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Naprotecnología

La Naprotecnología, o Tecnología Procreativa Natural, es un enfoque médico que se alinea con la enseñanza católica sobre la dignidad de la procreación humana y la sexualidad conyugal. Se distingue de las tecnologías de reproducción asistida que la Iglesia considera moralmente ilícitas, al trabajar con el ciclo reproductivo femenino en lugar de intentar manipularlo o reemplazarlo. Este sistema se centra en identificar y tratar las causas subyacentes de la infertilidad y otros problemas de salud reproductiva, permitiendo a las parejas lograr el embarazo de manera natural y respetando la unión conyugal.

Tabla de contenido

Orígenes y Fundamentos

La Naprotecnología surge del Sistema Creighton Model FertilityCare, desarrollado en el Instituto Pablo VI de Omaha, Nebraska1. Este sistema fue creado en respuesta al mandato del Concilio Vaticano II y la encíclica Humanae Vitae, que instaban a la investigación en métodos naturales de regulación de la fertilidad1. La Iglesia Católica ha promovido activamente el conocimiento y la difusión de métodos naturales de regulación de la fertilidad, alentando la investigación científica para ofrecer una base cada vez más sólida para una regulación de nacimientos que respete a la persona y el designio de Dios para la pareja humana y la procreación2.

El Magisterio de la Iglesia ha seguido con gran interés el desarrollo de lo que se podría llamar la «cultura de la procreación responsable»2. Desde Pío XII hasta Pablo VI, se ha incentivado la investigación en estos campos para proporcionar una base científica más sólida para la regulación de nacimientos que respete a la persona y el plan divino para la pareja humana2.

Principios Éticos Católicos y la Tecnología

La Iglesia Católica sostiene que la ciencia y la tecnología, por su propia naturaleza, requieren un respeto incondicional por los criterios morales fundamentales3. Deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables y de su bien verdadero e integral, en conformidad con el plan y la voluntad de Dios3. El desarrollo tecnológico, aunque permite al ser humano tomar las riendas de su propio destino, también lo expone a la tentación de ir más allá de los límites de un dominio razonable sobre la naturaleza, poniendo en peligro la supervivencia y la integridad de la persona humana4.

En el ámbito de la biología y la medicina, la Iglesia ha expresado preocupación por la peligrosa implicación de descubrimientos en campos como la inseminación artificial y el control de la natalidad y la fertilidad4. La Naprotecnología, en contraste, se adhiere a la visión católica de que la tecnología debe ser humanizada, en lugar de que el ser humano sea «tecnologizado»5.

Distinción de la Contracepción y la Reproducción Asistida

La Naprotecnología se diferencia éticamente de la anticoncepción y de muchas tecnologías de reproducción asistida6. No se trata simplemente de una distinción a nivel de técnicas o métodos, donde el elemento decisivo sería el carácter «artificial» o «natural» del procedimiento6. Se trata, sobre todo, de una diferencia de comportamientos6.

En la anticoncepción, se escinde deliberadamente el significado unitivo del acto conyugal del significado procreativo7. En cambio, la Naprotecnología y los métodos naturales de regulación de la fertilidad son medios diagnósticos de los períodos fértiles de la mujer que abren la posibilidad a la abstinencia de las relaciones sexuales cuando motivos justificados de responsabilidad exigen evitar la concepción6. En este caso, los cónyuges modifican su comportamiento sexual mediante la abstinencia, sin manipular la naturaleza del acto conyugal7,6.

La Iglesia ha sido crítica con las técnicas de reproducción artificial que separan la procreación del acto conyugal, como la fecundación in vitro, la congelación de embriones, la reducción embrionaria y la investigación con células madre embrionarias, ya que estas violan la barrera que protege la dignidad humana8,9. La Naprotecnología, por el contrario, busca restaurar la salud reproductiva para que la concepción pueda ocurrir dentro del acto conyugal, respetando la dignidad de la procreación humana y la unión de los esposos10,9.

Enfoque Médico y Científico

La Naprotecnología se basa en la observación y el estudio científico del ciclo de fertilidad femenino11,12. Los científicos han demostrado, mediante estudios cuidadosos y con la ayuda de muchas parejas casadas, que los métodos naturales de regulación de la fertilidad son fiables y eficaces, incluso en casos de ciclos ováricos muy irregulares12. Este conocimiento ayuda a las parejas tanto a lograr como a evitar embarazos12.

Los centros de estudio y enseñanza de estos métodos son invaluables para promover una maternidad y paternidad responsables2. El objetivo es que la ciencia se combine con el autodominio, ya que el recurso a estos métodos implica necesariamente la perfección propia de la persona que es la virtud7. La continencia periódica, practicada para regular la procreación de manera natural, requiere una profunda cultura de la persona y del amor7.

