley divina en el monte Sinaí. Este texto sagrado, atribuido tradicionalmente a Moisés, no solo narra eventos históricos clave como las plagas de Egipto, el paso del Mar Rojo y la entrega de los Diez Mandamientos, sino que también establece las bases de la Alianza entre Dios y su pueblo, simbolizando temas centrales de la fe católica como la redención, la obediencia y la presencia divina. En la tradición católica, el Éxodo se interpreta como prefiguración de la salvación cristiana, con Moisés como tipo de Cristo, y su estudio enriquece la comprensión de la liturgia, la moral y la teología.

Tabla de contenido

Título y autoría

El título del libro, Éxodo, proviene del griego ἔξοδος (éxodos), que significa «salida» o «partida», refiriéndose a la salida de los israelitas de Egipto. En hebreo, se conoce como Shemot (nombres), por las palabras iniciales que inician con una lista genealógica. Este nombre refleja el enfoque en la identidad del pueblo elegido por Dios.

Desde la perspectiva católica, la autoría mosaica es un pilar fundamental. La tradición eclesiástica, respaldada por la Comisión Bíblica Pontificia, atribuye la redacción principal a Moisés, inspirado por Dios, aunque permite intervenciones posteriores para actualizaciones menores, como la mención de su muerte en Deuteronomio. Fuentes patrísticas, como San Jerónimo en su Carta a Evagrio, afirman que Moisés escribió los eventos contemporáneos, incluyendo el Éxodo, para preservar la memoria del pueblo. La unidad literaria del texto se evidencia en su coherencia narrativa y teológica, rechazando divisiones documentales que fragmentan su integridad divina.1

En el canon católico, el Éxodo forma parte del Antiguo Testamento y se integra en el ciclo pentateúquico, junto con Génesis, Levítico, Números y Deuteronomio. Su datación se sitúa en el siglo XIII a.C., durante la vida de Moisés, aunque la tradición oral pudo preceder a la forma escrita.

Estructura y contenido

El Libro del Éxodo se divide en tres partes principales, combinando historia, legislación y culto. Su estructura narrativa fluye desde la opresión hasta la consumación de la Alianza, con un total de 40 capítulos que equilibran relatos milagrosos y códigos legales. Esta división resalta la transición del pueblo de esclavos a nación santa.

Introducción y opresión en Egipto

El libro inicia con un breve prólogo (Éxodo 1:1-7) que enlaza con Génesis, resumiendo la multiplicación de los descendientes de Jacob en Egipto. Tras la muerte de José, un nuevo faraón, «que no conocía a José», oprime a los israelitas mediante trabajos forzados y decretos genocidas contra los varones recién nacidos (Éxodo 1:8-22). Este contexto histórico subraya la providencia divina, preparando el escenario para la intervención de Dios.

Aquí se presenta a Moisés, de linaje levita, hijo de Amram y Jocabed. Nacido en tiempos de persecución, es salvado de las aguas del Nilo por la hija del faraón y criado en la corte egipcia (Éxodo 2:1-10). Tras matar a un capataz egipcio que maltrataba a un hebreo, Moisés huye a Madián, donde se casa con Séfora, hija de Jetro, y se convierte en pastor (Éxodo 2:11-22). Esta fase formativa enfatiza temas de justicia y exilio, prefigurando la misión liberadora.2

Llamado de Moisés y las plagas

El núcleo dramático comienza con la vocación de Moisés en el monte Horeb (Sinaí), donde Dios se revela en la zarza ardiente como Yahvé (Éxodo 3:1-4:31). Moisés, reticente por su tartamudez, recibe a su hermano Aarón como portavoz. Dios promete liberar a su pueblo y envía a Moisés y Aarón ante el faraón para exigir la libertad de los israelitas.

El faraón se niega, endureciendo su corazón, lo que desencadena las diez plagas: desde la conversión del Nilo en sangre hasta la oscuridad y la muerte de los primogénitos (Éxodo 5:1-12:36). Estas plagas no solo humillan a los dioses egipcios —como el Nilo (Hapi) o el sol (Ra)—, sino que demuestran el poder soberano de Yahvé. La décima plaga culmina en la institución de la Pascua, un ritual de protección con sangre de cordero en los dinteles, que los católicos ven como prototipo de la Eucaristía y la redención pascual.1

Aarón, como sumo sacerdote, juega un rol clave, asistiendo a Moisés en los milagros, como la vara que se convierte en serpiente (Éxodo 7:1-13). Su genealogía (Éxodo 6:14-27) confirma su linaje levita, esencial para el sacerdocio posterior.3

El Éxodo y el paso del Mar Rojo

Liberados apresuradamente, los israelitas —unos 600.000 hombres, más mujeres y niños— parten de Ramsés hacia Sucot, cargados con despojos egipcios (Éxodo 12:37-13:16). Guiados por una columna de nube de día y de fuego de noche, símbolo de la presencia divina, acampan junto al Mar Rojo (Yam Suf). Perseguidos por el ejército faraónico, Dios abre un camino seco a través del mar, ahogando a los egipcios en las aguas que se cierran (Éxodo 13:17-14:31).

Este milagro icónico inspira el cántico de Moisés (Éxodo 15:1-21), un himno de victoria que celebra la salvación divina. En la exégesis católica, el paso del Mar Rojo prefigura el Bautismo, como enseña San Pablo en 1 Corintios 10:1-2, donde los israelitas son «bautizados en Moisés» bajo la nube y el mar.4

Viaje al Sinaí y la Alianza

La segunda parte describe el periplo por el desierto (Éxodo 15:22-18:27). En Mara, Dios endulza las aguas amargas; en el desierto de Sin, provee maná y codornices; en Refidim, agua de la roca y victoria sobre Amalec mediante las oraciones de Moisés. Jetro, suegro de Moisés, aconseja instituir jueces para aliviar su carga (Éxodo 18:1-27).

