Libro del Génesis

El Libro del Génesis es el primer libro de la Biblia y del Antiguo Testamento en la tradición católica, que narra los orígenes del mundo, de la humanidad y del pueblo elegido por Dios. Este texto sagrado, fundamental para la fe cristiana, combina relatos históricos, teológicos y simbólicos que explican la creación divina, el pecado original, las alianzas con Noé y Abraham, y las vidas de los patriarcas. En la doctrina católica, se interpreta como una revelación inspirada por Dios, con un enfoque en su sentido espiritual y moral, reconociendo su valor histórico sin pretender ser un tratado científico moderno. El artículo explora su autoría, estructura, temas centrales, interpretación eclesial y su impacto en la liturgia y la teología católica.
Tabla de contenido
Introducción
Autoría y datación
La tradición católica atribuye la redacción del Libro del Génesis a Moisés, el gran legislador y profeta del Antiguo Testamento, aunque estudios bíblicos modernos sugieren una composición más compleja influida por diversas tradiciones orales y escritas del pueblo hebreo. Según la enseñanza de la Iglesia, el texto fue inspirado por el Espíritu Santo, garantizando su verdad divina independientemente de las circunstancias históricas de su compilación. La datación se sitúa aproximadamente en el siglo XV a.C., durante el éxodo de Israel de Egipto, aunque incorpora materiales más antiguos transmitidos de generación en generación.
La Comisión Bíblica Pontificia, en sus respuestas de 1909, subraya que el Génesis no es un mero compendio de mitos paganos, sino una narración guiada por la providencia divina para revelar verdades esenciales sobre Dios y la creación.1 En la encíclica Humani generis de 1950, el papa Pío XII reafirma que, aunque el libro utiliza formas literarias adaptadas a la mentalidad de la época, transmite hechos históricos fundamentales para la salvación.2 Esta perspectiva evita tanto el literalismo rígido como el rechazo de su historicidad, promoviendo una lectura que integra fe y razón.
Estructura y contenido general
El Génesis consta de 50 capítulos, divididos en dos grandes secciones: los prólogos primevos (capítulos 1-11), que abordan la creación del universo, el origen del mal y el diluvio, y los relatos patriarcales (capítulos 12-50), centrados en Abraham, Isaac, Jacob y José. Esta estructura refleja un movimiento desde lo universal hacia lo particular, preparando el escenario para la historia de salvación que continúa en el Éxodo.
El lenguaje del libro es poético y narrativo, con repeticiones estilísticas como la fórmula «Y vio Dios que era bueno» en el relato de la creación, que enfatiza la bondad inherente al mundo creado.3 En la tradición católica, estos elementos no son accidentales, sino que sirven para catequizar al pueblo de Israel sobre su identidad como pueblo elegido.
Temas principales
La creación del mundo
El Génesis inicia con el majestuoso himno de la creación en seis días, culminando en el reposo sabático del séptimo. Dios, presentado como el único Creador soberano, forma el cosmos ex nihilo (de la nada), ordenando el caos primordial mediante su palabra poderosa: «Hágase la luz». Este relato no pretende ofrecer una explicación científica, sino teológica: todo procede de Dios, y la creación es inherentemente buena y ordenada para el bien del hombre.4
En la visión católica, el primer capítulo destaca la trinitaria impronta de la creación, con ecos del Verbo eterno (el Hijo) y el Espíritu que «aleteaba sobre las aguas». San Agustín, en sus Confesiones, interpreta estos pasajes como una descripción de la formación espiritual y material, donde el «principio» alude al Verbo divino.5 El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) enseña que estos textos son la fuente principal para entender los misterios del «principio»: origen, orden y vocación del hombre.3
El pecado original y sus consecuencias
Los capítulos 3 al 11 narran la caída del hombre en el paraíso, la historia de Caín y Abel, el diluvio y la torre de Babel. El pecado original, cometido por Adán y Eva al desobedecer el mandato divino, introduce el desorden en la creación, pero también la promesa de redención: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo» (Gn 3,15), protoevangelio que anuncia la victoria de Cristo sobre el mal.6
La Iglesia Católica ve en estos relatos una verdad histórica y teológica: el origen del pecado y de la muerte, que afecta a toda la humanidad.3 La Comisión Bíblica de 1909 rechaza interpretaciones que reduzcan estos eventos a meras fábulas, afirmando su correspondencia con la realidad objetiva.1 Sin embargo, permite lecturas alegóricas, como las de Hildegarda de Bingen, quien ve en la creación una alegoría de la Iglesia y la fe.7
Los patriarcas y las alianzas
Desde el capítulo 12, el foco se desplaza a Abraham, llamado por Dios a dejar su tierra para formar un pueblo numeroso. Las alianzas con Abraham, Isaac y Jacob establecen la elección divina de Israel, simbolizada en la circuncisión y la promesa de descendencia. La historia de José en Egipto introduce temas de providencia divina en medio del sufrimiento, culminando en la preservación del pueblo ante la hambruna.
