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Cruz

Nuestra Señora de la Luz

Nuestra Señora de la Luz es una advocación mariana venerada en diversas partes del mundo católico, que celebra a la Virgen María como portadora de Cristo, la verdadera Luz del mundo. Esta devoción subraya el papel de María como la «Aurora de la Salvación», quien anuncia la llegada de Jesús, la luz que ilumina a todas las naciones. A lo largo de la historia de la Iglesia, se ha reconocido a María como un reflejo fiel de la luz de Cristo, guiando a los fieles en su camino de fe y esperanza.

Tabla de contenido

Orígenes y Significado Teológico

La advocación de Nuestra Señora de la Luz tiene profundas raíces teológicas, vinculadas a la presentación de Jesús en el Templo, cuarenta días después de su nacimiento. En este evento, el anciano Simeón profetizó que Jesús sería «luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel» (Lucas 2:32)1,2. María, al llevar a Jesús, es intrínsecamente la portadora de esta Luz divina al mundo2.

Diversos Papas han reflexionado sobre este título mariano:

Manifestaciones de la Devoción en el Mundo

La devoción a Nuestra Señora de la Luz se ha extendido por diferentes regiones, adaptándose a las culturas locales y manifestándose a través de santuarios, festividades y prácticas piadosas.

En América Latina

La presencia de María como Madre y Reina ha sido fundamental en la evangelización del Nuevo Mundo, y su advocación como «Luz» ha guiado a muchas naciones6.

Ecuador: Nuestra Señora de la Alborada

En Guayaquil, Ecuador, existe un santuario dedicado a Nuestra Señora de la Alborada. Este nombre, que evoca la primera luz que anuncia el día, simboliza a María como la portadora de la luz de Cristo. La construcción de este templo mariano buscó dejar un recuerdo visible de la natividad de la Virgen María3. San Juan Pablo II celebró una Misa en este santuario, destacando el significado de María como la luz que anuncia el sol naciente, Jesucristo3.

Perú: Nuestra Señora de la Luz

En Perú, la devoción a María como Madre de Cristo y Santa Madre de Dios es profunda. San Juan Pablo II, durante la beatificación de Ana de los Ángeles en Arequipa, colocó las intenciones de la Iglesia ante la imagen de Nuestra Señora, pidiendo que ella siga llevando a Jesús a los corazones de quienes confían en ella, como lo llevó al Templo de Jerusalén. Se profesa así que Cristo es «Luz para iluminar a las gentes»2. La luz de Cristo se invoca para guiar a las diversas diócesis y a sus fieles en todo el país7.

Brasil: Nuestra Señora de la Victoria

En Brasil, la comunidad de Vitoria, fundada en 1541 con la llegada del sacerdote Francisco da Luz, tenía su parroquia bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria. Aunque no directamente «de la Luz», el nombre del sacerdote y la misión de llevar la luz de Cristo a todos los pueblos resuenan con este tema mariano8.

Chile: Santa Teresa de los Andes como «Luz de Cristo»

Aunque no es una advocación mariana directa, la canonización de Santa Teresa de los Andes fue presentada por San Juan Pablo II como una «Luz de Cristo» para la Iglesia chilena. Su vida, aunque breve, hizo brillar la luz de Jesucristo de manera admirable, sirviendo de faro y guía para el mundo9.

En Asia: Filipinas

Las Islas Filipinas tienen una vocación especial para ser «la ciudad asentada sobre un monte, la lámpara puesta en alto», mostrando la luz de Cristo a través de la calidad de vida de su gente10. La Virgen María es reconocida como la Madre de misericordia y amor, que ha velado por el pueblo filipino durante siglos y lo seguirá guiando hacia su Hijo11. La devoción a María bajo diversos títulos es una característica central de la religiosidad popular filipina, que es un tesoro de fe y piedad a preservar y comunicar12. El amor de Jesucristo, la luz del mundo, es el misterio que se celebra y que inspira a los fieles en la difusión de esta luz por toda Asia y el mundo13.