La investigación en Naprotecnología se centra en prevenir las causas de la esterilidad y en poder remediarlas, de modo que las parejas estériles puedan procrear respetando plenamente su dignidad personal y la del niño por nacer10. Esto se alinea con la invitación de la Iglesia a los científicos a continuar su investigación con este fin10.

La Dignidad de la Persona Humana en la Procreación

El Magisterio de la Iglesia enfatiza la importancia de respetar la dignidad intrínseca de cada hombre y cada mujer como criterio clave para evaluar las tecnologías emergentes13. Las tecnologías resultarán éticamente sólidas en la medida en que ayuden a respetar esa dignidad y aumenten su expresión en todos los niveles de la vida humana13.

La Naprotecnología busca precisamente esto: ayudar a las parejas a vivir su vocación procreativa de una manera que honre la verdad de su amor conyugal14. La Iglesia, como Madre, se acerca a las parejas en dificultad para ayudarlas, recordándoles que la solución a sus problemas debe venir a través del pleno respeto por la verdad de su amor14.

La práctica de los métodos naturales de planificación familiar fomenta el diálogo, la responsabilidad compartida, el respeto mutuo y el autocontrol, lo que lleva a una unidad conyugal más profunda y fuerte15. La Iglesia anima a los pastores, médicos, consejeros matrimoniales, maestros y a las propias parejas casadas a promover un esfuerzo «más amplio, más decisivo y más sistemático para dar a conocer, apreciar y aplicar los métodos naturales de regulación de la fertilidad»16.

Conclusión

La Naprotecnología representa un camino ético y médicamente viable para las parejas que buscan abordar problemas de fertilidad en consonancia con la enseñanza católica. Al centrarse en la salud reproductiva de la mujer y del hombre, y al facilitar la concepción dentro del acto conyugal, subraya el valor integral de la persona humana y el significado unificador y procreativo del matrimonio. La Iglesia continúa alentando la investigación y la difusión de estos métodos, reconociéndolos como una manifestación de la cultura de la vida y un testimonio creíble de la belleza del amor conyugal2,10.

Citas

  1. Michele M. Schumacher. Ecología Humana y el Valor Profético de Humanae Vitae, § 8. 2

  2. Papa Juan Pablo II. Mensaje a los participantes en la Convención Internacional sobre «Regulación Natural de la Fertilidad y Cultura de la Vida» (28 de enero de 2004) (2004). 2 3 4 5

  3. Sección segunda los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2294. 2

  4. Papa Juan Pablo II. A los participantes en los Congresos de la Sociedad Italiana de Cirugía (27 de octubre de 1980) - Discurso (1980). 2

  5. Papa Francisco. A los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida (25 de febrero de 2019) (2019).

  6. Papa Juan Pablo II. A los profesores que participan en un encuentro sobre la regulación natural de la fertilidad (10 de enero de 1992) - Discurso, § 3 (1992). 2 3 4 5

  7. Papa Juan Pablo II. A un grupo de estudio sobre la Regulación Natural de la Fertilidad (14 de diciembre de 1990) - Discurso (1990). 2 3 4

  8. Pontificia Academia para la Vida. X Asamblea General - Comunicado Final sobre «La dignidad de la procreación humana y las tecnologías reproductivas. Aspectos antropológicos y éticos» (21 de febrero de 2004) (2004).

  9. Papa Benedicto XVI. A los participantes en la Sesión Plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe (31 de enero de 2008) (2008). 2

  10. Papa Benedicto XVI. Mensaje a los participantes en el Congreso Internacional titulado «Humanae Vitae: Una Encíclica Actual y Profética» [Roma, 3-4 de octubre de 2008] (2 de octubre de 2008) (2008). 2 3 4

  11. Papa Juan Pablo II. A los participantes en los Congresos Internacionales sobre Matrimonio, Familia y Fertilidad (8 de junio de 1984) - Discurso, § 3 (1984).

  12. Papa Juan Pablo II. A los participantes en la sesión de estudio organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias (18 de noviembre de 1994), § 2 (1994). 2 3

  13. Papa Francisco. Discurso de Su Santidad el Papa Francisco - Diálogos Minerva (2023). 2

  14. Papa Juan Pablo II. Al Centro de Investigación y Estudio sobre la Regulación Natural de la Fertilidad (27 de febrero de 1998) - Discurso, § 3 (1998). 2

  15. Papa Juan Pablo II. A los participantes en los Congresos Internacionales sobre Matrimonio, Familia y Fertilidad (8 de junio de 1984) - Discurso, § 6 (1984).

  16. Papa Juan Pablo II. A los participantes de la conferencia sobre «La Regulación Natural de la Fertilidad: La Auténtica Alternativa» (11 de diciembre de 1992), § 3 (1992).