Llegados al Sinaí al tercer mes (Éxodo 19:1-2), el pueblo se prepara para la teofanía: truenos, relámpagos y la voz de Dios. Moisés asciende el monte, donde recibe los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17), base de la ética judeocristiana. El pueblo, temeroso, pide que Moisés medie (Éxodo 20:18-21). Sigue el «Código de la Alianza» (Éxodo 20:22-23:33), con leyes sobre adoración, justicia social y sabbat, sellado con sacrificios y ratificación (Éxodo 24:1-11).1

El Tabernáculo y las leyes

La tercera parte se centra en la renovación de la Alianza tras el pecado del becerro de oro (Éxodo 32:1-35), donde Aarón cede a la idolatría, pero Moisés intercede. Dios renueva las tablas de la Ley (Éxodo 34:1-35) y detalla las instrucciones para el Tabernáculo, el Arca de la Alianza y el sacerdocio levítico (Éxodo 25:1-31:18; 35:1-40:38). Este santuario móvil simboliza la shekiná, la gloria divina entre el pueblo, culminando con la nube cubriendo el Tabernáculo (Éxodo 40:34-38).4

Significado teológico en el catolicismo

En la doctrina católica, el Éxodo trasciende la historia para revelar la pedagogía divina. Representa la pascua (paso) de la esclavitud al pecado hacia la libertad de los hijos de Dios, prefigurando la Pascua de Cristo. El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 62-64) lo describe como el momento fundacional de Israel como pueblo de Dios, con la Ley como camino de vida.

Moisés emerge como profeta y mediador, tipo de Cristo el nuevo Moisés, quien libera de la esclavitud espiritual. La columna de nube y fuego evoca el Espíritu Santo guiando a la Iglesia. Las plagas ilustran el juicio divino contra el mal, mientras la Pascua hebrea anticipa la Última Cena. En la liturgia, lecturas del Éxodo se usan en la Vigilia Pascual, conectando el Antiguo y Nuevo Testamento.2

Teólogos como San Agustín en De Civitate Dei ven en el Éxodo una alegoría de la peregrinación eclesial hacia la Tierra Prometida celestial.

Cronología e historicidad

La cronología bíblica sitúa el Éxodo en el siglo XV a.C., según 1 Reyes 6:1, que indica 480 años antes del Templo de Salomón (ca. 1446 a.C.). Sin embargo, estudios modernos, alineados con la egiptología, proponen el siglo XIII a.C., durante el reinado de Ramsés II o Merneptah, basado en evidencias como las Cartas de Amarna y la Estela de Merneptah (ca. 1208 a.C.), que menciona a Israel.5

La historicidad es afirmada por la Iglesia: el Éxodo es un evento real, aunque con elementos teológicos. La Comisión Bíblica (1909) rechaza interpretaciones racionalistas que lo reducen a mito, enfatizando su valor histórico inspirado. Desafíos como la ruta exacta del Mar Rojo o la datación de las plagas se resuelven priorizando la Revelación sobre especulaciones arqueológicas.

Interpretación y exégesis católica

La exégesis católica integra métodos histórico-críticos con la tradición, como prescribe Dei Verbum (Concilio Vaticano II). Padres de la Iglesia como San Gregorio de Nisa en Vita Moysis ofrecen lecturas alegóricas: el desierto como purificación espiritual, el Sinaí como ascenso místico.

En la Edad Media, Santo Tomás de Aquino en la Summa Theologica analiza la Ley mosaica como preparación para la gracia. Exégetas modernos, como el Pontificio Instituto Bíblico, enfatizan el contexto covenantal, influido por tratados hititas. Controversias sobre la autoría se resuelven favoreciendo la unidad mosaica, con posibles adiciones deuteronómicas.6

El Éxodo influye en la moral católica, promoviendo la justicia social (Éxodo 22-23) y la santidad (Éxodo 19:6: «reino de sacerdotes»). En España, ediciones como la Biblia de Jerusalén adaptan su estudio para fieles, destacando su relevancia en temas migratorios y libertad.

Influencia en la liturgia y tradición católica

El Éxodo impregna la liturgia: los Diez Mandamientos se recitan en la Misa, y el cordero pascual inspira el Agnus Dei. En el arte sacro, como los frescos de Miguel Ángel en la Sixtina, se representa el Sinaí. Fiestas como la Pascua judía, asimilada en el Triduo Pascual, reviven su memoria.

En la devoción popular, el Rosario medita el Éxodo en los misterios luminosos. Documentos como Paschalis Mysterii de Pío XII vinculan el Éxodo a la redención eucarística. Su legado perdura en encíclicas sobre liberación, como Octogesima Adveniens, aplicando sus principios a la dignidad humana.

En resumen, el Libro del Éxodo no solo funda la identidad israelita, sino que ilumina la fe católica como narración de salvación divina, invitando a los creyentes a una peregrinación de fe y obediencia.

Citas

  1. Pentateuco, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Pentateuco. 2 3

  2. Moisés, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Moisés. 2

  3. Aarón, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Aarón.

  4. Columna de nube, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Columna de nube. 2

  5. Cronología bíblica, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cronología bíblica.

  6. Exégesis bíblica, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Exégesis bíblica.