Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
La devoción a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa se origina en las apariciones de la Santísima Virgen María a Santa Catalina Labouré en París en 1830. Durante estas apariciones, la Virgen María reveló el diseño de una medalla, prometiendo grandes gracias a quienes la llevaran con devoción. Esta medalla, conocida como la Medalla Milagrosa, se ha difundido ampliamente y es un testimonio de fe y confianza en la protección maternal de María, aunque la Iglesia advierte contra considerarla un talismán, enfatizando la necesidad de una vida cristiana coherente.
Tabla de contenido
Origen de la Devoción
La devoción a la Medalla Milagrosa tiene sus raíces en las apariciones de la Santísima Virgen María a Santa Catalina Labouré (nacida Zoé Labouré), una novicia de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la casa madre de la comunidad en París durante el año 18301,2,3,4. Estas apariciones ocurrieron en tres ocasiones distintas: la primera el 18 de julio, la segunda el 27 de noviembre y la tercera poco después1,3.
En la segunda aparición, la Virgen María se manifestó de pie sobre un globo terráqueo, con otro globo más pequeño en sus manos que ofrecía a Dios, simbolizando el mundo y cada alma. De sus dedos, adornados con anillos de piedras preciosas, emanaban haces de luz deslumbrantes, que, según explicó, representaban las gracias que serían concedidas a quienes las pidieran1,3. Alrededor de la figura de la Virgen apareció un marco ovalado con las palabras en letras doradas: «Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos»1,3. En el reverso de la visión, apareció la letra M, coronada por una cruz con una barra debajo, y bajo todo esto, los Sagrados Corazones de Jesús y María. El Corazón de Jesús estaba rodeado por una corona de espinas, y el Corazón de María estaba traspasado por una espada1,3.
Durante la segunda y tercera visiones, se le dio a Santa Catalina la instrucción de hacer acuñar una medalla según el modelo revelado, acompañada de la promesa de grandes gracias para aquellos que la llevaran bendecida1. Después de una investigación cuidadosa, el director espiritual de Sor Catalina, M. Aladel, obtuvo la aprobación de Monseñor de Quelen, Arzobispo de París. Las primeras medallas se acuñaron el 30 de junio de 1832, y su distribución llevó a una rápida expansión de la devoción1,3.
Simbolismo de la Medalla Milagrosa
La Medalla Milagrosa es rica en simbolismo y ha sido descrita como un «microcosmos mariano»2,4.
Anverso de la Medalla
La Virgen María de pie sobre un globo: Simboliza a María como Reina de la Tierra y el Universo1,3.
El globo bajo sus pies envuelto por una serpiente: Representa la victoria de María sobre el mal y el pecado, en referencia al protoevangelio (Génesis 3,15)3.
Rayos de luz de sus manos: Simbolizan las gracias que la Virgen obtiene de Dios para quienes las piden con fe1,3.
Oración «Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos»: Esta invocación destaca la Inmaculada Concepción de María, un dogma que sería proclamado oficialmente más tarde por la Iglesia1,5,6,7.
Reverso de la Medalla
La letra M coronada por una cruz: La M representa a María, y la cruz simboliza a Cristo. La unión de ambos elementos subraya la íntima asociación de María con la obra de la Redención de su Hijo1,3,6.
Los Sagrados Corazones de Jesús y María: El Corazón de Jesús, rodeado por una corona de espinas, y el Corazón de María, traspasado por una espada, representan el amor de Cristo por la humanidad y el dolor de María por la Pasión de su Hijo, respectivamente1,3,4,6.
Doce estrellas: Aunque Santa Catalina no mencionó las estrellas en sus relatos originales, la iconografía popular añadió doce estrellas alrededor del diseño del reverso, que a menudo se interpretan como un símbolo de los doce apóstoles y de la Iglesia3.
Difusión y Milagros
La Medalla Milagrosa se difundió rápidamente y se le atribuyeron numerosos milagros, tanto espirituales como materiales1,5. Uno de los hechos más notables y eclesiásticamente sancionados fue la conversión de Alphonse Ratisbonne de Estrasburgo. Ratisbonne, un judío que se resistía a entrar en la Iglesia, accedió a llevar la medalla. Estando en Roma, entró por casualidad en la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte y tuvo una visión de la Santísima Virgen tal como se representa en la medalla, lo que llevó a su conversión inmediata1,3. Este evento está registrado en el oficio de la fiesta de la Medalla Milagrosa1.
