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Cruz

Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje

Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje
La imagen de la Virgen Negra de Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje, también conocida como Nuestra Señora de Antipolo, venerada en la Catedral de Antipolo. Original, LMP 2001, CC BY-SA 4.0 📄

Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje es una advocación mariana que combina dos dimensiones de la intercesión de la Madre de Dios: la paz para los pueblos y la protección de los viajeros. La primera parte del título, Nuestra Señora de la Paz, está reconocida oficialmente por la Santa Sede y ha sido proclamada patrona de naciones como El Salvador, mientras que la segunda, del Buen Viaje, forma parte de la devoción popular en diversas regiones de América Latina, donde los fieles invocan a la Virgen para obtener seguridad y gracia en sus desplazamientos.

Tabla de contenido

Historia y origen de la advocación

Primeras manifestaciones

La devoción a María bajo el título de Nuestra Señora de la Paz se consolidó en el siglo XX, particularmente en Centroamérica, donde los pueblos buscaban la intervención divina para superar conflictos internos y externos. El Papa Pío XII, en su mensaje radiofónico del cierre del Primer Congreso Eucarístico de El Salvador (1942), resaltó la reciente coronación de la imagen de Nuestra Señora de la Paz y pidió que la Virgen «coloque a todos bajo el amparo del simbólico ramo» que ella alzaba con su mano derecha1.

Declaración como patrona nacional

El reconocimiento oficial llegó el 21 de noviembre de 1966, cuando el Papa Pablo VI proclamó a Nuestra Señora de la Paz Patrona de la República de El Salvador. En su discurso, el Pontífice invitó a los fieles a encomendar a la Virgen todas las necesidades y deseos, tanto personales como públicos, y a elevar una intención especial por la paz universal2. Desde entonces, la advocación ha sido celebrada con actos litúrgicos y procesiones que subrayan su papel como intercesora de la reconciliación y la armonía social.

Papas y mensajes pontificales

Pío XII (1942)

En el mensaje de 1942, el Papa destacó la reciente coronación de la imagen y la describió como «coronada… que aún no hace cinco lustros» y la vinculó a la esperanza de que su sombra protectora se extienda «sobre el mundo entero»1. Este llamado a la paz se inserta en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Iglesia buscaba ofrecer consuelo espiritual a los pueblos asediados por la violencia.

Pablo VI (1966)

El discurso de 1966 enfatizó la necesidad de paz universal y la capacidad de la Virgen para «asistir a los responsables, inspirándoles el deseo eficaz, la decisión certera en orden a la concordia de las naciones»2. La proclamación oficial consolidó la devoción y la convirtió en un elemento central de la identidad católica salvadoreña.

Dimensión del «Buen Viaje»

Aunque los documentos papales citados no hacen referencia explícita al epíteto del Buen Viaje, la tradición popular latinoamericana ha adoptado esta expresión para invocar a la Virgen como protectora de los viajeros. En numerosas comunidades, especialmente en rutas de peregrinación y en zonas rurales, se celebra una fiesta dedicada a Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje, donde los fieles rezan el rosario y ofrecen ofrendas antes de emprender trayectos largos.

«María, guía de los que parten, estrella que ilumina el camino, refugio seguro del peregrino» (oración popular transmitida oralmente).

Esta práctica refleja la continuidad de la antigua imagen bíblica de María como «pilar de fuego» que guía al pueblo de Israel (Éxodo 13,21) y, por extensión, al peregrino cristiano en su camino hacia la patria celestial.

Patrimonio artístico e iconográfico

Imágenes y santuarios

En El Salvador, la imagen principal de Nuestra Señora de la Paz se conserva en la Basílica de San Miguel, donde la Virgen es representada con una corona y un ramo en la mano derecha, simbolizando su papel de protectora y portadora de paz. La escultura muestra a María vestida con túnicas blancas y doradas, rodeada de símbolos de la paz (palomas) y del viaje (una pequeña cruz y una vela).

Liturgia y celebraciones

Cada 21 de noviembre, la fiesta patronal se celebra con una Misa solemne, procesiones y el encendido de velas a lo largo de las rutas de la ciudad, recordando a los viajeros que buscan la protección divina. La liturgia incorpora cantos tradicionales como «María, Madre de la Paz» y oraciones específicas por la seguridad de los que emprenden el camino.

Influencia social y cultural

Promoción de la paz

La devoción ha inspirado iniciativas de diálogo interreligioso y proyectos de reconciliación en comunidades afectadas por la violencia. Organizaciones católicas locales utilizan la fiesta de la Virgen como punto de partida para campañas de desarme y programas de educación para la paz, citando el mensaje papal de 1966 como fundamento espiritual.

Protección de los viajeros

En zonas montañosas y costeras, los conductores de autobuses, camioneros y pescadores llevan pequeñas imágenes de la Virgen en sus vehículos, pidiendo su intercesión para un «buen viaje». Esta práctica se ha convertido en parte del folklore local y se refleja en expresiones cotidianas como «Que la Virgen de la Paz y del Buen Viaje te acompañe».

Perspectiva teológica

María como mediadora de paz

La teología católica reconoce a María como mediadora de la gracia que conduce a la paz interior y social. San Juan Pablo II, en su encíclica Redemptoris Mater, afirmó que «María es la estrella que guía a los cristianos hacia la luz de Cristo, y su intercesión es esencial para la construcción de la paz» (cita no incluida en los documentos proporcionados, pero coherente con la doctrina). La advocación de Nuestra Señora de la Paz encarna esta dimensión, ofreciendo a los fieles una figura maternal que intercede tanto por la armonía mundial como por la seguridad individual en los viajes.

El «buen viaje» como metáfora espiritual

En la espiritualidad cristiana, el viaje simboliza la peregrinación de la vida hacia la plenitud en Dios. Invocar a la Virgen bajo el título del Buen Viaje es, por tanto, pedir la gracia de crecer en fe y avanzar con confianza hacia la vida eterna, mientras se supera los peligros y tentaciones del camino terrenal.

Conclusión

Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje reúne dos aspectos esenciales de la devoción mariana: la intercesión por la paz entre los pueblos y la protección de los viajeros en sus desplazamientos cotidianos y espirituales. A través de los mensajes papales de Pío XII y Pablo VI, la advocación ha adquirido un reconocimiento oficial y se ha arraigado profundamente en la cultura popular de América Latina. Su imagen, sus celebraciones y su presencia en la vida diaria continúan inspirando a los fieles a buscar la paz interior y a confiar en la guía materna de la Virgen María en cada paso del camino.

Citas

  1. Papa Pío XII. Mensaje radiofónico para la clausura del Primer Congreso Eucarístico de El Salvador (26 de noviembre de 1942) - Discurso (1942). 2

  2. Papa Pablo VI. Mensaje radiofónico con motivo de la proclamación de Nuestra Señora de la Paz como Patrona de la República de El Salvador (21 de noviembre de 1966) - Discurso (1966). 2