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Nuestra Señora de las Virtudes

Nuestra Señora de las Virtudes
Nuestra Señora de las Virtudes llevada en romería hacia la ciudad de Villena. Original, Qoan, CC BY-SA 3.0 📄

Nuestra Señora de las Virtudes es una advocación mariana venerada en la tradición católica, particularmente en España y en comunidades hispanohablantes, que resalta las virtudes ejemplares de la Virgen María como modelo de vida cristiana. Esta devoción, arraigada en la teología medieval y en las enseñanzas de santos y doctores de la Iglesia, enfatiza cómo María encarna la humildad, la caridad y otras virtudes teologales y cardinales, sirviendo de inspiración para los fieles en su camino espiritual. Aunque no es una de las advocaciones más difundidas a nivel global, su culto se asocia con santuarios locales y reflexiones místicas que conectan la figura de la Madre de Dios con el cultivo de la santidad cotidiana, promoviendo una piedad profunda y una imitación de sus cualidades morales.

Tabla de contenido

Origen histórico y teológico

La devoción a Nuestra Señora de las Virtudes tiene sus raíces en la rica tradición mística y litúrgica de la Iglesia católica, donde la Virgen María es presentada como el paradigma supremo de las virtudes cristianas. Desde los primeros siglos del cristianismo, la liturgia y los escritos patrísticos destacaban las cualidades de María, pero fue en la Edad Media cuando esta advocación comenzó a tomar forma más definida, influida por visionarias y teólogos que exploraron la relación entre la humildad de María y la floración de las virtudes en el alma del creyente.

En particular, las revelaciones de santa Hildegarda de Bingen, una mística del siglo XII, ofrecen un fundamento teológico clave. En sus obras, como el Libro de las obras divinas, describe cómo la humildad de la Virgen une todas las virtudes, reuniéndolas como flores en un jardín espiritual. Hildegarda explica que Dios, al inclinarse hacia la tierra a través de María, congrega las virtudes en la Iglesia, adornando al penitente con su diversidad. Esta visión poética y simbólica presenta a María no solo como madre, sino como conductora de las virtudes hacia las «nupcias del Rey», es decir, la unión con Cristo.1,2,3

El culto se extendió en España durante el período de la Reconquista y el Renacimiento, donde las advocaciones marianas proliferaron como signos de protección divina. Aunque no hay un origen único documentado para esta advocación específica, se vincula con la devoción general a la Inmaculada Concepción y a las virtudes cardinales, promovida por santos como san Isidoro de Sevilla y san Ildefonso de Toledo, quienes enriquecieron la liturgia con oraciones dedicadas a María como modelo de pureza y caridad.4

Santuarios y lugares de culto

En España, el principal centro de devoción a Nuestra Señora de las Virtudes se encuentra en regiones como Murcia y Almería, donde ermitas y capillas locales preservan imágenes y tradiciones asociadas a esta advocación. Uno de los sitios más emblemáticos es la Ermita de Nuestra Señora de las Virtudes en Huércal-Overa (Almería), un lugar de peregrinación que data del siglo XVI y que atrae a fieles en busca de intercesión por el fortalecimiento moral y espiritual.

Estos santuarios, a menudo humildes y rodeados de paisajes rurales, reflejan la piedad popular española, similar a otras advocaciones como la Virgen del Pilar o de Covadonga, que el papa Pío XII elogió en sus mensajes radiales por su rol en la historia nacional.5,6 En América Latina, ecos de esta devoción aparecen en contextos misioneros, donde misioneros llevaron la imagen de María como «flor de virtudes» para evangelizar, inspirados en las apariciones y coronaciones promovidas por la Iglesia.7,8

La arquitectura de estos lugares suele ser sencilla, con retablos que representan a María rodeada de símbolos de virtudes —como lirios para la pureza o rosas para la caridad—, fomentando una atmósfera de recogimiento y oración.

Significado teológico y espiritual

Desde el punto de vista doctrinal, Nuestra Señora de las Virtudes subraya el magisterio católico sobre María como «modelo de virtudes» para la comunidad eclesial. El Concilio Vaticano II, en la constitución Lumen gentium, describe a María como aquella que «brilla ante toda la comunidad como modelo de virtudes», uniendo en sí las exigencias de la fe y atrayendo a los creyentes hacia Cristo.9 Esta advocación invita a los fieles a imitar las virtudes marianas: la humildad que no oprime sino une en caridad, la fe que derriba deseos lascivos y la constancia que eleva el alma hacia Dios.1,2

En la espiritualidad católica, cultivar las virtudes a través de María implica un camino de penitencia y renovación, como explica Hildegarda: el caído se levanta adornado con virtudes como «verdor de flores», rechazando la soberbia que divide.1 Santos como Ana María Janer Anglarill, beatificada por sus virtudes heroicas, ejemplifican esta devoción al vivir en imitación de María.10 El papa Pablo VI, en mensajes sobre advocaciones marianas, enfatizó cómo María, como «prototipo de virtudes», despierta fe, esperanza y caridad en los fieles.9

Esta perspectiva teológica es especialmente relevante en tiempos de crisis moral, donde la devoción promueve la pureza de costumbres y el amor al prójimo, como exhortó Pío XII a los españoles.5

Fiestas y celebraciones litúrgicas

La fiesta principal de Nuestra Señora de las Virtudes se celebra el 8 de septiembre, coincidiendo con la Natividad de la Virgen, aunque en algunos lugares locales se conmemora en fechas variables según tradiciones diocesanas. Las celebraciones incluyen misas solemnes, procesiones y novenas, donde se rezan letanías que invocan a María bajo títulos de virtudes específicas: María, humilde sierva del Señor, María, templo de la caridad, María, fortaleza de la constancia.

