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Noé (patriarca)

Noé (patriarca)
Arca de Noé. Dominio Público.

Noé, el noveno patriarca de la línea de Set, es una figura central en el Antiguo Testamento, conocido principalmente por su papel en el Diluvio Universal y el Arca de Noé. Su historia, narrada en el libro del Génesis (5:25-9:29), lo presenta como un hombre justo y perfecto en su generación, que «caminó con Dios» en medio de la corrupción generalizada de la humanidad. A través de él, Dios estableció un pacto con toda la humanidad, simbolizado por el arco iris, prometiendo no volver a destruir la tierra con un diluvio. En la tradición católica, Noé es venerado como modelo de hombre justo y figura de Cristo, y su arca es vista como un prefigura de la Iglesia y del Bautismo.

Tabla de contenido

La Figura de Noé en el Génesis

Noé fue el nieto de Matusalén e hijo de Lamec1. Su padre le dio el nombre de Noé, que significa «descanso», con la esperanza de que él los consolaría de las fatigas de la tierra que el Señor había maldecido1.

En un tiempo de gran maldad, donde los «hijos de Dios» se unieron con las «hijas de los hombres», llevando a una corrupción general, Noé fue hallado justo y perfecto, y encontró gracia ante los ojos del Señor1. Por esta razón, Dios decidió salvarlo a él y a su familia, junto con representantes de todas las especies de animales y aves, de la inminente destrucción por un diluvio1,2.

La Construcción del Arca y el Diluvio

Dios instruyó a Noé para construir un arca de madera de gofer, o ciprés, recubierta de brea por dentro y por fuera para hacerla impermeable3. Las dimensiones del arca eran de trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y treinta de alto. Contenía varias habitaciones distribuidas en tres pisos, con una ventana y una puerta lateral3.

Noé recibió una advertencia divina del diluvio inminente 120 años antes de que ocurriera, cuando tenía 480 años1. Más tarde, cuando tenía 600 años, se le ordenó entrar en el arca con su esposa, sus tres hijos —Sem, Cam y Jafet— y sus esposas, llevando siete pares de animales limpios y dos pares de animales impuros, así como aves1,2. A pesar de los anuncios de Noé y sus exhortaciones al arrepentimiento, nadie hizo caso a sus palabras, y solo su familia inmediata encontró refugio en el arca1.

El diluvio duró cuarenta días y cuarenta noches, destruyendo toda vida fuera del arca. Las aguas prevalecieron sobre la tierra durante ciento cincuenta días2. Después de este período, las aguas comenzaron a disminuir, y Noé envió un cuervo y una paloma para verificar el estado de la tierra. Finalmente, la paloma regresó con una rama de olivo, indicando que las aguas habían bajado2. El arca se posó en las montañas de Armenia, específicamente en el monte Ararat3.

El Pacto con Noé

Tras salir del arca, Noé construyó un altar y ofreció holocaustos de animales y aves limpias a Dios1. Dios aceptó el sacrificio y estableció un pacto con Noé y, a través de él, con toda la humanidad, prometiendo no volver a destruir la tierra ni al hombre mediante otro diluvio1,4. El arco iris se convirtió en el signo y recordatorio de este pacto universal1.

En este pacto, Dios renovó la bendición que había pronunciado sobre Adán (Génesis 1:28) y confirmó el dominio del hombre sobre los animales, permitiendo su uso como alimento, pero prohibiendo comer la carne con la sangre (Génesis 8:20-9:17)1. Este pacto con Noé sigue vigente durante los «tiempos de los gentiles» hasta la proclamación universal del Evangelio5,6,7.

La Familia de Noé y sus Descendientes

Después del diluvio, Noé se dedicó a la agricultura y plantó un viñedo. Un incidente en el que se embriagó y fue hallado desnudo en su tienda llevó a la maldición de Canaán (hijo de Cam) y la bendición de Sem y Jafet1,8.

Los hijos de Noé fueron Sem, Cam y Jafet1. De Sem, el hijo mayor, provendría la línea de Abraham, David y Cristo, y Yahveh sería de manera especial el Dios de Sem9.

Noé vivió 350 años después del diluvio y murió a la edad de 950 años1.

Noé en la Tradición Católica

En los libros posteriores de la Escritura, Noé es presentado como un modelo de hombre justo (Eclesiástico 44:17; Ezequiel 14:14, 20) y un ejemplo de fe (Hebreos 11:7)1.

Prefigura de Cristo y la Iglesia

Los Padres de la Iglesia y la tradición consideran a Noé como tipo y figura del Salvador, porque a través de él la raza humana fue salvada de la destrucción y reconciliada con Dios1. De la misma manera que Noé construyó el arca, el único medio de salvación del diluvio, Cristo estableció la Iglesia, el único medio de salvación en el orden espiritual1.

El Arca de Noé es vista como una prefiguración de la salvación por el Bautismo10. La Iglesia ha interpretado que así como «pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por el agua» en el arca, las aguas del diluvio se convirtieron en un signo de las aguas del Bautismo, que ponen fin al pecado y dan un nuevo comienzo de bondad10. San Pedro Apóstol afirma que el arca fue un tipo de la Iglesia, en la que ocho almas fueron salvadas11. San Agustín también señala que las diversas compartimentos del arca son una figura de la multiplicidad de la Iglesia11.