San Maximiliano María Kolbe († 1941) y los movimientos inspirados en él dieron un nuevo impulso a la difusión de la Medalla Milagrosa. En 1917, Kolbe la adoptó como distintivo de la Pía Unión de la Milicia de la Inmaculada, que fundó en Roma2,4.
La Medalla Milagrosa en la Enseñanza de la Iglesia
La Iglesia Católica bendice estos objetos de piedad mariana, reconociendo que «sirven para recordar el amor de Dios y para aumentar la confianza en la Santísima Virgen»2,4. Sin embargo, la Iglesia también advierte a los fieles que la devoción a la Madre de Jesús exige principalmente «un testimonio de vida coherente»2,4. La Medalla Milagrosa, al igual que otras medallas y objetos de culto, no debe ser considerada un talismán ni debe conducir a una credulidad vana2,4. La promesa de la Virgen de que «las personas que la lleven recibirán grandes gracias» requiere de los fieles una adhesión humilde y tenaz al mensaje cristiano, una oración perseverante y confiada, y una conducta de vida coherente2,4.
Fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
El 23 de julio de 1894, el Papa León XIII, después de un examen cuidadoso de todos los hechos por parte de la Sagrada Congregación de Ritos, instituyó una fiesta con Oficio y Misa especiales, bajo el título de la Manifestación de la Virgen Inmaculada bajo el título de la Medalla Milagrosa. Esta fiesta se celebra anualmente el 27 de noviembre1. El Papa Pío XII canonizó a Santa Catalina Labouré el 27 de julio de 19475,3.
Hijos de María
La Cofradía de los Hijos de María Inmaculada debe su origen a la manifestación de la Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa8. En 1847, el Padre M. Etienne, superior general de la Congregación de la Misión, obtuvo del Papa Pío IX el privilegio de establecer en las escuelas de las Hijas de la Caridad una cofradía bajo el título de la Inmaculada Concepción. Esta cofradía adoptó la Medalla Milagrosa como su distintivo, y sus miembros, conocidos como los Hijos de María, la llevan sujeta a una cinta azul1,8. Este privilegio fue extendido a jóvenes que no asistían a las escuelas de las Hermanas de la Caridad por el Papa Pío IX en 1876, y confirmado por el Papa León XIII en varias ocasiones8.
Conclusión
La Medalla Milagrosa, surgida de las apariciones marianas a Santa Catalina Labouré, es un poderoso signo de la intercesión de la Santísima Virgen María y de la abundancia de gracias divinas. Su profundo simbolismo y la promesa de gracias para quienes la llevan con fe, la han convertido en una de las devociones marianas más extendidas en la Iglesia Católica. Aunque es un objeto de piedad bendecido, la Iglesia subraya que su valor reside en la fe y la coherencia de vida de quienes la portan, y no en una credulidad supersticiosa.
Citas
Medalla Milagrosa, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Medalla Milagrosa. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17
Parte seconda: Orientamenti per l’armonizzazione della pietà popolare con la liturgia - Capitolo iv: Anno liturgico e pietà popolare - Le medaglie mariane, Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la piedad popular y la liturgia (9 de abril de 2002), § 206 (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
El Dicasterio para las Causas de los Santos. Caterina Labouré (1806-1876) - Biografía (1947). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo quinto: Veneración de la santísima Madre de Dios - Ejercicios piadosos recomendados por el Magisterio - Medallas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la piedad popular y la liturgia: Principios y orientaciones, § 206 (2001). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Papa Pío XII. Le Pèlerinage de Lourdes, § 9 (1957). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Oración en la Capilla de la Medalla Milagrosa en París (31 de mayo de 1980) - Discurso (1980). ↩ ↩2 ↩3
Papa Pío XII. Radiomensaje a los participantes en el Congreso Mariano Arquidiocesano de Montevideo (12 de octubre de 1954) - Discurso (1954). ↩
Hijos de María, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Hijos de María. ↩ ↩2 ↩3