Libro del profeta Abdías

El Libro del profeta Abdías es uno de los textos proféticos más breves del Antiguo Testamento en la tradición católica, compuesto por un único capítulo de veintiún versículos. Atribuido al profeta Abdías, este libro se centra en la profecía de juicio divino contra Edom, el pueblo descendiente de Esaú, por su hostilidad hacia Israel, su «hermano» Jacob. En el contexto de la fe católica, representa una denuncia de la soberbia humana y una promesa de restauración para el pueblo de Dios, con ecos mesiánicos que apuntan a la salvación universal. Integrado en el canon bíblico desde los primeros concilios eclesiales, el texto subraya temas como la justicia de Dios, el día del Señor y la fraternidad entre pueblos, ofreciendo una reflexión profunda sobre la misericordia divina y el castigo a la infidelidad.
Tabla de contenido
Antecedentes históricos
El profeta Abdías
El nombre Abdías, en hebreo 'Obadyah, significa «siervo de Yahvé» o " adorador de Dios», lo que evoca la humildad y la devoción propia de un profeta en la tradición israelita.1 La Biblia no proporciona detalles biográficos extensos sobre este personaje, lo que lo distingue de otros profetas como Isaías o Jeremías. Algunos estudiosos católicos consideran que «Abdías» podría ser un título genérico para un siervo de Dios, en lugar de un nombre propio, dado que el término se usa frecuentemente en las Escrituras para designar a los profetas.1 Tradiciones judías y cristianas han intentado llenar este vacío con relatos legendarios, pero la Iglesia católica enfatiza que lo esencial radica en el mensaje profético, no en la vida personal del autor.
En el canon católico, el Libro de Abdías ocupa el cuarto lugar entre los profetas menores, después de Oseas, Joel y Amós.2 Su inclusión en la lista de libros sagrados fue confirmada en sínodos antiguos, como el de Roma en el siglo IV, donde se enumeran los textos proféticos aceptados por la Iglesia universal.2 San Jerónimo, en sus escritos, lo describe como un «siervo de Dios» que «truena contra Edom, roja de sangre», destacando su rol como denunciante de la violencia fratricida.3
Contexto de Edom y Judá
El libro se sitúa en un período de tensiones históricas entre Edom y Judá. Edom, descendiente de Esaú, el hermano mayor de Jacob (Israel), representaba un pueblo vecino al sureste de Judá, conocido por su terreno montañoso y rocoso, como las «hendiduras de la roca» mencionadas en el texto.4 La profecía alude a un evento traumático: la destrucción de Jerusalén por invasores extranjeros, posiblemente los babilonios en el 587 a. C., durante el cual Edom no solo se mantuvo neutral, sino que participó activamente en el saqueo y la traición contra sus «hermanos» israelitas.4 Versículos como el 11 describen cómo Edom «se puso al lado» mientras extraños entraban en las puertas de Jerusalén y echaban suertes sobre la ciudad.4
Este contexto histórico resuena con otros profetas, como Jeremías, quien también predice el juicio contra Edom y naciones vecinas como Moab y Amón por su arrogancia y hostilidad hacia Israel.5,6 En la visión católica, estos relatos no solo narran eventos pasados, sino que ilustran la fidelidad de Dios a su pacto con Abraham, donde la descendencia de Jacob recibe protección divina frente a la infidelidad de Esaú.1
Estructura y contenido
El Libro de Abdías es un texto compacto, dividido en una sola unidad narrativa que se puede segmentar en tres partes principales: la visión contra Edom (versículos 1-9), la razón del juicio (versículos 10-14) y la promesa de restauración (versículos 15-21).4 Su estilo es poético y oracular, típico de la profecía hebrea, con un lenguaje vívido que contrasta la altivez edomita con la humildad requerida ante Dios.