En Europa: Letonia

En Letonia, la devoción a la Madre de Dios como luz del Pueblo de Dios es también muy significativa. En el santuario mariano de Aglona, se agradece al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por la luz que Cristo, a través de su Madre, ha representado para el pueblo letón, especialmente en tiempos difíciles. Se pide que la luz de María ilumine incesantemente la tierra, la patria, la Iglesia y a todo el pueblo de Letonia14.

María como Reflejo de la Luz de Cristo

La Iglesia enseña que María no es la luz en sí misma, sino un reflejo puro y fiel de la luz de Cristo3,14. Ella recibe esta luz del Verbo Eterno y la transmite al Pueblo de Dios en todas las Iglesias de la tierra14. Su fe brilla de generación en generación como modelo de obediencia a Dios y de aceptación gozosa de su voluntad15.

Conclusión

La advocación de Nuestra Señora de la Luz es un hermoso recordatorio del papel esencial de la Virgen María en la historia de la salvación. Como la «Aurora de la Salvación» y la portadora de Cristo, ella nos guía hacia la verdadera Luz del mundo, su Hijo Jesús. Esta devoción, extendida globalmente, invita a los fieles a vivir en la luz de Cristo, a reflejarla en sus vidas y a difundirla a todas las naciones6,8.

Citas

  1. Papa Juan XXIII. Palabras con ocasión de la Fiesta de la Purificación (2 de febrero de 1960) - Discurso (1960). 2

  2. Papa Juan Pablo II. 2 de febrero de 1985: Beatificación de Ana de Los Ángeles en Arequipa, Perú - Homilía, § 9 (1985). 2 3

  3. Papa Juan Pablo II. 31 de enero de 1985: Misa en el Santuario de Nuestra Señora de la Alborada en Guayaquil, Ecuador - Homilía, § 1 (1985). 2 3 4

  4. Papa Juan Pablo II. 8 de octubre de 2000: Acto de Consagración a María - Homilía, § 5 (2000).

  5. Papa Juan Pablo II. Acto de Consagración a María (7 de octubre de 2000) - Discurso, § 5 (2000).

  6. Papa Juan Pablo II. Coronación de Nuestra Señora de los Milagros (Monasterio de La Rábida, 14 de junio de 1993) - Discurso (1993). 2

  7. Papa Juan Pablo II. 2 de febrero de 1985: Beatificación de Ana de Los Ángeles en Arequipa, Perú - Homilía, § 2 (1985).

  8. Papa Juan Pablo II. 19 de octubre de 1991: Misa para los fieles de la Archidiócesis de Vitoria, Brasil - Homilía (1991). 2

  9. Papa Juan Pablo II. 21 de marzo de 1993: Canonización de Claudina Thévenet y Teresa de Jesús de Los Andes - Homilía (1993).

  10. Papa Pablo VI. Peregrinación a Asia: A los miembros de varias comunidades, Manila, Filipinas (29 de noviembre de 1970) - Discurso (1970).

  11. Papa Juan Pablo II. Encuentro con los representantes de las organizaciones y movimientos católicos en la Catedral de Jaro en Iloílo (20 de febrero de 1981) - Discurso, § 9 (1981).

  12. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de Filipinas con motivo de su visita ad Limina (5 de octubre de 1996) - Discurso, § 2 (1996).

  13. Papa Juan Pablo II. Lorenzo de Manila Ruiz y 15 compañeros (1633-37) - Homilía de beatificación, § 10 (1987).

  14. Papa Juan Pablo II. 9 de septiembre de 1993: Celebración Eucarística en el Santuario Mariano de Aglona - Homilía (1993). 2 3

  15. Papa Juan Pablo II. Encuentro de oración en el barrio de Santo Tomás en Trichur (7 de febrero de 1986) - Discurso, § 8 (1986).