Liturgia de la Eucaristía

La Liturgia de la Eucaristía constituye el corazón de la Misa católica, donde el sacrificio pascual de Cristo, sellado en la Cruz, se hace continuamente presente en la Iglesia. Es la segunda parte principal de la Misa, siguiendo a la Liturgia de la Palabra, y se estructura en momentos que corresponden a las acciones de Jesús en la Última Cena: la preparación de las ofrendas, la Plegaria Eucarística que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y la Comunión, a través de la cual los fieles reciben los dones eucarísticos. Esta celebración es una única acción de culto que alimenta a los fieles tanto con la Palabra de Dios como con el Cuerpo del Señor.
Tabla de contenido
La Misa como un Acto Único de Adoración
La Misa se compone de dos partes principales: la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía1. Estas dos partes están tan íntimamente conectadas que forman un único acto de adoración2,3,1. La mesa de la Palabra de Dios y la mesa del Cuerpo de Cristo se preparan para instruir y alimentar a los fieles1. El Concilio Vaticano II enfatizó la importancia de que los pastores de almas enseñen insistentemente a los fieles a participar en la Misa completa, especialmente los domingos y fiestas de precepto3.
Origen y Significado
La Liturgia de la Eucaristía hace presente el sacrificio pascual y el banquete que Cristo instituyó en la Última Cena4. En ella, el sacrificio de la nueva alianza, sellado por Jesús en el altar de la Cruz, se renueva continuamente por la Iglesia a través de signos sagrados5. El sacerdote, actuando in persona Christi, realiza lo que Cristo mismo hizo y confió a sus discípulos: tomar el pan y el cáliz, dar gracias, darlos a sus discípulos y decir: «Tomad, comed… bebed: esto es mi cuerpo… Esta es la copa de mi sangre. Haced esto en memoria mía»5.
Estructura de la Liturgia Eucarística
La Iglesia ha organizado la celebración completa de la Liturgia de la Eucaristía en partes que corresponden precisamente a las palabras y acciones de Cristo en la víspera de su Pasión5,4. Estas partes son:
1. Preparación de los Dones (Presentación de las Ofrendas)
En esta parte, el pan y el vino, junto con el agua, son llevados al altar, los mismos elementos que Cristo tomó en sus manos4,6. Este momento no es solo un pasaje, sino una parte integrante y altamente simbólica del Sacrificio7. Los fieles laicos tienen un papel importante al llevar el pan y el vino al santuario, donde el sacerdote los recibe para ofrecerlos a Dios Padre7. También es posible traer otras ofrendas para la ayuda de los pobres o de otras iglesias, lo que subraya el fuerte vínculo entre la Eucaristía y el mandamiento de amar al prójimo7. Sin embargo, el pan y el vino se colocan directamente sobre el altar, mientras que otras ofrendas se llevan a un lugar más adecuado, separado del altar, para expresar la debida veneración por los elementos que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo7.
2. Plegaria Eucarística
La Plegaria Eucarística es el corazón y culmen de toda la celebración8. En ella, se da gracias a Dios por toda la obra de salvación, y las ofrendas se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo4,6. El Papa Francisco señala que esta oración es el momento en que las ofrendas se transforman en el Cuerpo y la Sangre de Jesús5. La Plegaria Eucarística se compone de varios elementos principales8:
a. Acción de Gracias (Prefacio)
El sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de salvación o por algún aspecto particular de ella, según el día, la festividad o el tiempo litúrgico8. El Prefacio, junto con su diálogo y el Sanctus, pertenece al primer grado de los cantos de la Misa9.
b. Aclamación (Sanctus)
Toda la asamblea, uniéndose a las potencias celestiales, canta el Sanctus8. Esta aclamación es parte de la Plegaria Eucarística misma y es cantada o dicha por todo el pueblo con el sacerdote8.
c. Epíclesis
Mediante invocaciones particulares, la Iglesia implora el poder del Espíritu Santo para que los dones ofrecidos por manos humanas sean consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la Víctima inmaculada que se recibirá en la Comunión sea para la salvación de quienes participarán de ella8.
d. Narración de la Institución y Consagración
En este momento, mediante las palabras y acciones de Cristo, se lleva a cabo el Sacrificio que Cristo mismo instituyó en la Última Cena, cuando ofreció su Cuerpo y Sangre bajo las especies de pan y vino, los dio a sus Apóstoles para que comieran y bebieran, y les dejó el mandato de perpetuar este mismo misterio8. Las palabras del Señor deben ser idénticas en cada formulario del Canon10.
e. Anamnesis
La Iglesia, cumpliendo el mandato recibido de Cristo el Señor a través de los Apóstoles, hace memoria de Cristo, recordando especialmente su bendita Pasión, gloriosa Resurrección y Ascensión al cielo8.
f. Ofrenda
En esta misma memoria, la Iglesia —y en particular la Iglesia aquí y ahora reunida— ofrece en el Espíritu Santo la Víctima inmaculada al Padre8. La intención de la Iglesia es que los fieles no solo ofrezcan esta Víctima inmaculada, sino que también aprendan a ofrecerse a sí mismos, para que día a día se consumen, por Cristo Mediador, en unidad con Dios y entre sí8.
g. Intercesiones
Mediante las intercesiones, se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, tanto del cielo como de la tierra, y que la ofrenda se hace por ella y por todos sus miembros, vivos y difuntos, que han sido llamados a participar en la redención y la salvación adquiridas por el Cuerpo y la Sangre de Cristo8.
h. Doxología Final
Se expresa la glorificación de Dios, que es confirmada y concluida por la aclamación del pueblo, el Amén8.