Estos relatos patriarcales ilustran la fidelidad de Dios pese a las debilidades humanas, como la esterilidad de Sara o la astucia de Jacob. En la doctrina católica, representan el inicio de la economía de la salvación, prefigurando la nueva alianza en Cristo.8 San Agustín, en Contra Fausto, ve en Abraham un tipo de la fe cristiana, donde la promesa de descendencia abarca a todos los creyentes.9
Interpretación en la tradición católica
Historicidad de los primeros capítulos
La Iglesia Católica mantiene que los tres primeros capítulos del Génesis contienen «historias de eventos que realmente sucedieron», es decir, que corresponden a la realidad objetiva e histórica, aunque expresados en un lenguaje adaptado a la cultura antigua.1 La respuesta de la Comisión Bíblica de 1909 niega que se puedan reducir a mitos politeístas o leyendas ficticias, citando el testimonio unánime de los Padres de la Iglesia y la tradición israelita.10
No obstante, la encíclica Humani generis aclara que estos capítulos no siguen el método histórico moderno, sino una «forma de historia» simple y figurativa, adecuada para un pueblo con escasa cultura científica.2 La Carta de la Comisión Bíblica de 1948 añade que su literariedad no encaja en categorías grecolatinas ni modernas, permitiendo un estudio más profundo por parte de los exegetas.11 Así, la Iglesia rechaza tanto el fundamentalismo como el racionalismo excesivo.
Interpretación literal y alegórica
La tradición patrística enriquece la lectura del Génesis con múltiples sentidos. El sentido literal afirma lo que el texto dice directamente, como la creación por Dios y la historicidad de los eventos.12 Sin embargo, los Santos Padres, como San Agustín en De Genesi ad litteram, permiten interpretaciones alegóricas y tipológicas, donde los relatos prefiguran realidades cristianas: Adán como tipo de Cristo, el paraíso como la Iglesia, o el diluvio como el bautismo.13,9
Hildegarda de Bingen, en su Libro de las obras divinas, ofrece visiones alegóricas: el firmamento simboliza la fe cristiana, y las luminarias representan el sacerdocio y la realeza.14,15 El CIC confirma que, leídos a la luz de Cristo y la Tradición, estos textos son fuente principal de catequesis sobre la creación y la salvación.3 La Iglesia exhorta a una exégesis que respete tanto el sentido histórico como el espiritual, evitando contradicciones con la ciencia.4
Enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica
El Catecismo de la Iglesia Católica dedica secciones clave al Génesis, integrándolo en la doctrina sobre Dios creador (nn. 279-314), el hombre como imagen de Dios (nn. 355-384) y el pecado original (nn. 385-421). Afirma que los relatos de creación expresan verdades profundas: el mundo es creado para la gloria de Dios, el hombre es llamado a la comunión con Él, y el mal es una elección libre, no una creación divina.3
En temas éticos, el Génesis fundamenta el matrimonio como unión indisoluble (Gn 2,24), prefigurando el misterio de Cristo y la Iglesia.16 También inspira la doctrina sobre el sábado, recordando el descanso creador.17 El CIC advierte contra lecturas que ignoren el contexto literario, promoviendo una hermenéutica fiel a la Revelación.18
Influencia en la doctrina y la liturgia católica
Doctrina sobre la creación y el hombre
El Génesis es pilar de la teología católica sobre la creación: Dios es el origen de todo lo visible e invisible, y el hombre, creado a su imagen, tiene dignidad única y vocación a la santidad.19 Contra visiones materialistas, la Iglesia defiende que la creación no es eterna ni emanación divina, sino un acto libre de amor.3 San Agustín enfatiza que el relato no es cronológico estricto, sino teológico, enfocándose en el orden de perfección.20
En bioética, el Génesis respalda la defensa de la vida desde la concepción, viendo al embrión como imagen de Dios. La promesa a Abraham inspira la universalidad de la salvación, extendida a todos los pueblos en Cristo.8
Matrimonio, familia y alianza
Los relatos de Adán y Eva establecen el matrimonio como institución divina, monogámico y fecundo, afectado por el pecado pero redimible en Cristo.16 La Iglesia ve en la familia patriarcal un modelo de fidelidad, aunque matizado por la gracia nueva. La alianza abrahámica prefigura la Eucaristía y el bautismo, sellos de la nueva alianza.21
En la liturgia, lecturas del Génesis se usan en la Vigilia Pascual para narrar la creación y el diluvio como tipos de resurrección. El salmo 104, inspirado en el Génesis, bendice al Creador en laudes y vísperas.