En España, estas fiestas se integran en el calendario litúrgico de diócesis como Cartagena, con romerías que reúnen a comunidades rurales. El papa Juan Pablo II, en su mensaje al Congreso Mariano de Zaragoza, destacó cómo tales devociones, enriquecidas por la liturgia medieval, fortalecen la piedad popular.4 Procesiones nocturnas con antorchas y cantos tradicionales evocan la luz de las virtudes iluminando la oscuridad del pecado.

Durante el Año Jubilar o en jubileos marianos, como el 375 aniversario de advocaciones similares, se otorgan indulgencias plenarias a los peregrinos que visitan estos santuarios con espíritu de conversión.11

La devoción a Nuestra Señora de las Virtudes ha inspirado una rica expresión artística en la cultura católica hispana. Pintores como Zurbarán y Murillo, mencionados por Pío XII, representaron a María con atributos de virtudes, rivalizando en belleza para capturar su santidad.5 En esculturas, imágenes como la de la ermita almeriense muestran a la Virgen con un manto bordado de símbolos virtuosos, similar a las descripciones de Pío XII sobre túnicas rosadas de caridad y mantos azules de pureza en otras advocaciones.12

En la literatura devocional, obras místicas como las de Hildegarda influyen en rosarios y meditaciones que guían al fiel en el examen de virtudes. Esta advocación fomenta cofradías y asociaciones laicales dedicadas a la formación moral, alineadas con el llamado de Benedicto XVI a renovar la piedad cristiana mediante el culto mariano.11

En la contemporaneidad, la devoción se adapta a retos éticos, promoviendo virtudes como la justicia social y la ecología integral, en sintonía con encíclicas papales que ven en María un modelo para la humanidad.

Testimonios y milagros asociados

Aunque no hay milagros canónicamente reconocidos exclusivos de esta advocación, tradiciones locales relatan conversiones y curaciones atribuidas a la intercesión de María de las Virtudes, especialmente en contextos de sequía espiritual o moral. El proceso de beatificación de figuras como Ana María Janer, que ejerció virtudes heroicas, incluye sanaciones inexplicables vinculadas a la devoción mariana.10

Peregrinos testifican cómo la oración ante esta Virgen ha fortalecido matrimonios y comunidades, recordando el mensaje de Juan XXIII sobre los santuarios marianos como fuentes de gracia.8 Estos relatos subrayan el rol de María en la victoria sobre rebeldías del alma, similar a narraciones sobre otras advocaciones.7

Conclusión

Nuestra Señora de las Virtudes representa un tesoro de la piedad católica, invitando a los fieles a cultivar un corazón humilde y virtuoso al estilo de María. En un mundo marcado por divisiones, esta devoción recuerda la unidad en Cristo a través de la Madre, como un faro de esperanza para la Iglesia. Su culto, aunque discreto, enriquece la tradición mariana española y universal, fomentando una vida de santidad accesible a todos.

Citas

  1. Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 495. 2 3

  2. Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 158. 2

  3. Hildegarda de Bingen. Libro de las obras divinas, § 169.

  4. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Congreso Mariano de Zaragoza (12 de octubre de 1979), § 1 (1979). 2

  5. Papa Pío XII. Radiomensaje a los participantes en el Congreso Mariano Nacional de España (12 de octubre de 1954) - Discurso (1954). 2 3

  6. Papa Pío XII. Radiomensaje a los fieles españoles con ocasión del 100 aniversario del Apostolado de la Oración (23 de noviembre de 1945) - Discurso (1945).

  7. Papa Pío XII. Radiomensaje a los fieles de Venezuela con ocasión de la coronación de Nuestra Señora de Coromoto (12 de septiembre de 1952) - Discurso (1952). 2

  8. Papa Juan XXIII. Radiomensaje con ocasión de la coronación de Nuestra Señora del Rosario de La Coruña, España (11 de septiembre de 1960) (1960). 2

  9. Papa Pablo VI. Radiomensaje con ocasión del homenaje de la Rosa de Oro al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (31 de mayo de 1966) - Discurso (1966). 2

  10. Dicasterio para las Causas de los Santos. Anna Maria Janer Anglarill: Litterae Apostolicae (8 de octubre de 2011) (2011). 2

  11. Papa Benedicto XVI. Carta a S. Em. el Cardenal Francisco Robles Ortega, Enviado Especial a las celebraciones jubilares de clausura con ocasión del 375 aniversario del descubrimiento de la venerable imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona de Costa Rica (2011). 2

  12. Papa Pío XII. Radiomensaje a los participantes en el Tercer Congreso Mariano Nacional de Colombia (8 de diciembre de 1954) - Discurso (1954).