3. Fracción del Pan y Comunión
La Liturgia de la Eucaristía concluye con la fracción del pan y la Comunión5. A través de la fracción y la Comunión, los fieles, aunque sean muchos, reciben del único pan el Cuerpo del Señor y del único cáliz la Sangre del Señor, de la misma manera que los Apóstoles los recibieron de las propias manos de Cristo4,6. La Comunión está precedida por la Oración del Señor y la fracción del pan11. Los fieles reciben «el pan del cielo» y «el cáliz de la salvación», el cuerpo y la sangre de Cristo que se ofreció «por la vida del mundo»11.
El Concilio Vaticano II recomendó encarecidamente la forma más perfecta de participación en la Misa, por la cual los fieles, después de la comunión del sacerdote, reciben el cuerpo del Señor del mismo sacrificio12. La comunión bajo ambas especies puede concederse a los laicos en casos determinados por la Sede Apostólica, como a los recién ordenados, recién profesos o recién bautizados, manteniendo intactos los principios dogmáticos establecidos por el Concilio de Trento12.
Reformas Litúrgicas del Concilio Vaticano II
El Concilio Vaticano II, con su Constitución Sacrosanctum Concilium, emprendió una reforma general de la liturgia con el objetivo de que el pueblo cristiano pudiera obtener más ciertamente abundancia de gracias de ella13,14. La revisión del rito de la Misa buscó manifestar más claramente la naturaleza intrínseca y el propósito de sus diversas partes, así como la conexión entre ellas, y facilitar una participación devota y activa de los fieles15.
Entre los cambios significativos se encuentran:
Simplificación de los ritos: Se simplificaron los ritos, cuidando de preservar su sustancia, y se descartaron elementos duplicados o añadidos con poca ventaja15.
Restauración de elementos antiguos: Otros elementos que habían sufrido daño por accidentes históricos fueron restaurados a su vigor original, según se consideró útil o necesario15.
Uso de la lengua vernácula: Se permitió un lugar adecuado para la lengua materna en las Misas celebradas con el pueblo, especialmente en las lecturas y la «oración común», y también en otras partes que corresponden al pueblo, según las condiciones locales16,17. Sin embargo, se mantuvo la preservación del latín en los ritos latinos17.
Participación activa de los fieles: Se enfatizó la importancia de la participación activa de los fieles15,18.
Nueva Plegaria Eucarística: Se añadió una variedad de Prefacios y se introdujeron tres nuevos Cánones a la Plegaria Eucarística para enfatizar diferentes aspectos del misterio de la salvación y proporcionar temas más ricos para la acción de gracias10.
Concelebración: Se elaboró un nuevo rito para la concelebración19.
Estas reformas buscaban que la celebración eucarística fuera pastoralmente más eficaz y que los fieles pudieran comprender fácilmente los ritos y participar plenamente, activa y comunitariamente18,13.
Citas
Capítulo II La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - I. La estructura general de la Misa, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 28 (2003). ↩ ↩2 ↩3
IV. La celebración litúrgica de la Eucaristía, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1346 (1992). ↩
Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 56 (1963). ↩ ↩2
Capítulo II La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - C. La Liturgia de la Eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 72 (2003). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Liturgia de la Eucaristía, Papa Francisco. Audiencia General del 28 de febrero de 2018 (2018). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Parte II: Las partes de la Misa como guía para el tema del Congreso - V. La Liturgia de la Eucaristía: Comunión con Cristo en la Eucaristía - V.A. Correspondiente a la Última Cena, El Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales. La Eucaristía: Comunión con Cristo y con los demás, § 78 (2012). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo IV: La Liturgia de la Eucaristía - La presentación de las ofrendas, Sínodo de los Obispos. La Eucaristía: Fuente y Cumbre de la Vida y Misión de la Iglesia, § 34 (2004). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo II La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - C. La Liturgia de la Eucaristía - La Plegaria Eucarística, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 79 (2003). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
I. Algunas normas generales, Sagrada Congregación de Ritos. Musicam Sacram, § 29 (1967). ↩
Nuevo Misal Romano, Papa Pablo VI. El Misal Romano (Missale Romanum) (1969). ↩ ↩2
IV. La celebración litúrgica de la Eucaristía, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1355 (1992). ↩ ↩2
Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 55 (1963). ↩ ↩2
Capítulo I - Principios generales para la restauración y fomento de la sagrada Liturgia - III. La reforma de la sagrada Liturgia - A) normas generales, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 21 (1963). ↩ ↩2
Introducción, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 1 (1963). ↩
Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 50 (1963). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 54 (1963). ↩
Capítulo I - Principios generales para la restauración y fomento de la sagrada Liturgia - III. La reforma de la sagrada Liturgia - D) normas para adaptar la liturgia a la cultura y tradiciones de los pueblos, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 36 (1963). ↩ ↩2
Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 49 (1963). ↩ ↩2
Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 58 (1963). ↩