Natividad de María

La Natividad de la Santísima Virgen María es una fiesta litúrgica celebrada por la Iglesia Católica el 8 de septiembre, conmemorando el nacimiento de la Madre de Dios. Aunque los Evangelios canónicos no relatan el nacimiento de María, esta celebración se basa en tradiciones antiguas y textos apócrifos que han influido en la piedad y la liturgia de la Iglesia. La fiesta destaca la singularidad del nacimiento de María como el «amanecer de la salvación» y su preparación divina para ser la Madre de Jesús, el Hijo de Dios.
Tabla de contenido
Orígenes y Desarrollo de la Fiesta
La conmemoración de la Natividad de María tiene sus raíces en el Oriente cristiano, con los documentos más antiguos que datan del siglo VI1. San Romano el Meloda, un gran himnógrafo de la Iglesia griega, compuso un himno para esta fiesta entre los años 536 y 556, basándose en el Protoevangelio de Santiago, un texto apócrifo1. Este evangelio apócrifo es una fuente importante de las tradiciones populares sobre la vida temprana de María, incluyendo el relato de sus padres, Joaquín y Ana, y su nacimiento milagroso después de que ellos fueran estériles2.
La fiesta pudo haberse originado en Siria o Palestina a principios del siglo VI, en un período en que el culto a la Madre de Dios se intensificó notablemente, especialmente después del Concilio de Éfeso1. San Andrés de Creta, a principios del siglo VIII, predicó varias homilías sobre esta festividad, lo que indica su creciente importancia1.
La Iglesia de Roma adoptó esta fiesta del Oriente en el siglo VII, y se encuentra en los sacramentarios Gelasiano (siglo VII) y Gregoriano (siglos VIII-IX)1. El Papa Sergio I (687-701) prescribió una letanía y una procesión para esta celebración1. Sin embargo, la Iglesia Latina fue más lenta en aceptar plenamente este festival oriental, debido a que la historia del nacimiento de María se conocía principalmente a través de fuentes apócrifas1. A pesar de esto, el Sínodo de Salzburgo en 799 ya prescribía cuatro fiestas en honor a la Madre de Dios: la Purificación (2 de febrero), la Anunciación (25 de marzo), la Asunción (15 de agosto) y la Natividad (8 de septiembre)3.
La fecha del 8 de septiembre para la Natividad de María no tiene una explicación definitiva en los registros históricos, aunque algunos sugieren que podría estar relacionada con la consagración de una basílica en Jerusalén construida sobre la casa de Santa Ana, la madre de María4. La octava de la fiesta fue instituida por el Papa Inocencio IV en 12431.
El Lugar del Nacimiento de María
Existen varias tradiciones respecto al lugar de nacimiento de la Santísima Virgen María3:
Belén: Esta opinión se basa en un escrito titulado «De nativ. S. Mariae» y es mencionada por algunos Papas en sus bulas relativas a la Santa Casa de Loreto, aunque esto no busca ser una decisión histórica, sino que refleja la opinión de sus tiempos3.
Séforis: Una segunda tradición ubica el nacimiento de María en Séforis, una ciudad romana en Galilea. La antigüedad de esta opinión se infiere de la construcción de una iglesia en Séforis bajo Constantino para conmemorar la residencia de Joaquín y Ana allí3.
Jerusalén: La tradición más probable, según la Catholic Encyclopedia, es que María nació en Jerusalén. Esta se apoya en el testimonio de San Sofronio y San Juan Damasceno, así como en hallazgos recientes en la Probatica3.
Significado Teológico y Espiritual
La Natividad de María es un evento de gran importancia teológica, ya que marca el comienzo de la preparación para la encarnación del Hijo de Dios5. San Andrés de Creta describe esta fiesta como el «preludio gozoso» que introduce el gran don de la salvación, siendo el nacimiento de la Madre de Dios la preparación para la unión del Verbo con la carne5.
La Inmaculada Concepción y la Santidad de María
Aunque la fiesta celebra el nacimiento de María, está intrínsecamente ligada a la doctrina de su Inmaculada Concepción. La Iglesia cree que María fue preservada de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción, en previsión de los méritos de Cristo6. Esta doctrina, proclamada dogmáticamente por el Papa Pío IX en 1854 en la bula Ineffabilis Deus, subraya la singular santidad de María y su dignidad preeminente como Madre de Dios6.
San Agustín, al reflexionar sobre la santificación de María, argumenta que es razonable creer que ella, quien dio a luz al «Unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad», recibió mayores privilegios de gracia que todos los demás7. La Iglesia celebra las fiestas de los santos, y el hecho de que se celebre la Concepción de la Santísima Virgen indica que su concepción es «extraordinaria, maravillosa, eminentemente santa y diferente de la concepción de todos los demás seres humanos»6.
María como «Madre de Dios» y «Siempre Virgen»
La Natividad de María es el inicio de la vida de aquella que sería verdaderamente la Theotokos, la Madre de Dios8,5. La Iglesia confiesa que el que ella concibió como hombre por obra del Espíritu Santo era el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad8.
