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Cruz

Nuestra Señora de Banneux

Nuestra Señora de Banneux
La estatua y fuente de María, Virgen de los Pobres, en Banneux. Original, Johfrael, CC BY-SA 3.0 📄

Nuestra Señora de Banneux, también conocida como la Virgen de los Pobres, es una advocación mariana originada en las apariciones de la Santísima Virgen María a Mariette Beco en Banneux, Bélgica, en 1933. Estas apariciones fueron reconocidas por la Iglesia Católica en 1949. El mensaje central de Banneux se enfoca en la oración, el sufrimiento, la misión de cuidar a los enfermos y los pobres, y la paz. El santuario de Banneux ha llegado a ser un importante centro de peregrinación, donde los fieles buscan consuelo, fortaleza y esperanza a través de la intercesión de la Virgen María.

Tabla de contenido

Historia de las Apariciones

En 1933, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, la Virgen María se apareció a una joven llamada Mariette Beco en Banneux, Bélgica1. Estas apariciones fueron un llamado a la paz y una invitación a los líderes de la sociedad a convertirse en artífices de la paz y educadores de los pueblos1. La Virgen también exhortó a cada persona a cuidar de sus hermanos y hermanas, especialmente los más humildes, los más despreciados y los que sufren, quienes son todos amados por Dios1.

El 22 de agosto de 1949, el obispo Louis-Joseph Kerkhofs, predecesor del obispo de Lieja, reconoció definitivamente la autenticidad de las apariciones de Nuestra Señora de los Pobres en Banneux1.

El Mensaje de la Virgen de los Pobres

El mensaje de Nuestra Señora de Banneux se centra en varios aspectos fundamentales de la fe cristiana:

La Oración y la Intercesión de María

La Virgen María es invocada en Banneux como la «Virgen de los Pobres, Salud de los Enfermos»1. Los peregrinos acuden al santuario para buscar consuelo y fortaleza en la oración, confiando en la intercesión continua de María ante su Hijo2. Los fieles son llamados a seguir a Cristo, repitiendo cada día su «sí» o fiat, lo que les permite recibir la gracia de una confianza renovada y una mayor atención a la Palabra de Dios y a las responsabilidades de su Bautismo1.

El Papa Francisco, en el Octavo Día Mundial de los Pobres en 2024, recordó el mensaje de la Virgen de Banneux: «Soy la Virgen de los pobres», y animó a ser amigos de los pobres, siguiendo el ejemplo de Jesús3.

El Misterio del Sufrimiento y la Cruz

Las apariciones de Banneux invitan a los cristianos a reflexionar sobre el misterio del sufrimiento, que encuentra su significado en el misterio de la Cruz del Señor1. Ante el sufrimiento inexplicable, el creyente se vuelve a Dios, quien es el único que puede ayudar a soportarlo y perseverar, manteniendo la esperanza de la salvación y la bienaventuranza eterna1. Dios está presente de manera tierna y amorosa con cada persona afligida por la enfermedad, movido por las experiencias de su pueblo, a quien desea brindar alivio y consuelo1.

El Papa Juan Pablo II, durante su visita a Banneux en 1985, habló sobre el valor salvífico del sufrimiento humano, recordando la bienaventuranza: «Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados» (Mt 5, 4)2,4. Aquellos que ofrecen su sufrimiento contribuyen misteriosamente a elevar el mundo a Dios y participan en la obra de la redención, uniéndose así a Cristo Salvador1.

El Cuidado de los Enfermos y los Pobres

Un aspecto crucial del mensaje de Banneux es la invitación a cuidar a los hermanos y hermanas, especialmente a los enfermos y los ancianos1. Aquellos que tienen la misión de asistir a los demás en sus pruebas físicas y morales son comparados con la mano amorosa del Señor, extendida hacia los que sufren1. Se les exhorta a recordar al mundo que toda vida humana, desde su origen hasta su fin natural, es preciosa a los ojos de Dios1.

El santuario de Banneux es un lugar donde no solo los enfermos, sino también el vasto pueblo de los pobres de hoy, en sus múltiples formas de pobreza, se sienten en casa, buscando consuelo, coraje, esperanza y unión con Dios en sus pruebas5.

El Santuario de Banneux

El santuario de Nuestra Señora de Banneux ha sido un destino de peregrinación para muchos fieles2. El Papa Juan Pablo II celebró la Eucaristía en este santuario en mayo de 1985, destacando su importante alcance1. En 2008, el Papa Benedicto XVI envió un enviado especial para las celebraciones del 75 aniversario de las apariciones, reconociendo la devoción a la «Virgen de los Pobres»2.

Los peregrinos que visitan Banneux son invitados a regenerarse espiritualmente, redescubriendo el sentido de la verdad mesiánica contenida en las bienaventuranzas de Cristo5. La fe dinámica de la región de Lieja, donde se encuentra Banneux, ha llevado a muchos a difundir la Buena Nueva de Jesucristo6.

Milagros y Devoción

Aunque los documentos proporcionados no detallan milagros específicos ocurridos en Banneux, la Iglesia Católica reconoce la curación de males corporales como un gesto de misericordia y un signo del poder de Cristo para perdonar los pecados7. La Virgen, a través de sus apariciones en lugares como Lourdes, invita a la conversión de los corazones y a la esperanza del perdón7. La devoción a Nuestra Señora de Banneux, como «Salud de los Enfermos», implica una confianza en su intercesión para el alivio y la curación, tanto física como espiritual1,5.

La historia de la Iglesia registra milagros atribuidos a la intercesión de santos, como la curación de Florent Mahaux en Bélgica en 1943, atribuida al Venerable Jean Joseph Lataste8, o la curación de una mujer en Mulhouse, Francia, en 1955, atribuida a la Venerable Alfonsa Maria Eppinger9. Estos ejemplos ilustran la creencia en el poder de la intercesión de los santos y de la Virgen María para obtener la gracia de Dios.

Conclusión

Nuestra Señora de Banneux, la Virgen de los Pobres, representa un llamado perenne a la fe, la oración, la caridad hacia los más necesitados y la aceptación del sufrimiento en unión con Cristo. Las apariciones de 1933 y su posterior reconocimiento por la Iglesia han establecido Banneux como un faro de esperanza y consuelo para los afligidos, recordándoles la dignidad de cada vida humana a los ojos de Dios y la promesa de consuelo para aquellos que sufren1.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. Carta a Obispo Albert Houssiau de Lieja (septiembre, 1999) (1999). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

  2. Papa Benedicto XVI. Carta a Card. Godfried Danneels, Enviado Especial en las celebraciones del 75.º aniversario de las Apariciones de la Virgen de los Pobres (2008). 2 3 4

  3. Papa Francisco. VIII Jornada Mundial de los Pobres, 2024: La oración de los pobres sube hasta Dios (cf. Sir 21,5), § 10 (2024).

  4. Papa Juan Pablo II. 21 de mayo de 1985: Celebración eucarística para los enfermos en Banneux - Homilía, § 1 (1985).

  5. Papa Juan Pablo II. 21 de mayo de 1985: Celebración eucarística para los enfermos en Banneux - Homilía, § 2 (1985). 2 3

  6. Papa Juan Pablo II. Saludos al pueblo de Lieja (19 de mayo de 1985) - Discurso (1985).

  7. Papa Pío XII. La Peregrinación de Lourdes, § 38 (1957). 2

  8. Dicasterio para las Causas de los Santos. Jean Joseph Lataste: El milagro (junio de 2012), §El Milagro (2012).

  9. Dicasterio para las Causas de los Santos. Alfonsa Maria Eppinger: El Milagro, §Sobre el Milagro (2018).