El Pacto de Noé y la Moralidad

El pacto con Noé es una expresión del principio de la economía divina hacia las «naciones», es decir, hacia los hombres agrupados por sus lenguas, familias y naciones6,7. Este estado de división en muchas naciones, confiado por la providencia divina a la custodia de los ángeles, es a la vez cósmico, social y religioso, y busca limitar el orgullo de la humanidad caída6.

El Pontificio Consejo para la Familia destaca tres aspectos importantes del pacto con Noé para la conducta moral12:

  1. Ecológico: La corrupción y violencia humana tienen grandes repercusiones en el hábitat y el medio ambiente, arriesgándose a reducir la obra creadora de Dios al caos12.

  2. Antropológico: El ser humano conserva la dignidad de ser imagen de Dios (Génesis 9:6), incluso en un mundo corrupto. Es necesario levantar una barrera contra el mal para que los seres humanos, experimentando la salvación de Dios, puedan cumplir su misión de multiplicarse, llenar la tierra y someterla12.

  3. Gestión de recursos: Se concede a los seres humanos un cierto control sobre la vida animal, pero deben respetar toda vida como algo misterioso (Génesis 9:4). La ampliación del pacto a todos los seres vivos y a toda la tierra enfatiza el estatus del ser humano como compañero de todas las criaturas12.

El Papa Francisco ha destacado el papel de los ancianos, comparándolos con Noé, en la transmisión de los verdaderos valores a las nuevas generaciones. Así como Noé restauró la bondad de la creación, los ancianos pueden advertir sobre el peligro de la cultura del descarte y recordar la llamada divina a ser guardianes de la creación13.

El Diluvio: ¿Universal o Local?

Tradicionalmente, la Iglesia ha sostenido la universalidad antropológica del Diluvio, es decir, que destruyó a toda la humanidad, aunque no necesariamente cubrió toda la superficie geográfica del planeta2. La Enciclopedia Católica señala que, aunque la creencia en la universalidad geográfica fue común hasta los siglos XVI y XVII, ahora se admite generalmente que el diluvio no fue geográficamente universal1.

Los Padres de la Iglesia vieron el arca y el diluvio como tipos del Bautismo y de la Iglesia, una visión que se considera parte de las «materias de fe y moral» en las que los Concilios de Trento y Vaticano obligan a los católicos a seguir la interpretación de la Iglesia2.

Noé y la Familia

La historia de Noé es fundamentalmente la historia de una familia14. Dios no salva solo a un individuo, sino a Noé, su esposa, sus hijos y sus nueras14. El arca misma es un símbolo de la familia, un «hogar» en el que se redescubre y se vive el verdadero amor14. Dios bendijo a Noé como había bendecido a Adán y Eva, lo que significa que redescubrir el plan original de Dios para la familia es redescubrir la esperanza14.

En medio de las «relaciones líquidas» y no vinculantes de la posmodernidad, el arca de Noé, la morada familiar, aparece como el lugar donde el deseo es despertado, aceptado, sanado y reafirmado en relación con su fin14. La familia tiene una vocación social, y toda sociedad está llamada a ser un lugar y una cultura donde se recuerde el amor original de Dios y donde el amor fiel sea posible14.

Citas

  1. Noé, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Noé. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

  2. Diluvio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Diluvio. 2 3 4 5 6

  3. Arca de Noé, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Arca de Noé. 2 3

  4. Papa Juan Pablo II. 16 de febrero de 1997, Visita a la Parroquia de San Andrés Avellino en Roma, § 2 (1997).

  5. II. Las etapas de la revelación, Catecismo de la Iglesia Católica, § 58 (1992).

  6. Sección primera «Creo» - «Creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 1.1. 2 3

  7. II. Las etapas de la revelación, Catecismo de la Iglesia Católica, § 56 (1992). 2

  8. Capítulo 1.— Si, después del diluvio, desde Noé hasta Abraham, pueden encontrarse familias que vivieron según Dios, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 16, §Capítulo 1 (426).

  9. Sem (Shem), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sem (Shem).

  10. II. El Bautismo en la economía de la salvación, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1219 (1992). 2

  11. Eusebio Sofronio Jerónimo (Jerónimo de Estridón o San Jerónimo). Contra Joviniano, §Libro I - 17 (393). 2

  12. B2. El don de la alianza en el Antiguo Testamento y las normas de la conducta humana - 2.2. Las diversas expresiones de la alianza (enfoque canónico) - 2.2.1 La alianza con Noé y con 'toda carne', Pontificia Comisión Bíblica. La Biblia y la Moral: Raíces Bíblicas de la Conducta Cristiana, § 22 (2008). 2 3 4

  13. Papa Francisco. Audiencia General del 16 de marzo de 2022 - Catequesis sobre la vejez – 3. La vejez, un recurso para la juventud alegre (2022).

  14. B1 - Iglesia y familia: El arca de Noé, Gerhard Ludwig Müller. ¿Qué podemos esperar de la familia? , §Communio: Revista Católica Internacional, vol. 49, n.º 2 (Verano 2022) (2022). 2 3 4 5 6