Liturgia de las Horas
La Liturgia de las Horas, también conocida como Oficio Divino, es la oración pública y oficial de la Iglesia Católica, que santifica el día y la noche a través de la alabanza a Dios. Es una oración que une a los fieles con Cristo Sacerdote, quien, junto con su Cuerpo, la Iglesia, se dirige al Padre. Esta práctica, enraizada en la tradición apostólica de «orar constantemente», busca impregnar y transformar el tiempo de cada día con el misterio de Cristo, su Encarnación y Pascua, tal como se celebra en la Eucaristía.
Tabla de contenido
Origen y Desarrollo Histórico
La costumbre de orar en momentos específicos del día y la noche tiene sus raíces en las prácticas judías, de las cuales los cristianos la adoptaron1. Los Salmos, que constituyen una parte fundamental de la Liturgia de las Horas, contienen expresiones que reflejan esta costumbre, como «meditaré en ti por la mañana» o «siete veces al día te he alabado»1. Los Apóstoles continuaron esta tradición, asistiendo al Templo en las horas de oración, como la hora novena, y también se reunían en casas privadas para la celebración de la Eucaristía y otras oraciones2,1.
Con el tiempo, la liturgia cristiana se fue diferenciando de las prácticas judías. La celebración de la Eucaristía era precedida por el rezo de salmos y lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento, lo que se conoce como la Misa de los Catecúmenos, considerada la forma primigenia del Oficio Divino1. Las vigilias, inicialmente unidas a la Eucaristía, se separaron para convertirse en un oficio independiente1.
El desarrollo del Oficio Divino en la liturgia romana se completó hacia finales del siglo VI. En el siglo V, el Oficio ya estaba compuesto por un Oficio nocturno (Vigilias, luego Maitines) y siete Oficios diurnos: Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas1. La hora de Prima se originó a finales del siglo IV1.
Estructura de la Liturgia de las Horas
La Liturgia de las Horas está diseñada para santificar todo el curso del día y la noche con la alabanza a Dios3,4. Su estructura ha sido revisada para que las Horas canónicas correspondan más fácilmente a los diversos momentos del día, considerando las condiciones de la vida moderna5.
Horas Principales
Las Horas principales, consideradas los ejes de todo el Oficio, son las Laudes matutinas y las Vísperas5. Estas tienen el carácter de verdaderas oraciones de la mañana y de la tarde, respectivamente5.
Otras Horas
Oficio de Lecturas: Aunque tiene la característica de oración nocturna para quienes celebran las vigilias, se puede adaptar a cualquier hora del día5. Incluye una lectura más extensa de las Sagradas Escrituras7.
Hora Media (Tercia, Sexta, Nona): La hora de Prima fue abolida5. La Hora Media se ha ordenado de tal manera que aquellos que eligen solo una de las horas de Tercia, Sexta y Nona puedan armonizarla con el momento del día en que la celebran5. Estas horas buscan bendecir el día y santificar momentos específicos6.
Completas: Aparecen como una repetición de las Vísperas, originándose en el siglo IV1.
La estructura esencial de la Liturgia de las Horas, ya sea celebrada en común o en privado, es un diálogo entre Dios y el hombre. Incluye un himno inicial, salmodia, una lectura bíblica breve o larga, y oraciones7.
Propósito y Significado
La Liturgia de las Horas es la oración del Cuerpo Místico de Jesucristo, ofrecida a Dios en nombre y en beneficio de todos los cristianos8. A través de ella, la Iglesia alaba incesantemente al Señor e intercede por la salvación del mundo entero, continuando la obra sacerdotal de Cristo2.
Es una expresión evidente y eficaz de la verdad sublime inherente a la vida cristiana9. Los fieles que la celebran se unen a Cristo Sumo Sacerdote mediante la oración de los Salmos, la meditación de la Palabra de Dios, y los cánticos y bendiciones, para unirse a su oración incesante y universal que da gloria al Padre e implora el don del Espíritu Santo sobre todo el mundo10.
El Concilio Vaticano II enseñó que el Oficio Divino está concebido para que todo el curso del día y de la noche sea santificado por las alabanzas de Dios. Cuando esta maravillosa oración de alabanza es realizada correctamente por sacerdotes y otros delegados por la Iglesia, o por los fieles orando junto con el sacerdote, es verdaderamente la voz de la Esposa dirigida a su Esposo, la oración que Cristo mismo, junto con su Cuerpo, dirige al Padre4.
Quiénes Están Obligados a Rezarla
La Iglesia propone la Liturgia de las Horas a todos los fieles, incluso a aquellos que no están legalmente obligados a recitarla9. Sin embargo, hay quienes tienen un mandato específico:
Clérigos y Religiosos: Aquellos que han recibido el mandato de la Iglesia para celebrar la Liturgia de las Horas deben cumplir devotamente su recitación completa cada día, observando, en la medida de lo posible, la correspondencia de las horas. Deben dar especial importancia a las Laudes matutinas y a las Vísperas9. Los sacerdotes y religiosos consagrados al servicio de Dios y la Iglesia no deben celebrarla solo por obediencia a una ley, sino impulsados por su importancia intrínseca y su utilidad pastoral y ascética9. Es un deber de los presbíteros redescubrir la importancia del Breviario para su vida espiritual y ministerial, viviendo con renovado ardor este «acto» litúrgico que están llamados a ofrecer en nombre y con toda la Iglesia11.
Comunidades Obligadas al Oficio Coral: Las comunidades obligadas al oficio coral deben celebrarlo en coro todos los días, además de la Misa conventual12. Esto incluye órdenes de canónigos, monjes y monjas, y otros religiosos obligados por ley o constituciones12.
