Martirio de Esteban

San Esteban, primer diácono y primer mártir cristiano, ofreció su vida por la fe en el momento en que la Iglesia primitiva se encontraba todavía en su fase formativa. Su testimonio, recogido en los Hechos de los Apóstoles (capítulos 6‑7), se convirtió en modelo de entrega total a Cristo y marcó el inicio de la persecución que, aunque dolorosa, impulsó la expansión del Evangelio más allá de Jerusalén. Cada 26 de diciembre la Iglesia celebra su fiesta, recordando su valentía, su oración final y su intercesión por los agresores【1】.
Tabla de contenido
Contexto histórico y eclesiástico
La Iglesia en Jerusalén después de la Ascensión
Tras la Ascensión de Jesús, la comunidad cristiana de Jerusalén enfrentó una creciente necesidad de organización interna, sobre todo en la distribución de la ayuda a los pobres. Los apóstoles, para atender esta cuestión, eligieron a siete hombres como diáconos, entre los cuales destaca Esteban como el primero mencionado y el más conocido【4】. Su nombramiento responde a la urgencia de atender la caridad, una de las primeras obras de la Iglesia.
El papel de los diáconos
Los diáconos estaban encargados de la asistencia material a los necesitados y de la promoción de la unidad entre los creyentes judíos y helenistas. Este ministerio, aunque práctico, tenía una profunda dimensión espiritual: servir al Señor a través del servicio a los hermanos, siguiendo el ejemplo de Cristo.
Vida y ministerio de Esteban
Orígenes y formación
El nombre Esteban proviene del griego Stephanos, que indica «corona». Según la tradición del siglo V, el nombre griego sería la traducción del arameo Kelil (corona)【4】. Aunque los datos biográficos son escasos, se presume que era judío de nacimiento y hablaba griego, lo que le facilitó el contacto con los helenistas de la comunidad. Algunos estudiosos sugieren que pudo haber sido alumno de Gamaliel, aunque no hay pruebas concluyentes【4】.
Predicación y defensa de la fe
Esteban se distinguió por su sabiduría y el Espíritu Santo que lo llenaba (Hechos 7 2‑53). En su defensa ante el Sanedrín, recalcó la continuidad entre la fe de los patriarcas y la revelación en Cristo, señalando que el templo físico era sólo una sombra de la verdadera morada de Dios en el Hijo (Hechos 7 44‑50). Su discurso provocó la ira de los ancianos, que lo acusaron de blasfemia contra la Ley y contra Moisés【3】.
Juicio y defensa ante el Sanedrín
Acusaciones y proceso
Los acusadores, incapaces de refutar su argumento, presentaron falsos testigos y lo llevaron ante el consejo supremo judío (Sanedrín). Allí, Esteban recibió permiso para hablar y, con una defensa apasionada, expuso la historia de la salvación, desde Abraham hasta Moisés, culminando en la figura de Jesús como el nuevo templo (Hechos 7 1‑53)【3】. Su frase «¡Cielos abiertos! Veo al Hijo del Hombre a la diestra de Dios» reveló su visión de la gloria divina【3】.
Reacción de la multitud
El discurso encendió la furia de los presentes; el Sanedrín, incapaz de contener la ira, se levantó en cólera, «crujieron los dientes contra él» (Hechos 7 54) y, tras su acusación, lo arrastraron fuera de la ciudad para apedrearlo【3】.
El martirio
El momento de la muerte
Los testigos arrojaron piedras sobre Esteban, mientras él, lleno del Espíritu Santo, alzaba la vista al cielo y pronunciaba sus últimas palabras: «Señor Jesús, recibe mi espíritu» (Hechos 7 59) y, de rodillas, suplicó: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado» (Hechos 7 60)【3】. Tras pronunciar estas oraciones, «durmió» en la paz de Cristo【3】.
Significado litúrgico
La Misa del 26 de diciembre conmemora este martirio, resaltando la apertura de los cielos y la coronación de Esteban como «primer entre los mártires» (Roman Missal, 2011)【1】. El Martyrologio Romano también recuerda su muerte como «el cumpleaños del primer mártir”【2】.
Significado teológico del martirio
Testimonio de fe y perdón
El sacrificio de Esteban constituye el primer testimonio de sangre en la historia de la Iglesia, anticipando la martirialidad de los siglos posteriores. Su oración final, que replica la de Jesús en la cruz («Padre, en tus manos entrego mi espíritu» – Lucas 23 46), muestra la imitación de Cristo en la entrega total de la vida (Pablo VI, Audiencia General 2012)【5】.
La gracia del perdón
Al pedir que Dios no considere el pecado de sus agresores, Esteban manifiesta la caridad cristiana que trasciende el odio y abre la puerta al perdón, una enseñanza central en la espiritualidad cristiana (Benedicto XVI, Audiencia General 2007)【6】.
Culto y devoción
Fiesta litúrgica
La celebración del 26 de diciembre incluye lecturas que resaltan su valentía y la petición de intercesión por los enemigos, invitando a los fieles a imitar su entrega y su oración por los que los persiguen【1】.
Relicarios y lugares de veneración
Los restos de San Esteban fueron descubiertos en el siglo V por el sacerdote Luciano y trasladados a la Basílica de San Esteban, fuera de la Puerta de San Esteban, en Jerusalén. La tradición mantiene que su tumba fue trasladada a la basílica construida por la emperatriz Eudocia en el siglo V, y hoy sigue siendo objeto de peregrinación【4】.
Patronato
San Esteban es patrón de los fabricantes de ataúdes, debido a su asociación con la muerte y el respeto por el cuerpo del mártir, lo que ha inspirado a los artesanos a honrar su labor mediante su intercesión【8】.
Legado y repercusión
Impulso a la misión apostólica
El martirio de Esteban desencadenó la primera persecución cristiana, que obligó a los creyentes a dispersarse y a llevar el Evangelio a Samaria, Asia Menor y, finalmente, a Antioquía, donde surgió el término «cristianos» (Hechos 8 1‑4)【6】. La conversión de Saulo, futuro San Pablo, es vista como la fruta del sacrificio de Esteban, pues el joven persiguió al mártir y luego se convirtió en el «apóstol de los gentiles» (Hechos 9)【6】.
Modelo de martirio
A lo largo de los siglos, la figura de San Esteban ha inspirado a innumerables mártires, sirviendo como ejemplo de valentía, perdón y fidelidad. Los Padres de la Iglesia, como San Agustín, resaltaron que los mártires «aman a Cristo en su vida y lo imitan en su muerte» (Catequesis de 2023)【7】.
Influencia en la espiritualidad contemporánea
Los documentos papales recientes (Benedicto XVI, 2012; Francisco, 2023) invitan a los fieles a oración profunda y a la entrega total, siguiendo el ejemplo de Esteban, cuya vida muestra que la verdadera caridad se manifiesta incluso en el último suspiro.
Este artículo resume la vida, el martirio y el legado de San Esteban, el primer mártir cristiano, a la luz de las fuentes patrísticas, litúrgicas y magisteriales, ofreciendo una visión completa y accesible para el fiel y el estudioso.
