Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Nuestra Señora de la Merced

Nuestra Señora de la Merced
Soho, Iglesia Notre Dame De France, Bajorrelieve de Nuestra Señora de la Merced (1953) de Georges-Laurent Saupique (1889-1961). Original, AndyScott, CC BY-SA 4.0 📄

Nuestra Señora de la Merced, también conocida como la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de la Redención de Cautivos, es una advocación mariana de profunda relevancia en la Iglesia Católica, especialmente vinculada a la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced para la Redención de Cautivos (Orden Mercedaria). Esta devoción tiene sus orígenes en el siglo XIII en España, en un contexto de constantes conflictos y la necesidad de rescatar a cristianos prisioneros. La Virgen María, bajo esta advocación, es venerada como Madre de Misericordia y Redentora, sirviendo de inspiración para obras de caridad, liberación y evangelización a lo largo de los siglos. Su fiesta se celebra el 24 de septiembre, una fecha que conmemora la fundación de la Orden Mercedaria.

Tabla de contenido

Origen e Historia de la Advocación

La devoción a Nuestra Señora de la Merced se remonta al año 1218 en Barcelona, España1. En este período, la península ibérica estaba marcada por la presencia musulmana, y muchos cristianos eran capturados y esclavizados. San Pedro Nolasco, nacido en 1189 en Mas-des-Saintes-Puelles, Francia, fue el fundador de la Orden Mercedaria1.

Según la tradición, la Bienaventurada Virgen María se apareció a San Pedro Nolasco en una visión, pidiéndole que fundara una orden dedicada específicamente al rescate de cautivos1. Este proyecto fue apoyado por su confesor, San Raimundo de Peñafort, canónigo de Barcelona, y por el Rey Jaime I de Aragón, de quien Pedro Nolasco fue tutor1.

Fundación de la Orden Mercedaria

En 1218, San Pedro Nolasco reunió a un grupo de hombres devotos bajo la Regla de San Agustín, formando así la Orden de Nuestra Señora de la Merced2,1. La orden fue aprobada inicialmente por el Papa Honorio III y luego confirmada por el Papa Gregorio IX en 1230, quien prescribió la Regla de San Agustín para los religiosos en 12351.

Los primeros miembros de la orden fueron nobles de Barcelona que ya habían formado una cofradía para el cuidado de los enfermos y el rescate de cautivos cristianos de los moros1. La sede de la orden se estableció en el convento de Santa Eulalia de Barcelona, erigido en 12321. Los monjes mercedarios, tanto sacerdotes como laicos o caballeros, vestían túnica, escapulario y capa de color blanco1.

La historia de la orden se distinguió por su admirable labor de santidad y caridad, enriqueciendo la vida de la Iglesia. Se destaca su generosa preocupación por los prisioneros cristianos, pagando por su libertad y facilitando su regreso a sus países de origen a través de la heroica generosidad de muchos hermanos2. Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, los mercedarios también llevaron a cabo una notable labor de evangelización2.

Espiritualidad y Carisma Mercedario

La espiritualidad mercedaria se centra en la caridad redentora, que busca beneficiar a la humanidad y llevar el Evangelio del amor y la ternura de Dios a los pobres3. Los mercedarios se inspiran en la Virgen María, a quien veneran como Madre de Misericordia, y han elegido su espiritualidad y acción apostólica como modelo desde los inicios de la orden2.

El Papa Juan Pablo II ha destacado que el título mismo de la devoción mariana, que da nombre a la Orden, es un programa de vida que evoca misericordia, redención, conversión y perdón, los mismos valores por los cuales Jesucristo vino al mundo y dio su vida4. La Virgen María es vista como la verdadera Arca de la Nueva Alianza y Mediadora de todas las gracias, enseñando a amar a Cristo como ella lo amó5.

El carisma de la orden los ha llamado a una vida de pobreza, fortalecida por la obediencia y la castidad, con un «espíritu mercedario» que se manifiesta como un acto continuo de amor por las víctimas de la esclavitud, compartiendo sus sufrimientos y esperanzas, y ofreciendo una cálida acogida2. A lo largo de los siglos, los mercedarios han enfrentado con confianza y coraje las difíciles obligaciones de su misión de redención, contemplando la gran fe de María y su total obediencia a la voluntad del Señor2.

A lo largo de su historia, la orden ha adaptado su carisma a las nuevas realidades. Después de la abolición de la esclavitud y el período de la Revolución Francesa, la orden encontró nuevas dimensiones para su vocación como campeona de la libertad y profeta de la caridad. Sus apostolados se extendieron a la preservación de la fe, la asistencia a quienes sufrían las consecuencias de nuevas formas de esclavitud, el apostolado de la penitencia, la educación, las misiones y las parroquias, luchando contra todo tipo de opresión en nombre de Cristo2. El Concilio Vaticano II alentó la actualización de la orden, poniendo su rica herencia espiritual al servicio del mensaje evangélico y el avance de los hermanos pobres y marginados2.