La fe en la maternidad virginal llevó a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María, incluso en el acto de dar a luz a Jesús8. El nacimiento de Cristo «no disminuyó la integridad virginal de su madre, sino que la santificó»8,9. Por ello, la liturgia de la Iglesia celebra a María como Aeiparthenos, la «Siempre Virgen»8.
María, Nueva Eva
Desde los primeros Padres de la Iglesia, María ha sido comparada con Eva. Así como la desobediencia de Eva ató el nudo del pecado, la obediencia de María lo desató8. Ella es llamada «Madre de los vivientes», y se afirma que «la muerte vino por Eva, la vida por María»8. Su nacimiento es, por tanto, el amanecer de la esperanza y la salvación para toda la humanidad9.
Celebración Litúrgica
La fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María se celebra el 8 de septiembre9. Es un día de gozo para la Iglesia, que ve en el nacimiento de María la «esperanza y el amanecer de la salvación para todo el mundo»9. Las lecturas litúrgicas para esta fiesta a menudo incluyen textos que conectan el nacimiento de María con el misterio del nacimiento del Mesías, como el oráculo del profeta Miqueas sobre Belén y la genealogía de Jesús en el Evangelio de Mateo4. Estos textos resaltan cómo la existencia de María está «totalmente relativa a Cristo y en particular a su Encarnación»4.
En la liturgia, se pide a Dios que la humanidad de su Hijo Unigénito venga en nuestra ayuda, y que Él, quien al nacer de la Santísima Virgen no disminuyó sino que consagró su integridad, al quitar nuestros pecados, haga aceptable nuestra ofrenda9.
Tradiciones Apócrifas y su Influencia
Las tradiciones sobre la Natividad de María provienen principalmente de textos apócrifos, como el Protoevangelio de Santiago y el Evangelio de la Natividad de María1,2. Estos escritos, aunque no forman parte del canon bíblico, han sido influyentes en la piedad popular y en el desarrollo de la iconografía mariana.
Según el Protoevangelio de Santiago, María fue el fruto milagroso de Joaquín y Ana, quienes eran ancianos y sin hijos2. A los tres años, la niña fue llevada al Templo y dedicada a su servicio, en cumplimiento del voto de sus padres2,10. Cuando María tenía doce años, José fue elegido como su esposo por una señal milagrosa2. El Evangelio de la Natividad de María relata que un ángel anunció a Ana que daría a luz una hija llamada María, quien sería bendita entre todas las mujeres y permanecería virgen, concibiendo al Salvador del mundo11.
Estos relatos, si bien no son considerados históricos por la Iglesia en el mismo sentido que los Evangelios canónicos, ilustran la profunda veneración que se le otorgó a María desde una edad muy temprana y su papel único en el plan de salvación2.
Conclusión
La Natividad de la Santísima Virgen María es una fiesta que invita a los fieles a contemplar a María como el «amanecer más puro de la Redención»12. Su nacimiento, aunque no detallado en las Escrituras canónicas, es un momento crucial en la historia de la salvación, señalando la inminente llegada de Cristo. A través de esta celebración, la Iglesia honra la singularidad de María, su Inmaculada Concepción y su rol indispensable como Madre de Dios, un modelo de fe y obediencia para todos los creyentes5,12.
Citas
Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Apócrifos, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Apócrifos. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
La Santísima Virgen María, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §La Santísima Virgen María. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Celebración eucarística en la explanada frente al Santuario de Nuestra Señora de Bonaria, Cagliari, Papa Benedicto XVI. 7 de septiembre de 2008: Celebración Eucarística en la explanada frente al Santuario de Nuestra Señora de Bonaria, Cagliari (2008). ↩ ↩2 ↩3
A los participantes en el 23.º Congreso Mariológico-Mariano Internacional, Papa Benedicto XVI. A los participantes en el 23.º Congreso Mariológico-Mariano Internacional (8 de septiembre de 2012) (2012). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Pío IX. Ineffabilis Deus (1854). ↩ ↩2 ↩3
Tercera parte - De la santificación de la Santísima Virgen - ¿Fue santificada la Santísima Virgen antes de nacer del seno materno? Tomás de Aquino. Summa Theologiae, § III, Q. 27, A. 1, co. (1274). ↩
Capítulo dos: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios, Catechism of the Catholic Church, § 1.2.2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Propio de los santos - 8 de septiembre - La natividad de la Santísima Virgen María - Fiesta, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción al Inglés Según la Tercera Edición Típica), §Propio de los Santos (2011). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Autor desconocido. Historia de José el Carpintero, § 3 (400). ↩
Autor desconocido. El Evangelio de la Natividad de María, §Capítulo 4 (600). ↩
Natividad de la Santísima Virgen María como «bendita entre las mujeres», Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 8 de septiembre de 2004, § 1 (2004). ↩ ↩2