Capítulos Catedralicios y Colegiales: Están obligados a recitar en coro las partes de la Liturgia de las Horas que les impone la ley general o particular13,12. Además, cada miembro de estos capítulos debe recitar individualmente las Horas a las que su capítulo está obligado13,12.
Ministros Sagrados y Clérigos: Aquellos que no están obligados a la celebración común, pero viven juntos o se reúnen para algún propósito, deben intentar rezar al menos alguna parte de la Liturgia de las Horas en común, especialmente Laudes por la mañana y Vísperas por la tarde14.
Participación de los Laicos
La Liturgia de las Horas no es una función privada, sino que pertenece a todo el cuerpo de la Iglesia15. Los fieles laicos ejercen el sacerdocio real de los bautizados a través de ella3. Se recomienda encarecidamente a los laicos que se reúnan, solos o con el pueblo, para celebrar esta Liturgia o parte de ella16. La celebración en común muestra más claramente la naturaleza eclesial de la Liturgia de las Horas y fomenta la participación activa de todos7.
En ausencia de un sacerdote, se puede celebrar alguna parte de la Liturgia de las Horas, como la Oración de la Mañana o la Oración de la Tarde, durante la cual se pueden insertar las lecturas dominicales del año en curso17.
Celebración en Común y Lugar
La celebración en común de la Liturgia de las Horas se manifiesta de la mejor manera cuando se realiza con el obispo rodeado de sus sacerdotes y ministros por la Iglesia local15. Incluso cuando el obispo está ausente, y es celebrada por el capítulo de canónigos u otros sacerdotes, la relación genuina de las Horas con el momento del día debe mantenerse y, en la medida de lo posible, debe ser con la participación del pueblo15.
La obligación del coro se aplica a la comunidad y no necesariamente al lugar de celebración. No tiene por qué ser una iglesia, especialmente si se trata de Horas que se recitan sin solemnidad18,19.
Adaptaciones y Variaciones
La Liturgia de las Horas, cuyo fin es dar alabanza a Dios y santificar el día y toda la actividad humana con la oración, ofrece a las Conferencias Episcopales la posibilidad de adaptar la segunda lectura del Oficio de Lecturas, los himnos y las oraciones, así como las antífonas marianas finales20.
A lo largo de la historia, ha habido cierta libertad en la forma exterior del oficio, como la que disfrutaron los monjes de Egipto y luego San Benito en la constitución del Oficio Benedictino21,1. Sin embargo, la Iglesia siempre ha insistido en su derecho a supervisar la ortodoxia de las fórmulas litúrgicas1.
Conclusión
La Liturgia de las Horas es una parte vital de la vida de la Iglesia, una oración que une a los fieles con Cristo y entre sí, santificando el tiempo y ofreciendo una alabanza continua a Dios. Su celebración, ya sea individual o en comunidad, es un medio poderoso para el crecimiento espiritual y la participación en la misión de la Iglesia de interceder por el mundo9,10.
Citas
Oficio Divino, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Oficio Divino. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 4 de abril de 2001, § 2 (2001). ↩ ↩2
III. ¿Cuándo se celebra la liturgia? , Catecismo de la Iglesia Católica, § 1174 (1992). ↩ ↩2
Capítulo IV - El oficio divino, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 84 (1963). ↩ ↩2
Papa Pío XII. Mediator Dei, § 147 (1947). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo I. La importancia de la liturgia de las horas o el oficio divino en la vida de la Iglesia - IV. Quienes celebran la liturgia de las horas - C. La estructura de la celebración, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 33 (1971). ↩ ↩2 ↩3
Papa Pío XII. Mediator Dei, § 142 (1947). ↩
Pablo VI. Laudis Canticum, §Conclusión (1970). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1196 (1992). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Región Nordeste 3 de la Conferencia Episcopal de Brasil con ocasión de su visita ad Limina (29 de septiembre de 1995) - Discurso, § 3 (1995). ↩
Capítulo IV - El oficio divino, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 95 (1963). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo I. La importancia de la liturgia de las horas o el oficio divino en la vida de la Iglesia - IV. Quienes celebran la liturgia de las horas - B. El mandato de celebrar la liturgia de las horas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 31. a) (1971). ↩ ↩2
Capítulo I. La importancia de la liturgia de las horas o el oficio divino en la vida de la Iglesia - IV. Quienes celebran la liturgia de las horas - A. Celebración en común, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 25 (1971). ↩
Capítulo I. La importancia de la liturgia de las horas o el oficio divino en la vida de la Iglesia - IV. Quienes celebran la liturgia de las horas - A. Celebración en común, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 20 (1971). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo I. La importancia de la liturgia de las horas o el oficio divino en la vida de la Iglesia - IV. Quienes celebran la liturgia de las horas - B. El mandato de celebrar la liturgia de las horas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 32 (1971). ↩
Capítulo II - Condiciones para celebrar las asambleas dominicales en ausencia de presbítero, Congregación para el Culto Divino. Directorio para las Celebraciones Dominicales en Ausencia de Presbítero, § 33 (1988). ↩
Instrucción general sobre la liturgia de las horas, undefined. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas (1971). ↩
Capítulo V. Los ritos que deben observarse en la celebración comunitaria - I. Las diversas tareas a realizar, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 262 (1971). ↩
IV. Aptationum ambitus in ritu romano - A) aptationes a libris liturgicis praevisae, Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción Varietates legitimae (25 de enero de 1994), § 61 (1994). ↩
Papa Pablo VI. A los Abades Benedictinos y Priores Conventuales (1 de octubre de 1973) - Discurso (1973). ↩