La primera sección describe la humillación de Edom: Dios convoca a las naciones para que se levanten contra ella, declarando que su corazón orgulloso la ha engañado.4 Imágenes como el águila que vuela alto o los ladrones que dejan restos contrastan con la destrucción total que Edom sufrirá, ya que incluso sus aliados la traicionarán.4 En la segunda parte, el profeta acusa a Edom de violencia contra su «hermano Jacob», prohibiendo que se regocije en la desgracia de Judá o luche sus bienes en el día de la calamidad.4 Finalmente, el texto anuncia el «día del Señor» como un tiempo de retribución universal, donde Edom será como si nunca hubiera existido, mientras que en el monte Sión habrá salvación y el reino pertenecerá a Yahvé.4
Esta estructura simple permite una lectura fluida, pero su densidad temática invita a una exégesis profunda, alineada con la tradición católica de interpretar las Escrituras en su totalidad.7
Temas teológicos
Juicio contra Edom y la soberbia humana
El tema central es el juicio divino contra la soberbia, encarnada en Edom. El profeta denuncia cómo el orgullo de Edom, refugiado en sus fortalezas naturales, lo ciega ante la voluntad de Dios.4 En la teología católica, esto se interpreta como una advertencia universal: la hybris humana, sea individual o colectiva, lleva a la ruina, mientras que la humildad —como la del «siervo de Yahvé"— atrae la gracia divina.1 San Agustín, en La ciudad de Dios, ve en Edom un símbolo de las naciones paganas opuestas a Israel, cuya destrucción prefigura la victoria del Reino de Dios sobre el mal.8
La fraternidad violada entre Edom (Esaú) y Judá (Jacob) resalta el pecado contra el amor fraterno, un eco del mandamiento de amar al prójimo en la ley mosaica y, posteriormente, en el Evangelio.1
El día del Señor y la retribución
El «día del Señor» es un motivo apocalíptico recurrente en los profetas menores, y Abdías lo presenta como un tiempo de justicia donde «como hicisteis, así se os hará».4 Para la Iglesia católica, este día no es solo castigo, sino purificación y salvación, extendiéndose a todas las naciones.1 Similar a pasajes en Sofonías y Joel, enfatiza que Dios juzgará a los pueblos por sus obras, pero ofrece esperanza a los humildes que buscan la rectitud.9
Restauración de Israel y dimensión mesiánica
La profecía culmina en la promesa de que el monte Sión será santo y la casa de Jacob poseerá a sus desposeedores.4 En la interpretación patrística, esto apunta a la era mesiánica: los salvados de Sión (los creyentes en Cristo) defenderán el «monte de Esaú» (las naciones gentiles), convirtiéndolo en reino del Señor.8 San Agustín explica que los apóstoles, salidos de Judá, extendieron el Evangelio a los paganos, cumpliendo esta visión en la Iglesia universal.8 Así, el libro trasciende su contexto histórico para anunciar la redención en Cristo.
Fecha de composición
La datación del Libro de Abdías es objeto de debate entre exegetas católicos, con opiniones que oscilan entre el siglo VIII a. C. y el postexilio.1 Una visión tradicional lo sitúa en la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor (587 a. C.), dado que el texto menciona el saqueo de la ciudad y la complicidad edomita.1 Otros lo fechan antes, en el siglo IX a. C., tras invasiones asirias, o incluso después del exilio babilónico (siglo V a. C.), por sus rasgos apocalípticos similares a Zacarías o Joel.1
La Iglesia católica no impone una fecha precisa, priorizando la inspiración divina sobre especulaciones históricas.7 Fuentes como la Enciclopedia Católica destacan que ninguna teoría contradice el sentido profético del texto, que se cumple en la ruina histórica de Edom y en la expansión del Reino de Dios.1
Interpretación en la tradición católica
En la exégesis católica, el Libro de Abdías se lee a la luz del sensus plenior, revelando capas históricas, moral y cristológicas.7 El Concilio Vaticano II, en Dei Verbum, anima a interpretar las profecías en continuidad con el Nuevo Testamento, donde la salvación de Sión prefigura la Iglesia como nuevo Israel.7 Padres de la Iglesia como San Jerónimo lo usan para ilustrar la vanidad de las naciones hostiles a Dios.3
En debates modernos sobre exégesis, se enfatiza equilibrar el método histórico-crítico con la fe, evitando lecturas que fomenten divisiones étnicas y destacando el mensaje de reconciliación.7 El Catecismo de la Iglesia Católica, aunque no cita Abdías directamente, alude a temas similares en su enseñanza sobre la justicia divina y la esperanza escatológica.
Influencia litúrgica y cultural
Aunque breve, el Libro de Abdías aparece en la liturgia católica durante el Advento y el Tiempo Ordinario, recordando el juicio y la misericordia de Dios. En el Leccionario Romano, se lee en contextos que preparan la venida del Mesías, conectándolo con lecturas como las de Isaías sobre la paz universal.
Culturalmente, ha inspirado reflexiones sobre la fraternidad en documentos papales, como en encíclicas sobre la paz entre pueblos. En España, traducciones como la Biblia de Jerusalén o la de la Conferencia Episcopal lo presentan con notas que resaltan su relevancia para la justicia social contemporánea.
Citas
Abdías, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Abdías. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
El canon de la Sagrada Escritura * - Del mismo decreto y los actos del mismo sínodo romano, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 179 (1854). ↩ ↩2
Eusebius Sophronius Hieronymus (Jerónimo de Estridón o San Jerónimo). Carta 53 - A Paulino, § 8 (394). ↩ ↩2
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Abdías 1. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Jeremías 49. ↩
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Jeremías 25. ↩
El papel de la historia y la teología en la exégesis, Richard B. Hays. Simposio del libro: El futuro de la erudición bíblica católica: Una conversación constructiva, § 29. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Capítulo 31.— de las predicciones relativas a la salvación del mundo en Cristo, en Abdías, Nahum y Habacuc, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 18, §Capítulo 31 (426). ↩ ↩2 ↩3
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Sofonías 2. ↩
