Mishná

La Mishná es la recopilación escrita de la Tradición Oral judía que se completó a principios del siglo III bajo la dirección del patriarca Jehuda ha‑Nasi. Constituye la base fundamental del estudio rabínico posterior y del Talmud, y ha sido objeto de análisis por la Iglesia Católica al considerar la relación entre la Sagrada Escritura y la tradición en el pueblo de Israel1,2.
Tabla de contenido
Origen histórico y contexto
La necesidad de una Tradición Escrita
Tras la destrucción del Templo de Jerusalén (70 d.C.) la comunidad judía se vio obligada a preservar la Ley no solo en el texto escrito (Torá) sino también en la Tradición Oral que acompañaba a la revelación mosaica. Esta tradición, según la Pontificia Comisión Bíblica, se manifestó como una «segunda escritura» que buscaba responder a preguntas sobre la fe y la conducta israelitas1.
El papel de Jehuda ha‑Nasi
A finales del siglo II, el sabio y patriarca Jehuda ha‑Nasi (150‑210 d.C.) organizó y redactó la Mishná, consolidando los dichos y decisiones de los tannaítas (maestros) en seis órdenes que abarcan leyes, ética y liturgia2,3. Su obra fue reconocida como la versión canónica de la Tradición Oral y recibió el título de Mishná par excellence3.
Composición y estructura
Los seis órdenes
La Mishná se divide en seis grandes órdenes (sedarim), cada uno subdividido en tratados (masechtot) y capítulos. Cada tratado contiene una serie de mishnáot (leyes) que tratan temas como agricultura, festividades, matrimonio, daños y pureza ritual2.
Terminología y fuentes
Mishná: «repetición de la Ley», derivada de los dichos de los tannaítas.
Baraita: enseñanzas de maestros que no fueron incluidas en la Mishná pero que aparecen en el Tosefta y el Gémara del Talmud4.
Talmud: conjunto del Mishná y su comentario (Gémara), que constituye la obra docente del judaísmo posterior3.
Autoridad y uso en el judaísmo
Valor litúrgico y académico
Aunque la Mishná es estudiada extensamente en las sinagogas y academias judías, no forma parte del canon litúrgico oficial; su lectura no se incluye en la oración pública, a diferencia de la Torá y los Profetas1. La tradición judía la considera una fuente normativa, pero su autoridad está siempre subordinada a la conformidad con la Torá escrita1.
Desarrollo posterior
Los sabios de Babilonia y de la tierra de Israel comentaron la Mishná, produciendo los dos Talmuds (babilónico y de Jerusalén). Estas obras ampliaron y explicaron la Mishná, convirtiéndola en la base del derecho y la teología judía durante siglos2.
Perspectiva católica
La relación entre Escritura y Tradición
La Iglesia reconoce que el pueblo judío conserva una Tradición Oral que complementa la Escritura, pero subraya que dicha tradición no posee la misma autoridad que la Sagrada Escritura revelada a la Iglesia. El documento de la Pontificia Comisión Bíblica señala que la Mishná, aunque valiosa para comprender la interpretación judía, «nunca disfrutó del mismo nivel de autoridad que la Torá»1.
Diálogo ecuménico
En el contexto del Concilio Vaticano II y documentos posteriores, la Iglesia ha subrayado la importancia de comprender la tradición judía, incluida la Mishná, para profundizar el respeto mutuo y el reconocimiento del vínculo histórico entre el Antiguo Testamento y la fe cristiana5. Este reconocimiento no implica una aceptación doctrinal de la autoridad rabínica, sino una apreciación de su papel histórico y cultural.
Importancia para el estudio bíblico cristiano
Los estudios bíblicos católicos utilizan la Mishná y el Talmud como fuentes auxiliares para interpretar pasajes del Antiguo Testamento, especialmente en lo que respecta a la ley mosaica y a las costumbres judías de la época de Jesús. Sin embargo, la interpretación católica siempre se mantiene anclada en la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, considerando la Mishná como una herramienta histórica más que como una fuente doctrinal6.
Conclusión
La Mishná representa la culminación de la Tradición Oral judía en una obra escrita que ha moldeado el pensamiento y la práctica del judaísmo durante más de mil años. Desde la perspectiva católica, su estudio es valioso para el entendimiento histórico‑cultural del Antiguo Testamento y para fomentar el diálogo respetuoso con el pueblo judío, sin conferirle autoridad doctrinal equiparable a la revelación cristiana.
Citas
I. - Las sagradas escrituras del pueblo judío son una parte fundamental de la biblia cristiana - C. Escritura y tradición oral en el judaísmo y el cristianismo - 1. Escritura y tradición en el Antiguo Testamento y el judaísmo, Pontificia Comisión Bíblica. El pueblo judío y sus sagradas escrituras en la Biblia cristiana (24 de mayo de 2001), § 9 (2001). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Comentarios sobre la biblia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Comentarios sobre la Biblia. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Talmud, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Talmud. ↩ ↩2 ↩3
Rabino y rabinismo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Rabino y Rabinismo. ↩
Gavin D’Costa. El misterio de Israel: judíos, católicos hebreos, judaísmo mesiánico, la Iglesia católica y las leyes ceremoniales mosaicas, § 4. ↩
Sección dos i. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 581. ↩