Impacto en la espiritualidad y la cultura
El Génesis ha moldeado la espiritualidad católica, inspirando obras como las de San Agustín y Hildegarda, que ven en sus imágenes alegorías de la vida interior.7,5 En la cultura, influye en el arte sacro, desde Miguel Ángel en la Sixtina hasta la teología de la liberación, que resalta la bendición de la tierra.22 Hoy, en un mundo secular, el Génesis invita a redescubrir la ecología integral, como enseña el papa Francisco en Laudato si', reconociendo la creación como don compartido.
Conclusión
El Libro del Génesis permanece como fundamento vivo de la fe católica, invitando a una lectura orante que une historia, símbolo y revelación. Su mensaje de un Dios creador amoroso y fiel contrarresta el nihilismo moderno, ofreciendo esperanza en medio del caos humano. La Iglesia, fiel a la Tradición, anima a los fieles a profundizar en este texto para crecer en la comprensión de su vocación divina.
Citas
El carácter histórico de los primeros capítulos del Génesis - Respuesta de la Comisión Bíblica, 30 de junio de 1909, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3513. ↩ ↩2 ↩3
Algunas opiniones falsas que amenazan con socavar los fundamentos de la doctrina católica - De la encíclica, «Humani Generis», 12 de agosto de 1950, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3898 (1854). ↩ ↩2
Sección dos I. Los Credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 289. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
El carácter histórico de los primeros capítulos del Génesis - Respuesta de la Comisión Bíblica, 30 de junio de 1909, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3518. ↩ ↩2
Capítulo 27. El estilo de hablar en el libro del Génesis es simple y claro, Agustín de Hipona. Las Confesiones - Libro 12, § 37 (400). ↩ ↩2
Sección uno «creo» - «creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 70. ↩
Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 100. ↩ ↩2
Sección uno la economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1080. ↩ ↩2
Fausto niega que los profetas predijeran a Cristo. Agustín prueba tal predicción a partir del Nuevo Testamento, y expone largamente los principales tipos de Cristo en el Antiguo Testamento, Agustín de Hipona. Contra Fausto, §Libro 12. 8 (400). ↩ ↩2
De charactere historico trium priorum capitum geneseos, acerca del carácter histórico de los tres primeros capítulos del Génesis - Resp. Negative ad utramque partem, Pontificia Comisión Bíblica. De charactere historico trium priorum capitum Geneseos, Acerca del carácter histórico de los tres primeros capítulos del Génesis, § II (1909). ↩
El tiempo de los documentos del Pentateuco, y el género literario de los once primeros capítulos del Génesis - Carta del secretario de la Comisión Bíblica al cardenal Suhard, arzobispo de París, 16 de enero de 1948, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3864 (1854). ↩
El carácter histórico de los primeros capítulos del Génesis - Respuesta de la Comisión Bíblica, 30 de junio de 1909, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3512. ↩
El carácter histórico de los primeros capítulos del Génesis - Respuesta de la Comisión Bíblica, 30 de junio de 1909, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 3517. ↩
Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 98. ↩
Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 101. ↩
Sección dos los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1602. ↩ ↩2
Sección dos los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2169. ↩
V. Indicaciones prácticas para el uso de este catecismo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 19. ↩
IV. Estructura de este catecismo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 16. ↩
Fausto expone sus objeciones a la moralidad de la ley y los profetas, y Agustín busca, mediante la aplicación del tipo y la alegoría, explicar las dificultades morales del Antiguo Testamento, Agustín de Hipona. Contra Fausto, §Libro 22. 10 (400). ↩
Sección uno la oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2569. ↩
Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 103. ↩
