Monaguillo
Un monaguillo, también conocido como acólito o servidor del altar, es un laico, generalmente un niño o joven, que asiste al sacerdote y al diácono durante las celebraciones litúrgicas, especialmente la Misa. Su servicio es una parte integral de la celebración de la Misa y se considera un honor y una responsabilidad significativa dentro de la Iglesia Católica. La función del monaguillo tiene raíces históricas en el orden menor del acolitado y hoy en día es una forma valiosa de participación laica en la liturgia, ofreciendo una oportunidad para el crecimiento espiritual y, en muchos casos, sirviendo como un camino vocacional.
Tabla de contenido
Origen y Evolución del Término
El término «monaguillo» se deriva del latín monachus (monje), y originalmente se refería a los jóvenes que vivían en monasterios y servían en el altar. En un sentido más amplio y litúrgico, el papel del monaguillo está estrechamente relacionado con el acólito1. El acólito es un clérigo promovido al cuarto y más alto de los órdenes menores en la Iglesia Latina, justo después del subdiácono1. Los deberes principales del acólito incluían encender las velas del altar, llevarlas en procesión y durante el canto solemne del Evangelio, preparar el vino y el agua para el sacrificio de la Misa, y asistir a los ministros sagrados en la Misa y otros servicios públicos de la Iglesia1.
Históricamente, los monaguillos han sido designados como acólitos y realizan muchas de sus funciones1. El primer documento auténtico que menciona a los acólitos es una carta del Papa Cornelio al Obispo Fabio de Antioquía en el año 251, que enumera el clero romano1. A lo largo de los siglos, el papel ha evolucionado, pero la esencia del servicio en el altar ha permanecido constante.
Funciones y Deberes
Los monaguillos desempeñan un papel crucial en la liturgia, ayudando a que la celebración sea más reverente y ordenada. Sus responsabilidades incluyen2:
Llevar la cruz procesional y las velas procesionales: Al inicio y al final de la Misa, y en otras procesiones.
Sostener el misal para el sacerdote celebrante: Cuando el sacerdote no está en el altar.
Llevar el incienso y el incensario: En las liturgias que usan incienso.
Presentar el pan, el vino y el agua al sacerdote: Durante la preparación de las ofrendas, o ayudarle cuando recibe las ofrendas del pueblo2,3,4.
Lavar las manos del sacerdote: Durante el rito del lavatorio de manos (lavabo)2.
Asistir al sacerdote celebrante y al diácono: Según sea necesario durante toda la liturgia2.
Preparar el altar y los vasos sagrados: Si no hay diácono, el acólito coloca el corporal, el purificador, el cáliz, la palia y el misal en el altar después de la Oración de los Fieles3. Si hay un diácono, el acólito le asiste en la preparación del altar, aunque es el diácono quien se encarga de los vasos sagrados5.
Tocar la campanilla del altar: En momentos específicos de la Misa, como el Sanctus y la elevación de las especies consagradas, para invitar a los fieles a la adoración6. También puede sonar en el «Domine non sum dignus» y antes de la distribución de la Sagrada Comunión6.
El servicio del monaguillo es considerado un «ministerio litúrgico» que se realiza con piedad y seriedad7.
Requisitos y Formación
Para ser monaguillo, se espera que los candidatos cumplan con ciertos requisitos y reciban una formación adecuada8:
Madurez: Deben ser lo suficientemente maduros para comprender sus responsabilidades y desempeñarlas con reverencia8.
Primera Comunión: Deben haber recibido la Primera Comunión y, normalmente, recibir la Eucaristía cada vez que participan en la liturgia8.
Formación: Es esencial que reciban una formación adecuada antes de comenzar su servicio9. Esta formación debe incluir instrucción sobre la Misa y sus partes, el significado de estas, los objetos litúrgicos (sus nombres y usos), y las diversas funciones del monaguillo durante la Misa y otras celebraciones litúrgicas9. También deben recibir orientación sobre el decoro y la vestimenta apropiados9.
Aunque tradicionalmente el servicio en el altar ha sido realizado por niños y jóvenes varones, la Iglesia permite que niñas y mujeres también sean admitidas a este servicio, a discreción del Obispo diocesano y observando las normas establecidas10.
Importancia Espiritual y Vocacional
El Papa Juan Pablo II ha destacado la importancia del papel del monaguillo, refiriéndose a ellos como «jóvenes amigos de Jesús»11. Los monaguillos tienen un lugar privilegiado en las celebraciones litúrgicas, ya que experimentan de cerca la presencia activa de Jesucristo en cada liturgia11. El Papa Juan Pablo II expresó su amor y aprecio por los monaguillos, viendo en su devoción y seriedad una fuente de alegría y esperanza para la Iglesia7.
El servicio de monaguillo es una bendición no solo para los propios servidores, sino también para sus familias, parroquias y para toda la Iglesia7. A lo largo de los siglos, un gran número de ministros sagrados han surgido de entre los niños que sirvieron en el altar, lo que subraya el potencial vocacional de este servicio10.
Vestimenta
La vestimenta del monaguillo suele ser la sotana y el sobrepelliz, aunque en algunas parroquias se utiliza el alba. Estas vestiduras simbolizan la pureza y la dignidad del servicio litúrgico.
El Monaguillo en la Actualidad
Hoy en día, el servicio del monaguillo sigue siendo una parte vital de la vida parroquial. Las conferencias episcopales, como la de los Estados Unidos, han emitido directrices para los monaguillos, enfatizando que al menos un servidor debe asistir al sacerdote en la Misa, y en ocasiones más importantes, se deben emplear dos o más para llevar a cabo las diversas funciones12.
Se anima a establecer o promover asociaciones para monaguillos, con la participación y asistencia de sus padres, para proporcionar una mayor atención pastoral a estos ministros10. Este servicio no solo enriquece la liturgia, sino que también ofrece a los jóvenes una valiosa oportunidad para crecer en la fe y en su compromiso con la Iglesia.
Citas
Acólito, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Acólito. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para los Servidores del Altar, § 7 (1994). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo IV las diferentes formas de celebrar la misa - I. Misa con la asamblea - C. Las funciones del acólito - La liturgia de la eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 190 (2003). ↩ ↩2
Parte II – normas para la distribución de la sagrada comunión bajo las dos especies - En la preparación de las ofrendas, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Normas para la Distribución y Recepción de la Sagrada Comunión bajo las Dos Especies en las Diócesis de los Estados Unidos de América, § 37 (2015). ↩
Capítulo IV las diferentes formas de celebrar la misa - I. Misa con la asamblea - B. Misa con diácono - La liturgia de la eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 178 (2003). ↩
Campanilla del altar, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Campanilla del altar. ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A los alumnos del Preseminario «San Pío X» (17 de febrero de 1980) - Discurso (1980). ↩ ↩2 ↩3
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para los Servidores del Altar, § 3 (1994). ↩ ↩2 ↩3
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para los Servidores del Altar, § 4 (1994). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo II: La participación de los fieles cristianos laicos en la celebración eucarística - 2. Los ministerios de los fieles cristianos laicos en la celebración de la santa misa, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Redemptionis Sacramentum, § 47 (2004). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 1 de agosto de 2001, § 3 (2001). ↩ ↩2
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para los Servidores del Altar, § 5 (1994). ↩