Las Hermanas Mercedarias de la Caridad

La advocación de la Virgen de las Mercedes también inspiró la fundación de las Hermanas Mercedarias de la Caridad por Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno. Su propósito fue hacer presente el amor de Dios dondequiera que hubiera «un solo dolor que curar, una sola desgracia que consolar, una sola esperanza que derramar en los corazones»6. Este instituto continúa hoy consagrado al testimonio y la promoción de la caridad redentora6.

La Fiesta de Nuestra Señora de la Merced

La fiesta de Nuestra Señora de la Merced se celebra el 24 de septiembre7. Esta fecha conmemora la fundación de la Orden Mercedaria7. Originalmente, los mercedarios celebraban su institución el domingo más cercano al 1 de agosto, fecha en la que se creía que la Santísima Virgen había mostrado a San Pedro Nolasco el hábito blanco de la orden en 12337. Esta costumbre fue aprobada por la Congregación de Ritos el 4 de abril de 16157.

En 1696, la fiesta fue extendida a toda la Iglesia Latina y se cambió la fecha al 24 de septiembre7. Los mercedarios observan esta fiesta como una doble de primera clase, con vigilia, octava privilegiada y Oficio propio bajo el título de «Solemnitas Descensionis B. Mariæ V.de Mercede»7. Nuestra Señora de la Merced es la patrona principal de Barcelona, y su Oficio propio fue extendido a toda España en 18837.

El Escapulario de Nuestra Señora de la Merced

La Orden de Nuestra Señora de la Merced para el Rescate de Prisioneros otorga a los fieles un escapulario especial al ingresar a la cofradía erigida por ellos8. Este escapulario es de tela blanca y lleva en la parte frontal la imagen de Nuestra Señora del Rescate8. El resumen de las indulgencias de la cofradía fue aprobado por última vez por la Congregación de Indulgencias el 30 de julio de 18688.

Advocación en el Mundo

La devoción a Nuestra Señora de la Merced se ha extendido por diversas partes del mundo, especialmente en países de habla hispana. Por ejemplo, en Santiago de Cali, Colombia, la Virgen de las Mercedes es la patrona de la ciudad y su imagen es venerada como signo de la misericordia de Dios y presencia materna9. En la República Dominicana, el pueblo se dirige a la Santísima Virgen especialmente con las invocaciones a la «Virgen de la Merced» y a «Nuestra Señora de la Altagracia»10.

Los Papas han animado a las religiosas y religiosos mercedarios a acoger con firme esperanza la voz del Espíritu, buscando en la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia, bajo la advocación de las Mercedes, ayuda e impulso en el encuentro frecuente con su divino Hijo en el misterio eucarístico5. Ella es modelo de fe y obediencia, y su intercesión sostiene en las diversas obras de apostolado2,5.

Conclusión

Nuestra Señora de la Merced encarna la misericordia divina y la acción redentora de la Iglesia a través de su Orden homónima. Desde su fundación en el siglo XIII, esta advocación ha inspirado a innumerables hombres y mujeres a dedicar sus vidas al servicio de los más vulnerables, especialmente aquellos en cautiverio o sufriendo nuevas formas de opresión. La devoción a la Virgen de la Merced sigue siendo un faro de esperanza y caridad, invitando a los fieles a imitar la disponibilidad y la fe de María en la proclamación de la libertad que Cristo ganó para la humanidad.

Citas

  1. Mercedarios, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Mercedarios. 2 3 4 5 6 7 8 9

  2. Papa Juan Pablo II. A los participantes en el Capítulo General de la Orden de Nuestra Señora de la Merced (Frailes Mercedarios) (25 de mayo de 1998) - Discurso (1998). 2 3 4 5 6 7 8 9

  3. Dicasterio para las Causas de los Santos. Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno: La herencia (9 de noviembre de 2003), §La herencia (2003).

  4. Papa Juan Pablo II. A los miembros del Capítulo General de los Mercedarios (22 de mayo de 1986) - Discurso, § 4 (1986).

  5. Papa Juan Pablo II. A las Hermanas de la Caridad de la Bienaventurada Virgen María de la Merced (28 de junio de 1996) - Discurso, § 4 (1996). 2 3

  6. Dicasterio para las Causas de los Santos. Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno: Homilía de beatificación (9 de noviembre de 2003), §Homilía (2003). 2

  7. Fiesta de Nuestra Señora de la Merced, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Fiesta de Nuestra Señora de la Merced. 2 3 4 5 6 7

  8. Escapulario, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Escapulario. 2 3

  9. Papa Juan Pablo II. 4 de julio de 1986: Concelebración para familias cristianas en el Estadio de Cali - Homilía, § 1 (1986).

  10. Papa Juan Pablo II. A los Obispos dominicanos en su visita ad Limina (27 de agosto de 1988) - Discurso, § 6 (1988).